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Muchos
creyentes se sienten abandonados por Dios, porque le hacen peticiones y no reciben,
creen que la respuesta de Dios es “no”,
pero no es cierto, lo que sucede es que
le están pidiendo a Dios cosas que ya Dios se las dio.
Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo.
La
mayoría de creyentes viven constantemente pidiéndole a Dios que los bendiga. Pero
el versículo anterior indica que ya Dios nos
bendijo con toda bendición
espiritual.
No hay más bendiciones que Dios pueda darnos
porque ya nos dio todas las bendiciones, de tal manera que pedirle a Dios que nos bendiga es un contrasentido. No tenemos que pedir lo que ya tenemos, lo que debemos de hacer es apropiarnos de lo que ya tenemos. No lo pidas, tómalo.
En
general, la culpa es de aquellos que
utilizan un púlpito para enseñar que Dios
quiere bendecir, que Dios quiere sanar, que Dios quiere prosperar, enseñan
que Dios quiere darnos lo que ya Dios nos dio, lo que es contradictorio. Y en
particular, la culpa es de cada uno de aquellos que no estudian la palabra de
Dios.
En
muchas iglesias, los pastores piden
dineros a las personas a cambio de que éstas reciban las bendiciones de Dios, como si Dios fuera un comerciante de
la fe. Y eso es una estafa porque
están pidiendo dinero para ofrecer lo que
ya Dios ha dado. Es el caso de Jacob,
a quien precisamente usan como ejemplo a la inversa:
Génesis 28:15 He aquí, yo estoy contigo,
y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra;
porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
En
este pasaje vemos como Dios le promete a Jacob guardarlo y bendecirlo.
Génesis 28:20 E hizo Jacob voto,
diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me
diere pan para comer y vestido para vestir, 28:21 y si volviere en paz a casa
de mi padre, Jehová será mi Dios. 28:22 Y esta piedra que he puesto por señal,
será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.
En
este otro pasaje vemos a Jacob tratando de negociar con Dios para que le de lo que ya Dios le había dado o
prometido. Jacob no escuchó a Dios o su
mente de comerciante y “engañador” le impidió escucharlo. Y desdichadamente eso
es lo que están haciendo en las iglesias, están engañando a los fieles “vendiéndoles”
un evangelio al estilo de Jacob y “negando
la gracia” que Dios nos ha dado.
Para
comprenderlo mejor, pongamos de ejemplo,
que usted necesita un dinero para pagar su casa. Yo le doy ese dinero y una vez
que lo tienes en la mano, me pides que te preste dinero para el pago de la
casa. Yo no tendría una respuesta que darte, lo que pensaría es que eres un
demente.
Igual
debe pensar Dios, que estamos dementes, él no tiene que perdonarnos, no tiene que bendecirnos, no tiene que sanarnos,
porque ya todo eso lo hizo en Cristo
Jesús.
1 Pedro 2:24 quien llevó él mismo
nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados.
Este
pasaje dice que Cristo llevó nuestros
pecados al madero. Él clavó el acta de los decretos que nos acusaba en la
cruz (Colosenses 2:14. Allí obtuvo eterna redención (Hebreos
9:12) para nosotros los pecadores. Jesús no obtuvo un perdón temporal sino
un perdón eterno de todos nuestros
pecados pasados, presentes y futuros. No es algo que va a suceder, es algo que ya sucedió.
Ese
perdón se hizo realidad en ti cuando te
bautizaste (Hechos 2:38) y no necesitas pedirle a Dios que te perdone, no necesitas pedirle a Dios
que haga algo que ya hizo. Al
bautizarte te apropiaste de ese perdón eterno. No lo
pidas, tómalo.
El
mismo pasaje dice que por la herida de
Jesús fuimos sanados. La sanidad es algo que ya Jesús efectuó. No
necesitamos estar orando por sanidad, porque ya Dios nos otorgó la sanidad en
Cristo Jesús, lo que necesitamos es apropiarnos
de esa sanidad.
