domingo, 10 de julio de 2016

EL APOCALIPSIS: el gran final

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En la entrega anterior hablamos acerca del derramamiento de las siete copas de la ira de Dios. Destacamos que Dios se le opuso al ejército romano que pretendía acabar con Israel, utilizando para ello un terremoto y una lluvia de granizos. Luego acabó con “la ramera” y con la hermosa ciudad que le servía de sede mundial ¿Pero qué sucedió con el anticristo y qué sigue después de esto?

Después de esto se oye una voz salir del cielo que dice: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.  Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.  Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!  Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.  Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”. (Apocalipsis 19.1-9).

Mientras en la tierra hay destrucción y angustia, en el cielo hay gran celebración por la derrota de la religión idólatra que engañó al mundo entero.  Y que mejor manera de celebrarlo que con una cena para las bodas del Cordero ¿Quiénes participaran de esta cena? Los creyentes que han sido arrebatados, los cuales se han vestido de lino fino y resplandeciente que son las acciones justas de los santos.

 Apocalipsis 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 19:12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Inmediatamente después de la cena, el Señor Jesús se prepara con su ejército celestial para venir a gobernar sobre la tierra. Aparece montado en un caballo blanco, al igual que lo hizo anticristo, pero no es un falso pacifista como aquel, sino que es un verdadero pacifista que trae la paz al mundo entero. Para ello, debe acabar primero con la trinidad satánica que provoca guerra, hambre y muerte. Aparece vestido con ropa teñida con sangre que simboliza el sacrificio que hizo en la cruz para la salvación de la humanidad. Su nombre es el Verbo de Dios porque  “todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3)

Apocalipsis 19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

De la boca del Señor Jesús sale una espada aguda que simboliza “la palabra de Dios”, sobre la cual se apoyará para regir al mundo, él es el Rey de Reyes y Señor de Señores.

Apocalipsis 19:17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios 19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

De pronto un ángel a gran voz invita a las aves del cielo que se preparen para la cena que les espera, es la carne de lo que queda del ejército invasor, que va a ser eliminado.

Apocalipsis 19:19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 19:21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

En un esfuerzo desesperado, el anticristo dirige sus baterías hacia el Señor Jesús y su ejército. Pero es apresado junto al falso profeta y ambos son lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre.
Los demás son muertos con la palabra que sale de la boca del Señor Jesús. No queda un solo sobreviviente del ejército invasor ni de los seguidores del anticristo. Habrá tantos los muertos que las aves de rapiña tendrán comida por mucho tiempo. En la tierra solo quedan los pocos creyentes que lograron huir y esconderse del anticristo. Pero de pronto descienden del cielo nuestro señor Jesucristo con los millones de creyentes que fueron arrebatados antes de la gran tribulación, ellos repoblaran el planeta.

Apocalipsis 20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

El mismo ángel que había abierto las puertas del abismo para que salieran los ángeles caídos, ahora encadena al diablo, lo ata,  lo arroja al abismo y lo encierra por mil años para que no engañe más a las naciones.

Apocalipsis 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni  en sus         manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años.   Esta  es  la primera resurrección.

Todos aquellos que fueron decapitados por el anticristo durante la gran tribulación, porque no lo adoraron a él ni a su imagen, serán resucitados para que también desciendan a la tierra a gobernar con Cristo por un periodo de mil años.  
Se dice que esta es la “primera resurrección” y nos preguntamos ¿No es cierto que hubo una primera resurrección el día del arrebato? Claro que sí, aquella fue “la primera resurrección de los muertos en Cristo antes de la gran tribulación” y ésta es “la primera resurrección de los muertos en Cristo durante la gran tribulación”.
La palabra de Dios le llama “primera resurrección” a la resurrección “de los creyentes” y le llama “segunda resurrección” a la resurrección de los incrédulos, porque habrá una “segunda resurrección” después del gobierno milenario de Cristo, pero ésta segunda resurrección es exclusiva para los muertos que no están en Cristo. Mientras tanto, esos muertos continuarán en sus tumbas.

