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En la entrega anterior hablamos acerca del
derramamiento de las siete copas de la ira de Dios. Destacamos que Dios se le
opuso al ejército romano que pretendía acabar con Israel, utilizando para ello
un terremoto y una lluvia de granizos. Luego acabó con “la ramera” y con la
hermosa ciudad que le servía de sede mundial ¿Pero qué sucedió con el
anticristo y qué sigue después de esto?
“Después de esto se oye una voz salir del
cielo que dice: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios
nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran
ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre
de sus siervos de la mano de ella. Otra
vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres
vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el
trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a
nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.
Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y
como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro
Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le
ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el
lino fino es las acciones justas de los santos”. (Apocalipsis 19.1-9).
Mientras en la tierra hay destrucción y
angustia, en el cielo hay gran celebración por la derrota de la religión
idólatra que engañó al mundo entero. Y
que mejor manera de celebrarlo que con una cena para las bodas del Cordero
¿Quiénes participaran de esta cena? Los
creyentes que han sido arrebatados, los cuales se han vestido de lino fino
y resplandeciente que son las acciones justas de los santos.
Apocalipsis 19:11 Entonces vi el cielo
abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y
Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 19:12 Sus ojos eran como llama de
fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que
ninguno conocía sino él mismo.19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en
sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 19:14 Y los ejércitos celestiales,
vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Inmediatamente después de la cena, el Señor
Jesús se prepara con su ejército celestial para venir a gobernar sobre la
tierra. Aparece montado en un caballo blanco, al igual que lo hizo anticristo,
pero no es un falso pacifista como aquel, sino que es un verdadero pacifista que
trae la paz al mundo entero. Para ello, debe acabar primero con la trinidad
satánica que provoca guerra, hambre y muerte. Aparece vestido con ropa teñida
con sangre que simboliza el sacrificio que hizo en la cruz para la salvación de
la humanidad. Su nombre es el Verbo de Dios porque “todas
las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho” (Juan 1:3)
Apocalipsis
19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y
él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la
ira del Dios Todopoderoso. 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito
este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
De la boca del Señor Jesús sale una espada aguda
que simboliza “la palabra de Dios”,
sobre la cual se apoyará para regir al mundo, él es el Rey de Reyes y Señor de
Señores.
Apocalipsis
19:17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo
a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran
cena de Dios 19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de
fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y
esclavos, pequeños y grandes.
De pronto un ángel a gran voz invita a las aves
del cielo que se preparen para la cena que les espera, es la carne de lo que queda del ejército invasor,
que va a ser eliminado.
Apocalipsis
19:19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos
para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.19:20 Y la
bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de
ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de
la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro
de un lago de fuego que arde con azufre. 19:21 Y los demás fueron muertos con
la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se
saciaron de las carnes de ellos.
En un esfuerzo desesperado, el anticristo dirige
sus baterías hacia el Señor Jesús y su ejército. Pero es apresado junto al
falso profeta y ambos son lanzados vivos
al lago de fuego que arde con azufre.
Los demás son muertos con la palabra que sale de
la boca del Señor Jesús. No queda un solo
sobreviviente del ejército invasor ni de los seguidores del anticristo. Habrá
tantos los muertos que las aves de rapiña tendrán comida por mucho tiempo. En
la tierra solo quedan los pocos creyentes que lograron huir y esconderse del
anticristo. Pero de pronto descienden del cielo nuestro señor Jesucristo con
los millones de creyentes que fueron arrebatados antes de la gran tribulación, ellos
repoblaran el planeta.
Apocalipsis
20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran
cadena en la mano. 20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el
diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 20:3 y lo arrojó al abismo, y lo
encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones,
hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un
poco de tiempo.
El mismo ángel que había abierto las puertas del
abismo para que salieran los ángeles caídos, ahora encadena al diablo, lo ata, lo arroja al abismo y lo encierra por mil
años para que no engañe más a las naciones.
Apocalipsis
20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de
juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y
que no recibieron la marca en sus frentes ni
en sus manos; y vivieron y reinaron
con Cristo mil años. 20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que
se cumplieron mil años. Esta es la primera
resurrección.
Todos aquellos que fueron decapitados por el
anticristo durante la gran tribulación, porque no lo adoraron a él ni a su
imagen, serán resucitados para que también desciendan a la tierra a gobernar con
Cristo por un periodo de mil años.
