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La Biblia
nos revela la existencia de dos iglesias: 1)
la
iglesia verdadera fundada por Cristo, que será galardonada y se
convertirá en su esposa y 2) la iglesia
ramera, fundada por el hombre,
que será echada al lago de fuego que arde con azufre. También nos revela la
existencia de dos reinos: 1) el
reino de Dios y 2) el
reino de las tinieblas.
Todos los creyentes formamos parte de alguna de
las dos iglesias y todos los seres
humanos pertenecemos a alguno de los dos reinos ¿A cuál iglesia y a cuál
reino pertenece usted?
Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces
del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en
todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Dios creó
el hombre con el propósito de darle vida
eterna y que dominara sobre la
creación, e hizo énfasis sobre
todo animal que se arrastra sobre la tierra, en clara referencia a la “serpiente antigua” (Apocalipsis 12:9) que se llama diablo y Satanás. Sin embargo, el hombre, en lugar de dominar al
diablo, se dejó engañar, le entregó el dominio de la creación y terminó siendo
sometido por él.
Lucas 4:5-6 Y le llevó el diablo a un alto monte,
y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A
ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido
entregada, y a quien quiero la doy.
Satanás le
dijo nuestro Señor Jesús que el dominio de todos los reinos de la tierra le
fueron entregados. Jesús no lo desmintió, más bien lo confirmó cuando dijo que
el diablo
era el príncipe de este mundo (Juan
12:31). Sí, así como lo lee, el diablo se convirtió en el príncipe de este mundo y este mundo se convirtió
en el
reino de las tinieblas.
De
momento, el plan de Dios se vio truncado, el primer hombre Adán, no alcanzó su
objetivo, cayó bajo el dominio de Satanás y tanto él como todos sus
descendientes fuimos destituidos de la gloria
de Dios (Romanos 3:23), y
pasamos a ser ciudadanos del reino de las Tinieblas.
Como fue un hombre el que le entregó el dominio
al diablo, era necesario que un hombre lo recuperara, por esa razón Dios envió
a un segundo Adán, (1 Corintios 15:45, a su hijo unigénito, el
cual se hizo hombre y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14):
Efesios 1:19 y cuál la supereminente grandeza
de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de
su fuerza, 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y
sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 1:21 sobre todo principado
y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en
este siglo, sino también en el venidero; 1:22 y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 1:23 la cual
es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Jesús fue
resucitado de entre los muertos y sentado a la diestra del Padre en lugares
celestiales. Todo principado, autoridad y
señorío fueron sometidos bajo sus pies y fue nombrado cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo. La cabeza de la iglesia
no fue el apóstol Pedro ni lo es ni lo será ningún Papa católico, la cabeza de la iglesia es y lo será Cristo.
Con su
muerte y resurrección, Jesús edificó su iglesia e inauguró el
reino de Dios en la tierra. Satanás
y sus súbditos continúan teniendo el control sobre todos aquellos que no son
parte de la iglesia de Cristo, pero la iglesia de Cristo, tiene
el dominio sobre el diablo y sobre todos
sus ángeles, porque la iglesia de Cristo
es el cuerpo de Cristo y todo está bajo sus pies.
El
propósito de Dios sigue siendo que tengamos
dominio sobre la creación y sobre Satanás. Para ello, necesitamos tener un nuevo
nacimiento (Juan 3:3-5).
Ese nuevo
nacimiento nos da la salvación, es decir nos libera de la potestad de las de las
tinieblas y nos traslada al reino del amado hijo de Dios (Colosenses 1:13).
Nacemos de nuevo cuando somos sepultados y
resucitados con Cristo en el bautismo
(Romanos 6:3-5, Marcos 16:16, Hechos
2:38, Colosenses 2:12-13)
La
salvación que nos da el nuevo nacimiento no nos trae nada nuevo, sino que pone las cosas en su lugar. Salvar
significa restaurar y recuperar lo que Dios ya había establecido.
Entonces, cuando
el primer hombre entregó el dominio al diablo, se inauguró el reino de las tinieblas. Pero, cuando el segundo
hombre resucitó, se inauguró el
reino de Dios, compuesto por los miembros de su iglesia. A partir de ese momento, existen dos reinos claramente
establecidos: 1) el reino
de las tinieblas y 2) el
reino de Dios.
