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Nuestro Señor Jesús derramó su sangre en la cruz
del Calvario para que pudiéramos ser perdonados de todos nuestros pecados y
obtuviéramos de esa manera la vida eterna, pero “ay del que tenga por inmunda esa sangre, mía es la venganza, yo daré el
pago, dice el Señor, horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo” (Hebreos 10:29-31). ¿Qué significa tener
por inmunda la sangre de Cristo?
El único pasaje en toda la Biblia que hace
mención del peligro de tener por inmunda la sangre de Cristo se encuentra en el
capítulo 10 de la carta a los hebreos, de tal manera que tenemos que buscar la
respuesta en ese capítulo y en el contexto. Que la sangre sea “inmunda” significa que es “impura”, “inefectiva”, que “no es suficiente”
para santificarnos, razón suficiente para despreciarla o desecharla.
Hebreos 10:26
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento
de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 10:27 sino una
horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios.
El capítulo 10 de la carta a los Hebreos empieza
diciendo que si pecamos de manera voluntaria, después de conocer la verdad, ya
no queda más sacrificio por los pecados, sino que lo que nos espera es una
horrenda expectación de juicio y hervor de fuego. En otras palabras, que si
cometemos ese pecado de manera voluntaria después de conocer la verdad, ya no habrá perdón y seremos condenados y castigados
al fuego del infierno.
Ahora, nuestro Señor Jesús dijo que solamente hay un pecado que no tiene perdón
y ese pecado es la blasfemia contra el Espíritu
Santo, de tal manera que Hebreos tiene que estarse refiriendo al mismo
pecado:
Mateo
12:22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal
manera que el ciego y mudo veía y hablaba. 12:23 Y toda la gente estaba
atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? 12:24 Mas los fariseos, al
oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de
los demonios.
El anterior pasaje relata, que trajeron a Jesús
un endemoniado, y Jesús lo sanó, expulsando al demonio de esta persona. Los
fariseos atribuyeron ese milagro a
Belzsebú, el príncipe de los
demonios, y ante esa afirmación Jesús dijo:
Mateo
12:31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres;
mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 12:32 A cualquiera
que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al
que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni
en el venidero.
Jesús dijo que afirmar que la expulsión del
demonio había sido obra de Belsebú,
es una blasfemia contra el Espíritu Santo y esa blasfemia no tiene perdón.
De acuerdo con el diccionario, la blasfemia es una ofensa o insulto, que
contiene implícitamente una mentira o
una negación de la verdad. Supongamos que vemos una mujer muy bella.
Podemos decirle “fea”, con ello no solamente la ofendemos sino que la
blasfemamos porque no es cierto que sea fea.
Los fariseos atribuyeron el milagro de
liberación, al príncipe de los demonios, en lugar de atribuírselo al Espíritu
Santo. Al hacer tal cosa, blasfemaron
contra el Espíritu Santo, “negando” que
el milagro fuese obra del Espíritu Santo y “dándole la gloria” al príncipe de los demonios.
Ubiquémonos en nuestra época y supongamos por un
momento que usted padece de una enfermedad incurable, pero resulta que es
sanado milagrosamente. Entonces le atribuye esa sanidad a Juan Pablo II, a la virgen María, a Buda o al Dr. Moreno
Cañas. Al hacer tal cosa, estarías blasfemando
contra el Espíritu Santo, que es el único que puede hacer esos milagros de
parte de Dios, estarías negando la obra
del Espíritu Santo, y le estarías dando
la gloria a otro.
Pero, para que esa blasfemia suceda, y para que peques
voluntariamente, primero tienes que
conocer la verdad ¿Cuál verdad? Qué es el Espíritu Santo el que hace las
obras de sanidad.
Hay muchas maneras de cometer esa blasfemia. Por
ejemplo, hay personas que nacen de nuevo, sus vidas cambian y ya no pecan como
antes, entonces abren sus bocas para gloriarse y decir que lo lograron a
través de su propio esfuerzo. Al hacer esto cometen el pecado
imperdonable, porque están negando
la obra del Espíritu Santo para gloriarse
a sí mismos:
Ezequiel
36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
La palabra de Dios nos revela, que cuando
tenemos un nuevo nacimiento, Dios pone su Espíritu dentro de nuestro espíritu
para que tome el control de nuestras vidas, para que nos haga andar en los
estatutos de Dios, y para que nos ayude a guardar sus preceptos y ponerlos por
obra. Es el Espíritu Santo el que hace la obra de santidad en nosotros, no es algo de nosotros. De tal manera, que si
nos gloríamos de haberlo logrado por
nosotros mismos, negamos la obra del
Espíritu y cometemos el pecado imperdonable. Ahora volvamos al caso de Hebreos:
Hebreos
10:26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 10:27
sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar
a los adversarios.