Se dice que esta es la “primera resurrección” y nos preguntamos ¿No es cierto que hubo una
primera resurrección el día del arrebato? Claro que sí, aquella fue “la primera resurrección de los muertos en
Cristo antes de la gran tribulación” y ésta es “la primera resurrección de los muertos en Cristo durante la gran
tribulación”.
La palabra de Dios le llama “primera resurrección” a la resurrección
“de los creyentes” y le llama “segunda resurrección” a la resurrección
de los incrédulos, porque habrá una “segunda
resurrección” después del gobierno milenario de Cristo, pero ésta segunda
resurrección es exclusiva para los
muertos que no están en Cristo. Mientras tanto, esos muertos continuarán en sus tumbas.
Apocalipsis
20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios
y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Bienaventurado el que tiene parte en la primera resurrección, ya no morirá nunca
jamás sino que reinará con Cristo por mil años. La pregunta que muchos se hacen
es si lo de los “mil años” es literal o es simbólico.
Algunas sectas como los “adventistas del sétimo día” afirman que ese periodo de mil años es
simbólico y que se refiere a la era de la
gracia en la que estamos actualmente, y que el diablo ha sido atado con ese
objetivo ¿Si la palabra de Dios dice que Cristo reinará en la tierra, el
milenio no es la era de la gracia sino un evento futuro ¿No es cierto?
En Apocalipsis
5:6 vemos un Cordero con 7 ojos y 7 cuernos, la figura del Cordero es simbólica, se refiere a Jesús pero los 7
cuernos y los 7 0jos son literales,
son 7 los espíritus de Dios enviados sobre la tierra.
Cuando Apocalipsis
17:3 describe a una gran ramera sentada sobre una bestia, eso es simbólico y se refiere a la iglesia
apóstata. El dragón y la serpiente de Apocalipsis
12 son simbólicos, se refieren
a Satanás. Cuando Apocalipsis 19 dice que de la boca de Jesús sale una espada aguda,
eso también es simbólico, está
hablando de la palabra de Dios.
Pero, cuando el Apocalipsis
habla de 7 sellos, de 7 trompetas y de 7 copas de la ira, esos números son literales. No hay 8 ni 9 sellos, no hay
10 trompetas ni 40 copas, son 7 de
manera literal.
Cuando el Apocalipsis dice que el anticristo
gobernará 42 meses, eso es literal, el
anticristo no va a gobernar por 7 años ni por 20 años, lo hará por solo 42
meses. Los 1260 días también es una cifra literal,
los 24 ancianos también es una cifra literal,
los 144.000 sellados también hablan de algo literal.
Las 70 semanas de años de Daniel son
490 años y eso también es literal y está probado, ni un día menos, ni
un día más. Los sucesos del Apocalipsis se darán durante siete años, no
durante 30 años. Cuando el Apocalipsis habla de los 2 testigos, son 2 testigos,
no son 3 ni 7. Por lo tanto los mil años del Apocalipsis también son
literales.
Tenga en mente, que en la Biblia, algunas figuras de las profecías son
simbólicas, pero sus números siempre
son literales. El no tener en cuenta
que todos los números del Apocalipsis
son literales, ha llevado a las más ridículas y falsas interpretaciones. El
texto de Apocalipsis 20:1-7 repite
por seis veces mil años, para dejar
claro que es algo literal.
2 Pedro
3:8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil
años, y mil años como un día.
Muchos toman este versículo para afirmar que un
año pueden ser mil años, o que los números bíblicos son simbólicos. Los que
afirman tal cosa tienen una pésima lectura de la palabra de Dios, leamos el
contexto:
2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Lo que apóstol Pedro está diciendo en el
contexto es que “para Dios”, no para
usted ni para mí, “en su paciencia”,
un día puede ser como mil años. Pedro
dice esto porque muchos afirmaban que la segunda venida de Cristo anunciada era
una falsedad porque no ocurría inmediatamente. Si para Dios en su paciencia, un
día no fuera como mil años, hace tiempo hubiera acabado con la humanidad que lo
rechaza, pero él es paciente porque quiere que todos procedan al
arrepentimiento.
Podemos afirmar entonces que nuestro Señor Jesús
reinará en la tierra por mil años. Eso no significa que al cumplirse los mil
años dejará de reinar, Jesús reinará con
su iglesia por los siglos de los siglos (Apocalipsis 22:5). Lo que sucede es es que al cumplirse mil años, habrá un
nuevo génesis, luego de que algunos sean probados.