El reino
de Dios abrió sus puertas el día de Pentecostés, ese día el apóstol Pedro, a
quien Jesús se le había entregado las llaves del reino, predicó el evangelio
por primera vez. En ese momento se abrieron las puertas del reino de Dios y fueron añadidos los primeros tres mil
creyentes.
Gálatas 1:6 Estoy maravillado de que tan pronto
os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un
evangelio diferente. 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 1:8 Mas si aun nosotros,
o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos
anunciado, sea anatema.
La iglesia
de Cristo fue la encargada de predicar el evangelio, para que más creyentes creyeran,
se bautizaran y fueran añadidos al reino de Dios. Cada miembro de la iglesia es
un embajador del reino de Dios (2
Corintios 5:20).
La obra principal de la iglesia, consiste en llevar a muchas personas al reino de Dios, y
la obra de Satanás consiste en evitarlo, así que éste se puso a trabajar de
inmediato y también edificó su iglesia:
la iglesia ramera o religión, que ha pervertido el evangelio de Cristo,
enseñando una media verdad, o una mentira disfrazada de verdad, con el
propósito de que los creyentes no conozcan la verdad absoluta de Dios.
Existen
entonces dos iglesias: 1) La
iglesia de Cristo y 2) la Gran
ramera, la madre del resto de
las iglesias rameras (Apocalipsis 17:5)
que surgieron como iglesias protestantes,
pero que luego se corrompieron, y al igual que su madre, empezaron
a enseñar medias verdades con medias mentiras.
La
estrategia del diablo no consiste en enseñar otro evangelio, o desmentir el
evangelio de Cristo, la estrategia del diablo consiste en enseñar medias
verdades del evangelio y mezclarlas con mentiras para que esas mentiras desvíen
al hombre de la verdad y de ese modo las medias verdades terminen siendo
mentiras completas.
Por
ejemplo, el catolicismo romano enseña
la verdad sobre Cristo, pero su enseñanza no se centra en Cristo, más bien se
centra en María y en un montón de santos; enseñan la falsa doctrina de la
veneración de imágenes, la falsa doctrina sobre el sacerdocio, la falsa
doctrina de la salvación por obras, la mentira sobre la confesión y muchas
otras falsas enseñanzas que desvían al creyente de la verdad y con ello hacen
que se pierda.
Por su
parte, las iglesias evangélicas
enseñan la verdad sobre Cristo, pero tampoco Cristo es el centro de atención,
en sus enseñanzas predominan el falso evangelio de la prosperidad, la falsa
doctrina de la santificación por obras, la falsa doctrina de las maldiciones
generacionales, y el legalismo que hace caer de la gracia al creyente. Y en
cuanto a la doctrina de la salvación, han
desarrollado su propia doctrina que difiere de la verdad absoluta de
Dios.
1 Timoteo 6:3-5 Si alguno enseña otra cosa, y
no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira
acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,
pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de
entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de
ganancia; apártate de los tales.
El apóstol
Pablo dijo que los que no se conforman a
las palabras de Jesús están envanecidos,
son corruptos de entendimiento que están privados de la verdad, no saben nada,
que de ellos debemos apartarnos.
Si Jesús
dijo que había que creer y bautizarse
para ser salvos, cualquier otra enseñanza es una media verdad o es una mentira
disfrazada de verdad que viene de un
predicador que no sabe nada. Pregunta a tu pastor ¿Cómo ser salvo? Y si su respuesta no se ajusta a las palabras de
Cristo, sal de tu iglesia. Si el pastor no sabe esa verdad tan importante, no sabe
ninguna de las otras verdades de la Biblia.
No es
difícil identificar a los falsos maestros, son aquellos que contradicen
la palabra de Dios o piensan más allá de lo que está escrito (1 Corintios 4:6), algo que el apóstol
Pablo dijo que no debíamos hacer. La
escritura nos dice que no hemos aprendido así de Cristo.
Juan 14:10 Las palabras que yo os hablo, no las
hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las
obras.
Jesús no habló por su propia cuenta, todo lo que habló fue lo que el Padre le dijo que hablara. Las falsas herejías que se han
introducido en las denominaciones
cristianas, han provenido de un falso
profeta que habla por sí mismo y lo que es peor, afirma que es Palabra
revelada de Dios.
