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Se relata en la Biblia, que Jonatán,
hijo del Rey Saúl, se fue con su escudero a enfrentar al ejército de los
filisteos, solamente ellos dos ¿Se volvió loco Jonatán? ¿Quiso ser héroe? Nada de
eso, simplemente confiaba en las promesas que Dios le había hecho a su pueblo: “no temas que yo estaré contigo”.
Si estás pasando por alguna
situación que te parece imposible de superar, este mensaje es para ti.
Samuel
4:1 Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía
las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel
lado. Y no lo hizo saber a su padre. 14:2 Y Saúl se hallaba al extremo de
Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era
como seiscientos hombres.14:3 Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo
de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, levaba el efod; y no sabía
el pueblo que Jonatán se hubiese ido.
Los filisteos eran vecinos de los
Israelitas, a quienes amenazaban con destruirlos y con apoderarse de sus
territorios y de sus bienes. Saúl que era su rey, no se atrevió a enfrentarlos porque
solamente contaba con seiscientos hombres, suma muy inferior a la del ejército
enemigo. Pero sucedió, que su hijo Jonathan, sin que el rey lo supiera, tomó la
decisión de ir con su escudero a enfrentar a los filisteos.
Jonatán no le hizo saber a su
padre acerca de sus intenciones porque Saúl creía en Dios, pero no creía en la palabra de Dios. Eso es lo que le sucede a la gran mayoría de
cristianos. Creen que existe un Dios verdadero, creen en su hijo Jesucristo,
pero no creen en su palabra.
Por ejemplo: Dios ha dicho “busquen el reino de Dios y su justicia y yo
cubriré todas sus necesidades” (Mateo
6:33). Sin embargo los creyentes no buscan el reino de Dios ni su justicia que es por fe (Romanos 1:17), sino que tratan de buscar y cubrir todas sus
necesidades haciendo su propia justicia. Lo hacen porque no creen en la palabra
de Dios y viven en un estrés constante.
Ejemplo: Dios ha dicho: “pongan las manos sobre los enfermos y éstos
sanarán” (Marcos 16:18) ¿Pero
qué hacemos cuando alguien está enfermo? Lo llevamos inmediatamente al médico
porque no creemos que Jesús puede sanarlo y las enfermedades nunca faltan.
Ejemplo: Hablando de las
ofrendas, Dios ha dicho: “el que siembra
generosamente, también segará generosamente. No den por necesidad ni por
tristeza porque soy poderoso para que abunde toda gracia en el dador alegre”
(2 Corintios 9:6-8). Sin embargo, no
ofrendamos generosamente porque no creemos que Dios hará que abunde toda gracia
para nosotros.
Tengo solamente seiscientos hombres ¿Cómo le
gano a los filisteos? Es lo que Saúl pensaba y es lo que piensa cualquier
persona que razona en la carne. Pero su
hijo Jonatán no razonaba en la carne, sino
que andaba por fe, simplemente le creía a Dios y por eso decidió retar a la muerte.
Romanos
8:31 Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros?
Si estamos en Cristo, Dios está
en nosotros y por nosotros ¿Quién podrá contra nosotros? ¿Por qué somos tan
incrédulos?
Lucas
18:27 El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
La mayoría de creyentes no
andamos por fe sino que andamos en la carne, por esa razón nos volvemos tan
incrédulos como Saúl y no vemos que lo imposible para el hombre es posible para
Dios, no vemos que para él no hay imposibles.
1
Samuel 14:4 Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la
guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro
lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene. 14:5 Uno de los peñascos estaba
situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa.
Había un desfiladero y a cada
lado del desfiladero había un peñasco, en un peñasco estaban los israelitas y
en el otro estaban los filisteos. Jonatán
tenía que bajar al desfiladero y luego
subir al peñasco en donde estaban los enemigos, y corría el riesgo de ser visto.
1
Samuel 14:6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la
guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no
es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. 14:7 Y su paje de armas
le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo
a tu voluntad.
A pesar del riesgo, Jonatán tomó
a su escudero y le dijo que fueran a donde estaban los filisteos. No tenía
ningún plan de ataque, tampoco tenía un plan de retirada, aunque todo parecía
imposible, él sabía que nada era imposible para Jehová y que de él es la victoria.
“No es difícil para Jehová salvar con
muchos o con pocos”, le dijo al escudero, su plan era el plan de Dios.
Mientras andemos por vista,
mientras veamos las circunstancias no iremos por la victoria, viviremos en una derrota
constante. La palabra de Dios dice que “pongamos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2) y no en las
circunstancias negativas que se nos presentan, tal y como lo hizo Jonatán.