1 Corintios 1:30 Mas por él estáis
vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación y redención;
Este
versículo dice que ha hemos sido justificados
(perdonados), que ya hemos sido santificados
y que ya hemos sido redimidos. Sin embargo en miles de iglesias enseñan que
debemos santificarnos y hay toda una doctrina de la “santificación”.
Gálatas 2:21 No desecho la gracia de
Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Si
nosotros tratamos de conseguir lo que ya se nos dio en Cristo, lo que podemos
recibir es la ira de Dios, porque estaríamos desechando su gracia.
Entonces por demás murió Cristo.
Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis,
los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Lea
con mucho cuidado lo que dice este versículo. El que busca justificarse cae de
la gracia porque ya ha sido justificado
y está desechando lo que Cristo hizo.
Hebreos 10:26 Porque si pecáremos
voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no
queda más sacrificio por los pecados, 10:27 sino una horrenda expectación de
juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
Hay
un pecado que no tiene perdón. Ese
pecado consiste en negar la gracia de
Dios y la obra del Espíritu Santo. A
eso se refiere el anterior pasaje de Hebreos, y en el caso particular se
refiere a negar el perdón de pecados:
Hebreos 10:17 añade: Y nunca más me
acordaré de sus pecados y transgresiones. 10:18 Pues donde hay remisión de
éstos, no hay más ofrenda por el pecado
En
los versos 17 y 18 Dios promete no acordarse nunca más de nuestros pecados,
porque Jesús pagó por ellos. Esa es una verdad absoluta de Dios que ha sido
revelada. Si después de tener ese conocimiento, tú piensas que algún pecado no
ha sido perdonado, estás desechando la gracia de Dios y ofendiendo al Espíritu
Santo, lo estás tratando de mentiroso
porque es el Espíritu quien ha revelado las escrituras.
Hebreos 10:28 El que viola la ley de
Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de
Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Si
bajo la ley de Moisés, la paga del pecado es la muerte, ¿qué mayor castigo
recibirá el que tenga por inmunda la sangre de Cristo al afirmar que un pecado
quedó sin perdón ofendiendo con ello al Espíritu Santo? Y eso es lo que
consiguen todas esas malas enseñanzas que te llevan a pedir lo que ya has
recibido por gracia.
Hay
maestros de la biblia que enseñan que muchas personas no reciben una respuesta
a sus peticiones porque tal vez tienen algún pecado oculto que no ha sido confesado ni perdonado.
Nada
más falso que eso. Para Dios no hay nada oculto y cuando te bautizaste Dios
conocía todos tus pecados y tú no tuviste que enumerarlos.
No hay
ningún pecado que impida la bendición porque ya los pecados fueron
perdonados y la bendición ya fue otorgada.
Si
tú oras: “Señor perdona este pecado”, él te va a contestar: “¿De qué pecado
estás hablando?, no recuerdo”
Dios
perdonó todos tus pecados y prometió nunca más acordarse de ellos y Dios no es
hijo de hombre para que mienta, por el contrario, en él todas las promesas son sí y amén para la gloria de Dios (2 corintios 1:20). Si Dios lo prometió,
entonces lo cumplirá. No lo pidas,
tómalo.
Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por
obras, para que nadie se gloríe.
Las
personas del Viejo Testamento estaban bajo la ley y debían conseguir el perdón
de pecados y las bendiciones por medio de las obras de la ley. Pero nosotros no estamos bajo la ley sino
bajo la gracia y la gracia es lo que
Dios nos dio en Cristo sin merecimiento alguno. Voy a repetirlo, ya Dios nos dio todas las cosas que pertenecen
a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3).
El depósito ya fue hecho, no tenemos que pedirlo sino apropiarnos de ese
depósito y utilizarlo. Efesios 1:19
dice que el poder que levantó a Cristo
de los muertos opera en el creyente.
Los
creyentes aprovechan los cultos de oración para pedirle poder a Dios para vencer el temor y la tentación, cuando
ese poder está dentro de ellos. NO tienen que pedirlo, tienen que apropiarse de
ese poder.
