miércoles, 16 de marzo de 2016

LA TUMBA VACIA

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La tumba de Jesús estaba vacía, de eso no existe la menor duda. La duda de algunos se da en cuanto a su resurrección. Éstos afirman que Jesús no resucitó, sino que hubo una conspiración y su cuerpo fue robado. Otros van más allá y sostienen incluso que Jesús no murió sino que estuvo en un estado de desvanecimiento. Si Jesús no murió ni resucitó, entonces el cristianismo es una farsa. Si quieres saber la verdad debes leer lo que sigue:

El investigador Josh McDowell dijo: “Después de más de setecientas horas de estudiar este tema y minuciosamente investigar su fundamento, he llegado a la conclusión que la resurrección de Jesucristo es uno de los más malvados, mal intencionados, despiadados engaños jamás  impuestos en las mentes de los hombres, O es el más fantástico hecho de la historia.
El historiador Joseph Campbell, dijo a su audiencia de televisión de PBS que la resurrección de Jesús no fue un hecho real. Otros como John Dominic Crossan del “Seminario Jesús”, están de acuerdo con él. Sin embargo, ninguno de estos escépticos han investigado ni presentado una sola evidencia para refutar la resurrección de Jesús.
Jesús dijo que “el que no creyera estaría condenado” (Marcos 16:16). De tal manera que si yo fuera incrédulo, por lo menos trataría de probar esa incredulidad. Pero  estos incrédulos, al igual que la mayoría, de ellos, son “insensatos, necios, sin razón y sin juicio alguno”.
A diferencia de los escépticos insensatos como Campbell y Crossan, existen muchos otros escépticos que sí han investigado la resurrección de Jesús. En este estudio veremos como ellos analizaron la evidencia de lo que es quizás la más importante pregunta en la historia de la raza humana: ¿Por qué la tumba estaba vacía?

Juan 2:19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 2:20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 2:21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 2:22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Jesús les anticipó a sus a sus discípulos que él sería traicionado y crucificado, pero que resucitaría al tercer día. Jesús prometió que su muerte y resurrección le demostraría a la gente que él era el Mesías esperado.
Wilbur Smith comentó acerca de Jesús: “Cuando él dice que Él mismo se levantaría otra vez de la muerte, el tercer día después de que él fue crucificado, Él dice algo que solo un tonto se atrevería a decir, si esperaba más devoción de cualquiera de sus discípulos, a menos que Él estuviera seguro que iba a resucitar. Ningún fundador de cualquier religión del mundo conocida por los hombres jamás se atrevió a decir una cosa como esta”.
En otras palabras, ya que Jesús les había dicho claramente a sus discípulos que se levantaría de nuevo de entre los muertos, el fracaso de mantener esa promesa lo expondría como un fraude. Pero nos estamos adelantando. ¿Cómo murió Jesús?

LA MUERTE DE JESÚS

Mateo 27:27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; 27:28 y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 27:29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 27:30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 27:31 Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

Pilato lo condenó a muerte y se lo entregó a los soldados. Antes de ser clavado a la cruz, Jesús  fue desnudado. Luego le pusieron un manto escarlata y una corona tejida de espinas en su cabeza, como burla de que era el rey de los judíos. Seguidamente fue brutalmente golpeado con un gato romano de nueve colas, un látigo con trozos de hueso y metal que rasgarían la carne. Recibió puñetazo repetidamente, fue pateado, y escupido.
Después, utilizando mazos, los verdugos romanos golpearon el pesado hierro forjado clavado en las muñecas y pies de Jesús. Finalmente dejaron caer la cruz en un agujero en la tierra entre otras dos cruces que cargaban a ladrones condenados.  El Señor Mel Gibson nos presenta esta cruel realidad en su película “La pasión de Cristo”.
Jesús colgó en la cruz  por aproximadamente seis horas. Luego, a las 3 de la tarde, cuando hubo tomado el vinagre que le dieron para supuestamente apaciguar su sed, Jesús dijo: “Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).

Mateo 27:51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 27:52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 27:53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 27:54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.

Cuando Jesús murió, el cielo se puso oscuro, un terremoto sacudió la tierra y muchos muertos  resucitaron.

LA GUARDIA EN LA TUMBA

Mateo 27:62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,  27:63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. 27:64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. 27:65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 27:66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.

Los principales sacerdotes querían asegurarse de que el cuerpo de Jesús no fuese robado por sus discípulos, para que no dijeran luego que Jesús resucitó. Así que hablaron con Pilatos para que les diese una guardia. Y así fue,  una guardia romana fue y selló  y  se quedó cuidándola por tres días. Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban en shock. El Dr. J.P. Moreland escribe de su estado mental. “Ellos ya no tenían confianza de que Jesús había sido enviado por Dios. Ellos también habían sido enseñados que Dios no dejaría a su Mesías sufrir la muerte. Entonces se dispersaron. El movimiento de Jesús estaba prácticamente detenido en sus sendas.” Toda esperanza se había extinguido, Roma y los líderes judíos habían prevalecido, por lo menos eso era lo que parecía.