No era
bueno que Adán estuviera solo (Génesis
2:18), no era posible para Adán
reinar sobre la tierra sin ayuda, entonces, mientras Adán dormía, Dios le
quitó una costilla que convirtió milagrosamente en mujer (Génesis 2:21-23). Dios formó
al varón del polvo de la tierra, pero a la mujer no la formó del polvo, sino
que la formó de una costilla del varón:
Génesis 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Note usted
que la Biblia dice que Dios creó “al hombre” (en singular), pero luego
dice que “lo creó varón y hembra” (en
plural). Esto es así porque Dios no ve al varón y a la hembra como dos seres separados,
sino que los ve como uno solo.
Efesios 5:31 Por esto dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 5:32
Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
De igual manera,
Dios no ve a Cristo y a su iglesia como dos seres separados, sino que los ve
como uno solo, por eso dice que la
iglesia es el cuerpo de Cristo y Cristo es la cabeza;
Efesios 5:23 porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es
su Salvador.
La iglesia
procede de Cristo, así como Eva procede de Adán. Adán necesitaba la ayuda de
Eva y Cristo necesita la ayuda de la iglesia. Eva simboliza a la iglesia y Adán simboliza a Cristo, y ambos deben
estar unidos por un mismo propósito y un mismo pensar
1 Corintios 15:45 Así también está escrito: Fue
hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu
vivificante.
Todo lo
que Dios se proponía realizar en Adán y en Eva, halla su cumplimiento en Cristo
y en la iglesia. Dios no puede llevar a cabo su propósito únicamente con
Cristo, sino que necesita una ayuda idónea para Cristo.
Dios necesita embajadores (2 Corintios 5:20). Y esa ayuda
debe proceder de Cristo, sino no, en lugar de ayuda se convertiría en un
estorbo. Eso es lo que sucede con el catolicismo romano y el cristianismo
evangélico, han introducido la palabra del hombre y la han mezclado con la
palabra de Dios. Por eso no son la
iglesia de Cristo, porque solamente
lo que procede de Cristo puede ser su iglesia, lo que proviene del hombre,
no es de Cristo y debe ser eliminado.
La
diferencia entre un verdadero hombre de Dios y el que no lo es, se da que en
que el que es de Cristo habla lo que
Cristo habló y no incluye su propio
pensamiento.
El gran
problema que existe con los líderes religiosos, es que incluyen su pensamiento
en la obra de Dios. Se debe enseñar lo que está escrito en la palabra de Dios y
punto, todo lo que se añada o se quite es
propósito del hombre y esto desagrada a Dios ¿De dónde viene lo que se enseña, de Cristo o del hombre? Es la
pregunta que nos debemos hacer siempre.
Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 5:26 para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 5:27
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha
ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 5:28 Así
también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que
ama a su mujer, a sí mismo se ama. 5:29 Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la
iglesia, 5:30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
El varón
debe amar a su mujer, porque ella es parte su cuerpo y nadie aborreció jamás su
carne. En el pasado, Cristo murió por amor a su cuerpo que es la iglesia. En el futuro,
Cristo se va a presentar
a la iglesia así mismo como una iglesia gloriosa sin mancha ni arruga,
mientras tanto la purifica hasta santificarla.
Jesús debe santificar a la iglesia, para presentársela a sí mismo, como
una iglesia gloriosa, sin mancha ni
arruga. La iglesia no tiene que santificarse, sino que Jesús la santifica a
través de la palabra escrita:
Juan 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu
palabra es verdad
Jesús
santifica a su iglesia purificándola por su
palabra escrita, no por la palabra del
hombre. ¿Por qué debe purificarla? Porque en el cristianismo hay demasiada
suciedad, esa suciedad son los argumentos
humanos que les han enseñado a los creyentes.
1 Corintios 2:3-5 Y estuve entre vosotros con
debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con
palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y
de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios.
La fe nunca
puede estar fundada en la sabiduría de los hombres, sino en Cristo, no podemos utilizar nada de la carne en la
obra de Dios. Por eso, hoy Cristo
obra en la iglesia paso a paso, hasta santificarla y que esté formada
enteramente, para que pueda presentársela como esposa.
Jesús debe
purificarla, para que no quede nada del hombre; la causa de que el cuerpo de
Cristo no sea edificado, se debe a que en las denominaciones evangélicas
enseñan lo que piensan sus líderes, no lo que piensa Cristo.
