¿POR QUÉ DIOS PERMITE LA POLIGAMIA?
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Puede que te sorprenda saber que Dios
permite la poligamia, pero es así; por lo tanto no nos debe extrañar que un
tercio de la población mundial sea polígama. Ésta es legal en África, Medio
Oriente y Asia y es más prevalente en las comunidades musulmanas y mormonas.
Aunque en Estados Unidos está prohibida, al menos la mitad de la población de
Colorado City y Hildale la practican.
Los defensores de la poligamia afirman
que la monogamia no está funcionando, lo dicen las tasas de divorcio que son
más altas en los países que no se permite la poligamia.
Génesis 4:19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el
nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.
El primer polígamo que menciona la
biblia es Lamec, tataranieto de Caín, el cual tomó para sí dos mujeres.
Génesis 16:3 Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su
sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de
Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido.
A ruego de Sara, la cual era estéril,
Abraham tomó a Agar su sierva como esposa para tener un hijo con ella, este es
Ismael.
Jacob tuvo 4 esposas, Esaú 3, Caleb 3 esposas
y 2 concubinas, Gedeón "muchas"
esposas, David 8 esposas más 10
concubinas. Pero el record mundial lo tiene el Rey Salomón, el cual tuvo 700
esposas y 300 concubinas.
Obviamente, Dios usó para sus buenos
propósitos a tales hombres, a pesar de su poligamia. Dios no prohibió la poligamia, más bien la permitió y dentro de la ley Mosaica
fue regulada de alguna manera.
Antes de que se diera la Ley Mosaica, Jacob se casó con las
hermanas Lea y Raquel, aunque esa no era su intención original. Y podemos
leer en la Biblia los muchos problemas que esto le ocasionó debido a la rivalidad
entre esas hermanas.
Levítico 20:10 Si un hombre cometiere adulterio con
la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán
muertos.
En la ley de Moisés se castiga el
adulterio, pero no se castiga la poligamia. Y es que la poligamia no es adulterio, ya que el adulterio se comete
cuando un hombre tiene relaciones sexuales con una mujer que tiene marido, pero
si el hombre tiene relaciones sexuales con una mujer que no tiene marido, a la
cual puede convertir en su esposa, eso no es adulterio.
Deuteronomio 21:15 Si un hombre tuviere dos
mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le
hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 21:16 en el
día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que
es el primogénito; 21:17 mas al hijo de la aborrecida reconocerá como
primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los
demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la
primogenitura.
Dios reconoce que un hombre podría
tener varias esposas, amar a una y aborrecer a otra y se adelanta a la
situación regulando las herencias para que el hijo o los hijos de la no amada no se vean perjudicados.
Éxodo 21:7 Y cuando alguno vendiere su hija por
sierva, no saldrá ella como suelen salir los siervos. 21:8 Si no agradare a su
señor, por lo cual no la tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no
la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare. 21:9 Mas si la hubiere
desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas. 21:10 Si
tomare para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el
deber conyugal. 21:11 Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de
gracia, sin dinero.
Y aquí hay una regulación en la Ley
Mosaica concerniente al matrimonio polígamo. En la antigüedad y en los
lugares primitivos actuales, las hijas eran y son consideradas como las
posesiones de sus padres.
Recuerde que Jacob sirvió a Labán siete
años dos veces para adquirir sus esposas Lea y Raquel. De tal manera que
un hombre podía vender a su hija como
esclava y el que la adquiría podía
casarse con ella o darla por esposa a uno de sus hijos.
Tal vez una manera astuta de obtener
una esposa más barata, era adquirirla como esclava, luego él comprador podía
devolverla a su padre para que le reembolse el precio original, lo que
obviamente también indicaba que se estaba divorciando de ella. Si el comprador
no la quiere por esposa, su padre podrá rescatarla, devolviendo el dinero, porque
el comprador no podrá venderla como
esclava.
Eso sí, cuando el comprador tomaba a la
esclava como esposa, debía otorgarle los mismos derechos que las otras esposas,
éstos se resumen en vestirla, darle alimento y cumplir con ella el deber
conyugal. Y cuando no cumpliere con su nueva esposa en una de estas tres cosas
debería dejarla libre, es decir darle carta de divorcio, y el padre podría
rescatarle sin pagar un centavo.
Aunque los "derechos de las mujeres" enumerados en ese pasaje están muy
lejos de los derechos de las mujeres en muchas culturas progresistas, tal vez
fueron algo revolucionarios para el mundo antiguo y serían revolucionarios en
algunas partes del mundo menos civilizadas de la actualidad.
Tome nota que Dios requirió que el
hombre que tomó a una esclava por esposa,
no redujera los alimentos, la vestimenta o los derechos conyugales de la
esposa original, y con respecto a ese tercer requisito, uno no puede evitar
preguntarse ¿Cómo cumplió Salomón? Simplemente no pudo cumplir, y muchas
de sus esposas quizás reclamaron el
derecho al divorcio o le fueron infieles.
Esos pasajes no solo revelan algo sobre
la tolerancia y regulación de la poligamia
de Dios, sino también su tolerancia y regulación del divorcio dentro de la poligamia, algo que Jesús
dijo que estaba permitido debido a la "dureza
de los corazones de los hombres" (Mateo
19: 8).