Apocalipsis 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Bienaventurado el que tiene parte en la primera resurrección, ya no morirá nunca jamás sino que reinará con Cristo por mil años. La pregunta que muchos se hacen es si  lo de los “mil años” es literal o es simbólico.
Algunas sectas como los “adventistas del sétimo día” afirman que ese periodo de mil años es simbólico y que se refiere a la era de la gracia en la que estamos actualmente, y que el diablo ha sido atado con ese objetivo ¿Si la palabra de Dios dice que Cristo reinará en la tierra, el milenio no es la era de la gracia sino un evento futuro ¿No es cierto?
En Apocalipsis 5:6 vemos un Cordero con 7 ojos y 7 cuernos, la figura del Cordero es simbólica, se refiere a Jesús pero los 7 cuernos y los 7 0jos son literales, son 7 los espíritus de Dios enviados sobre la tierra.  
Cuando Apocalipsis 17:3 describe a una gran ramera sentada sobre una bestia, eso es simbólico y se refiere a la iglesia apóstata. El dragón y la serpiente de Apocalipsis 12 son simbólicos, se refieren a  Satanás. Cuando Apocalipsis 19 dice que de la boca de Jesús sale una espada aguda, eso también es simbólico, está hablando de la palabra de Dios. 
Pero, cuando el Apocalipsis habla de 7 sellos, de 7 trompetas y de 7 copas de la ira, esos números son literales. No hay 8 ni 9 sellos, no hay 10 trompetas ni 40  copas, son 7 de manera literal.
Cuando el Apocalipsis dice que el anticristo gobernará 42 meses, eso es literal, el anticristo no va a gobernar por 7 años ni por 20 años, lo hará por solo 42 meses.  Los 1260 días también es una cifra literal, los 24 ancianos también es una cifra literal, los 144.000 sellados también hablan de algo literal.  Las 70 semanas de años de Daniel son 490 años y eso también es literal y está probado, ni un día menos, ni un día más. Los sucesos del Apocalipsis se darán durante siete años, no durante 30 años. Cuando el Apocalipsis habla de los 2 testigos, son 2 testigos, no son 3 ni 7.  Por lo tanto los mil años del Apocalipsis también son literales.
Tenga en mente, que en la Biblia, algunas figuras de las profecías son simbólicas, pero sus números siempre son literales.  El no tener en cuenta que todos los números del  Apocalipsis son literales, ha llevado a las más ridículas y falsas interpretaciones. El texto de Apocalipsis 20:1-7 repite por seis veces mil años, para dejar claro que es algo literal.

2 Pedro 3:8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

Muchos toman este versículo para afirmar que un año pueden ser mil años, o que los números bíblicos son simbólicos. Los que afirman tal cosa tienen una pésima lectura de la palabra de Dios, leamos el contexto:

2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Lo que apóstol Pedro está diciendo en el contexto es que “para Dios”, no para usted ni para mí, “en su paciencia”, un día puede ser como mil años.  Pedro dice esto porque muchos afirmaban que la segunda venida de Cristo anunciada era una falsedad porque no ocurría inmediatamente. Si para Dios en su paciencia, un día no fuera como mil años, hace tiempo hubiera acabado con la humanidad que lo rechaza, pero él es paciente porque quiere que todos procedan al arrepentimiento.
Podemos afirmar entonces que nuestro Señor Jesús reinará en la tierra por mil años. Eso no significa que al cumplirse los mil años dejará de reinar, Jesús reinará con su iglesia por los siglos de los siglos (Apocalipsis 22:5). Lo que sucede es es que al cumplirse mil años,  habrá un nuevo génesis, luego de que algunos sean probados.
Recordemos que durante el milenio,  vivirán dos grupos de personas: el primer grupo lo compondrán los creyentes que fueron arrebatados y resucitados en la primera resurrección. Este grupo de personas  gobernarán con Cristo por siempre y ya  han sido probados en su fe y en su fidelidad, pues en vida fueron tentados muchas veces por Satanás. Este grupo de personas tendrán cuerpos inmortales (1 Corintios 15:52-54) y no morirán nunca jamás.
El segundo grupo de personas lo componen los creyentes que durante el gobierno del anticristo no se dejaron sellar y a pesar de todo lograron sobrevivir. Serán simples mortales pero tendrán una calidad de vida muy superior a la que tenemos actualmente y es posible que vivan tantos años como los primeros habitantes de la tierra. Estos son los que se reproducirán en el planeta durante el mileno y ni ellos ni sus hijos serán tentados porque Satanás estará atado.

