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Hay creyentes que sienten
las llamas del infierno a donde sea que
llegan, ven la condenación por todo lugar y en todo lo que los rodea, no comparten
con nadie para no contaminarse, éstos son los “débiles en la fe”.
El “evangelio de la
gracia” tiene como propósito que seamos convertidos en “hijos de Dios”, en
personas felices llenas de la gracia de Dios, pero el “evangelio de la desgracia” está convirtiendo a los creyentes en
amargados, que no viven ni dejan vivir,
y más bien parecen hijos del demonio. No es que haya otro evangelio, es que el evangelio de la gracia ha sido
pervertido, adulterado (Gálatas 1:7)
y manipulado.
Los “débiles en la
fe” se ven sonrientes en el culto, pero son sonrisas falsas y sus miradas van
de un lado a otro buscando que criticar. En sus hogares las cosas son peores: “No
tomes, no comas, no cantes, no bailes, no veas tele, no compartas” es lo
que sale de sus bocas, los cuales han convertido sus casas en la casas del
“NO”.
Para sus
familiares, los débiles en la fe no se convirtieron en nada bueno, sino en “verdugos”
que los acusan y los condenan de día y de noche. En lugar de atraerlos al
evangelio, los alejan, son verdaderas piedras de tropiezo.
Romanos 14:1
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 14:2 Porque
uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 14:3
El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que
come; porque Dios le ha recibido.
Como vemos, el
apóstol Pablo trata acerca de este tipo de creyentes y nos recomienda no
contender con ellos sobre opiniones, ni menospreciarlos
ni juzgarlos, sino que simplemente los recibamos. Pero, para los que
conviven con ellos, es un asunto de muy difícil tratamiento, porque están en un
constante señalamiento.
Juan 3:17 Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él.
Jesús no vino a
condenar al mundo sino a salvarlo. Si Jesús no condena a nadie ¿Por qué el
débil en la fe condena a todos? Porque, al igual que los fariseos de la época
de Jesús, no ha entendido la gracia.
Mateo 23:4
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros
de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Los fariseos se
consideraban santos, mientras que para ellos, los demás eran unos pecadores.
Vivían señalando a los demás y dándoles cargas que ellos no cargaban.
Jesús los desenmascaró y les llamó sepulcros blanqueados, porque eran
blancos por fuera pero por dentro estaban llenos de gusanos.
El cristiano debe
entender que está lleno de inmundicia, tal vez con más inmundicia que los que
no son cristianos. Debe entender que la
diferencia no es él, que la diferencia la hace Cristo. Es Cristo el que nos
limpia de toda inmundicia, es su sacrificio en la cruz la que obtiene nuestro
perdón porque nadie, absolutamente nadie merece el perdón. Por eso es que la
salvación es por gracia, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
La palabra de Dios
dice que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos
8:1), sin embargo, el débil en la fe ve la condenación por todo
lado, como dije, hasta siente las llamas del infierno a todo lugar que llega. En
cambio, el que tiene una fe firme siente paz en su corazón y no encuentra
nada en su caminar ni en el ambiente en el que se desenvuelve, que lo
condene ni que lo haga perder su salvación.
Romanos
14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con
fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
El de verdadera fe
come y bebe sin preocupación alguna porque todo
lo que hace, lo hace confiado en que nada
lo condena, por su fe en Cristo. Pero el débil en la fe pone en duda si lo que come o bebe lo puede
condenar. Y es precisamente esa duda lo que lo condena, porque el
que duda, lo hace porque no tiene fe de que ya fue perdonado.
Para el débil en la
fe, los creyentes no debemos juntarnos con los pecadores, entendiendo
por éstos a “los que no están en Cristo” ¿Qué dice la palabra de Dios?
1 Corintios
5:9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 5:10 no
absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los
ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo. 5:11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose
hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o
ladrón; con el tal ni aun comáis. 5:12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar
a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?
En esa carta a los
Corintios, el Apóstol Pablo dice, que no podemos dejar de juntarnos con los
fornicarios, ni con los avaros, ni con los ladrones, ni con los idólatras,
porque para ello tendríamos que dejar el mundo. Más bien dijo, que no
debemos juntarnos con aquellos que “diciéndose hermanos”,
practican el pecado. Y es que todos, absolutamente todos pecamos, si
decimos que no pecamos, hacemos a Dios mentiroso y su palabra no está en
nosotros (1 Juan 1:10).
