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El Señor Jesús le dijo
a Pedro: “tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecerán contra ella y a ti te daré las llaves del reino de
los cielos…” (Mateo 16:18-19).
Hay leer estas palabras
de Jesús nos preguntamos ¿Qué es la iglesia? ¿Qué es el Hades y sus puertas? y
¿Qué son las llaves del reino de los cielos?
Es común escuchar a las
personas decir que van para la iglesia, cuando se refieren a un templo, a una templo,
tampoco es cualquier congregación y menos una religión. Jesús no edificó
ninguna iglesia católica o evangélica, lo que Jesús edificó fue su iglesia.
Usted puede ser
católico, evangélico, asambleísta de Dios, pentecostés, testigo de Jehová o de
cualquier otra denominación religiosa, pero eso no significa que usted sea parte
de la iglesia de Cristo, lo que significa es que usted es seguidor de una
religión.
Hablando en sentido
espiritual, podemos afirmar que la iglesia
de Cristo es la parte del reino de los
cielos que se encuentra en la tierra.
Lo que estoy diciendo es que en la tierra existen dos reinos espirituales que gobiernan o tienen influencia sobre el
mundo material. Uno de esos reinos es el reino
de las tinieblas o reino de este mundo, simbolizado por el Hades y otro es el reino del amado hijo de Dios (Colosenses 1:13) simbolizado por la iglesia.
Todos los hombres
nacemos siendo parte del reino de las tinieblas porque todos somos hijos de
Adán. Para ser parte del reino de Dios en
la tierra, que es la misma iglesia,
tenemos que ser hijos de Dios.
Se acostumbra decir que
todos los seres humanos somos hijos de Dios, pero eso no es cierto, lo que
somos es criaturas de Dios. La escritura dice en Juan 1:12 que “a todos los que recibieron a Jesús, a todos los
que creen en su nombre, les dio el derecho de convertirse en hijos de Dios”.
Si todos fuésemos hijos
de Dios, la escritura no diría que necesitamos recibir a Jesús o creer en su
nombre para adquirir el derecho de convertirnos en hijos de Dios.
En segundo lugar y de
suma importancia es entender, que la escritura no dice que nos convertimos en
hijos de Dios al recibir a Jesús o al creer en él, lo que dice es que al recibirlo,
que al creer en él “adquirimos el derecho” de convertirnos en hijos de Dios. Una cosa es adquirir el derecho a convertirse
en hijo de Dios y otra el convertirse en hijo de Dios.
La roca que menciona
Jesús, sobre la cual se edifica la iglesia, tampoco es Pedro, la roca es Cristo. Lo que Jesús le dijo a Pedro es: “tú eres Pedro y sobre esta roca, o sea sobre
mí, edificaré la iglesia”, lo sabemos por el siguiente versículo:
Efesios 2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.
Aquí se nos dice que la
iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, y
que la piedra principal sobre la cual está puesto ese fundamento es nuestro
Señor Jesucristo.
Jesús es la roca sobre la cual se edifica la
iglesia, Jesús es la piedra que sostiene todo el edificio espiritual. Sobre esa
piedra se ha puesto un fundamento, ese fundamento son los profetas y los
apóstoles, siendo Pedro uno de esos fundamentos y no la piedra que sostiene el
edificio.
“Y a ti te daré las llaves de la
iglesia” (Mateo 16:19), le
dijo Jesús a Pedro porque las puertas de la iglesia estaban cerradas hasta ese momento.
Jesús no le dio unas llaves materiales a Pedro porque la iglesia no es
un edificio material, la iglesia es un edificio espiritual.
Las llaves con la cual se podrían abrir las llaves de la
iglesia hacen referencia a la palabra de
Dios. Tome usted en cuenta que el día de Pentecostés, cuando los apóstoles
fueron llenos del Espíritu Santo, el apóstol Pedro predicó por primera vez y
acusó a los presentes de haberle dado muerte al hijo unigénito de Dios, unigénito hasta ese momento.
Ellos creyeron y
asustados preguntaron “¿Qué haremos?” Es decir, ¿Qué haremos para ser
perdonados de esta maldad tan grande? La respuesta de Pedro fue sencilla:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno
de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis
el don del Espíritu Santo” (Hechos
2:38).
