jueves, 7 de julio de 2016

EL APOCALIPSIS: la sétima trompeta

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Al toque de seis  trompetas del Apocalipsis calamidades impensables para la humanidad se llevarán a cabo.  Luego hay una pausa que nos habla de una visita especial del cielo. Hecha la pausa, se tocará la sétima trompeta y sucederá algo sumamente extraordinario que solamente los que conocen la palabra de Dios podrán entenderlo:

LOS DOS TESTIGOS

Apocalipsis 11:1 Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 11:2 Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y  no lo   midas,   porque   ha  sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.

Antes de que se toque la sétima trompeta se le pide al apóstol Juan que mida el templo, que mida el altar y que mida los que adoran en él. ¿Por qué?  Bueno, cuando usted va a construir algo, primero hace las medidas ¿No es cierto? Es tan cierto, que a Juan se le pide que mida el templo porque llegó el momento que el Templo de Salomón sea reconstruido para que los judíos celebren sus sacrificios sacerdotales.
Esa reconstrucción será al final de la sexta trompeta y antes del toque de la sétima.  Note usted que la parte de afuera del templo no será medida porque será tomada por  el anticristo y los gentiles, quienes hollarán Jerusalén durante 42 meses.
Hemos dicho, que  los judíos esperan que aparezca el Mesías para que: 1) consiga la paz, 2)  para que reconstruya el templo y 3) para que se reinicien los sacrificios. 
Recordemos que los siete años del apocalipsis se inician con la firma del tratado de paz. Al toque de seis trompetas ya ha pasado un tiempo de que el tratado de paz se firmó. El anticristo o príncipe que ha de venir fue el mediador para que eso sucediera.  Por su parte, los demonios que fueron liberados levantaron a través de los líderes religiosos toda una campaña a favor de la única y nueva religión que señala al anticristo como el salvador del mundo.
Los judíos están con la duda de si ese señor será o no será el Mesías, pero de pronto el anticristo sirve de mediador para que se ordene la reconstrucción del templo, lo que los termina de convencer que ese hombre verdaderamente es el Mesías, ganando su admiración, respeto y con ello el apoyo para que tome el control del “nuevo orden mundial”.

Apocalipsis 11:3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

El anticristo está a punto de tomar el poder, y este señor no va a permitir que se predique el evangelio de Cristo porque él se hará pasar por el Mesías.
Todos tienen que adorarlo a él, se iniciará una persecución contra los creyentes y ya nadie podrá predicar el evangelio de Cristo porque eso contradice lo que se ha estado predique será arrestado y ejecutado.
Pero Dios no se queda quieto, Dios prepara su estrategia y envía dos testigos especiales para que cumplan esa misión. Son embajadores plenipotenciarios del Reino de Dios, se les llama testigos porque darán testimonio de Cristo ante la oposición del anticristo.  Ellos van a predicar 
durante 1.260 días, es decir durante  los tres años y medio en que el anticristo gobierne el mundo.  
Estos dos embajadores aparecen vestidos de cilicio, o sea con ropas ásperas, de color negro, como una expresión de duelo, de dolor y sufrimiento (Génesis 37:34, Lamentaciones 2:10, 1 Reyes 21:25-29) por todo lo que ha estado sucediendo y por lo que se avecina.

Apocalipsis 11:4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.

El apóstol dice que son “dos olivos” y a la vez “dos candeleros” que están delante del Dios de la tierra. Son candeleros porque alumbrarán en medio de la oscuridad espiritual de la humanidad en ese momento (Salmo 119:105). Y son dos olivos porque están ungidos con el Espíritu Santo, eso es lo que representa el aceite de oliva (Éxodo 30:24).

Apocalipsis 11:5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de  ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 11:6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

El anticristo los verá predicar porque no puede hacer nada para evitarlo ya que  Dios les da un poder sobrenatural a los testigos. De sus  bocas saldrá fuego para eliminar a todo el que quiera hacerles daño. Además tienen el poder para que no llueva,  para convertir las aguas en sangre y para herir a la tierra con todo tipo de plagas como sucedió cuando Moisés sacó a los israelitas de Egipto ¿Quiénes son esos testigos?

Malaquías 4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 4:6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

Malaquías profetizó acerca de uno de ellos, dijo que Elías vendría antes del día grande y terrible de Jehová (la gran tribulación). Recordemos que Elías fue arrebatado (2 de Reyes 2:11) hace muchos siglos.
Algunos estudiosos afirman que el otro testigo es  Enoc, porque Enoc tampoco murió sino que fue arrebatado (Génesis 5:24), sin embargo, el apóstol Pedro nos revela en 2 Pedro 1:16-18 lo siguiente:

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.”

