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Desde que el hombre existe, se ha hablado de milagros
y de apariciones; existen cientos de historias de personas que han visto
siluetas transparentes o fantasmales o han sido testigos de algún suceso
extraordinario. No hay ningún secreto, sin embargo la enseñanza de la Biblia con respecto a este tema ha sido oscurecida y
pervertida en gran parte por el “Vaticano”,
quien ha declarado que los muertos a los cuales declara “santos” pueden escucharnos, servir de intermediarios ante Dios y
hasta hacer milagros.
El otro día, fui invitado como panelista a un
evento, en donde se hablaba de este tipo de sucesos; allí, uno de las
panelistas explicó, que se trataba de “karmas” de los muertos que quedaban por
allí. Otro panelista dijo que se trataba
de los “espíritus de muertos”, que no se han dado cuenta que murieron y
siguen rondando en sus hogares.
Por su parte, en un programa de televisión
llamado “Extra normal” se habla de “energías fantasmales” y se dan el lujo
de clasificarlos en varias categorías.
No podemos negar que fenómenos paranormales suceden, pero, tampoco podemos afirmar que se trata de los espíritus
de los muertos, ni de energías o karmas porque eso es hablar sin fundamento.
La Biblia nos revela que Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (Génesis 2:7), es decir, Dios formó el cuerpo del hombre del polvo
de la tierra y luego mediante un soplo le introdujo el espíritu. Ese aliento de
vida es el espíritu porque “es el
espíritu el que da vida” (Juan 6:63).
Entonces, el hombre es un espíritu que
vive en un cuerpo.
Eclesiastés 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
La Biblia también nos revela que cuando el
cuerpo se muere se vuelve polvo y el espíritu
vuelve al lugar que Dios le tiene preparado, lo que nos indica, sin lugar a
dudas, que una vez que el cuerpo muere,
el espíritu ya no tiene ninguna
participación en este mundo.
Lucas 16:22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado
por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
16:23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a
Abraham, y a Lázaro en su seno. 16:24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre
Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su
dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
16:25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu
vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú
atormentado. 16:26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre
nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros,
no pueden, ni de allá pasar acá. 16:27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre,
que le envíes a la casa de mi padre, 16:28 porque tengo cinco hermanos, para
que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento. 16:29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
16:30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de
entre los muertos, se arrepentirán. 16:31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a
Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de
los muertos.
El Señor Jesús, nos contó la historia de dos
personas que fallecieron, el espíritu de una de ellas fue llevada al hades o
infierno y la otra al paraíso de Dios. Ninguno
de los dos espíritus se quedó rondando por ahí. Una vez que dejamos el
cuerpo, nuestro espíritu debe ir a uno de dos lugares. Mejor dicho, no va, sino
que es
llevado. Además de eso, Jesús dejó claro, que a los muertos no se les autoriza a salir del lugar en que se encuentran.
Job 4:13 En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando
el sueño cae sobre los hombres, 4:14 Me sobrevino un espanto y un temblor, Que
estremeció todos mis huesos; 4:15 Y al pasar un espíritu por delante de mí,
Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo. 4:16 Paróse delante de mis ojos un
fantasma, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía: 4:17 ¿Será el hombre
más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? 4:18 He aquí,
en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles; 4:19 ¡Cuánto más en
los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que
serán quebrantados por la polilla! 4:20 De la mañana a la tarde son destruidos,
Y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello. 4:21 Su hermosura,
¿no se pierde con ellos mismos? Y mueren sin haber adquirido sabiduría.
Algunos falsos maestros se fundamentan en el
anterior pasaje de la palabra de Dios para afirmar que los muertos se contactan
con los vivos. Pero el pasaje no dice que Job vio un muerto, lo que dice es que Job vio una figura transparente.
Esa Figuera no era ningún muerto, era un
ángel ministrador, lo sabemos por el
contenido de sus palabras con las cuales exhorta a Job.
De hecho, la
Biblia enseña, que los ángeles son espíritus
ministradores, enviados para servicio
a favor de los que serán herederos de la salvación (Hebreos 1:14).
Hay numerosos
pasajes bíblicos que hablan de apariciones de ángeles. Un ángel se le
apareció a María, unos ángeles se aparecieron a los pastores el día del
nacimiento de Jesús. Unos ángeles quemaron
Sodoma y Gomorra. Unos ángeles se le aparecieron a Abraham para
anunciarle que sería padre. Jacob tuvo una lucha con un ángel. Un ángel anunció
la resurrección del Señor.
