DEJADOS ATRÁS
__________________
Son las trece horas de un domingo, acabas de
recoger a tu esposa de la iglesia y vas a toda prisa para la casa porque el “clásico” ya comenzó. En el momento justo
en que estás pasando frente al cementerio de tu localidad escuchas un sonido que llena el aire. Tu esposa que venía a tu lado, ha desaparecido.
Los niños que venían en el asiento de atrás tampoco están.
El sonido viene de lo alto. ¿Una trompeta? ¿Un coro? No estás
seguro de lo que escuchas. Te detienes,
sales del auto y miras hacia arriba. De pronto un avión cae sobre un edificio que
está frente al cementerio y explota; el edificio se llena de llamas. Un
automóvil sin chofer te choca por detrás. Un bus lleno de pasajeros tampoco
tiene chofer y se estrella contra una casa y se vuelca.
Muchos incendios y muchas personas
gritando, pidiendo auxilio, hay sangre por todos lados, muchos muertos y muchos
heridos a la vez. La carretera se ha transformado en una
pista de carros chocones. Muchos salen de
sus autos mirando al cielo. Y muchos preguntan por sus niños que han
desaparecido. No hay un solo niño en los
alrededores.
Vuelves a ver hacia el cementerio y lo que ves
es espeluznante, muchas tumbas se abren y los muertos, como zombies cobran
vida, dan un paso y de pronto son elevados hacia el cielo, parece una película
de terror.
Segundos antes, como si el cielo fuera una cortina, la atmósfera se abrió,
una luz brillante se proyectó hacia la tierra. No había
ni una sola sombra. De la luz empezó
a surgir un río de colores, como agujas de cristal de todos los matices jamás vistos.
Y muchas personas fueron abducidas
hacia esa luz. Y una sombra de lo que parecía ser la figura de Cristo estaba sobre una nube inflamada al final del haz de
luz.
Todo ha sucedido en un
abrir y cerrar de ojos, son segundos, pero tremendos segundos. La que parece
ser una trompeta se calla, la nube y la luz desaparecen, los cielos se aquietan.
Caminas unos cincuenta metros, notas que en la
ventana de una tienda hay una pantalla de un televisor, algunas personas se
aglomeran para ver las noticias, están transmitiendo el partido y el locutor narra
que algunos jugadores y también el árbitro fueron abducidos por extraterrestres, lo mismo que muchas de las personas
que estaban en las graderías; el partido se
ha suspendido.
De pronto, el televisor se apaga, los servicios
de agua, luz, cable e internet han dejado de funcionar, todo es un caos. Las personas entienden que algo muy extraño y malo
está sucediendo, que las abduciones pueden continuar, entonces corren hacia los
supermercados en busca de alimentos y agua para guarecerse en sus casas, todos
se empujan, todos se pelean, comienzan los saqueos.
Los servicios de emergencia
se activan, pero no hay suficientes choferes para las ambulancias, tampoco
suficientes médicos ni enfermeras para que atiendan a los que han sobrevivido a
tantos accidentes. No hay suficientes socorristas ni suficientes policías, todas
las fuerzas están disminuidas, son millones de desaparecidos.
Los que han quedado, tienen
que ayudar a quitar escombros, a liberar las calles para que las ambulancias
puedan transitar.
Quizás eres una futura madre, tal
vez estabas por contraer matrimonio, o estabas a punto de graduarte en la universidad.
El partido de futbol, tus diplomas,
tu trabajo, aquello que te desvió la atención y que no te dejó escuchar “al pandereta”, que con la Biblia en la
mano quiso advertirte que eso sucedería, ya no importa.
Todo aquello que importaba ya no importa más, porque el temor y la ansiedad se han
apoderado de ti, solamente piensas en sobrevivir.
Si alguna vez había oído hablar del “arrebato de la iglesia”, entonces te darás
cuenta que eso es lo que está pasando, te preguntarás ¿Qué hice mal? O ¿Qué no
hice? Maldecirás a tu pastor que no te enseñó la verdad. Estarás desilusionado,
se te pondrán los pelos de punta y buscarás un refugio, porque frases como: “la gran tribulación”, “la marca de la bestia”, “el nuevo
orden mundial”, “el anticristo”,
“la batalla de Armagedón”, como un eco resonarán en tu
mente.