Eso sí, el que
practica el pecado es del diablo (1 Juan 3:8). Y es que una cosa es
pecar y otra es practicar el pecado, es decir, una cosa es que te resbales y caigas en un
hueco y otra cosa es que vivas en el hueco. Los débiles en la fe practican el
pecado porque viven en una constante duda y el
que duda vive en pecado, porque todo lo que no proviene de fe es pecado.
Lucas 7:33
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio
tiene. 7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un
hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. 7:35 Mas
la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
Juan el
bautista no comía pan ni bebía vino y decían que estaba endemoniado.
Por su parte el Señor Jesús se juntaba con los pecadores y comía y bebía
con ellos y lo señalaban como comelón y bebedor de vino, amigo de
publicanos y pecadores.
Si Jesús nunca pecó
ni hizo nada malo, esto implica de manera indubitable que el juntarse con
pecadores o incrédulos y compartir con ellos, no es pecado, no
está prohibido en la palabra de Dios y no tiene nada de malo. Y ponga atención
al verso 35 de Lucas 7: “Más la
sabiduría es justificada por los hijos”. ¿Qué es lo que nos quiere
decir esto? Que lo que importa es que llevemos almas a Cristo. Los débiles en
la fe no bailan, no karaokean, no beben, no fuman, no comparten, pero tampoco
tienen hijos espirituales. Si tú bailas,
karaokeas, bebes y compartes con los pecadores, ellos dirán que tienes demonio, como lo hicieron con
Jesús, pero no importa lo que digan si eso lo aprovechas para llevar personas a
Cristo. Eso es sabiduría, encerrarse en la casa no tiene nada de
sabiduría.
Lucas 6:43
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
6:44 Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los
espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 6:45 El hombre bueno, del buen
tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su
corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
No es buen árbol el
que da malos o buenos frutos sino el que da frutos, dijo Jesús. Lo que quiso decir es que
no es un asunto de comportamiento sino de producción. No
se cosechan higos de los espinos ni de las zarzas se vendimian uvas. De la
higuera se cosechan higos, de la zarza las zarzas y del cristiano se
cosechan cristianos. El cristiano al igual que el árbol, se conoce por
su fruto, entonces dar fruto es llevar personas a Cristo.
Muchos creyentes
creen que dar testimonio es “dejar
de hacer algo” (como no fumar o no beber), para que los demás vean un
cambio en sus vidas. Quienes así piensan no han entendido el evangelio, “la vida
cristiana es una vida por gracia”. Por gracia somos salvos
(Efesios 2:8), por gracia Dios nos da sabiduría, por
gracia nos justifica, por gracia nos santifica y por gracia nos redime en
Cristo Jesús, no es algo que nosotros podemos conseguir fuera de Cristo,
esa es una obra exclusiva del Espíritu Santo. Como está escrito: “El que se gloría, gloríese en el Señor”
(1 Corintios 1:30-31).
Gálatas 5:17
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. LOS DÉBILES EN LA FE Jesús Vargas 5
Note usted que el
deseo de la carne es contra el Espíritu (en mayúscula), o sea que es
contra el Espíritu Santo, no es contra usted. Usted no puede vencer los
deseos de la carne, eso es un trabajo del Espíritu Santo. Si usted se
esfuerza por vencer los deseos de la carne, se pone bajo la ley, y
si se pone bajo la ley, se pone bajo condenación (Gálatas 5:4). Lo que
tiene que hacer es confiar en que el Espíritu Santo vencerá por usted.
No te estoy
diciendo que vayas a pecar porque gracia no es pecar, pero divertirse
tampoco es pecar. Usted no encontrará un mandamiento de la ley que así lo
diga.
Dar
testimonio no significa abstenerse de hacer algo o dejar de
hacer algo, dar testimonio es dar una declaración.
Eso es lo que hace un testigo en un tribunal, no llega a decir que ha dejado de
fumar, llega a “hablar de lo que sabe”
en un caso.
Hechos 22:15
Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.
Ananías le dijo a
Pablo que había sido escogido por Dios para ser testigo de lo que había
visto y oído de Cristo Jesús. Pablo no iba a hablar de los cambios en su
vida, sino de Cristo. Dar testimonio no es maquillarse y mostrar
otra cara al mundo, con eso no se ganan almas.
Hechos 1:8
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y
me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra.