Recordemos que durante el milenio, vivirán dos
grupos de personas: el primer grupo
lo compondrán los creyentes que fueron
arrebatados y resucitados en la primera resurrección. Este grupo de
personas gobernarán con Cristo por siempre y
ya han sido probados en su fe y en su
fidelidad, pues en vida fueron tentados muchas veces por Satanás. Este grupo de
personas tendrán cuerpos inmortales (1 Corintios 15:52-54) y no morirán nunca jamás.
El segundo
grupo de personas lo componen los creyentes que durante el gobierno del
anticristo no se dejaron sellar y a pesar de todo lograron sobrevivir. Serán simples mortales pero tendrán una calidad de vida muy superior a la
que tenemos actualmente y es posible que vivan tantos años como los primeros
habitantes de la tierra. Estos son los que se reproducirán en el planeta durante
el mileno y ni ellos ni sus hijos serán
tentados porque Satanás estará atado.
Apocalipsis
20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios
y de Cristo, y reinarán con él mil años.
En Apocalipsis
1:6 dice que Dios nos hizo reyes y sacerdotes, ese es un
nombramiento que ejerceremos en el milenio y no antes. En el milenio reinaremos con Cristo, lo que eso significa que Jesús nos va a dar
la responsabilidad de gobernar un país o una región en su nombre y bajo su
dirección. Nosotros seremos reyes pero Jesús será el Rey de Reyes.
También dice que seremos sacerdotes, lo que significa que seremos mediadores ante Jesús por otras personas, no ante el Padre porque ante el Padre solo hay mediador y ese mediador es su hijo Jesús (1 Timoteo 2:5). Nosotros seremos sacerdotes pero Jesús será el sumo
sacerdote.
No solamente estaremos en la obligación de
gobernar bien, sino que debemos hacerlo con
vara de hierro (Apocalipsis 19:15),
en otras palabras sin corrupción y sin alcahuetería, siguiendo las instrucción
de Jesús y cumpliendo claramente y sin ninguna objeción con la voluntad del
Padre. Y que todos tengan conocimiento de su palabra, y vivan en la fe del hijo
de Dios, es nuestra responsabilidad porque al cumplirse mil años, el Señor los probará.
Isaías
11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová. 11:3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No
juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 11:4
sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los
mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el
espíritu de sus labios matará al impío. 11:5 Y será la justicia cinto de sus
lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
El Señor Jesús gobernará con sabiduría e
inteligencia, porque el Espíritu Santo estará sobre él. Tendrá el espíritu de
consejo, de poder, de conocimiento y de temor de Dios. Su justicia serán una
justicia verdadera y no como la justicia de los hombres, pero gobernará con vara de hierro y ejecutará a todos
los impíos.
Isaías
11:6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará;
el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los
pastoreará. 11:7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el
león como el buey comerá paja. 11:8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva
del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la
víbora.
Lo que Dios hizo al principio, todo era bueno.
Los animales eran domésticos y las rosas no tenían espinas. Y Dios le dio el
señorío de la creación al hombre. Pero el hombre pecó y le entregó toda potestad y toda la gloria de los reinos de la tierra a
Satanás (Lucas 4:6) y Satanás se
convirtió en el príncipe de este mundo
(Juan 12:31). Y por culpa de Satanás
las rosas echaron espinas, algunos animales se volvieron furiosos y agresivos,
otros comenzaron a producir veneno para defenderse, y todo se convirtió en caos y se dio origen a
la ley de la selva en donde prevalece
el más fuerte. Todo lo bueno dejó de ser
bueno.
Con el hombre sucedió lo mismo, primero Caín
mató a su hermano Abel por envidia. La humanidad se reprodujo y desechó a Dios para adorar imágenes,
cambiaron la gloria de Dios para darle gloria a las imágenes (Romanos 1:23-25) y en el hombre las
cosas también cambiaron. Dejaron el uso natural para estar hombre con
hombre y se llenaron de toda perversión e injusticia, fornicación, avaricia,
envidia, contiendas, homicidios y toda maldad (Romanos 1:27-29).
La creación se convirtió en el reino de las tinieblas, se convirtió en
un reino de terror. El hombre ha contaminado los mares, ha envenado el
ambiente. Y se hizo ambicioso, quiso ser dueño de lo que le pertenece a otros.
Todo lo que era bueno, ya no lo es.