De acuerdo a este pasaje, algunos maestros
enseñan que cualquier pecado voluntario
es el pecado imperdonable. Pero eso no es cierto, afirmar tal cosa es tener
un desconocimiento total de la palabra de Dios y una pésima lectura de la
misma.
Jesús dijo que todos los pecados serían perdonados
a los hombres, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo. “Todos los pecados”, hace referencia
tanto a los pecados involuntarios
como a los voluntarios. Y además, Jesús dejó claro que el único
pecado que no tiene perdón es
la blasfemia contra el Espíritu
Santo.
Si el único pecado que no tiene perdón es la
blasfemia contra el Espíritu Santo, entonces este pasaje tiene necesariamente
que estarse refiriendo a ese pecado, como ya lo comentamos.
Lo que nos está diciendo el escritor de
Hebreos, es que ofender al Espíritu
Santo involuntariamente o por ignorancia, no será tomado en cuenta, pero
si lo ofendemos voluntariamente,
sabiendo que lo ofendemos, no seremos
perdonados.
El tema del capítulo 10 de
Hebreos es el tema del nuevo pacto. En
ese capítulo, el autor dice que ya no se necesitan los sacrificios, las
ofrendas ni los holocaustos que se hacían por el pecado bajo el viejo pacto.
La razón es que Cristo entró una vez para siempre al lugar santísimo y ofreció su propia sangre para nuestro
perdón. Y, con esa ofrenda hizo
perfectos para siempre a los creyentes santificados (versos 1 a 14). Tome muy en cuenta esa frase “hizo perfectos para siempre a los santificados”, lo que quiere
decir que ya no hace falta nada para
obtener la redención ni la santificación, ya todo está obtenido porque la sangre de Jesús fue suficiente.
En Cristo hemos sido hechos santificados, redimidos y justificados
justos (1 Corintios 1:30), no tenemos que intentar santificarnos, redimirnos
o justificarnos porque ya lo somos en Cristo, y no es algo que nosotros hemos
logrado, es la obra de Cristo y la obra del Espíritu Santo.
Si intentamos justificarnos estaríamos desechando la gracia de Dios,
estaríamos negando la obra de Cristo, estaríamos negando la obra del Espíritu
Santo, entonces por demás murió Cristo (Gálatas 2:21). Y estaríamos cometiendo el pecado imperdonable.
Hebreos
10:15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber
dicho: 1:16 Este es el pacto que haré con ellos. Después de aquellos días, dice
el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
10:17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones. 10:18 Pues donde hay
remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
El Espíritu Santo es testigo, que mediante el Nuevo Pacto, Dios pone sus leyes en
nuestras mentes y en nuestros corazones. Que ya no hay que cumplir la ley de
Moisés, sino que Dios pone sus leyes dentro de nosotros. En otras palabras, el
encargado de cambiar nuestras vidas es el Espíritu Santo, a través de un
proceso interior, como ya lo explicamos.
Y agrega que Dios no se acordará nunca más de nuestros pecados y transgresiones,
(excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo), porque ya Jesús pagó por todos
ellos.
Al llegar al verso 26, es cuando se dice que ay del que peca deliberadamente,
después de conocer la verdad. ¿Cuál verdad? La verdad de la cual da testimonio
el Espíritu Santo, la verdad de que Dios no se acordará nunca más de nuestros
pecados, por la preciosa sangre de Cristo
derramada en la cruz. Negar esa verdad es
blasfemar contra el Espíritu Santo, porque sería tildarlo de mentiroso.
En otras palabras, si yo creo que Dios se acuerda de algún pecado que yo cometí, cometo o
cometeré, entonces estoy blasfemando contra el Espíritu Santo.
Hebreos
10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de
Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
10:30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago,
dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 10:31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!
Al creer que algún pecado no nos ha sido perdonado, estamos pisoteando a Jesús y teniendo por inmunda
su sangre. Estamos diciendo que su sangre no fue suficiente o que no tiene
el valor suficiente para perdonarme todos los pecados.
Pero lo peor de todo, es que con ello afrentamos al Espíritu Santo, quien da
testimonio de que Dios no se acordará de nuestros pecados y cometemos el pecado imperdonable. Horrenda cosa es
caer en manos del Dios vio. Yo no quiero esto ¿y usted?
Para desdicha, en miles de iglesias enseñan que
el perdón que hizo Jesús en la cruz, es para nuestros pecados pasados. O sea,
que el día que nos bautizamos, ese día se nos perdonaron los pecados pasados,
pero de allí en adelante tenemos que estar pidiendo perdón para ser nuevamente
perdonados.
Yo le quiero preguntar a esos maestros de la
Biblia. ¿Dónde estaban cuando Jesús murió en la cruz? La respuesta tiene que
ser solamente una: no habían nacido. Entonces Jesús no les perdonó ningún
pecado pasado sino todos los que habrían de cometer en el futuro.