Sabes que vendrán por ti,
tendrás dos opciones, “dejarte sellar”
para “sobrevivir” a sabiendas de que “perderás la vida eterna”, o “dejarte ejecutar” para “salvar tu alma”.
Si nunca has oído hablar del “arrebato”, no sabrás lo que está
pasando, creerás que hubo un ataque
extraterrestre, es lo que escucharás en las noticias cuando los servicios se
reactiven. Y estarás asustado esperando el siguiente ataque.
Pero no es ningún ataque extraterrestre.
Simplemente se cumplió lo que Jesús
había prometido: “No se turbe
vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra
vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. (Juan 14:1-3)
Eso sucederá en un tiempo
muy cercano. Ciertamente Jesús aparecerá en la nube, puedes irte con él o puedes ser dejado atrás. Si sucede lo segundo,
entonces te quedarás a vivir “la gran
tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni
la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21-22).
Si eres creyente y fuiste dejado atrás, comprenderás en aquel día, que no fuiste enseñado con
la verdad sino con una media verdad, y por eso te quedaste. Si no eres creyente,
como ya lo dijimos, creerás que seres extraterrestres ocasionaron todo aquello.
Lo cierto del caso, es unos que unos y otros tendrán que enfrentar lo que viene.
Tendrán que soportar a un gobernador mundial, un
tirano al estilo de Hitler, pero más villano y malvado, que muchos lo conocen
como el “anticristo”.
Este señor tendrá el control de todas las
personas; sabrá qué comen, de qué religión son, qué les gusta, qué hacen y qué
no hacen. No necesita ir muy largo para saberlo, para ello tiene las redes
sociales.
Y luego ordenará poner un chip en la mano derecha o en la frente a todas las personas (Apocalipsis 13:16), para que no puedan
comprar alimentos al menos que tengan la marca, y para saber en dónde se
encuentran en el momento que él los necesite.
Ese desalmado, tendrá un odio o rechazo especial
hacia las mujeres y estará dispuesto a acabar con todo lo que suene a cristiano
y a judío.
Además, tendrás que hacerle frente a la gran
tribulación, al “derrame de las siete
copas de la ira” de Dios sobre la tierra (Apocalipsis capítulo 16).
Estamos hablando de plagas y pestilencias. Estamos hablando
de que las aguas del mar y de los ríos se conviertan en sangre. Estamos
hablando de una explosión solar que
acabará con la tercera parte de los habitantes de la tierra. Pero no solo eso,
esa explosión acabará con las comunicaciones satelitales, no habrá teléfonos ni
medios de comunicación ni electricidad por muchos meses.
También estamos hablando de úlceras malignas, de días de oscuridad
espiritual, donde se dará la mayor
posesión demoniaca de toda la historia, porque las puertas del infierno se
abrirán para que eso suceda (Apocalipsis
9:2).
Estamos hablando de una tercera guerra mundial conocida como “la batalla de Armagedón” y de un terremoto
tan grande como nunca lo ha habido, tan grande que dividirá Jerusalén en
tres partes y no quedará una sola isla ni un solo monte de pie. Estamos
hablando de la caída de granizos de
treinta kilos.
Si no fuera por causa de los escogidos, esos
días no serían acortados y no quedaría una sola persona viva sobre la tierra,
pero por causa de ellos, esa tribulación será de tan solo tres años y medio. Desolación y muerte, eso será lo que les espera
a los que se hayan dejados atrás.
¿Cuándo será eso? A Jesús le hicieron la misma pregunta, y Él dijo que “del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino
sólo el Padre” (Mateo 24:36). Pero
Jesús nos dio señales para que nos diéramos cuenta de que el tiempo se
acercaba:
El dijo que vendrían muchos haciendo pasar por él,
diciendo yo soy el Cristo; y a muchos engañarán (Mateo 24:5). El puertorriqueño José Luis de Jesús Miranda dijo que
era Jesucristo y logró que miles de personas le creyeran en todo el mundo. En
México hay otra persona que fundó una secta y dice ser Cristo. Lo mismo en
China y otros lugares, estamos llenos de falsos cristos; la señal se está
cumpliendo.