Pero, ahora todo
volverá a ser bueno. Todo será como en el Edén, no habrá animales
depredadores porque no serán carnívoros sino que se alimentarán de paja. El
león jugará con el becerro y un niño los pastoreará. Y el niño de pecho jugará
con las serpientes sin temor alguno. Ya no habrá matanza de animales, ya nadie
les hará daño, y los leones se volverán tan domésticos como los perros.
Isaías
11:9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será
llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. 11:10
Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por
pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será
gloriosa. 11:11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez
su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria,
Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 11:12 Y
levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá
los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 11:13 Y se disipará
la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá
envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; 11:14 sino que volarán sobre los
hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom
y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán.
Israel será reunido de nuevo y sus enemigos
serán sus amigos y en toda la tierra Jesús serán su pendón (bandera); no
existirá la envida y los filisteos levantarán a los judíos en sus hombros y
toda la tierra será llena del conocimiento de Jehová.
Apocalipsis
20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 20:8 y
saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a
Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es
como la arena del mar. 20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y
rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió
fuego del cielo, y los consumió.
Aunque parezca increíble, a los mil años Satanás
será suelto de su prisión y volverá a engañar a la humanidad. Conseguirá que millones
de personas desde los cuatro ángulos de la tierra se unan a él, para ir a
combatir a Jesús y quitarlo de su trono en la ciudad Santa de Jerusalén. Serán tantos
como lo es la arena del mar,
pero Dios enviará fuego del cielo y los
consumirá a todos.
Apocalipsis
20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos.
Ahora sí, el diablo ya no será atado, sino que será lanzado al lago
de fuego y azufre para ser atormentado día y noche por los siglos de los siglos
en compañía de la bestia y el falso profeta.
EL JUICIO
ANTE EL GRAN TRONO BLANCO
Apocalipsis
20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del
cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 20:12
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y
la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron
juzgados cada uno según sus obras. 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados
al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 20:15 Y el que no se halló
inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Todos los incrédulos de todas las épocas,
cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida, serán resucitados para
ser juzgados. El libro que contiene los pecados de cada uno de ellos será
abierto y de acuerdo con lo que allí está escrito serán juzgados. Luego todos serán lanzados al lago de fuego en
donde se encuentra el diablo, el anticristo y el falso profeta. Esta es la muerte segunda, muerte que no sufrirán
los que están en Cristo Jesús, cuyos nombres sí se encuentran inscritos en el
libro de la vida.
NUEVO
CIELO Y NUEVA TIERRA
Los infieles han sido condenados y enviados al
lago de fuego, es hora de hacer nuevas todas las cosas.
Apocalipsis
21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad,
la nueva Jerusalén, descender del cielo,
de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Un cielo nuevo, una tierra nueva, y una nueva
Jerusalén que vendrá directamente del cielo.
Un nuevo génesis, un nuevo comienzo, ya nunca más habrá pecado, injusticia,
rebelión ni infidelidad al único Dios verdadero, porque todos los que
habitan la tierra han sido probados en su fidelidad y en su amor al Padre y a
su hijo Jesucristo.
Apocalipsis
21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con
los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios. 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de
ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque
las primeras cosas pasaron.
El gran momento ha llegado y Dios vendrá a morar con los hombres. El
mismo enjugará toda lágrima de sus ojos y ya
no habrá llanto, muerte ni dolor, pues el que causaba estas cosas ha sido
eliminado.
Jesús
continuará reinado por los siglos de los siglos, pero sobre una nueva
tierra un nuevo cielo y Dios en persona vendrá a vivir a la nueva Jerusalén con
todos los hombres.
Apocalipsis
21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas
las cosas. Y me
dijo: Escribe; porque estas
palabras son fieles y verdaderas. 21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el
Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Y el que está sentado en el trono dijo que sus palabras son fieles y verdaderas,
todo lo que está profetizado sucederá, no pasará ni una tilde de lo que está
escrito. Es tu obligación querido lector poner en conocimiento de tu familia,
de tus seres queridos, de tus amigos, de tus vecinos y de toda persona esta
profecía porque es verdadera y muy pronto se estará cumpliendo.
Pero todavía no hemos terminado, el Señor Jesús envió 7 cartas como una señal de advertencia
para hacernos ver que no todos los creyentes seremos arrebatados, que no todos
los creyentes seremos salvos de la ira, sino únicamente los vencedores,
y de eso hablaremos en nuestra última entrega sobre este tema.
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