La Biblia dice que estamos en lucha,
y que “esa lucha no es contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.” (Efesios 6:12).
Hay una lucha contra un enemigo
invisible, el cual quiere robarnos, matarnos y destruirnos (Juan 10:10), él no quiere que nadie se
salve. Satanás pone tropiezos en nuestra vida; a veces son enfermedades, a
veces son problemas económicos, o tal vez problemas familiares, el diablo quiere acabar con nuestra fe. Tenemos que enfrentarlo, no importa si somos pocos,
lo que importa es que hay un poderoso gigante que está a nuestro favor.
2
Corintios 5:13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es
para vosotros.
Muchos dirían al leer este
relato que Jonatán estaba loco, pero cuando le creemos a Dios hacemos grandes
locuras, tal y como lo hizo él.
1
Corintios 1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden;
pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1:19 Pues está
escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de
los entendidos.
Para los incrédulos, el
evangelio es una locura que no se ajusta a la lógica ni a la razón, pero para los
que creemos es poder de Dios para
retar a la muerte. A través de su
palabra Dios destruye la sabiduría de los sabios y desecha el entendimiento de
los que se creen entendidos.
1
Corintios 1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.
El hombre se cree muy sabio y
sin embargo no pudo conocer ni entender a Dios en su sabiduría carnal. Agradó
entonces a Dios salvar a los creyentes por medio de la locura de la
predicación.
2
Corintios 2 Corintios 5:16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie
conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo
conocemos así. 5:17 De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas.
Antes de estar en Cristo, éramos
criaturas racionales (de acuerdo a la carne). Pero una vez que estamos en
Cristo somos criaturas nuevas que ya no confiamos en la carne, ahora somos “locos” que confiamos en Cristo.
2
Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios
rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con
Dios.
Las nuevas criaturas somos
embajadores en nombre de Cristo, es como
sí Dios nos rogase que llevemos el evangelio a los que aún no lo han
recibido. Tenemos que bajar el peñasco, atravesar el desfiladero y subir al
otro peñasco a enfrentar al enemigo, sin un plan humano, más bien siguiendo el
plan de Dios y confiando en sus promesas.
Por desdicha, abundan los creyentes incrédulos que tienen miedo de
emprender un negocio, que tienen miedo de iniciar un ministerio, que tienen
miedo de hacer la voluntad de Dios. Abundan los creyentes incrédulos que se asustan si les sale una espinilla porque
creen que es un cáncer. Abundan los creyentes que cualquier adversidad los
derrota. Al igual que Saúl dicen: “¿Cómo
voy a lograrlo?”
Mateo
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que
está en los cielos. 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
DOS
SON MÁS QUE UNO
Hay un segundo aspecto en esta
historia que quiero resaltar. Nadie puede emprender la batalla solo,
la iglesia no es un creyente, la iglesia son dos o más creyentes. Jonatán no
fue solo a la batalla, él fue acompañado por Dios, pero también fue acompañado por su fiel escudero.
1
Samuel 14:13 Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su
paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba
tras él los mataba. 14:14 Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su
paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra.
Note usted que los que caían
delante de Jonatán, su escudero los mataba. Jonatán no hubiese podido solo,
necesitaba quien le guardara su espalda o su retaguardia.
Eclesiastés
4:9 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 4:10
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que
cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. 4:11 También si dos durmieren juntos,
se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? 4:12 Y si alguno
prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se
rompe pronto.
Dos son mejor que uno, si uno
se cae, el otro lo ayuda a levantarse, pero ay del que está solo cuando cayere
¿Quién lo levanta? Si uno tiene frio, el otro lo abraza para que se caliente. Dos
resisten más que uno, y es más difícil que se rompa un cordón de tres dobleces.
Nadie está capacitado para triunfar en soledad. ¿Por qué muchas personas inteligentes y de
gran convicción no triunfan? Porque no tienen el apoyo requerido.
Dios
creó a la mujer para que fuera ayuda idónea para el hombre, Dios
sabía en su inmensa sabiduría que el hombre en soledad no podría cumplir con
sus propósitos.
Adán simboliza a Cristo y Eva simboliza a la iglesia. La iglesia
fue constituida por Cristo para que fuera su ayuda aquí en la tierra, y la
iglesia no es una sola persona, la
iglesia somos todos los creyentes que estamos en Cristo Jesús.