También
hacen peticiones de cosas que ya obtuvieron desde el mismo momento en que
fueron bautizados. Esto sucede porque no
han entendido el evangelio. Así que abre tu entendimiento y no lo pidas, tómalo.
Juan 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el
vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el
espíritu.
Jesús
dijo: “consumado es”. Esto significa que todo lo que Jesús tenía que
hacer ya lo hizo. Que todo lo que tenía que darnos mientras estamos en la
tierra ya nos lo dio. Nosotros no
tenemos que orar para que Dios nos de algo que ya nos dio, todo ha sido
consumado.
Efesios 1:16 no ceso de dar gracias por
vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 1:17 para que el Dios
de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y
de revelación en el conocimiento de él.
El
apóstol Pablo dice que no cesaba de orar por los efesios, y no oraba para que
Dios los bendijera o les diera poder, sino para que les diera sabiduría y revelación para que ellos pudieran
comprender que ya habían recibido lo que estaban pidiendo.
No
vemos a Dios, no vemos al Espíritu Santo, pero eso no significa que no sean
reales. Por ejemplo, usted no
necesita llamar todos los días a su proveedor de cable para que le envíe la señal
a su televisor. Tampoco ves la señal, pero la
señal ya está allí, lo único que tienes que hacer es conectar la tele. Si usted no enciende el interruptor no llega
la luz a tu casa, la luz ya está allí, solo tienes que tocar el interruptor.
De
igual manera sucede en la relación que existe entre Dios y los creyentes. Que una persona tenga luz espiritual, no
depende de Dios, depende de si tú tienes encendido o pagado el interruptor
del corazón. Dios ya te dio la señal para que funciones, no tienes que
pedirle a Dios la señal, lo que tienes que hacer es enchufarte y empezar a
caminar en el Espíritu. Me dirás ¿Pero entonces por qué sigo enfermo? Porque no
has tomado la bendición.
¿CÓMO RECIBIR LAS BENDICIONES?
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FE Y GRACIA
Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por
obras, para que nadie se gloríe.
No puedes separar la fe de la gracia, si hay gracia es porque hay fe. Si eres salvo es porque obtuviste el perdón de
pecados, esa es la gracia, pero para obtener ese perdón de pecados necesitaste primero creer en que Cristo murió por
ti en la cruz.
La fe y la gracia siempre van unidas. Sin fe nunca vas a
obtener la gracia de Dios. ¿Por qué no te sanas? Porque no tienes fe. Ya Dios
te dio la sanidad en Cristo Jesús. No
falta la gracia, lo que falta es la fe para apropiarse de esa gracia.
En
el capítulo 3 del libro de los Hechos, se narra que había un cojo de nacimiento
a la entrada de un templo que se llamaba “la hermosa”. Cuando Pedro y Juan
ingresaron al templo, el cojo les pidió
una limosna. El apóstol Pedro se volvió y le dijo:
“No tengo plata ni oro, pero lo que tengo
te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole
por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y
tobillos”
(Hechos 3:6-7)
Pedro
no tenía dinero ni bienes materiales. Pero Pedro había sido bendecido con toda bendición espiritual, eso es lo que tenía y eso es lo que le dio
al cojo. El poder que levantó a Cristo de los muertos estaba en él y Pedro hizo
uso de ese poder en el nombre de Jesús y sanó al cojo de nacimiento. La gracia
de Dios que ya estaba en Pedro, fluyó de él a través de la palabra de fe para darle sanidad al cojo.
LA LENGUA Y EL CORAZON
Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la
lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
La
vida y la muerte están en poder de la lengua. Los cielos y la tierra fueron
creados por la palabra de Dios. Dios dijo “Hágase
y fue hecho”. La gracia necesita fe y esa fe se completa cuando creemos con el corazón y confesamos con nuestra
boca. Pedro creyó con su corazón en
el poder que estaba dentro de sí y lo confesó con su boca. Entonces el cojo fue
sanado.
Marcos 11:23 Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Jesús
dijo que si le decimos a un monte
que se eche al mar, y no dudamos en
nuestro corazón, lo que digamos sucederá. Una montaña puede ser cualquier
problema o circunstancia negativa.