Pedro dice que él no enseñó la venida de nuestro Señor siguiendo fábulas, sino porque estuvo presente cuando Jesús se transfiguró (Mateo 17:1-5) y da a entender que esa transfiguración es una imagen de la segunda venida de Jesús.
En esa imagen aparecen Moisés y Elías con Jesús, lo que parece sugerir que ellos son los dos testigos. Y  el cuerpo de Moisés no sufrió corrupción porque Dios se lo llevó cuando el diablo lo quería para él (Judas 9). Posiblemente Dios lo resucitó inmediatamente y lo ascendió a los cielos. Además las plagas que se mencionan nos recuerdan al Moisés de Egipto. Y que deje de llover nos recuerda a Elías que oraba para que no lloviera y dejaba de llover.
Lo más acertado es que los testigos sean Moisés y Elías, porque además, Elías simboliza la profecía y Moisés simboliza la Ley: los dos fundamentos del Viejo Pacto, mientras que Jesús simboliza el Nuevo Pacto. Y eso fue lo que Pedro vio y entendió el día de la transfiguración.

Apocalipsis 11:7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 11:8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. 11:9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.

Una vez que los dos testigos hayan cumplido con su labor, la bestia (el anticristo) los aniquilará. Sorprendentemente, eso se convierte en motivo de una gran celebración. Los hombres se  negarán a enterrar a estos dos testigos, jactándose de su muerte y colocando sus cadáveres donde todo el mundo los pueda ver.
Esto parece ser una anticipación de lo que nos ofrece la tecnología de la televisión vía satélite, porque toda nación, tribu, lengua y pueblo contemplará los cadáveres de estos dos testigos.
Los testigos serán muertos en Jerusalén, en donde crucificaron a Jesús,  ciudad que es comparada con Sodoma por la “corrupción” y con Egipto por la “persecución” a que ha sido sometida en el pasado y lo será en esos días.

Apocalipsis 11:11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 11:12 Y oyeron  una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. 11:13 En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima  parte de la ciudad se derrumbó,  y por el terremoto murieron en número de siete mil  hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria  al  Dios  del cielo. 11:14 El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.

Pero, al igual que sucedió con Jesús, estos dos testigos, serán resucitados al tercer día y ascenderán al cielo ante los ojos de la multitud asombrada.
Se nos dice en dos ocasiones que las personas tiemblan de miedo, pues sienten el frío de su propia derrota ante lo que ven.
Seguidamente se produce un terremoto masivo, igual que sucedió, cuando fue crucificado Jesús. Una décima parte de la ciudad  se colapsará y morirán 7.000 personas. De inmediato el séptimo ángel hace sonar su trompeta y eso nos sitúa en el fin de la serie de las trompetas.

LA SÉTIMA TROMPETA

Apocalipsis 11:15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. 11:16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en  sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 11:17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 11:18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. 11:19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

Dios anuncia el reino milenario de Cristo, anuncia que ha llegado el tiempo de juzgar a “los muertos en Cristo”, no para castigarlos, sino para darles galardones.
Ha llegado el momento de dar galardón a los que temen a Dios y de destruir a los que no lo hacen.
 El templo de Dios se abre para que se vea el arca del pacto y el altar del sacrificio.  Relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo es tan solo el anuncio de lo que se avecina.

1 Corintios 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 15:53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 15:54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.


Pablo nos dice, de manera clara, que el arrebato se llevará a cabo a la “final trompeta, ni antes ni después. Al tocar la sétima trompeta, los creyentes serán arrebatados y  salvos de la ira de Dios.
 
1 Tesalonicenses 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Al tocar la sétima trompeta, los cuerpos de los “muertos en Cristo” resucitarán con un cuerpo inmortal.

1 Tesalonicenses 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Los vivos que “están en Cristo” también recibirán un cuerpo inmortal y unos y otros serán arrebatados hacia las nubes, donde el Señor Jesucristo los espera; allí se reunirán y estarán siempre con El.  ¿Quiénes son los que están en Cristo? Los que creyeron y se bautizaron (Marcos 16:16).
Podemos resumir entonces, que el día del arrebato, los que estén en Cristo, vivos o muertos, serán arrebatados. Los cuerpos de los muertos que “no están en Cristo” continuarán en las tumbas. Los vivos que no “estén en Cristo”, continuarán en la tierra y tendrán que vivir la gran tribulación, con el derrame de las siete copas de la ira.
Algunos líderes religiosos afirman que el rapto de la iglesia puede darse en cualquier momento, que podría ser hoy o mañana, lo que es totalmente falso. El rapto sucederá hasta el “sonar la sétima trompeta”. Pero, antes de ese sonar, hay algo más que nos servirá de señal:

2 de Tesalonicenses 2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

Que nadie los engañe dice el apóstol Pablo, el arrebato no sucederá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado (el anticristo). Esa es la señal, el rapto no puede suceder hoy o mañana, porque el jinete del caballo blanco no se ha manifestado. Una vez que este señor aparezca públicamente y se confirme la paz con Israel, se activarán los sellos, luego se tocarán las trompetas y los salvos se irán al sonido de la sétima trompeta.
En el momento en que el Anticristo asuma el poder, a la mitad de la de los siete años del apocalipsis, en ese momento, los que estemos en Cristo estaremos partiendo hacia las nubes en el viaje maravilloso del rapto y un tiempito antes, los dos testigos estarán llegando a la tierra; no sucederá antes sino hasta en ese momento.
Después del arrebato, los que se queden, estarán sorprendidos, maravillados de la desaparición de millones de personas y creerán que fueron raptados por extraterrestres. Millones de personas, incluyendo a todos los niños,  desaparecerán sin aviso alguno.
Se sucederán miles de accidentes en todo el mundo en un mismo instante, cuando los aviones se queden sin pilotos y los vehículos sin conductores. Pero, los que se queden y sobrevivan, no solo se maravillarán, sino que dará inicio para ellos una experiencia de dolor, terror y muerte inimaginables.

LA MUJER Y EL DRAGON
        
Apocalipsis 12:1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer  vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 12:2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. 12:3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; 12:4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. 12:5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. 12:6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. 12:7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 12:8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos  en el cielo. 12:9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Al llegar a este punto, se  nos  presenta  una  escena maravillosa, Dios nos pasa una película, es la historia de la iglesia. Aparece una mujer, que está a punto de dar a luz un hijo varón por un lado y por el otro un dragón que está esperando a que el niño nazca para devorarlo. 
El hijo por nacer es Jesús, porque se nos dice, que "ha de guiar a todas las naciones con vara de hierro” (Salmo 2:6-9).
El dragón, que está esperando que el niño nazca para devorarlo es Satanás, la serpiente antigua,  que utilizó a Herodes para matar a todos los niños menores de dos años y aniquilar así a Jesús, pero no logró su cometido.
El relato continúa diciendo, que el “hijo fue arrebatado para Dios y para   su   trono” con el propósito de  escapar del dragón.
Sin embargo, la ascensión de Cristo no se produjo con ese propósito, de tal manera que el hijo ya no es Cristo, sino su cuerpo, que es la iglesia (Efesios 1:22-23) la cual será arrebatada y que se identifica con Cristo mismo (Hechos 9:3-5).
Lo que se nos presenta es el nacimiento de Jesús y luego se nos lleva al futuro y se nos presenta el arrebato del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Se dice que la mujer que dio a luz huyó al desierto. ¿Quién es esta mujer?
Algunos afirman, que es la virgen María ya que fue ella quien dio a luz a Jesús; pero el problema de esa teoría es que María "no huyó al desierto ni vivió allí 1.260 días”. Además estos 1.260 días se refieren a los tres años y medio de gobierno del anticristo, se refieren a un suceso futuro. Otros afirman que la mujer simboliza a la iglesia, pero es imposible que esta mujer represente a la iglesia porque la iglesia no dio origen a Jesús sino  que Jesús dio origen a la iglesia.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la mujer simboliza al pueblo de Israel, ya que Jesús nació en esa nación (Miqueas 5:2-3) y las 12 estrellas son las doce tribus que le dieron origen a ese país. Israel deberá huir al desierto durante los últimos tres años y medio del gobierno del anticristo por causa de la persecución que será objeto.

Apocalipsis 12:10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. 12:12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Se nos dice entonces que Satanás será expulsado del cielo y pensamos que eso ya sucedió, que Satanás fue expulsado hace miles de años. Y es cierto, pero a Satanás  aún se le permite la entrada al cielo (Job 1:6). Pero, una vez  arrebatada la iglesia, es ésta la que expulsará a Satanás del cielo de manera definitiva y ya nunca más se le permitirá la entrada.
Los vencedores harán que Satanás sea expulsado. Ellos le vencerán: 1) al aceptar la sangre de Jesús para el perdón de sus pecados, 2) al dar testimonio, lo que significa que contarán  de su experiencia de salvación, llevando de esa manera el evangelio a los demás, y  3) porque menospreciaron  sus vidas hasta el día de su muerte, para vivirla para Cristo (2 Corintios 5:15).
Entonces Satanás vendrá a hacerle la guerra a los escogidos que se han quedado en la gran tribulación.  
Las estrellas” que el dragón arrastra con su cola, son los ángeles que apoyaron a Satanás en su rebelión y que fueron expulsados con él.

Apocalipsis 12:13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. 12:14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

Se nos dice que a la mujer se le darán “alas de águila”. Esa es, precisamente, la misma frase que usó Dios cuando sacó de la esclavitud a Israel (Éxodo 19:4), lo que indica que lo hará nuevamente de manera milagrosa y nadie podrá impedirlo.
Como Satanás no puede hacerle daño a Israel, entonces se vendrá a hacerle la vida imposible a los creyentes gentiles. Por ello, y para evitar esto debemos estar en Cristo para ser tomados en cuenta en el  arrebato. Los detalles de lo que sigue se los daremos en la siguiente entrega.


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