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis,
porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se
levantará nación contra nación, y reino contra reino” (Mateo 24:6-7).
Encienda la tele y verá
que hay guerras y rumores de guerras en todo el mundo. Los tambores de guerra
suenan a la vez en Irak, en Israel, en Rusia, en Siria y en muchos lugares del
mundo.
“Y habrá pestes, y hambres, y terremotos en
diferentes lugares. Y todo esto será
principio de dolores” (Mateo 24:6)
como los dolores que sufre la mujer antes del parto.
Eso está sucediendo en
el mundo, terremotos en todos los países, los principios de dolores han
comenzado.
“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9).
Será la época de mayor persecución
religiosa de la historia, si eres cristiano serás tratado de homofóbico, y
cuando el anticristo reine serás ejecutado, al menos que te dejes poner la
marca de la bestia.
“Entonces, muchos tropezarán (negarán su fe y se dejarán sellar), y se entregarán unos a otros, y unos a
otros se aborrecerán” (Mateo 24:10).
“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (Mateo 24:11).
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos (Por
Cristo) se enfriará. Mas el que persevere
hasta el fin, éste será salvo (Mateo
24:12-13).
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). No sé si habrá alguna
nación en el mundo donde no se haya predicado el evangelio. Lo que sí sé es que
en muchos países se ha retomado la persecución y muerte hacia los cristianos
como Jesús lo anunció. Son muchas las señales que nos indican que el tiempo
está más cerca de lo que imaginamos.
LA GRAN SEÑAL
Pero hay una gran señal:
“la higuera”. Un día Jesús caminaba
con sus discípulos y vio una higuera sin fruto. Él le ordenó secarse y la
higuera se secó inmediatamente (Mateo
21:19).
En las escrituras está
claro que la higuera simboliza a Israel.
Lo podemos ver en Oseas 9:10, en Jeremías 24:1:10, en Joel 1:7 y en muchos
otros versículos. Tanto es así, que el escudo de Israel contiene un candelabro
rodeado por una higuera.
Esta acción fue la profecía que señalaba el hecho de que
la ira de Dios se derramaría sobre Israel debido a que había rechazado a Jesús
como Mesías. Y la profecía se cumplió en el año 70 d.C. Ese año los romanos
destruyeron Jerusalén y mataron a más de un millón de judíos. El resto de ellos
fue echado de allí y esparcido por todo el mundo.
Al día siguiente en que
Jesús maldijo la higuera, se refirió de nuevo a ella y dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando
ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a
las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo
esto acontezca” (Mateo 24:32-34).
La higuera reverdeció el día 14 de mayo de
1948, fecha en que Israel fue proclamado al mundo como nación independiente y
se le dio parte de la tierra prometida para que sus ciudadanos habitaran.
Jesús dijo que los
judíos caerían a filo de espada y serían llevados cautivos a todas las naciones.
Luego, añadió que Jerusalén sería hollada por los gentiles, hasta que los
tiempos de los gentiles se cumplieran (Lucas
21:24).
Pues bien, todo eso
sucedió; Jerusalén pasó de los romanos a los bizantinos, y de ellos a los
árabes, los cruzados, los mamelucos, los turcos, los británicos y finalmente
los jordanos precarizaron la tierra y se hicieron llamar palestinos.
Durante más de 1800 años
Jerusalén estuvo bajo control gentil. Pero llegó el día que los tiempos de los
gentiles se cumplirían. Esto sucedió el 7 de junio de 1967 cuando Israel
reconquistó Jerusalén. Allí se cumplió la profecía, ese día se acabó el tiempo de los gentiles.
Pero, volvamos a la
frase más importante que Jesús dijo en Mateo
24:34: “De cierto os digo, que no
pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.”
Jesús dijo que no
pasaría la generación de la higuera
que reverdeciera sin que el arrebato y lo que está profetizado para los tiempos
del fin se cumplieran.
Si Israel tomó posesión
legítima de la tierra prometida en el año 1948, podemos entender que esa
generación de que habló Jesús se inició en ese año.
Ahora, si una generación,
según la biblia es de 70 a 80 años (Salmo
90:10), e Israel está cumpliendo 70 años en este 2018, podríamos afirmar
sin temor a equivocarnos, que el arrebato se dará en el transcurso del
siguiente periodo de diez años.