Ahora,
tome en cuenta que Jesús no dijo que “le
habláramos al Padre de la montaña”, sino que “le habláramos a la montaña del Padre”.
La
“confesión positiva”, no es repetir:
“soy sano, soy sano, soy sano” un montón de veces. Con una vez que lo confieses, si lo estás creyendo con tu corazón,
entonces sucederá.
Hay
personas que dicen “me muero de hambre o
me muero de risa” y no se mueren ¿Por qué? Porque no están creyendo lo que
dicen.
La lengua y el corazón deben estar en armonía, sino nada sucederá.
Pero,
tampoco es confesar lo que nos da la gana, lo que podemos confesar son las promesas de Dios.
Romanos 10:9 que si confesares con tu
boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación.
Aquí
hay una promesa que dice que podemos ser salvos, si creemos con el corazón que
Jesús es el Señor y lo confesamos con
la boca. Ese es el primer paso para la salvación.
Si
confesamos que Jesús es el Señor que fue resucitado, pero no lo creemos con el
corazón, nunca seremos salvos. Si creemos con el corazón que Jesús es el Señor
que fue resucitado, pero nos da vergüenza confesarlo, tampoco seremos salvos.
Para
apropiarnos de todas las bendiciones de Dios, debemos creer con el corazón que
ya Dios nos dio esas bendiciones y confesarlo con nuestra boca. Ese es el eslabón perdido del evangelio que ha
sido revelado.
Romanos
6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Este
versículo dice que somos sepultados con Cristo para muerte a través del
bautismo, para que podamos andar en nueva vida. ¿Por qué muchas personas de
bautizan pero no andan en nueva vida? (vivir para Cristo (2 Corintios 5:15). Porque no
creyeron en su corazón que fueron sepultadas y resucitadas. Para ellas el
bautismo fue un chapuzón más en su vida.
Colosenses 2:15 y despojando a los
principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en la cruz.
Efesios 1:22 y sometió todas las cosas
bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 1:23 la
cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Muchas
personas viven en derrota, entonces le oran a Dios para que reprenda a Satanás
pero nada sucede y continúan oprimidos. ¿Por qué? Porque no deben orar, lo que
deben es actuar.
Dios
te sentó en lugares celestiales y te dio toda autoridad sobre Satanás y sus
ángeles. Solamente debes creerlo y con tu boca reprender esos demonios
confesando esa autoridad.
Satanás
está bajo tus pies y tú puedes ordenarle que quite las manos de tu bendición.
Tú puedes ordenarle que se retire, sométete
a Dios, resistid al diablo en el
nombre de Jesús y huirá de ti (Santiago 4:7). No
lo pidas, tómalo.
IMPEDIMENTOS PARA LA BENDICIÓN
Hay
un impedimento para recibir las bendiciones y se da cuando relacionamos bendiciones con cosas materiales. Si
una persona tiene varios carros, entonces pensamos que esa persona es bendecida
por Dios. Si no tiene nada es porque Dios no la bendice. Pero eso no es así,
¿De qué le sirven a una persona sus bienes materiales si al final de su vida se
va para el infierno? ¿Es eso ser bendecido? Si estás pensando ser bendecido a
través de cosas materiales es porque no has entendido el evangelio.
Tienes
que renovar tu entendimiento. La palabra de Dios nos enseña que en muchos de
los casos (no siempre), las riquezas son
para maldición. Mira lo que le pasó al joven rico. Su fortuna se lo llevó
para el infierno porque antepuso su fortuna antes de seguir a Cristo.
1 Timoteo 6:7 porque nada hemos traído a
este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 6:8 Así que, teniendo sustento y
abrigo, estemos contentos con esto. 6:9 Porque los que quieren enriquecerse
caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a
los hombres en destrucción y perdición; 6:10 porque raíz de todos los males es
el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y
fueron traspasados de muchos dolores.