Al expresar esa verdad,
el apóstol Pedro hizo uso de las llaves
que Jesús le dio para que se abrieran las puertas del reino de Dios. Si se
arrepentían de haber dado muerte al Señor y se bautizaban serían perdonados de
todos sus pecados, recibirían el Espíritu Santo, por lo tanto, podrían ingresar
al reino de Dios.
“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se
añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:42).
¿Adónde fueron añadidos?
A la iglesia de Cristo y al reino de Dios.
Romanos 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.
Ese día, Jesús dejó de
ser el hijo unigénito hijo de Dios, porque ese día tres mil creyentes se
convirtieron en sus hermanos. De allí en adelante Jesús ya no sería el
unigénito hijo de Dios, ahora sería el primogénito.
Si bien es cierto que
Pedro había usado las llaves del Reino con sus palabras contundentes, poderosas
y necesarias para la salvación, es mucho más cierto que es Cristo quién edifica
la iglesia y no Pedro.
Cristo dijo “edificaré mi iglesia”, lo que nos
muestra dos verdades importantes: 1)
La iglesia es de Cristo y 2) Cristo
es quién la Edifica. Solamente existe una iglesia, esa iglesia es la iglesia de
Cristo, lo demás que se diga iglesia no lo es.
Es interesante tomar en
cuenta, que Mateo 16 dice que el
Hades “tiene puertas” y las puertas
son normalmente utilizadas para “mantener algo dentro” o “para mantener algo
fuera”.
Normalmente las
ciudades y reinos de los tiempos antiguos tenían “puertas” que eran cerradas a
la caída del sol o en tiempo de guerra. Las puertas cerradas mantenían fuera
los enemigos y estos no podían entrar fácilmente. Así que las
“puertas” no son nunca un arma de
“ofensa” sino de “defensa”.
¿Será que el Hades es
como una ciudad o reino con puertas para defenderse de los enemigos que vienen
de afuera?
Eso es así en el caso
de la iglesia de Cristo, pero no es así en el caso del Hades ¿Sabe usted algo?
La cárcel también tiene puertas. Las
puertas de la cárcel no son para mantener “el enemigo fuera” sino para mantener
los “presos dentro”. La traducción
de la Biblia Nueva Internacional dice: “las
puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella”.
Podemos entender que las
puertas del Hades se refieren a las puertas del reino de las tinieblas o al reino
de este mundo. Esas puertas están
allí, no para evitar que alguien entre sino para evitar que alguien salga.
Lo cierto es que las
llaves que Pedro usó no solamente abrieron las puertas del reino de Dios, sino
que también abrieron las puertas del Hades
o reino de las tinieblas para que pudieran salir como tres mil cautivos que
se encontraban allí. Y esas puertas del
hades no prevalecieron contra el poder de la iglesia. Las llaves de Pedro
eran y son unas llaves maestras.
El diablo es el príncipe de este mundo, es el
dios de este siglo y tiene cegado el entendimiento de los incrédulos, para que
no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (2 Corintios 4:4), el cual es la imagen
de Dios. El diablo tiene sus mentes
cautivas y sus corazones entenebrecidos por la ausencia de la verdad.
Tal vez me digas que no
eres incrédulo, que eres católico o evangélico y crees en Cristo. Tengo que
decirte que si no crees que debes
bautizarte eres mitad creyente mitad incrédulo, y de esa manera no puedes
obtener las llaves para abrir las puertas del hades y del reino de Dios.
Jesús lo dijo claro: “El que no creyere será condenado, pero el
que creyere y se bautizare será salvo” (Marcos 16:16). Si crees tienes media llave, necesitas bautizarte
para obtener la otra mitad.
2 Timoteo 2:25-26 dice: “que con mansedumbre corrija a los
que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la
verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
Detrás de las puertas
del reino de las tinieblas, se encuentran todos aquellos que no se han convertido
en hijos de Dios, a los cuales necesitamos
llevarles la llave.
Cristo dice que las puertas del hades no prevalecerán contra
la iglesia, es decir no se mantendrán cerradas porque la iglesia tiene la llave
maestra.
En Juan 8:32 podemos leer que Jesús les dijo a los judíos: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres”, porque la llave de la
libertad se encuentra en su palabra.
Muchos habitantes del reino
de las tinieblas piensan que están salvos, que son parte de la iglesia de
Cristo y del reino de Dios, sin embargo no son libres, más bien son presos del
reino de las tinieblas, son esclavos de Satanás, porque no han hecho uso de las
llaves de Pedro.
