ES MALO PERSIGNARSE?

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Todos sabemos que persignarse  es una costumbre muy arraigada dentro del catolicismo romano. Me han preguntado muchas veces si es malo hacerlo. ¿Qué dice la Biblia? La Biblia no dice nada al respecto, el libro de los Hechos no sugiere que la iglesia primitiva hiciera uso de ese signo.

Sin embargo, algunos historiadores afirman que los  primeros cristianos se bautizaban persignándose. Y van más allá cuando sostienen que el apóstol Juan dibujó una cruz sobre su cabeza con la mano antes de morir. Pero no existe ninguna prueba que confirme que eso es cierto.

En las “actas católicas de San Afri”,  se relata que cierta vez un pagano le dijo a San Narquis y a su diácono: "Sé que son cristianos ya que con frecuencia signan su frente con la cruz." 

Se supone entonces que persignarse era una manera externa de confirmar su fe en Jesucristo.  

Tertuliano escribió que los cristianos se persignaban cuando salían o volvían a su casa, cuando se vestían y se calzaban, al entrar al baño, al sentarse a la mesa, al encender las lámparas, al comenzar una conversación, al acostarse, etc. Se signaban siempre con la mano derecha aunque de distinta manera, al principio lo hacían con un dedo signando la frente, la boca y el pecho. Esto se llamaba la pequeña cruz.

Luego se modificó y comenzaron a persignarse tocando con la mano la frente, el pecho, el hombro izquierdo y después el derecho. Así fue hasta nuestro tiempo.  Algunos opinan que este método cambió todas las cosas, que la cruz larga es una cruz invertida que simboliza al anticristo.

Con el catolicismo romano, persignarse se convirtió en una tradición. Se iniciaba todo acto con la señal de la cruz. Al entrar al templo, los cristianos se persignaban. Hacían lo mismo al comenzar y al finalizar las misas. El sacerdote se persignaba al comenzar la misa. Con la señal de la cruz se comenzaba cualquier oficio de la  Iglesia.  Y así continúo hasta la actualidad.

Aunque algunas sectas como los Testigos de Jehová niegan que Jesús muriera en una cruz, lo cierto es que el mismo Jesús la relacionó con él y con la vida cristiana cuando dijo: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Marcos 8:34).

Lo que eso significa es que debemos negarnos a nosotros mismos y poner los intereses de Dios por encima de nuestros propios intereses, significa que debemos hacer la voluntad de Dios y no la nuestra, tal y como lo hizo Jesús al ir a la Cruz. No significa que debemos persignarnos.

El catolicismo romano sostiene que “la Cruz” y el “persignarse” son signos que les recuerdan que deben ser “seguidores de Jesús” de una manera plena.

Desdichadamente, el Vaticano no predica con el ejemplo, cuando enseña rezar el rosario, cumplir la ley de Moisés para obtener la salvación, venerar imágenes y muchas otras cosas que niegan el verdadero evangelio, negando con ello también la voluntad de Dios.

El catolicismo romano enseña a inclinarse ante las imágenes,  persignarse ante ellas, dándoles honra. Esto es totalmente prohibido por Dios en el segundo mandamiento (Éxodo 20:5) y va contra su voluntad.

El papa Francisco ha insistido en que debemos persignarnos al pasar frente a un templo católico, lo que nos deja claro el panorama en el sentido de que el persignarse se convirtió más en un símbolo del catolicismo romano, y de la idolatría católica que en un símbolo del cristianismo.

Esa es la razón por la que el protestante o evangélico no se persigna, para que no lo identifiquen con el catolicismo romano, que enseña la veneración de imágenes y cosas que contradicen la palabra de Dios.

Es viviendo para Cristo que nos identificamos con él, no con signos externos, los signos son de adentro, son del corazón y solamente Dios los ve.

Entonces  ¿Es bueno o malo persignarse? Depende de los motivos por los cuales te persignes. Si crees que es una cruz invertida, no debes hacerlo.

La palabra de Dios enseña que todo lo que hagamos, lo hagamos  para la gloria de Dios y de Cristo (1 Corintios 10:31), en otras palabras, que todo lo que hagamos sea para glorificar a Dios y a Cristo.

Si lo haces para darle gloria a una imagen u otro que no sea Cristo, estás cometiendo un gran error y ofendiendo al Señor.

Y como lo adelantamos, la Biblia no dice nada al respecto, porque persignarse es una tradición y no todas las tradiciones son buenas.