Nada
hemos traído a este mundo y nada nos vamos a llevar. Así que si tienes sustento
y abrigo, conténtate con ello. Ya vendrá
una eternidad en donde tendrás todas las cosas materiales que quieras. La madre Teresa renunció a los placeres de
la vida para trabajar por los más necesitados. En una ocasión le preguntaron
que por qué no descansaba y ella dijo: “ya
habrá toda una eternidad para descansar”.
Las
codicias por los bienes materiales terminan hundiendo a las personas en la
perdición. Raíz de todos los males es el amor al dinero, porque hace que
las personas se extravíen de la fe.
Entonces
debes tener claro que ser bendecido
no es tener bienes materiales, sino bendiciones
espirituales. Y esas bendiciones que ya nos fueron concedidas se obtienen por gracia a través de la fe.
Eso no implica que debemos vivir en la miseria, ya que Dios prometió que nada nos faltaría.
CUMPLIR LAS CONDICIONES
Por
último, muchas personas no reciben las bendiciones porque no cumplen las condiciones de algunas de las promesas.
Marcos 16:16 El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Ya
vimos que el primer paso para ser salvos, es creer y confesar a Cristo. Pero
hay un segundo paso y ese segundo paso es el bautismo. Recuerda siempre que la verdad de Dios no es un versículo
asilado sino la suma de la palabra de
Dios (Salmo 119:160). Si no nos
bautizamos, no se completa la salvación porque no se cumple una condición
establecida por Dios.
Mateo 6:31 No os afanéis, pues, diciendo:
¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 6:32 Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Para
que no nos falte nada, no tenemos que orar, lo que tenemos que hacer es buscar el reino de Dios y justicia, lo
que eso quiere decir es que tenemos que apropiarnos de las bendiciones materiales poniendo los propósitos de Dios en primer lugar
y dándole un segundo lugar a nuestros propósitos y deseos. Cuando hacemos eso, Dios hará que nuestros
propósitos y deseos se hagan realidad. Dios promete suplir todas nuestras
necesidades, siempre y cuando nosotros busquemos el reino de Dios. Si no
buscamos el reino, Dios no suplirá nuestras necesidades.
Marcos 16:18 …sobre los enfermos pondrán
sus manos, y sanarán.
¿Qué
hacer cuando una persona está enferma? Si al igual que Pedro, creemos con el corazón, entonces le ponemos las manos y le ordenamos que se levante en el nombre
de Jesús confesando la sanidad.
A
veces se hacen cadenas de oración por un enfermo y éste termina muriendo.
Entonces los que oraron salen diciendo: “Oramos
con fe, no se sanó porque Dios no lo quería así”.
Se
equivocaron, no tenían que orar, no
tenían que pedir sanidad porque ya Dios había dado la sanidad, lo que tenían
que hacer era confesar esa sanidad, creyendo con el corazón y poner las manos sobre
el enfermo para que sanara.
RESUMEN:
Claro
que debemos orar, pero no debemos orar por lo que ya Dios nos ha dado, porque
no vamos a recibir nada. Lo que tenemos que hacer es apropiarnos de esas
bendiciones, creyendo las promesas con el corazón y confesándolas con la
boca.
Recuerda
que la gracia de Dios está condicionada
a la fe. Dice Santiago
que el que duda no recibirá nada del Señor (Santiago 1:6-7). Sin fe no hay gracia
Recuerda
también que hay muchas bendiciones que se quedan en el camino porque no
cumplimos con las condiciones que muchas de las promesas exigen. Si
cumples las condiciones de las promesas, éstas se cumplirán, sino las cumples,
por más que ores, nunca se cumplirán.
Hebreos 13:5 Sean vuestras costumbres sin
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé,
ni te dejaré; 13:6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Y
por último, no seamos materialistas, sino que sean nuestras costumbres sin
avaricias dice el Señor, contentos con lo que tenemos. Si eres materialista no
recibirás nada del Señor. Toma en cuenta que son más importantes las
bendiciones espirituales que las materiales, y que Dios no te desamparará ni te dejará. Si Dios lo prometió, entonces
lo cumplirá. No lo pidas, tómalo.
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