Las denominaciones
han fracasado, permitiendo que Satanás se metiera no solo en su territorio
terrenal sino también en su territorio espiritual.
Jesús no puede presentarse a la iglesia como su
esposa, hasta que no haya sido purificada.
Esta iglesia no puede tener mancha ni arruga ni cosa semejante. Las
arrugas, son del viejo hombre, de tal manera que Dios no quiere nada del
viejo hombre, Dios quiere personas nuevas en Cristo Jesús, personas sin pasado.
Esa es la razón del nuevo nacimiento (Juan
3:3).
Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
El nacido
de nuevo debe tener claro que ha sido crucificado y no puede decir “yo pienso” porque ahora es Cristo el que vive y piensa por él.
Desdichadamente,
las congregaciones están dirigidas en su mayoría, por personas que “piensan”
como les da la gana y convierten esos pensamientos en doctrinas bíblicas,
pasando por alto que los
pensamientos humanos no son los pensamientos de Dios ni los caminos del
hombre son los caminos de Dios (Isaías 55:8)
Mateo 12:28 Pero si yo por el Espíritu de Dios
echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
Las
anteriores palabras de Jesús significan ni más ni menos, que el reino de Dios es la expulsión de Satanás,
por medio del poder de Dios y ese poder es el evangelio (Romanos 1:17)
que Dios le ha dado a su iglesia.
Cuando el
diablo no puede continuar ocupando un
lugar, a ese lugar ha llegado el reino de Dios. Cualquier lugar donde el
diablo es expulsado, allí se encuentra el reino de Dios, el reino de Dios es donde no reina el diablo.
Pero,
miles de congregaciones no son el reino de Dios, sino el reino de Satanás,
porque se obedece y se enseña lo que Satanás quiere, no lo que Jesús quiere.
Usted
puede pertenecer a una denominación cristiana o a una religión, pero eso no
significa que pertenece a la iglesia de Cristo ni al reino de Dios. Por el contrario, puede pertenecer al reino
de Dios y a la iglesia de Cristo sin ser parte de ninguna denominación
religiosa.
Jesús
dijo; “yo estoy aquí”, entonces aquí está el reino de Dios, el reino de Dios no
estaba entre los fariseos, porque no tenían la verdad. Jesús está donde no está Satanás y Satanás
está donde no está Jesús, no pueden los dos estar juntos.
Cuando una
persona enseña su propia verdad por encima de la verdad absoluta de Dios, en
esa persona no gobierna Jesús, esa persona no es parte del Reino de Dios.
Mateo 6:9-10 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Jesús nos
enseñó a orar para que el reino venga, porque el reino de Dios no viene automáticamente, sino que es obra
de la iglesia. Algunos afirman que
el reino de Dios ya vino, que se estableció en Pentecostés, lo que es cierto,
pero el reino de Dios, de manera material
gobernando sobre la tierra, no es algo que haya sucedido.
Cuando el
hombre cayó hubo dos consecuencias: la
responsabilidad del hombre y la usurpación de Satanás. El hombre sufrió
perdida, pero también Dios perdió.
La salvación resuelve el problema del
hombre, pero no resuelve el problema de Dios.
El objetivo inmediato de la salvación recae en beneficio del hombre y la
mayoría egoístamente se contentan con eso, mientras que el objetivo inmediato del reino de Dios consiste en quitarle almas a Satanás.
El motivo
por el cual, los nuevos cielos y la nueva tierra no aparecieron inmediatamente
después de la salvación es porque
Satanás no ha sido expulsado por la iglesia.
El Señor Jesús destruyó toda base legal del diablo de
dominar sobre la tierra, la Corte Celestial declaró que el diablo debe ser
expulsado, pero Dios espera que la iglesia lleve a cabo esa orden
de desalojo. Recuerden que Jesús dijo a la iglesia: “lo que aten o desaten en la
tierra será atado en el cielo” (Mateo
18:18-19). Si la iglesia no desaloja a Satanás, Dios tampoco lo hará. Jesús
nos dio el derecho legal de expulsar al diablo, pero él espera que cumplamos
con nuestra responsabilidad.
2 Corintios 5:15 y por todos murió, para que
los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por
ellos.