Apocalipsis 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

En Apocalipsis 1:6  dice que Dios nos hizo reyes y sacerdotes, ese es un nombramiento que ejerceremos en el milenio y no antes.  En el milenio reinaremos con Cristo, lo que eso significa que Jesús nos va a dar la responsabilidad de gobernar un país o una región en su nombre y bajo su dirección.  Nosotros seremos reyes pero Jesús será el Rey de Reyes.
También dice que seremos sacerdotes, lo que significa que seremos mediadores ante Jesús por otras personas, no ante el Padre porque ante el Padre solo hay mediador  y ese mediador es su hijo Jesús (1 Timoteo 2:5). Nosotros seremos sacerdotes pero Jesús será el sumo sacerdote.
No solamente estaremos en la obligación de gobernar bien, sino que debemos hacerlo con vara de hierro (Apocalipsis 19:15), en otras palabras sin corrupción y sin alcahuetería, siguiendo las instrucción de Jesús y cumpliendo claramente y sin ninguna objeción con la voluntad del Padre. Y  que todos tengan conocimiento de su palabra, y vivan en la fe del hijo de Dios, es nuestra responsabilidad  porque al  cumplirse mil años, el Señor los probará.

Isaías 11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 11:3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 11:4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 11:5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

El Señor Jesús gobernará con sabiduría e inteligencia, porque el Espíritu Santo estará sobre él. Tendrá el espíritu de consejo, de poder, de conocimiento y de temor de Dios. Su justicia serán una justicia verdadera y no como la justicia de los hombres, pero gobernará con vara de hierro y ejecutará a todos los impíos.

Isaías 11:6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. 11:7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. 11:8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

Lo que Dios hizo al principio, todo era bueno. Los animales eran domésticos y las rosas no tenían espinas. Y Dios le dio el señorío de la creación al hombre. Pero el hombre pecó y le entregó toda potestad y toda la gloria de los reinos de la tierra a Satanás (Lucas 4:6) y Satanás se convirtió en el príncipe de este mundo (Juan 12:31). Y por culpa de Satanás las rosas echaron espinas, algunos animales se volvieron furiosos y agresivos, otros comenzaron a producir veneno para defenderse,  y todo se convirtió en caos y se dio origen a la ley de la selva en donde prevalece el más fuerte. Todo lo bueno dejó de ser bueno.
Con el hombre sucedió lo mismo, primero Caín mató a su hermano Abel por envidia. La humanidad se reprodujo y desechó a Dios para adorar imágenes, cambiaron la gloria de Dios para darle gloria a las imágenes (Romanos 1:23-25) y en el hombre las cosas también cambiaron.  Dejaron el uso natural para estar hombre con hombre y se llenaron de toda perversión e injusticia, fornicación, avaricia, envidia, contiendas, homicidios y toda maldad (Romanos 1:27-29).
La creación se convirtió en el reino de las tinieblas, se convirtió en un reino de terror. El hombre ha contaminado los mares, ha envenado el ambiente. Y se hizo ambicioso, quiso ser dueño de lo que le pertenece a otros. Todo lo que era bueno, ya no lo es.
Pero, ahora todo volverá a ser bueno. Todo será como en el Edén, no habrá animales depredadores porque no serán carnívoros sino que se alimentarán de paja. El león jugará con el becerro y un niño los pastoreará. Y el niño de pecho jugará con las serpientes sin temor alguno. Ya no habrá matanza de animales, ya nadie les hará daño, y los leones se volverán tan domésticos como los perros.