Mateo 28:1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. 28:2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. 28:3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.28:4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

Pero no fue así, al tercer día la tumba estaba  vacía. Hubo un terremoto, un  ángel removió la piedra para que Jesús saliera, los guardias se quedaron como muertos, llenos de terror, y todo cambió para los discípulos de Jesús.
En un artículo del New York Times, Peter Steinfels cita los sorprendentes eventos que ocurrieron tres días después de la muerte de Jesús: “Poco después de que Jesús fue ejecutado, sus seguidores fueron de repente impulsados de ser un desconcertante y encogido grupo a ser gente cuyo mensaje sobre la vida de Jesús y la venida del reino, es predicado al riesgo de sus vidas, eventualmente cambió un Imperio. Algo pasó ¿pero qué exactamente?”  La tumba estaba vacía y solo hay tres explicaciones: 1) Jesús no murió en la cruz, 2) hubo una conspiración, y/o 3) Jesús resucitó.

1.- JESUS NO MURIÓ

Juan 19:31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. 19:32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. 19:33 Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 19:35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. 19:36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.

Algunos han propuesto que Jesús no murió, sino que estaba en un estado de  desvanecimiento, y fue revivido por el frío y el aire húmedo de la tumba. Pero esa teoría no parece cuadrar con la evidencia médica.
Un artículo en la revista American Medical Association explica que esta  “teoría del desvanecimiento” es insostenible: “Claramente, el peso de la evidencia histórica y médica indicaba que Jesús estaba muerto. La lanza, hundida entre su costilla derecha, probablemente perforó no solo su pulmón derecho, pero también el pericardio y corazón y de ese modo aseguraron su muerte.
Pero al menos, necesitamos una segunda opinión. Un lugar para encontrar eso es en los reportes de historiadores no cristianos de alrededor del tiempo que Jesús vivió: Lucio (120 a 180 d.C. se refirió a Jesús como un sofista (filósofo) crucificado. Josefo (37 a 100 d.C.) escribió, “En este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, porque él era un emprendedor de obras asombrosas. Cuando Pilatos lo condenó a la cruz, los principales hombres entre nosotros, lo habían acusado, aquellos que lo amaron no cesaron de hacerlo.” Tácito (56 a120 d.C.) escribió, “Christus, de quien el nombre tuvo su origen, sufrió la extrema sanción en las manos de nuestro procurador, Poncio Pilatos.”

Lucas 1:1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 1:2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, 1:3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 1:4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

Por su parte, Lucas no era ni apóstol ni seguidor de Jesús, sino un médico e historiador. Por orden de Teófilo investigó todos los hechos y convencido de la verdad, terminó siendo cristiano.
The Jerusalem Post publicó en primera página una historia diciendo que Jesús fue crucificado y muerto. De hecho, no hay relatos históricos de cristianos, romanos, o judíos que duden de la muerte de Jesús o de su entierro. Incluso Crossan, un escéptico de la resurrección, está de acuerdo que Jesús murió. “Que él fue crucificado es tan seguro como cualquier hecho histórico puede llegar a ser.” A la luz de tal evidencia, parece que estamos en buena tierra para descartar la primera de nuestras cinco opciones. Jesús estaba claramente muerto, eso es un hecho probado que no tiene discusión. Ningún historiador serio  duda que Jesús estuviera muerto ni de que fue sepultado. El otro hecho probado, es que al tercer día de su muerte, la tumba de Jesús estaba vacía. La pregunta de los escépticos que no creen en la resurrección es ¿Qué se hizo el cuerpo de Jesús?