Lucas
10:1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a
quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había
de ir. 10:2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos;
por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Jesús se hizo acompañar de doce
apóstoles y luego de setenta discípulos, a los cuales enviaba a predicar de dos
en dos. Jesús no podía solo porque la mies es mucha, más los obreros pocos.
¿Por qué hay ministerios que no
crecen? Porque los fieles no apoyan, no dan su granito de arena, ni siquiera
aportan ideas, dejan solo al líder y éste no lo puede todo solo.
1
Corintios 12:28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego
profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que
sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Tal vez no eres evangelista,
maestro o profeta, pero puedes ayudar de una o de otra manera en la edificación
del cuerpo de Cristo. Muchos creyentes creen que porque asisten a la iglesia
una vez a la semana, cantan un corito y dan una ofrendita, ya cumplieron con su
obligación para con Dios, pero eso no es así, el ministerio de la reconciliación es para todos.
1
Samuel 14:8 Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos
mostraremos a ellos. 14:9 Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a
vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 14:10 Mas si nos dijeren así: Subid a
nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y
esto nos será por señal.
“Nos dejaremos ver y si nos dicen
suban es porque Jehová nos va a entregar al enemigo en la mano” le dijo
Jonatán a su escudero ¿Cómo entender ese razonamiento? Que si el enemigo dice
vamos por ustedes, es porque están envalentonados, pero si nos piden que
subamos es porque tienen miedo y que es mejor esperar para defenderse. Esa es
la señal de que Dios nos va a dar la victoria, es lo que pensó Jonatán.
2
Timoteo 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la
fe.
Esperar que el enemigo te
ataque no es la voluntad de Dios. Su voluntad es que tú vayas a enfrentarlo y a
pelear la buena batalla. El cristianismo no es comodidad, es todo lo contrario.
El apóstol Pablo peleó la buena batalla
hasta el final y mandó a Timoteo a que
hiciera lo mismo (1 Timoteo 6:12).
Lucas
12:51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino
disensión. 12:52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán
divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 12:53 Estará dividido el padre
contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija
contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
Jesús no vino a traer paz sino
disensión, no vino a traer unión sino división, Jesús no quiere que nos
conformemos con una religión heredada, “él
quiere que todos los hombres sean salvos a través de la enseñanza de la verdad”
(1Timoteo 2:4) aunque eso vaya a
crear diferencias entre los familiares.
No debemos tener temor de la
reacción de nuestros familiares o amigos cuando les hablemos del evangelio, debemos
tener temor de que ellos vayan al infierno al morir.
O peleamos contra el enemigo o
colaboramos con él, no hay término medio. Tom en cuenta que nuestros parientes
no son el enemigo, el enemigo es el diablo que quiere que ellos permanezcan en
sus creencias equivocadas. Si no quieres
ir a la guerra, no lo hagas, pero sufrirás
por tus seres amados que no se salven y
además tú serás pasado por fuego (1 Corintios
3:15) por causa de tu negligencia.
1
Samuel 4:15 Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la
gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron
pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.
Dos contra el mundo. Lo
lograron porque Dios estaba con ellos, lo lograron porque le creyeron a Dios y Dios
creó una gran confusión en el campamento de los filisteos, quienes entraron en
pánico y terminaron matándose entre ellos mismos. Para terminar de espantarlos,
Dios hizo que temblara la tierra.
Así salvó Jehová a Israel y así
espera salvar a la humanidad, pero para ello necesita de guerreros como usted y
como yo que estemos dispuestos al enfrentamiento, que estemos dispuestos a retar a la muerte.
Si no
puedes ser un Jonatán, tal vez
puedas ser escudero que apoya,
alienta y acompaña en la lucha al Jonatán que Dios te ha puesto en el camino. Recuerda
que dos son más que uno.
No le tengas miedo a ninguna
enfermedad, no le tengas miedo a ninguna situación económica, no le tengas
miedo a ninguna circunstancia. Tampoco tengas miedo de hablar del evangelio a
tus amigos y familiares, recuerda que el Señor está contigo, recuerda que él te
acompaña siempre y que él obrará por ti, tú solamente obedece.
Apocalipsis
12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra
del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
¿Quiénes son los que vencen al
diablo? Aquellos valientes que cubiertos por la sangre de Cristo están
dispuestos a llevar el evangelio a los demás, son aquellos que están dispuestos a apropiarse de sus palabra cuando
viene la enfermedad o el problema, son
aquellos que renuncian a sus propias vidas para vivir para Cristo (2 Corintios 5:15), son aquellos que al
igual que Jonatán están dispuestos a retar a la muerte.
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