La orden de Jesús a
los discípulos no fue que fueran a hablar de ellos, sino que fueran a hablar de
Cristo.
La bandera
del débil en la fe es la abstención. Para él, el
creyente debe abstenerse de todas las cosas del mundo y dejar de compartir con
los mundanos; sin embargo, nuestro Señor Jesús enseñó todo lo contrario:
Mateo 9:10 Y
aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos
publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con
Jesús y sus discípulos. 9:11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los
discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 9:12
Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. 9:13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento.
En este pasaje
podemos ver que los fariseos eran tan débiles en la fe que criticaron a Jesús
porque compartía con los pecadores y publicanos. Al oírlos Jesús les dijo que
los sanos no tenían necesidad de médico sino los enfermos.
Jesús dejó claro
que si no compartimos con los pecadores, no vamos a ganar almas para él. Y
agregó: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio”.
La palabra sacrificio
tiene dos significados: el primer significado es ofrendar o
dar algo a cambio. Esto lo podemos ver en el Viejo Testamento, donde los
sacerdotes sacrificaban animales a cambio del perdón provisional de
pecados. Pero, en el nuevo Testamento dice:
Hebreos
10:17 Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 10:18 Pues donde
hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
Bajo el nuevo pacto
no tenemos nada que ofrendar, porque Jesús se ofrendó por nosotros y
obtuvo eterna redención con su sangre (Hebreos 9:12).
El segundo significado
de sacrificio es abstenerse voluntariamente de hacer algo con un fin. El
débil en la fe quiere sacrificarse o abstenerse de comer, de beber, de
divertirse porque para él todas esas son cosas del mundo. A este segundo
significado de sacrificio fue al que se refirió nuestro Señor Jesús cuando
dijo que no quiere sacrificios, que lo que quiere es misericordia.
Misericordia
es un término que proviene del latín y hace
referencia a una virtud que lleva a los seres humanos a compadecerse del
mal ajeno.
Las personas tienen
muchos males pero hay uno que está por encima de todos y es el pecado que los
tiene destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). El hombre
necesita conocer la verdad del evangelio para ser perdonado y ser restituido a
la gloria de Dios. No es absteniéndonos de hacer algo, que ayudamos a esas
personas, sino llevándoles el evangelio.
La fe es por
el oír la palabra de Dios (Romanos 10:17). Ellos
deben oír para obtener la fe, pero si los aislamos, si los evitamos no les
ayudamos en nada.
Dios se refleja en
nosotros a través del amor, no se aleje de los pecadores, no los critique,
deles amor y entonces querrán saber lo que tienes que decirles.
El débil en la fe ve
vive pregonando que divertirse, que escuchar música secular, que ver
televisión, que participar de las actividades sociales son cosas del mundo como
si él no viviera en el mundo. ¿Qué dice la palabra de Dios?
1 Corintios
6:12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me
son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
1 Corintios
10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo
edifica.
La palabra de Dios
enseña que todo es lícito para el creyente, pero éste no se
debe dejar dominar o enviciar por nada, porque no todo conviene y no
todo edifica. Por eso Dios nos dio al Espíritu Santo, para que nos guíe, su luz
se encenderá, entonces metemos el freno y damos marcha atrás.
Romanos 14:3
El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que
come; porque Dios le ha recibido. 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado
ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque
poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
Pablo nos llama a
no menospreciar al prójimo por causa de lo que come o no come, de lo que bebe o
no bebe, porque solamente Dios tiene potestad para juzgar, pero Dios lo
mantendrá firme. Este asunto no se limita únicamente a la comida o a la bebida
sino a las demás actividades de la vida diaria. Por ejemplo, si a una persona
le gusta ir a bailar con su esposa, para el débil, esa persona es
un mundano pecador; y para esa persona el débil en la fe es un
amargado, un fariseo que no vive ni deja vivir.
Los débiles en la
fe deben ser aceptados sin ser criticados y ellos, a su vez deben aceptar a los
que ejercen su libertad en Cristo, sin tampoco hacer señalamientos.
El débil en
la fe es una piedra de tropiezo para que otros
alcancen la salvación y la libertad de los fuertes puede ser
una piedra de tropiezo para ellos; no es un asunto fácil de manejar.
Romanos
14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien
decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14:14 Yo sé, y confío
en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que
algo es inmundo, para él lo es. 14:15 Pero si por causa de la comida tu hermano
es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya
se pierda aquel por quien Cristo murió. 14:16 No sea, pues, vituperado vuestro
bien; 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz
y gozo en el Espíritu Santo.