1 Juan 1:9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Entonces surge este versículo aislado, en el
cual se fundamentan para la doctrina del perdón constante de pecados. Para entender correctamente las cosas, leamos
todo el pasaje:
1 Juan 1:6
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no
practicamos la verdad; 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo
pecado. 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
La escritura no dice que tenemos que estar pidiendo perdón por nuestros pecados.
Lo que dice es que para tener comunión con Dios, hay que practicar la verdad. Entonces afirma, que si alguien dice que no
tiene pecados, es un mentiroso que no anda en la verdad, pero si confiesa que tiene pecados o que es pecador, éste anda en la verdad y por andar en la
verdad, Dios lo perdona y lo limpia de todo pecado.
Lo que significa es que si usted se considera
justo, no necesita de un redentor y por lo tanto no será perdonado. Pero si se
considera pecador, necesita de ese redentor y por lo tanto será perdonado, no
es otra cosa.
En Lucas
18:9-14, la Biblia nos cuenta la historia del fariseo y el publicano que ingresaron al templo a orar. Esta
historia puede aclararnos las cosas. Dice que el fariseo se jactaba de no ser
pecador, de ser un hombre santo que cumplía con la ley de Dios, mientras que el
publicano no quería ni alzar los ojos, porque reconocía que era un pecador. Al final, el publicano que aceptaba ser
pecador, salió justificado. No sucedió lo mismo con el fariseo, que se
consideraba justo.
Lógicamente, que cuando cometemos un pecado, nos
sentimos mal, nos arrepentimos y pedimos perdón, no para ser perdonados, sino
para sentirnos bien con nuestra conciencia que nos acusa.
Si pedimos
perdón, es para limpiar nuestra
conciencia, no porque creemos que un pecado no ha sido perdonado, ya que podríamos
estar cometiendo el pecado imperdonable.
Para terminar, debo decir, que cada vez que una
persona acude ante un cura, para que le perdone los pecados, está reconociendo que Dios no se los ha
perdonado, está reconociendo que la sangre de Jesús no fue suficiente y estaría
cometiendo el pecado imperdonable.
No lo hace con la intención de blasfemar contra
el Espíritu Santo, lo hace por ignorancia, porque así fue enseñado en su
religión. Pero no significa que no esté al filo de la navaja.
Resumimos entonces, que tener por inmunda la sangre de Jesús, es negar su efectividad, al creer que esa preciosa sangre es insuficiente para perdonar todos los
pecados.
También tienen por inmunda la sangre de Cristo, todos
aquellos que intentan justificarse o santificarse cuando en realidad ya lo
fueron en Cristo.
Al hacer una u otra cosa, eso, le dicen mentiroso al Espíritu Santo, quien
afirmó que Dios no se acordará nunca más de nuestros pecados (nunca es por toda
la eternidad) porque Cristo pagó por ellos en la cruz. Le dicen mentiroso al
Espíritu Santo quien dijo que en Cristo fuimos santificados y redimidos eternamente.
Al hacer eso, niegan la obra de santidad del Espíritu Santo en sus vidas y
terminan ofendiéndolo y cometiendo el pecado imperdonable. Esto les quitará la
salvación y la esperanza de la vida eterna, así que tengan mucho cuidado.
"He aqui, dice Jesus; Yo vengo pronto y mi galardon conmigo; para pagar a cada uno segun su obra." Si Jesus dice que las obras son importantes, quien yo para decir que no?. Las obras son importantes. De la fe vienen las obras.
ResponderBorrarAmen son inportantes
BorrarHola yo cometí el pecado imperdonable? Dije que Dios no me podía perdonar por todo lo que había hecho
ResponderBorrareso es falta de fe no es blasfemia contra el Espíritu Santo
Borrarhebreos: 11:6
Borrarleelo por favor más estudio de la palabra de Dios es decir biblina
BorrarHermanos tengo una pregunta.por favor alguien me puede explicar. Si un pastor enseña que Dios perdona pecados pasados y futuros. Y la persona muere en fornicación o adulterio o borracho. Va para el cielo. Pastor Bautista. Y dice que la salvación es por gracia. Donde que el pecador .sin santidad nadien verá a Dios.
ResponderBorrarGracias por la enseñanza.
esta hablando de los pecados pasados pero la persona insiste en pecar ej
ResponderBorrarsigue con su fornicacion ,adulterio robo hurto o demás pecados donde dice galatas 5:15-21 no heredan Reino De DIOS
se pierde
Borrarsi 😔 se arrepiente es una manera de cambio de pensar y hacer fe es creer que Dios te perdono y después Dios te prueba y si resistir en oración a Dios y eso es la conersion que un como de actitud a su tempo viene en un encuentro con vos y te transforma
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