2.- FUE UNA CONSPIRACIÓN

El periodista inglés Dr. Frank Morison inicialmente pensó que la resurrección era o un mito o un engaño, y él empezó a investigar para escribir un libro refutándolo. El libro se hizo famoso pero por razones diferentes que su propósito original, porque Morrison terminó creyendo en la resurrección.
Morison empezó por intentar resolver el caso de una tumba vacía. La tumba pertenecía a un miembro del Concilio Sanedrín, José de Arimatea. En Israel de aquel tiempo, para estar en el concilio había que ser alguien famoso. José tuvo que ser alguien de mucho peso, de hecho, la tumba de José habría estado en un lugar conocido y fácilmente identificable, entonces cualquier pensamiento de que Jesús se haya “perdido en el cementerio” necesitaría ser descartado.
Morison se preguntaba por qué los enemigos de Jesús habían permitido que el “mito de la tumba vacía” persistiera si no era cierto. El descubrimiento del cuerpo de Jesús habría instantáneamente matado toda la conspiración.  Los enemigos de Jesús acusaron a los discípulos de robarse el cuerpo, y con esa acusación no dejaron duda alguna de que la tumba estaba vacía.
El Dr. Paul L. Maier, profesor de historia antigua en Western Michigan University, declaró, “Si toda la evidencia es pesada cuidadosamente y justamente, es ciertamente justificable concluir que la tumba en la que Jesús estaba enterrado estaba realmente vacía en la mañana de la primera Pascua. Y ninguna evidencia ha sido descubierta aún que refutaría esta declaración.”
Pero los romanos habían asignado a una unidad de guardias entrenados (de 4 a 12 soldados) a vigilar la tumba las 24 horas. Morison preguntó, “¿Cómo podrían estos guardias haber dejado que el cuerpo de Jesús fuera objeto de vandalismo?”  Habría sido imposible para cualquiera haber movido una piedra de dos toneladas y que los guardias no hicieran nada al respecto. Sin embargo la piedra fue movida y el cuerpo de Jesús había desaparecido. Sí el cuerpo hubiese estado, sus enemigos hubieran expuesto la resurrección como un fraude.
Tom Anderson, antiguo presidente de la Asociación de Abogados de Juicio de California, resume la fuerza de sus argumentos: “Con un evento tan bien publicado, ¿no cree usted que es razonable que un historiador, un testigo ocular, un antagonista habría registrado para todos los tiempos que él había visto el cuerpo de Jesús? El silencio de la historia es ensordecedor cuando viene al testimonio en contra de la resurrección.
Así que, sin  un cuerpo y con una conocida tumba, como lo era la tumba de José de Arimatea, Morrison aceptó como sólida la evidencia de que el cuerpo de Jesús había desaparecido.
¿Un Robo de la Tumba? Ya vimos que eso fue improbable que sucediera. Además ¿Cómo explicar todas las apariciones de un Jesús resucitado?
El historiador Paul Johnson, en “Historia de los Judíos”, escribió, “Lo importante no son las circunstancias de su muerte sino el hecho obstinadamente creído por un creciente circulo de personas, de que Jesús se haya levantado de nuevo.”
La tumba estaba vacía, pero no era la mera ausencia del cuerpo que habría impulsado a los seguidores de Jesús (especialmente si ellos habían sido los que lo habían robado), lo que los impulsó a que cesaran el duelo, dejaran de esconderse, y empezaran sin miedo a proclamar a Jesús como Mesías, era el hecho de que ellos habían visto a Jesús resucitado.
¿Por qué iban a arriesgar sus vidas? Lo hacían porque el hecho de ver vivo a Jesús nuevamente, les aseguraba también a ellos una resurrección que Jesús les había prometido. Definitivamente, no hubo conspiración alguna.

3.- JESÚS RESUCITÓ

Juan 20:11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 20:12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 20:13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 20:14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 20:15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 20:16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. 20:18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.

Morison se pregunta por qué los conspiradores habrían hecho a las mujeres centrales en su conspiración. En el primer siglo, las mujeres casi no tenían derechos, personalidad, o estatus. Si la conspiración habría de tener éxito, Morison razonó: los conspiradores habrían retratado a hombres, no mujeres, como los primeros en ver a Jesús vivo. Y todavía escuchamos que las mujeres lo tocaron, le hablaron, y fueron las primeras en encontrar la tumba vacía.

Juan 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20:20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

Juan 20:24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 20:26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

2 Corintios 15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 15:7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 15:8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

Todos los discípulos vieron a Jesús resucitado en varias ocasiones.  Ellos escribieron que él les mostró sus manos y pies y les dijo que lo tocaran. El apóstol Pablo da testimonio que a él también se le apareció y en una ocasión lo hizo  ante más de 500 seguidores.
Si Pablo era un soldado romano que perseguía a los cristianos para matarlos ¿Por qué renunciará a esa vida para convertirse en un perseguido? Porque vio a Jesús resucitado.
El erudito legal John Warwick Montgomery declaró al respecto: “En el 56 d.C el apóstol Pablo escribió que más de 500 personas habían visto al Jesús resucitado y que la mayoría de ellos seguían con vida. Se pasa de los límites de credibilidad que los primeros cristianos podrían haber fabricado tal cuento y entonces predicado entre aquellos quienes podían fácilmente haberlo refutado.”
Los estudiosos de la Biblia Geisler y Turek están de acuerdo. “Si la resurrección no ha ocurrido, ¿por qué habría dado el apóstol Pablo tal lista de supuestos testigos? El habría inmediatamente perdido toda credibilidad de sus lectores de Corintios por mentir tan descaradamente.

Hechos 10:39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. 10:40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; 10:41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.