Nada es malo
en sí mismo, no es malo comer, no es malo beber, nada es malo,
pero para el que piensa que algo es malo,
para él lo es porque su conciencia lo condena.
El reino de Dios no
es comida ni bebida, en otras palabras éstas cosas no son de importancia en el
Reino de Dios, lo que es importante es la justicia, la paz y el gozo
en el Espíritu Santo.
Romanos
14:20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la
verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que
come. 14:21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano
tropiece, o se ofenda, o se debilite. 14:22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo
delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que
aprueba. 14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo
hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Este es el pasaje
preferido del débil en la fe porque dice que resulta bueno no comer carne ni
beber vino ni hacer algo para que un “hermano” no tropiece, no se ofenda o se
debilite, esto es para con los neófitos.
La escritura dice
que “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”,
aquel que vive en la completa libertad que Cristo le dio. “Pero el que duda sobre
lo que come, o sobre cualquier otra cosa que haga, es condenado porque no lo
hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado”, estos son los
débiles en la fe, ya lo dijimos.
Fundamentados en la
palabra de Dios, podemos afirmar que la
persona que está equivocada es el débil en la fe y no los demás creyentes. El débil en la fe debe madurar y cambiar de
actitud.
El problema es que
el cristiano de fe fuerte se puede convertir en un hipócrita, haciendo cosas o dejando de hacer cosas en las que no
cree para que sus hermanitos no se pierdan, pero eso es un arma de doble filo,
porque el nuevo creyente cree que eso es lo correcto y se puede iniciar con los
fundamentos equivocados. Veamos un ejemplo real:
Gálatas 2:11
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de
condenar. 2:12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con
los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía
miedo de los de la circuncisión. 2:13 Y en su simulación participaban también
los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la
hipocresía de ellos.
De acuerdo con la
ley de Moisés, los judíos no podían comer junto con los gentiles porque eran
inmundos. Pedro sabía que bajo el nuevo pacto ya no había nada inmundo,
él había recibido una revelación de parte de Dios en ese sentido (Capítulo
10 del libro de los Hechos) y comía con los gentiles cuando no habían
judíos. Pero cuando habían judíos, se apartaba de los gentiles porque tenía
miedo de lo que dirían los judíos. Además, por causa de los judíos obligaba
a los gentiles a circuncidarse y andar conforme a la ley. No era lo
correcto, pero Pedro lo hacía por hipocresía, para quedar bien con los
judíos, lo malo es que los gentiles estaban creyendo que circuncidarse era
lo correcto.
Gálatas 2:14
Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio,
dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y
no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 2:15 Nosotros, judíos
de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 2:16 sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo,
nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de
Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado.
Pablo reprendió a
Pedro porque no andaba conforme a la verdad del evangelio y le recordó que el
hombre no es justificado por las obras sino por lo que cree, por cuanto por
las obras nadie será justificado.
Los débiles
en la fe son consecuencia del evangelio de la desgracia que se enseña en las iglesias evangélicas, es la razón por la cual Pablo se molestó, porque el legalismo nos
puede quitar la gracia.
Gálatas 2:18
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me
hago. 2:19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para
Dios. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 2:21 No desecho la gracia
de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
El problema del
pecado ya está resuelto, el creyente nacido de nuevo no debe de tratar de
resolverlo. Es lo mismo que encadenar la palabra de Dios. El creyente está
muerto para la ley y para el pecado. El creyente fue crucificado con
Cristo en el bautismo (Romanos 6:3-6) y ya no vive, el que
vive es Cristo en él.
El débil en la fe no
anda conforme al Espíritu sino conforme a la carne, y se expone a toda
condenación porque edifica lo destruido. Ya no hay condenación alguna para el
que está en Cristo Jesús, aquel que anda conforme al Espíritu, es decir, en fe,
no conforme a la carne, confiando en sí mismo (Romanos 8:1).
Si tenemos que hacer
algo o dejar de hacer algo para no ser condenados entonces por
demás murió Cristo y estaríamos desechando la gracia de Dios.
Satanás se encuentra en la tierra para acusar a los hermanos en Cristo
(Apocalipsis 12:10), pero los vencedores lo vencen por la sangre
del Cordero que los ha limpiado de todo pecado, y por dar
testimonio de Cristo hasta la muerte (Apocalipsis 12:11), no por
dejar de comer o de beber esto o aquello.