Dichosamente “Cristo vino a deshacer las obras del diablo”
(1 Juan 3:8), vino a traer libertad
a los cautivos y a predicar el año agradable del Señor, revelando lo que Dios
había escondido como un misterio durante miles de años.
Los seres espirituales
de maldad que gobiernan el reino de las tinieblas están observando a la iglesia,
analizando la manera de introducirse en ella para arrebatarles la llave que
pueda liberar a los cautivos.
Para ello, usan la
religión y las filosofías del mundo ¿Qué dice la palabra de Dios? Dice: “Mirad
que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”
(Colosenses 2:8).
Ninguna tradición y
ninguna doctrina religiosa te dará la llave para abrir las puertas del Hades y
del Reino de Dios, todo lo contrario, las cerrará con una llave de doble paso.
Solamente la verdad absoluta de Dios es la llave
que abre puertas, las doctrinas religiosas, las tradiciones de los hombres y
las medias verdades solo sirven para cerrar puertas y asegurarlas de que no se
abran.
Efesios 6:12 porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
No tenemos un enfrentamiento
cuerpo a cuerpo contra los incrédulos, nuestro enfrentamiento es contra los
principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, contra las huestes
espirituales de maldad que están detrás de los incrédulos. Es un enfrentamiento de verdades y mentiras.
Desdichadamente, el reino
de las tinieblas está ganando la confrontación porque en el 99% de las
congregaciones religiosas se enseña una
mentira o una media verdad, no se enseña la verdad absoluta de Dios, le están escondiendo la llave a las
personas con sus malas enseñanzas.
Efesios 3:8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos,
me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las
inescrutables riquezas de Cristo, 3:9 y de aclarar a todos cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas
las cosas;
Pedro fue enviado a los
judíos, pero Pablo fue enviado a los gentiles para aclarar el misterio escondido
desde los siglos en Dios ¿Cuál es ese misterio? Ya lo dijimos, la revelación
del misterio es esencialmente la
revelación de la verdad absoluta de Dios.
La revelación del
misterio es que la llave que abre las puertas de la
esclavitud se encuentran en las palabras de Jesús. La verdad es que el que no creeré en Jesús está
condenado y no podrá abrir las puertas del Hades, pero el que creyere debe bautizarse para ser salvo. Esa es la
revelación de la verdad, esa es la llave que libertad a los cautivos del reino
de este mundo.
Efesios 3:10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales, 3:11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro
Señor.
La palabra multiforme
aquí se refiere a las diferentes maneras que tiene Dios de dar a conocer su verdad
a los embajadores del infierno y a través de su Iglesia.
Mientras que Dios
enseña que es por gracia, que no es por obras, que no es por merecimiento, que
es por medio de la fe para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9), la religión enseña que es por obras, que es por
merecimiento, que la gracia de puede negociar.
Mientras que la
religión escoge lo más sabios y los más santulones de este mundo, Dios
ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; lo débil del mundo
para avergonzar a lo fuerte; lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios,
y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia (1 Corintios 1:27-29).
Que confundidos se
deben de sentir las potestades de maldad con esa multiforme sabiduría.
Existen muchas razones
por las cuales se abren distintas congregaciones religiosas, pero solamente
debería haber una razón y esa razón es que sirvan de centro de entrenamiento contra las fuerzas del mal.
Las congregaciones
deben ser una cerrajería espiritual,
un lugar que no sirva únicamente para dar refugio a sus miembros para
consolarlos o animarlos, sino lugares donde estos sean preparados para “abrir”
las puertas espirituales.
No hay diablo, ni
demonio ni espíritu de maldad alguno, que sea lo suficientemente fuerte para evitar
el derrumbe de las puertas del hades.
Tenemos la garantía de
que nuestra misión será siempre victoriosa, porque Jesús ha dicho: “las
puertas del infierno no prevalecerán contra mi iglesia”. La iglesia será victoriosa, pero debe saber
cuál es su razón de ser.
Mateo 12:28 él dijo: 28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera
los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 12:29 Porque
¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes,
si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.
Cristo ha “atado” al
diablo para saquear su reino y liberar aquellos con los cuales ha de edificar
“su iglesia”, una iglesia que el comenzó a edificar hace 2000 años atrás.