El apóstol Pablo nos dio
otra señal. Dijo que el arrebato no se daría sin que antes se manifestara la
apostasía y el hombre de pecado (2
Tesalonicenses 2:1-4), el hijo de perdición, el anticristo, el líder del
nuevo orden mundial que gobernará la tierra durante los últimos 7 años antes
del fin.
No debe quedar claro que
el nuevo orden mundial ya existe, se inició con la Unión Europea y se está
expandiendo mundialmente sin que nos demos cuenta. Digite usted la palabra “orden mundial” en el buscador de Google
y se sorprenderá de lo que encontrará.
La apostasía
ya llegó con toda su fuerza. Con el estribillo “igualdad de derechos” los estados están proclamando ser laicos.
Pero un estado Laico es aquel que prohíbe
que se hable de la palabra de Dios en las instituciones del Estado.
Ya usted no podrá
hablarle del evangelio a sus compañeros del Ministerio como Dios lo ordena. Y eso
implica que la educación religiosa ya no será permitida en las escuelas, sino
que será sustituida por la enseñanza de la ideología
de género para envenenar a los niños y enseñarles que “lo es bueno y lo bueno malo, que la luz es tinieblas y las tinieblas
son luz, y que lo amargo es dulce y lo
dulce es amargo” (Isaías 5:20)
para prepararlos para el anticristo.
Es lo que está
sucediendo en todo el mundo, y Costa Rica no escapa, el nuevo gobierno está de acuerdo
con esa apostasía.
LA FIRMA DE PAZ
Lo que marca el inicio
del fin es la firma de paz con Israel. El apóstol Pablo enseñó que “cuando digan paz y seguridad, vendrá la
destrucción repentina” (1
Tesalonicenses 5:3). Esta paz se refiere a la paz entre Israel y sus
vecinos.
En Daniel 9:27 se nos dice lo siguiente: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador”.
Daniel profetizó acerca
de los últimos siete años antes del fin. Habló de una semana de años o sea 7
años que darían inicio con la firma de un pacto de paz con Israel. Esa firma de
paz mediada por el líder del nuevo orden mundial será vital para que se firme
la paz con Israel. Pero, como dice la profecía de Daniel, a la mitad de esos
siete años, este anticristo romperá el pacto y tratará de destruir Israel, lo
que no conseguirá, porque Cristo vendrá personalmente
en defensa de Israel y acabará con él. (Apocalipsis 19:11-21).
Ese líder mundial es el
jinete del caballo blanco, el que da inicio al Apocalipsis. Su caballo es
blanco (Apocalipsis 6:2) porque el
blanco tipifica la paz.
Ese líder no se presentará
como un tirano sino como un pacifista, como una persona que quiere “derechos para todos”. Luego, cuando
tenga el poder y el apoyo de las naciones, sacará las uñas y empezará su
destrucción, apoyado por un falso profeta que pedirá que lo adoren como un
dios.
Lo cierto del caso es
que la paz ha sido anunciada. El papa y el presidente de USA han hecho lo
imposible porque se firme la paz entre Israel y sus enemigos. El fin está muy
cerca.
EL GRAN ESCAPE
Aquí es donde quería llegar
¿Cómo podremos escapar de la gran tribulación y formar parte del gran escape
que Dios nos ha dado a través del arrebato?
Solamente hay una
manera: “El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16).
Nuestro Señor Jesús nos
dio dos requisitos: 1) creer y 2) bautizarnos. Él dijo que el que
creyere en el evangelio de Cristo y se bautizare será salvo. Creer en el
evangelio es creer que Jesús es el Señor y que Dios lo levanto de los muertos (Romanos 10:9). El que no cree está
condenado. Y el que cree debe bautizarse para que sus pecados sean perdonados y
ser salvo (Hechos 2:38, 22:16).
Las religiones son la
esperanza falsa, ya que enseñan que con solamente creer en Cristo las personas
son salvas, sin necesidad de otra cosa. Si le crees a las religiones y no a
Cristo, entonces serás dejado atrás y
en aquel momento tan cercano te acordarás de estas palabras. No tienes que
creerme a mí, créele a la palabra de Dios, te lo suplico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario