jueves, 17 de marzo de 2016

NO LO PIDAS, TÓMALO

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Muchos creyentes se sienten abandonados por Dios, porque le hacen peticiones y no reciben, creen que la respuesta de Dios es “no”, pero no es cierto, lo que sucede es  que le están pidiendo a Dios cosas que ya Dios se las dio.

Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.

La mayoría de creyentes viven constantemente pidiéndole a Dios que los bendiga. Pero el versículo anterior indica que ya Dios nos bendijo con toda bendición espiritual.
No hay más bendiciones que Dios pueda darnos porque ya nos dio todas las bendiciones, de tal manera que pedirle a Dios que nos bendiga es un contrasentido.  No tenemos que pedir lo que ya tenemos, lo que debemos de hacer es apropiarnos de lo que ya tenemos. No lo pidas, tómalo.
En general, la culpa es de aquellos que utilizan un púlpito para enseñar que Dios quiere bendecir, que Dios quiere sanar, que Dios quiere prosperar, enseñan que Dios quiere darnos lo que ya Dios nos dio, lo que es contradictorio. Y en particular, la culpa es de cada uno de aquellos que no estudian la palabra de Dios.
En muchas iglesias, los pastores piden dineros a las personas a cambio de que éstas reciban las bendiciones  de Dios, como si Dios fuera un comerciante de la fe. Y eso es una estafa porque están pidiendo dinero para ofrecer lo que ya Dios ha dado. Es el caso de Jacob, a quien precisamente usan como ejemplo a la inversa:

Génesis 28:15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

En este pasaje vemos como Dios le promete a Jacob guardarlo y bendecirlo.

Génesis 28:20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 28:21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 28:22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

En este otro pasaje vemos a Jacob tratando de negociar con Dios para que le de lo que ya Dios le había dado o prometido.  Jacob no escuchó a Dios o su mente de comerciante y “engañador” le impidió escucharlo. Y desdichadamente eso es lo que están haciendo en las iglesias, están engañando a los fieles “vendiéndoles” un evangelio al estilo de Jacob y “negando la gracia” que Dios nos ha dado.
Para comprenderlo mejor, pongamos de ejemplo, que usted necesita un dinero para pagar su casa. Yo le doy ese dinero y una vez que lo tienes en la mano, me pides que te preste dinero para el pago de la casa. Yo no tendría una respuesta que darte, lo que pensaría es que eres un demente.
Igual debe pensar Dios, que estamos dementes, él no tiene que perdonarnos, no tiene que bendecirnos, no tiene que sanarnos, porque ya todo eso lo hizo en Cristo Jesús.

1 Pedro 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Este pasaje dice que Cristo llevó nuestros pecados al madero. Él clavó el acta de los decretos que nos acusaba en la cruz (Colosenses 2:14.  Allí obtuvo eterna redención (Hebreos 9:12) para nosotros los pecadores. Jesús no obtuvo un perdón temporal sino un perdón eterno de todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros. No es algo que va a suceder, es algo que ya sucedió.
Ese perdón se hizo realidad en ti cuando te bautizaste (Hechos 2:38) y no necesitas pedirle a  Dios que te perdone, no necesitas pedirle a Dios que haga algo que ya hizo. Al bautizarte te apropiaste de ese perdón eterno.  No lo pidas, tómalo.
El mismo pasaje dice que por la herida de Jesús fuimos sanados. La sanidad es algo que ya Jesús efectuó. No necesitamos estar orando por sanidad, porque ya Dios nos otorgó la sanidad en Cristo Jesús, lo que necesitamos es apropiarnos de esa sanidad.

1 Corintios 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

Este versículo dice que ha hemos sido justificados (perdonados), que ya hemos sido santificados y que ya hemos sido redimidos.  Sin embargo en miles de iglesias enseñan que debemos santificarnos y hay toda una doctrina de la  “santificación”. 

Gálatas 2:21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

Si nosotros tratamos de conseguir lo que ya se nos dio en Cristo, lo que podemos recibir es la ira de Dios, porque estaríamos desechando su gracia. Entonces por demás murió Cristo.

Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Lea con mucho cuidado lo que dice este versículo. El que busca justificarse cae de la gracia porque ya ha sido justificado y está desechando lo que Cristo hizo.

Hebreos 10:26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 10:27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

Hay un pecado que no tiene perdón. Ese pecado consiste en negar la gracia de Dios y la obra del Espíritu Santo.  A eso se refiere el anterior pasaje de Hebreos, y en el caso particular se refiere a negar el perdón de pecados:

Hebreos 10:17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 10:18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado

En los versos 17 y 18 Dios promete no acordarse nunca más de nuestros pecados, porque Jesús pagó por ellos. Esa es una verdad absoluta de Dios que ha sido revelada. Si después de tener ese conocimiento, tú piensas que algún pecado no ha sido perdonado, estás desechando la gracia de Dios y ofendiendo al Espíritu Santo, lo estás tratando de mentiroso porque es el Espíritu quien ha revelado las escrituras.

Hebreos 10:28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

Si bajo la ley de Moisés, la paga del pecado es la muerte, ¿qué mayor castigo recibirá el que tenga por inmunda la sangre de Cristo al afirmar que un pecado quedó sin perdón ofendiendo con ello al Espíritu Santo? Y eso es lo que consiguen todas esas malas enseñanzas que te llevan a pedir lo que ya has recibido por gracia.
Hay maestros de la biblia que enseñan que muchas personas no reciben una respuesta a sus peticiones porque tal vez tienen algún pecado oculto que no ha sido confesado ni perdonado.
Nada más falso que eso. Para Dios no hay nada oculto y cuando te bautizaste Dios conocía todos tus pecados y tú no tuviste que enumerarlos.
No hay ningún pecado que impida la bendición porque ya los pecados fueron perdonados y la bendición ya fue otorgada.
Si tú oras: “Señor perdona este pecado”, él te va a contestar: “¿De qué pecado estás hablando?, no recuerdo
Dios perdonó todos tus pecados y prometió nunca más acordarse de ellos y Dios no es hijo de hombre para que mienta, por el contrario, en él todas las promesas son sí y amén para la gloria de Dios (2 corintios 1:20). Si Dios lo prometió, entonces lo cumplirá. No lo pidas, tómalo.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Las personas del Viejo Testamento estaban bajo la ley y debían conseguir el perdón de pecados y las bendiciones por medio de las obras de la ley.  Pero nosotros no estamos bajo la ley sino bajo la gracia y la gracia es lo que Dios nos dio en Cristo sin merecimiento alguno. Voy a repetirlo, ya Dios nos dio todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3). El depósito ya fue hecho, no tenemos que pedirlo sino apropiarnos de ese depósito y utilizarlo. Efesios 1:19 dice que el poder que levantó a Cristo de los muertos opera en el creyente.
Los creyentes aprovechan los cultos de oración para pedirle poder a Dios para vencer el temor y la tentación, cuando ese poder está dentro de ellos. NO tienen que pedirlo, tienen que apropiarse de ese poder.
También hacen peticiones de cosas que ya obtuvieron desde el mismo momento en que fueron bautizados. Esto sucede porque no han entendido el evangelio. Así que abre tu entendimiento y no lo pidas, tómalo.

Juan 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Jesús dijo: “consumado es”. Esto significa que todo lo que Jesús tenía que hacer ya lo hizo. Que todo lo que tenía que darnos mientras estamos en la tierra ya nos lo dio.  Nosotros no tenemos que orar para que Dios nos de algo que ya nos dio, todo ha sido consumado.

Efesios 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.

El apóstol Pablo dice que no cesaba de orar por los efesios, y no oraba para que Dios los bendijera o les diera poder, sino para que les diera sabiduría y revelación para que ellos pudieran comprender que ya habían recibido lo que estaban pidiendo.
No vemos a Dios, no vemos al Espíritu Santo, pero eso no significa que no sean reales. Por ejemplo, usted no necesita llamar todos los días a su proveedor de cable para que le envíe la señal a su televisor. Tampoco ves la señal, pero la señal ya está allí, lo único que tienes que hacer es conectar la tele.  Si usted no enciende el interruptor no llega la luz a tu casa, la luz ya está allí, solo tienes que tocar el interruptor.
De igual manera sucede en la relación que existe entre Dios y los creyentes. Que una persona tenga luz espiritual, no depende de Dios,  depende de si tú  tienes encendido o pagado el interruptor del corazón. Dios ya te dio la señal para que funciones, no tienes que pedirle a Dios la señal, lo que tienes que hacer es enchufarte y empezar a caminar en el Espíritu. Me dirás ¿Pero entonces por qué sigo enfermo? Porque no has tomado la bendición.

¿CÓMO RECIBIR LAS BENDICIONES?
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FE Y GRACIA

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

No puedes separar la fe de la gracia, si hay gracia es porque hay fe.  Si eres salvo es porque obtuviste el perdón de pecados, esa es la gracia, pero para obtener ese perdón de pecados necesitaste primero creer en que Cristo murió por ti en la cruz.
La fe y la gracia siempre van unidas. Sin fe nunca vas a obtener la gracia de Dios. ¿Por qué no te sanas? Porque no tienes fe. Ya Dios te dio la sanidad en Cristo Jesús. No falta la gracia, lo que falta es la fe para apropiarse de esa gracia.
En el capítulo 3 del libro de los Hechos, se narra que había un cojo de nacimiento a la entrada de un templo que se llamaba “la hermosa”. Cuando Pedro y Juan ingresaron al templo,  el cojo les pidió una limosna. El apóstol Pedro se volvió y le dijo:

“No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos” (Hechos 3:6-7)

Pedro no tenía dinero ni bienes materiales. Pero Pedro había sido bendecido con toda bendición espiritual, eso es lo que tenía y eso es lo que le dio al cojo. El poder que levantó a Cristo de los muertos estaba en él y Pedro hizo uso de ese poder en el nombre de Jesús y sanó al cojo de nacimiento. La gracia de Dios que ya estaba en Pedro, fluyó de él a través de la palabra de fe para darle sanidad al cojo.

LA LENGUA Y EL CORAZON

Proverbios 18:21  La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.

La vida y la muerte están en poder de la lengua. Los cielos y la tierra fueron creados por la palabra de Dios. Dios dijo “Hágase y fue hecho”. La gracia necesita fe y esa fe se completa cuando creemos con el corazón y confesamos con nuestra boca.  Pedro creyó con su corazón en el poder que estaba dentro de sí y lo confesó con su boca. Entonces el cojo fue sanado.

Marcos 11:23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

Jesús dijo que si le decimos a un monte que se eche al mar, y no dudamos en nuestro corazón, lo que digamos sucederá. Una montaña puede ser cualquier problema o circunstancia negativa.
Ahora, tome en cuenta que Jesús no dijo que “le habláramos al Padre de la montaña”, sino que “le habláramos a la montaña del Padre”.
La “confesión positiva”, no es repetir: “soy sano, soy sano, soy sano” un montón de veces.  Con una vez que lo confieses, si lo estás creyendo con tu corazón, entonces sucederá.  
Hay personas que dicen “me muero de hambre o me muero de risa” y no se mueren ¿Por qué? Porque no están creyendo lo que dicen. La lengua y el corazón deben estar en armonía, sino nada sucederá.
Pero, tampoco es confesar lo que nos da la gana, lo que podemos confesar son las promesas de Dios.

Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Aquí hay una promesa que dice que podemos ser salvos, si creemos con el corazón que Jesús es el Señor y lo confesamos con la boca. Ese es el primer paso para la salvación.
Si confesamos que Jesús es el Señor que fue resucitado, pero no lo creemos con el corazón, nunca seremos salvos. Si creemos con el corazón que Jesús es el Señor que fue resucitado, pero nos da vergüenza confesarlo, tampoco seremos salvos.
Para apropiarnos de todas las bendiciones de Dios, debemos creer con el corazón que ya Dios nos dio esas bendiciones y confesarlo con nuestra boca. Ese es el eslabón perdido del evangelio que ha sido revelado.

Romanos  6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Este versículo dice que somos sepultados con Cristo para muerte a través del bautismo, para que podamos andar en nueva vida. ¿Por qué muchas personas de bautizan pero no andan en nueva vida? (vivir para Cristo (2 Corintios 5:15). Porque no creyeron en su corazón que fueron sepultadas y resucitadas. Para ellas el bautismo fue un chapuzón más en su vida.

Colosenses 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Efesios 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Muchas personas viven en derrota, entonces le oran a Dios para que reprenda a Satanás pero nada sucede y continúan oprimidos. ¿Por qué? Porque no deben orar, lo que deben es actuar.
Dios te sentó en lugares celestiales y te dio toda autoridad sobre Satanás y sus ángeles. Solamente debes creerlo y con tu boca reprender esos demonios confesando esa autoridad.
Satanás está bajo tus pies y tú puedes ordenarle que quite las manos de tu bendición. Tú puedes ordenarle que se retire, sométete a Dios, resistid al diablo en el nombre de Jesús  y huirá de ti (Santiago 4:7). No lo pidas, tómalo.
IMPEDIMENTOS PARA LA BENDICIÓN

Hay un impedimento para recibir las bendiciones y se da cuando relacionamos bendiciones con cosas materiales. Si una persona tiene varios carros, entonces pensamos que esa persona es bendecida por Dios. Si no tiene nada es porque Dios no la bendice. Pero eso no es así, ¿De qué le sirven a una persona sus bienes materiales si al final de su vida se va para el infierno? ¿Es eso ser bendecido? Si estás pensando ser bendecido a través de cosas materiales es porque no has entendido el evangelio.
Tienes que renovar tu entendimiento. La palabra de Dios nos enseña que en muchos de los casos (no siempre), las riquezas son para maldición. Mira lo que le pasó al joven rico. Su fortuna se lo llevó para el infierno porque antepuso su fortuna antes de seguir a Cristo.