Que Jesús haya atado a diablo no son palabras
literales, ya que el diablo anda suelto,
como león rugiente viendo a quien devorar (1 Pedro 5:8) y será atado hasta el inicio del gobierno milenario de
Cristo (Apocalipsis 20:2. Lo que
significa es que lo ha inhabilitado
de actuar.
El diablo no puede hacer
nada contra la verdad absoluta de Dios, contra esa verdad que abre las puertas
del reino de las tinieblas con el propósito de liberar a los cautivos y
trasladarlos al reino de su amado hijo (Colosenses
1:13).
El diablo tampoco puede
hacer nada contra los embajadores del Reino de Dios (2 Corintios 5:20) porque éstos están sentados en lugares
celestiales con Cristo (Efesios 2:6)
y son parte del cuerpo de Cristo (Efesios
1:23).
El diablo no puede
hacer nada porque todas las potestades de maldad, incluyéndolo a él, están bajo
la autoridad de Cristo y su iglesia (Efesios
1:22).
Necesitamos una iglesia
guerrera, no una iglesia pasiva, porque la iglesia pasiva lo que hace es
cooperar con el reino de las tinieblas.
Hechos 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por
la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
El propósito de la
iglesia es que las personas se conviertan de las tinieblas a la luz, que se
conviertan de la potestad de satanás al Dios único y todopoderoso.
Hebreos 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y
sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte
al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 2:15 y librar a todos
los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre.
Cuando llegamos a cualquier lugar con las llaves que usó
Pedro, los hombres salen de la cárcel del diablo a la libertad, salen de las
tinieblas a la luz, salen del engaño a la verdad. Jesús participó de carne y sangre para
destruir al que tenía el imperio de la muerte, esto es al diablo, y librarnos a
todos nosotros del temor de la muerte.
Tú participas de carne
y sangre con el mismo propósito de Cristo. El lugar de Cristo en la iglesia no
lo ocupa el Papa católico, lo ocupa la iglesia de Cristo y tú eres parte de esa
iglesia.
Cuando una persona
recibe la revelación del Evangelio, las PUERTAS DEL INFIERNO NO PREVALECEN, sino
que son derrumbadas y esa persona puede salir a la libertad, de esa manera es ‘edificada’ la iglesia de Cristo.
La iglesia está
compuesta por personas que han salido de detrás de las puertas del hades. Las
puertas del infierno no han podido retenerlas.
El poder de Dios por
medio de la predicación del evangelio ha sido poderoso para con ellos y les ha
librado. No hay diablo ni demonio ni
infierno ni oscuridad que pueda retener al que lleva las llaves que abren las
puertas del
1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Hoy como Iglesia tenemos una gran encomienda,
la encomienda de anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas
a la luz admirable.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 5:18 Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Tenemos un mandamiento
como Iglesia. Nuestro mandamiento es más
que pasar tiempo juntos, aunque eso es muy bueno. Nuestro mandamiento es más que reunirnos en
adoración, aunque eso es importante, es más que compartir alimentos aunque eso
edifica. Nuestro mandamiento es más que echar fuera demonios, es más que
profetizar, y es más que hacer milagros (Mateo
7:21), ya que aunque eso es bueno, no abre las puertas del Hades ni las
puertas del reino de los cielos.
Si alguno está en
Cristo es nueva criatura y esa nueva criatura no ha sido creada para que se
acueste a ver televisión, ha sido creada para que vaya a reconciliar al mundo.
Al igual que a Pedro
Dios nos dio unas llaves, esas llaves son la
palabra de la reconciliación y tenemos que hacer uso de ellas día a día.
2 Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si
Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos
con Dios.
Somos embajadores de
Dios, no debes olvidarlo, es como si Dios nos suplicara que cumplamos con
nuestro trabajo de anunciar la verdad del evangelio. No tienes que avergonzarte
ni temer, las puertas del hades no prevalecerán contra la iglesia, sino que
se derrumbarán ante ella.
Mateo 12:30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no
recoge, desparrama.
El que no está con
Cristo está contra él y en lugar de recoger desparrama. Miles de creyentes y
congregaciones completas están desparramando porque no están haciendo la voluntad de Dios de llevar el conocimiento de la
verdad a todos los hombres (1
Timoteo 2:3-4).
Hay puertas esperando
ser derribadas, hay puertas que mantienen a millones cautivos ¿Qué quieres para
tus semejantes? ¿La iglesia o el hades? No te puedes quedar sin hacer nada, de
ti depende que muchos sean liberados.
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