Romanos
8:33-34 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros.
La palabra de Dios
nos enseña que solo Dios nos puede acusar, pero él no nos acusa, sino
que nos justifica en Jesús. Dice que Cristo es el que condena, pero
Cristo intercede por nosotros en lugar de condenarnos. Cuando el débil en la fe
te señale, debes decirle “no me acuses Satanás”, porque toda acusación
viene de él.
Colosenses
2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 2:14
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 2:15 y despojando a
los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en la cruz.
Estábamos muertos
en nuestros pecados, pero Jesús dio su vida por esos pecados y anuló el acta
de los decretos que había en contra nuestra, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz. ¿Qué es el acta de los decretos? La palabra griega
traducida como "acta" es "Cheirografon"
que quiere decir "contrato escrito" o "certificado de
deuda” resultante de alguna transgresión. También "libro con
registro de pecados" usado para la condenación del transgresor.
Lo que fue
clavado en la cruz fueron los registros de nuestros pecados que "estaban contra nosotros"
condenándonos a muerte. Jesús destruyó el "cheirografon", él despojó
"a los principados y potestades, los exhibió públicamente, triunfando
sobre ellos en la cruz".
Por tal razón, no
podemos permitir ninguna acusación en nuestra contra, porque la deuda fue
saldada, y el pagaré fue destruido. Cuando nos bautizamos somos juzgados y
declarados inocentes y ya nadie nos puede juzgar por lo mismo.
Colosenses
2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de
fiesta, luna nueva o días de reposo, 2:17 todo lo cual es sombra de lo que ha
de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
Nadie te juzgue por
lo que comes o bebes o por lo que haces, porque todo eso es sombra de lo que
vendrá.
Colosenses
2:20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo,
¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 2:21 tales
como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 2:22 (en conformidad a mandamientos
y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 2:23 Tales
cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en
humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los
apetitos de la carne.
El creyente está
muerto con Cristo, en cuando a los rudimentos del mundo. “No tomes, no toques,
no gustes”, no son mandamientos que vienen de Dios, son doctrinas de hombres que de destruyen con el uso. Esas cosas tienen
a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y
en duro trato del cuerpo, nos dice Pablo, pero ponga mucha atención. “no
tienen ningún valor contra los apetitos de la carne”. Esto es así,
porque nadie, absolutamente nadie puede vencer la carne, sino únicamente el
Espíritu Santo.
Recuerda que no
estamos bajo el evangelio de la desgracia, sino bajo el Evangelio de la gracia,
vive y deja vivir.
LEI TODO EL ARTICULO O MENSAJE PERO HAY ALGO QUE NO ENTENDÍ AL FINAL SI TE PIDO UN CONCEPTO DE UN "DÉBIL EN LA FE" CUAL SERÍA TU CONCEPTO, COMO UN BEBE EN LA FE, UN NEÓFITO, UN PECADOR, UN PROVOCADOR O UN FANÁTICO???
ResponderBorrarY CREO QUE NO HAY NADA DE MALO CON BAILAR CON TU ESPOSA PERO... EN QUE LUGAR LO HARÍAS??? DEPENDIENDO DE LA CULTURA EN LATINOAMERICA ENTRAN EN UNA DISCO, KARAOKE O BAR NO SOLO QUE SERÍA MAL VISTO SINO QUE EN EL LUGAR ENTRA TODA CLASE DE GENTE, Y EL AMBIENTE ESTA SATURADO DE VICIOS Y MALOS EJEMPLOS ENTONCES ¿QUÉ SE DEBE HACER ALLÍ?
NO CREO QUE SEA MALO SER UN DÉBIL EN LA FE PORQUE ES UN PROCESO TRANSITORIO Y NO LOS JUZGO ROMANOS 14:13, PERO UNO QUE SE CONSIDERE MADURO EN LA FE DEBEMOS COMPORTARNOS ROMANOS 14:15 SIN ENTRISTECERLOS, AMARLOS; RECORDARLES QUE EL REINO ES JUSTICIA, PAZ Y GOZO EN EL ESPÍRITU (17) Y POR ULTIMO LA ORDEN ES SEGUIR LA PAZ Y LA MUTUA EDIFICACIÓN... FIN DEL COMUNICADO