1 Timoteo 6:7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 6:8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 6:9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Nada hemos traído a este mundo y nada nos vamos a llevar. Así que si tienes sustento y abrigo, conténtate con ello. Ya vendrá una eternidad en donde tendrás todas las cosas materiales que quieras. La madre Teresa renunció a los placeres de la vida para trabajar por los más necesitados. En una ocasión le preguntaron que por qué no descansaba y ella dijo: “ya habrá toda una eternidad para descansar”.
Las codicias por los bienes materiales terminan hundiendo a las personas en la perdición. Raíz de todos los males es el amor al dinero, porque hace que las personas se extravíen de la fe.
Entonces debes tener claro que ser bendecido no es tener bienes materiales, sino bendiciones espirituales. Y esas bendiciones que ya nos fueron concedidas se obtienen por gracia a través de la fe. Eso no implica que debemos vivir en la miseria, ya que Dios prometió que nada nos faltaría.

CUMPLIR LAS CONDICIONES

Por último, muchas personas no reciben las bendiciones porque no cumplen las condiciones de algunas de las promesas.

Marcos 16:16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Ya vimos que el primer paso para ser salvos, es creer y confesar a Cristo. Pero hay un segundo paso y ese segundo paso es el bautismo. Recuerda siempre que la verdad de Dios no es un versículo asilado sino la suma de la palabra de Dios (Salmo 119:160). Si no nos bautizamos, no se completa la salvación porque no se cumple una condición establecida por Dios.

Mateo 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Para que no nos falte nada, no tenemos que orar, lo que tenemos que hacer es buscar el reino de Dios y justicia, lo que eso quiere decir es que tenemos que apropiarnos de las bendiciones materiales poniendo los propósitos de Dios en primer lugar y dándole un segundo lugar a nuestros propósitos y deseos.  Cuando hacemos eso, Dios hará que nuestros propósitos y deseos se hagan realidad.  Dios promete suplir todas nuestras necesidades, siempre y cuando nosotros busquemos el reino de Dios. Si no buscamos el reino, Dios no suplirá nuestras necesidades.

Marcos 16:18 …sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

¿Qué hacer cuando una persona está enferma? Si al igual que Pedro, creemos con el corazón, entonces le ponemos las manos y le ordenamos que se levante en el nombre de Jesús confesando la sanidad.
A veces se hacen cadenas de oración por un enfermo y éste termina muriendo. Entonces los que oraron salen diciendo: “Oramos con fe, no se sanó porque Dios no lo quería así”.  
Se equivocaron, no tenían que orar, no tenían que pedir sanidad porque ya Dios había dado la sanidad, lo que tenían que hacer era confesar esa sanidad, creyendo con el corazón y poner las manos sobre el enfermo para que sanara.

RESUMEN:

Claro que debemos orar, pero no debemos orar por lo que ya Dios nos ha dado, porque no vamos a recibir nada. Lo que tenemos que hacer es apropiarnos de esas bendiciones, creyendo las promesas con el corazón y confesándolas con la boca. 
Recuerda que la gracia de Dios está condicionada a la fe.  Dice  Santiago  que  el que duda no recibirá nada del Señor (Santiago 1:6-7). Sin fe no hay gracia
Recuerda también que hay muchas bendiciones que se quedan en el camino porque no cumplimos con las condiciones que muchas de las promesas exigen. Si cumples las condiciones de las promesas, éstas se cumplirán, sino las cumples, por más que ores, nunca se cumplirán.

Hebreos 13:5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 13:6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

Y por último, no seamos materialistas, sino que sean nuestras costumbres sin avaricias dice el Señor, contentos con lo que tenemos. Si eres materialista no recibirás nada del Señor. Toma en cuenta que son más importantes las bendiciones espirituales que las materiales, y que Dios no te desamparará ni te dejará. Si Dios lo prometió, entonces lo cumplirá. No lo pidas, tómalo.










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