En las
congregaciones se enseña que Jesús murió para que fuéramos salvos. Y allí se
quedan sin hacer nada. Aunque eso es cierto, el verdadero propósito de la salvación es para que vivamos para aquel que murió por nosotros,
lo que significa que cumplamos con
nuestra obligación de expulsar al diablo.
Cuando la
iglesia cumpla su responsabilidad, entonces el reino de Dios vendrá a la
tierra, seguido por el nuevo cielo y la nueva tierra. No debemos olvidar que el reino de Dios, es la esfera donde Jesús
ejerce su autoridad.
Apocalipsis 21:9 Vino entonces a mí uno de los
siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras,
y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del
Cordero. 21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró
la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
La Biblia
nos habla de tres mujeres; en Génesis nos habla de Eva, en Efesios
nos habla de la iglesia de Cristo.
Luego, en el libro de Apocalipsis nos habla de la
esposa del cordero.
Estas tres
mujeres, son en realidad una misma, con
su historia dividida en tres partes: 1) cuando fue concebida en el Plan
de Dios, se llamó Eva. 2) Cuando fue
salvada y concebida de Cristo, se llamó
iglesia, Y 3) al final de la
eternidad, cuando esté completamente formada será la esposa del Cordero.
Estas son
las tres fases de la historia de una sola mujer. Eva quedó en la eternidad
pasada, la iglesia se encuentra entre las dos eternidades y la
esposa del Cordero en la eternidad futura. Si bien es cierto, parecen diferentes
mujeres, es la misma a través de la
historia.
Apocalipsis 21:9 Vino entonces a mí uno de los
siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras,
y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del
Cordero.
Un día, la iglesia habrá vencido a Satanás,
entonces se convertirá en la desposada.
Como resultado de ello, Dios conseguirá una esposa para el Cordero y de esta
manera se verá realizado su propósito de ver a Jesús, reinando sobre la tierra
y con él, su ayuda idónea: su esposa.
Apocalipsis 17:1 Vino entonces uno de los siete
ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas
aguas;
Ahora, en
el libro de Apocalipsis, además de la iglesia de Cristo, de la desposada del
Cordero, se nos menciona otra mujer,
a la cual se le llama la gran ramera; es la iglesia que ha pervertido el
evangelio de Cristo.
La desposada es la iglesia de Cristo, compuesta por todos creyentes que han nacido
de nuevo. La gran ramera la componen todos los creyentes que reciben un
evangelio adulterado, un evangelio que ha
sustituido la palabra de Dios por la palabra del hombre.
Para que una
denominación cristiana sea parte de la iglesia de Cristo, debe desaparecer en
ella todo lo que venga del hombre, todo lo que pervierta el evangelio e Cristo.
Apocalipsis 17:1 Vino entonces uno de los siete
ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas
aguas; 17:2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores
de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. 17:3 Y me llevó
en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata
llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. 17:4 Y
la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras
preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de
abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 17:5 y en su frente un
nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE
LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Consideremos a la ramera, que se
le llama también “Babilonia la Grande ,
la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”. Se nos dice que la ramera, es la
madre de las rameras, es una iglesia
falsa de la cual se han desprendido otras iglesias o religiones.
En la iglesia primitiva se enseñaba únicamente lo que está escrito en la Palabra de Dios. Era una
iglesia verdadera con un evangelio verdadero. ¿Pero qué sucedió luego? Comenzaron a aparecer los “Papas católicos” y “los
falsos profetas evangélicos”, quienes fueron introduciendo su propio
pensamiento, adulterando el evangelio, de Cristo, y ocasionando con ello disputas y dando lugar al
nacimiento de miles de denominaciones, cada una con un pensamiento diferente.
La iglesia cristiana se dividió, la
parte que se hizo infiel, adulteró y dio
a luz miles de hijas, todas rameras como ella. Ahora ¿Por
qué la iglesia debe esperar que la ramera sea juzgada para convertirse
en esposa? Debemos empezar por entender que “Babilonia” proviene de “Babel”.
Génesis 11:4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos
una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre,
por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
En el
Génesis se nos cuenta que los hombres decidieron hacer una torre que llegara al
cielo y Dios se enojó y los esparció
sobre la tierra. Dios no se molestó porque
hicieran una torre sino porque ellos dijeron “hagámonos un nombre”,
querían llegar al cielo por méritos
propios, ignorando que eran seres creados y no el creador.