Isaías 11:9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. 11:10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa. 11:11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 11:12 Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 11:13 Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; 11:14 sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán.

Israel será reunido de nuevo y sus enemigos serán sus amigos y en toda la tierra Jesús serán su pendón (bandera); no existirá la envida y los filisteos levantarán a los judíos en sus hombros y toda la tierra será llena del conocimiento de Jehová.

Apocalipsis 20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 20:8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

Aunque parezca increíble, a los mil años Satanás será suelto de su prisión y volverá a engañar a la humanidad. Conseguirá que millones de personas desde los cuatro ángulos de la tierra se unan a él, para ir a combatir a Jesús y quitarlo de su trono en la ciudad Santa de Jerusalén. Serán tantos  como  lo es la arena del mar, pero Dios enviará fuego del cielo y los consumirá a todos.

Apocalipsis 20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Ahora sí, el diablo ya  no será atado, sino que será lanzado al lago de fuego y azufre para ser atormentado día y noche por los siglos de los siglos en compañía de la bestia y el falso profeta.


EL JUICIO ANTE EL GRAN TRONO BLANCO

Apocalipsis 20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los  libros, según sus obras. 20:13 Y  el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Todos los incrédulos de todas las épocas, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida, serán resucitados para ser juzgados. El libro que contiene los pecados de cada uno de ellos será abierto y de acuerdo con lo que allí está escrito serán juzgados. Luego todos serán lanzados al lago de fuego en donde se encuentra el diablo, el anticristo y el falso profeta. Esta es la muerte segunda, muerte que no sufrirán los que están en Cristo Jesús, cuyos nombres sí se encuentran inscritos en el libro de la vida.

NUEVO CIELO Y NUEVA TIERRA

Los infieles han sido condenados y enviados al lago de fuego, es hora de hacer nuevas todas las cosas.

Apocalipsis 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la  nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Un cielo nuevo, una tierra nueva, y una nueva Jerusalén que vendrá directamente del cielo.
Un nuevo génesis, un nuevo comienzo, ya nunca más habrá pecado, injusticia, rebelión ni infidelidad al único Dios verdadero, porque todos los que habitan la tierra han sido probados en su fidelidad y en su amor al Padre y a su hijo Jesucristo.

Apocalipsis 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

El gran momento ha llegado y Dios vendrá a morar con los hombres. El mismo enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no habrá llanto, muerte ni dolor, pues el que causaba estas cosas ha sido eliminado.
Jesús continuará reinado por los siglos de los siglos, pero sobre una nueva tierra un nuevo cielo y Dios en persona vendrá a vivir a la nueva Jerusalén con todos los hombres.

Apocalipsis 21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas  todas  las  cosas.  Y me  dijo: Escribe;  porque  estas  palabras son fieles y verdaderas. 21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Y el que está sentado en el trono dijo que sus palabras son fieles y verdaderas, todo lo que está profetizado sucederá, no pasará ni una tilde de lo que está escrito. Es tu obligación querido lector poner en conocimiento de tu familia, de tus seres queridos, de tus amigos, de tus vecinos y de toda persona esta profecía porque es verdadera y muy pronto se estará cumpliendo.
Pero todavía no hemos terminado, el Señor Jesús envió 7 cartas como una señal de advertencia para hacernos ver que no todos los creyentes seremos arrebatados, que no todos los creyentes seremos salvos de la ira, sino únicamente los vencedores, y de eso hablaremos en nuestra última entrega sobre este tema.


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