En La ley encontramos dos versiones de divorcio
que ciertamente indican "dureza de
corazón": 1) un hombre “encuentra algo indecente en su esposa entonces
le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano a su padre, y la
despedirá de su casa (Deuteronomio
24:1) y 2), un
hombre toma una segunda mujer por esposa y consecuentemente la descuida al
negar sus necesidades básicas, entonces igual le da carta de divorcio y la
devuelve a su padre.
Dios mitiga el mal ocasionado por el incumplimiento
de los deberes del esposo, prohibiéndole
venderla a los extranjeros como esclava y
exigiéndole que se la devuelva a su padre sin un pago a cambio.
¿Es
la poligamia la voluntad de Dios? La poligamia no es ni será nunca la
voluntad de Dios, lo sabemos porque Dios creó una mujer para Adán, no creó
varias mujeres para él.
La poligamia se da por la misma razón que se da el divorcio, por la dureza de los corazones de los hombres, pero Jesús dijo que al principio no fue así (Mateo 19:8), es decir el hombre comenzó
a hacer su voluntad y dejó de hacer la voluntad de Dios, y Dios debió regular
esa voluntad del hombre para evitar males mayores.
El hombre casado que toma otra esposa, es en cierto
modo comparable al hombre que se divorcia de su esposa, tiene un corazón endurecido y no le importa el
daño que puede hacerle a su primera esposa al enviarle un mensaje de que ella es insuficiente, y ella no puede evitar sentirse herida por el segundo
matrimonio.
De hecho, el polígamo podría
considerarse el ser más egoísta del mundo, solamente piensa en él y hace algo
que no le gustaría que le hicieran. Y, en cierto sentido comete “adulterio continuamente contra ella”, porque
la está “traicionando” a su vista y
paciencia, y aun así, espera que ella permanezca fiel y continúe amándolo.
Aunque el polígamo espera que su mujer
le sea fiel, esto no es seguro, más bien debería despojarse de su egoísmo y
divorciarse para darle la oportunidad a su primera esposa de encontrar un
hombre que la ame de manera exclusiva, como ella se merece.
El polígamo se cree afortunado, pero en
realidad es un tonto, cree que está ganando cosas positivas, pero no son
positivas sino negativas, está hiriendo a una mujer que lo ama, poniéndola en
competencia con sus afectos y bajándole su autoestima ¿Qué está ganando? El
rencor, el desamor y el odio de su primera esposa e incitándola a la
infidelidad. Además está perdiendo algo que es mucho más valioso, a
saber, la maravillosa bendición de una relación monógama.
Si eres pastor ¿Qué hacer con un hombre
de tu congregación que tiene múltiples esposas? ¿Debes aceptar su
poligamia o rechazarlo?
Debes apoyarte en la palabra de Dios.
Pero el Nuevo Testamento parece callar al respecto, lo único que dice es que
los que los polígamos están
descalificados para ser líderes de la iglesia:
“Pero
es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer…” (1 Timoteo 3:2); y “los
diáconos sean maridos de una sola mujer,
y que gobiernen bien sus hijos y sus casas” (1 Timoteo 3:12).
El matrimonio
no está prohibido para los líderes espirituales, (como lo enseña la iglesia católica), lo que está
prohibido es la poligamia. Más bien, “el prohibir
casarse es considerado por Dios como una
doctrina de demonios y una apostasía del final de los tiempos” (1 Timoteo 4:1-3).
Y, el requisito de la monogamia no es
exclusivo para los líderes de la iglesia, también lo es para los estadistas. En
la Ley de Moisés, mucho antes de que Israel tuviera reyes, Dios dijo:
“Cuando
hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y
la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están
en mis alrededores; ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios
escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti
a hombre extranjero, que no sea tu hermano. Pero él no aumentará para sí
caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos;
porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino. Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su
corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia” (Deuteronomio 17: 14-17).
No cabe la menor duda que el corazón
del Rey Salomón se desvió totalmente, transgredió este mandamiento y terminó destruyendo
su vida al alejarse de Dios. Pero no
solo su vida sino la de sus tantas mujeres. Y el pueblo terminó sufriendo
también, porque Salomón lo cargó de impuestos para poder hacerle frente a las
obligaciones económicas de sus tantos matrimonios y divorcios.
Pero volvamos a las restricciones
maritales del Nuevo Testamento para los obispos y los diáconos. Tales restricciones no habrían sido necesarias si
no hubiera polígamos en la iglesia ¿No es cierto?.
Es interesante que muchos pastores
enseñan que cuando se afirma que el
obispo debe ser de una sola mujer, se está
dando a entender que “no debe tener
matrimonios anteriores”, o sea que el obispo “haya sido divorciado”.
Pero eso no es así, si el apóstol Pablo,
escritor de la epístola hubiese querido
decir eso, lo hubiera dicho así: “los
obispos no pueden ser divorciados y vueltos a casar”. Sin embargo, eso no
fue lo que dijo Pablo, lo que dijo es que los obispos “debían tener una única esposa y no varias”, aceptando la poligamia
en la iglesia que era algo visible.