El
principio de Babel consiste en tratar de edificar
algo que desde la tierra alcance el cielo.
Estos hombres utilizaron ladrillos y
existe una diferencia entre el ladrillo y
la piedra, las piedras las hizo Dios, mientras que los ladrillos son un
invento del hombre, por lo tanto Babel significa que el hombre
intenta a su manera edificar una torre que alcance el cielo.
Tomemos en
cuenta que toda doctrina de santidad y
todo principio de legalismo son babilónicos
y en las iglesias donde esto se enseña, no son parte de la iglesia
verdadera sino de la gran ramera, porque la salvación es por gracia, no por obras para que nadie se
gloríe (Efesios 2:8-9).
Toda
doctrina de santidad y de legalismo buscan alcanzar ser justificados por Dios a través del comportamiento humano, es lo mismo que construir un
edificio con ladrillos para llegar al cielo. Dios jamás va a aceptar algo
semejante, porque eso quitarle a Jesús los méritos en obra salvadora, entonces por demás murió Cristo (Gálatas 2:21)
Babilonia simboliza mezclar lo humano en la
obra de Dios. El principio de
babel, es la hipocresía, los hombres tratan de aparentar lo que no son, el
aparentar ser espiritual es un gran peligro para el hombre, porque se enfrenta
con Dios.
El principio de babilonia es representar algo
para recibir honra de los hombres. Los que
erigieron la torre de Babel querían darse un nombre, recibir honra de los
hombres. Eso es lo que hace la iglesia ramera. La
desposada por el contrario, no busca su honra sino la gloria de Cristo.
Apocalipsis 18:7 Cuanto ella se ha glorificado
y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su
corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto;
Observe
que la gran ramera se ha olvidado de Cristo, ella dice: “estoy sentada como
reina”. Cree que ocupa el lugar de Cristo y que puede cambiar la palabra de
Dios. Piensa que si Jesús murió, entonces puede introducir su propio pensamiento en el plan de Dios sin necesidad de Cristo.
Apocalipsis 18:2 Y clamó con voz potente,
diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de
demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y
aborrecible
La gran
ramera no se ha resistido al diablo, sino que le ha abierto la puerta para que
conviva con ella, convirtiendo la iglesia en una guarida de demonios. También se ha dado una vida de deleites y se
ha glorificado, lleva una vida de lujo que contradice la palabra de Dios. ¿Qué
aptitud debemos adoptar ante Babilonia? La palabra de Dios nos dice:
Apocalipsis 18:4 Y oí otra voz del cielo, que
decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados,
ni recibáis parte de sus plagas;
2 Corintios 6:17-18 Por lo cual, Salid de en
medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os
recibiré, Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso.
La palabra
de Dios establece, que no podemos tomar nada que tenga las características de
Babilonia. Debemos salir de toda iglesia
donde la palabra del hombre sustituya a la palabra de Dios, porque no
podemos tomar parte en nada que tenga
rasgos de Babel.
Babilonia se inició con la construcción de la torre de babel y ha ido creciendo
enormemente, pero al fin Dios la juzgará.
Toda denominación religiosa debe ser purificada por el lavamiento del
agua en la palabra, para que pueda convertirse algún día en parte de la esposa del Cordero, de lo contrario será
eliminada.
Los cristianos debemos luchar en nuestras congregaciones para que
retomen el evangelio verdadero, o debemos dejarlas porque así lo ha ordenado
Cristo.
Los predicadores cristianos que no se arrepientan y comiencen de
inmediato a enseñar el verdadero evangelio, no serán reconocidos por Cristo,
quien les dirá: “nunca os conocí, apartaos de mi hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
Sólo lo que es de Cristo es iglesia, que será desposada, lo que es del
hombre no es iglesia, es ramera que será
juzgada.
El diablo se apoderó de las iglesias, tiene el control y debemos
quitárselo, trabajo muy arduo, porque el orgullo no permitirá a estos pastores retractarse. El principio
babilónico está prevaleciendo por encima de la verdad, es la triste realidad.
Recuerda hermano, que solamente los que sean parte de la iglesia de
Cristo y del reino de Dios, tendrán una vida eterna, los que sean parte de la
iglesia ramera, serán enviados al lago de fuero eterno que fue creado para el
diablo y sus ángeles (Apocalipsis
20:11-15). Espero que comprendas esta gran verdad.
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