Pedro afirmó ante una multitud en Cesarea, que él y los otros discípulos fueron testigos de la resurrección de Jesús, que ellos comieron y bebieron con él después de muerto.
El británico estudioso en Biblia Michael Green observó, “Las apariciones de Jesús son tan auténticas como nada en la antigüedad. No puede haber duda racional de que ellas ocurrieron.”
Como si los informes de los testigos no fueran suficientes para desafiar al escéptico de Morison, él estaba también desconcertado por el comportamiento de los discípulos. Un hecho de la historia que ha dejado perplejo a historiadores, psicólogos, y escépticos por igual es que estos once cobardes estaban de repente dispuestos a sufrir humillación, tortura, y muerte. Todos menos uno de los discípulos de Jesús fueron asesinados como mártires. ¿Ellos habrían hecho tanto por una mentira?
Paul Little escribió, “Los hombres morirán por lo que ellos creen que es verdad, aunque en realidad sea falso. Sin embargo, ellos no morirían por lo que creen que es una mentira.”
Nadie ha explicado adecuadamente por qué los discípulos habrían estado dispuestos a morir por una mentira conocida. Pero incluso si todos ellos conspiraron para mentir sobre la resurrección de Jesús, ¿cómo pudieron ellos haber mantenido la mentira por décadas sin que al menos uno de ellos se vendiera por dinero o por temor a morir?
Moreland escribió, “Aquellos que mienten por una ganancia personal no se quedan juntos mucho tiempo, especialmente cuando las dificultades disminuyen los beneficios.”
El antiguo “hombre hacha” de la administración Nixon, Chuck Colson, implicado con el escándalo Watergate, remarco la dificultad de que varias personas mantengan una mentira un periodo extenso de tiempo. El dijo: “Yo sé que la resurrección es un hecho, y Watergate lo demostró para mí. ¿Cómo? Porque doce hombres testificaron haber visto a Jesús levantarse de la muerte, y después ellos proclamaron la verdad por 40 años, sin negarlo una sola vez. Cada uno fue torturado y puesto en prisión. Ellos no habrían resistido eso si no fuera verdad. Watergate implicaba doce de los más poderosos hombres en el mundo y ellos no pudieron mantener una mentira por tres semanas. ¿Usted me está diciendo que 12 apóstoles pudieron mantener una mentira por 40 años? Absolutamente imposible.”
Morison reconoció, “el hecho es que una convicción profunda vino a un grupo pequeño de personas, atestigua al hecho de que Jesús se había levantado de la tumba.”

CONCLUSIÓN

Nadie, por más escéptico que sea, puede negar que la tumba estaba vacía. Tampoco nadie puede refutar a más de quinientos testigos, que afirmaron que Jesús resucitó.
Morison se convenció de que su juicio preconcebido de la resurrección de Jesucristo había estado errado. Él empezó a escribir un libro diferente titulado ¿Quién movió la Piedra? Para detallar sus nuevas conclusiones Morison simplemente siguió el rastro de evidencia, pista por pista, hasta que la verdad del caso le parecía clara. Su sorpresa fue que la evidencia lo llevó a creer en la resurrección.
En su primer capítulo de “El Libro que se Negó a Ser Escrito,” este antiguo escéptico explica como la evidencia lo convenció de que la resurrección de Jesús fue un acontecimiento histórico real. “Fue como si un hombre se dispuso a cruzar un bosque por un familiar y bien retirado caminó y salió de repente por donde él no esperaba salir.
Morison no esta sólo, otros incontables escépticos han examinado la evidencia de la resurrección de Jesús, y lo han aceptado como el más sorprendente hecho en toda la historia de la humanidad: Jesús resucitó.

JESÚS ESTÁ VIVO y creer en ello nos abre el camino a la salvación y a la vida eterna. ALELUYA, bienaventurados los que creen sin haber visto.


1 comentario:

  1. La mentira de la resurrección de Cristo constituye los cimientos sobre los que se encuentra edificado el Cristianismo. Ningún historiador relata un milagro, porque es un evento de probabilidad cero. Y cualquier ser humano racional sabe que nadie regresa de la muerte. La tumba de Jesús es un episodio de ficción, como su vida, sus milagros, su resurrección y su ascensión a los cielos. Pero si insisten en que la tumba vacía es prueba de la resurrcción de un muerte, con espeto a la tumba vacía del ficticio Jesús de Nazaret, existen cien motivos por los cuales dicha tumba podría estar vacía. Pero se agarran de la causa más improbable y disparatada: una resurrección. Y muchos sabemos que el mito de Jesús es un plagio de la teología egipcia: el faraón. Y que además, los que inventaron el Nuevo Testamento buscaron hacer cumplir en Jesús algunas profecías del Antiguo Testamento, que es un libro o colección de libros de la teología hebrea. Nada que ver con la teología cristiana grecoromana.

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