Entonces, a pesar del hecho de que Jesús murió por
todos tus pecados y ahora eres una nueva creación en
Cristo, no estás calificado para ser Pastor o diácono si eres polígamo, pero sí
estás calificado para serlo si eres divorciado y vuelto a casar.
¿Por qué los líderes de la iglesia no
pueden ser polígamos? En primer lugar, porque la poligamia no es un buen ejemplo a ser imitado por los
cristianos, que nos debemos a una sola esposa.
Además, si a un líder le cuesta gobernar bien su casa y a la
vez a la iglesia, teniendo un solo matrimonio, imagine lo que puede pasar si
tuviera varias esposas a la vez, su mente estaría distraída y su cuerpo agotado
para cumplir debidamente con las obligaciones de la iglesia.
Históricamente, existe evidencia de que
la poligamia se practicaba en el período del Nuevo Testamento tanto entre
judíos como entre gentiles, a pesar de que la ley romana prohibía la poligamia
para los ciudadanos romanos.
La mayoría de los pastores cristianos
le piden a los polígamos que se divorcien de su segunda o tercera esposa y que
permanezcan con la primera esposa ¿Es esto correcto? Claro que no, todas son
esposas con iguales derechos y deberes, y debe considerarse la difícil
situación de los hijos, la cual de por sí ya es difícil en una familia
polígama.
Si eres pastor, lo correcto es que
hagas tuyas las palabras de Pablo: “Cada
uno en el estado en que fue llamado, en él se quede” (1 Corintios 7:20).
En mi humilde opinión, esto no solo
refleja la actitud de Pablo, que permitió
a los polígamos en la iglesia a pesar de que promovió la monogamia como el
ideal, sino también lo que se enseña en la Ley de Moisés, una ley que Pablo
dijo que: “era santa, y el mandamiento
santo, justo y bueno" (Romanos
7:12). Además ¿Qué hacer con los huevos revueltos?
Deuteronomio 25:5 Cuando hermanos habitaren juntos,
y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará
fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su
mujer, y hará con ella parentesco. 25:6 Y el primogénito que ella diere a luz
sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea
borrado de Israel. 25:7 Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá
entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar
nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 25:8 Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se
levantare y dijere: No quiero tomarla, 25:9 se acercará entonces su cuñada a él
delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el
rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la
casa de su hermano.
Que Dios permitiera la poligamia, fue en
primer lugar para amparar a las mujeres
viudas. Un hombre ya casado podía tomar a la viuda de su hermano fallecido
como segunda esposa, y parece que solo se aplicó cuando los hermanos vivían
juntos y el hermano fallecido no tenía hijo. Si el cuñado la desechaba, otro pariente
podría tomarla como esposa, como sucedió entre Ruth y Booz.
Además, las estadísticas muestran que
aproximadamente el 50:5% de la población mundial son mujeres, representando los
hombres el 49.5%. Asumiendo los mismos porcentajes en tiempos antiguos, y
multiplicándolos por millones de gente, habría decenas de miles de mujeres más
que de hombres.
A ello, recordemos que en tiempos
antiguos la guerra era especialmente brutal, con un increíble alto porcentaje
de fatalidades. Esto habría resultado en un porcentaje aún mayor de mujeres
respecto a los hombres.
Y debido a las sociedades patriarcales, era casi
imposible para una mujer soltera mantenerse por ella misma. Generalmente las
mujeres carecían de educación y preparación, dependían de sus padres, hermanos
y esposos para su provisión y protección y cuando éstos morían, estaban expuestas a la prostitución y a la esclavitud.
Es significativo que la diferencia
entre el número de mujeres y hombres habría dejado a muchas, muchas mujeres en
una situación de desamparo, así que parece que Dios permitió la poligamia para proteger a la mujer y proveer un
esposo para aquella que no pudiera encontrar un esposo de otra manera.
Un hombre tomaría varias esposas y
serviría como el proveedor y protector de todas ellas. Mientras que
definitivamente no es lo ideal vivir en una casa con poligamia, era mucho mejor
que la prostitución, la esclavitud y el morir de hambre.
Concluimos entonces que la poligamia no es la voluntad de Dios, no,
no lo fue, no lo es ni lo será nunca, lo sabemos porque Dios creó una mujer
para Adán, no creó varias mujeres para él, como ya lo dijimos.
Pero, Dios lo permitió la poligamia para
encontrar una solución a la mujer sola y desamparada, reflejando con ello su
gran misericordia, razón misma por la cual permitió el divorcio.
Wow, es bueno estar de vuelta con mi ex nuevamente, gracias Dr. Ekpen por la ayuda, solo quiero hacerle saber que está leyendo esta publicación en caso de que tenga problemas con su amante y se esté divorciando y usted no quiere el divorcio, el Dr. Ekpen es la respuesta a su problema. O ya se está divorciando y todavía quiere que él / ella contacte al Dr. Ekpen, el lanzador de hechizos ahora (ekpentemple@gmail.com) y se alegrará de haberlo hecho.
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