1 Samuel 28:11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré
venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel. 28:12 Y viendo la mujer a Samuel,
clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: 28:13 ¿Por qué me
has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y
la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra. 28:14 El le
dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de
un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a
tierra, hizo gran reverencia. 28:15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has
inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los
filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más,
ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me
declares lo que tengo que hacer. 28:16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me
preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo? 28:17 Jehová te
ha hecho como dijo por medio de mí; pues Jehová ha quitado el reino de tu mano,
y lo ha dado a tu compañero, David. 28:18 Como tú no obedeciste a la voz de
Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha
hecho esto hoy. 28:19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de
los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará
también al ejército de Israel en mano de los filisteos. 28:20 Entonces Saúl
cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y
estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche no había comido
pan. 28:21 Entonces la mujer vino a Saúl, y viéndolo turbado en gran manera, le
dijo: He aquí que tu sierva ha obedecido a tu voz, y he arriesgado mi vida, y
he oído las palabras que tú me has dicho. 28:22 Te ruego, pues, que tú también
oigas la voz de tu sierva; pondré yo delante de ti un bocado de pan para que
comas, a fin de que cobres fuerzas, y sigas tu camino.
Este es otro de
los pasajes que usan los falsos maestros para afirmar que los muertos se
comunican con los vivos. En este pasaje el rey Saúl fue a consultar a una
vidente sobre su futuro. La vidente vio varias
figuras y el rey Saúl que fue a consultarla no vio nada. La vidente dijo ver a Samuel y cuando Saúl le
preguntó que como era, ella dijo que era un “anciano con un manto”, pero no dio ningún detalle que lo
identificara con Samuel. También vio las figuras y dijo que eran “dioses que subían de la tierra”.
Así como afirmó
que el anciano era Samuel, también afirmó que las figuras eran dioses. Sabemos
que solamente hay un Dios así que ella no pudo ver varios dioses, lo que vio
fueron ángeles. Tampoco pudo ver a Samuel porque Samuel estaba muerto, es posible
que el anciano fuera Dios (Daniel 7:9)
o el mismo Jesús quien se presenta en Apocalipsis con el cabello blanco (Apocalipsis 1:14).
Tome en cuenta
que el anciano le revela a Saúl que al
día siguiente va a morir y que el ejército de Israel va a ser derrotado y eso
solamente lo pudo decir Dios porque solamente
Dios conoce el futuro.
Una vidente no
es una persona que puede ver el futuro, hay muchas videntes, son personas que
ven los espíritus que nosotros no vemos, tienen un don especial o “una antena que nosotros no tenemos”,
para decirlo de otro modo.
Hay videntes
que han tomado un mal camino y al igual que la del pasaje tratan de comunicarse
con los muertos, se convierten en espiritistas
porque con lo que se comunican es con el mundo
espiritual invisible que nos rodea.
De acuerdo con
la palabra de Dios, existe un mundo
invisible, paralelo a este mundo visible. El hecho de que sea invisible, no
significa que no existe; todas esas apariciones son parte de ese mundo
invisible que puede hacerse visible. ¿Quiénes se mueven en ese mundo? Los ángeles de Dios, Satanás y sus ángeles
y los demonios.
Los espiritistas
afirman que si los muertos tienen conocimiento del cielo o del infierno ¿Por
qué no habrían de venir a la tierra para prevenir a los suyos? Bueno, Jesús dio
la respuesta: “Si no oyen a Moisés y a
los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”
(Lucas 16:31).
Satanás y los
ángeles caídos se presentan como “espíritus
de muertos” para engañar a los que no conocen la palabra
de Dios. Satanás puede tomar la apariencia
de las personas fallecidas e imitar sus palabras con total exactitud.
Muchas personas
se consuelan con la seguridad de que sus seres queridos están gozando de las
delicias del cielo poniendo atención a “espíritus
seductores, y a enseñanzas de demonios.”
Satanás y sus
ángeles se hacen pasar por los muertos, entonces asegura que es feliz en el
cielo, “aunque haya muerto sin Cristo”,
porque las “misas los han sacado del falso purgatorio” para llevarlo al cielo.
Utiliza a los “santos fallecidos” y a “las falsas vírgenes” del Catolicismo
Romano para hacer señales y prodigios y con ello introducir “doctrinas papales” que llevan a las
personas a la idolatría y con ello a
su muerte espiritual. Las apariciones de la vírgenes y las manifestaciones de
supuestos santos fallecidos no son sino una mentira del diablo.
La doctrina del
purgatorio es una falsa doctrina que
da esperanzas falsas, no existe un purgatorio y no hay ninguna misa ni ninguna
indulgencia que pueda sacar a nadie del infierno. No hay muertos muy malos o
menos malos, hay muertos salvos y muertos condenados.
La doctrina del
sacerdocio católico junto con la confesión de pecados ante los curas
pone a las personas al filo de la navaja porque esa doctrina “pisotea al hijo de Dios y tiene por inmunda
la sangre del pacto en la cual fuimos santificados para siempre y ofende al Espíritu Santo” (Hebreos 10:29), único pecado que no
tiene perdón.
Mateo 24:24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos
profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si
fuere posible, aun a los escogidos.
Pero no
solamente usa al catolicismo romano y falsifica a los muertos, también usa a
los vivos: a los falsos apóstoles y
profetas de diferentes denominaciones cristianas que voluntariamente y cegados
por la vanidad de su mente (Efesios
4:17) se dejan utilizar.
No solamente
hace grandes señales y prodigios a través de sus apóstoles fraudulentos que se disfrazan de apóstoles de Cristo (2 Corintios 11:13) sino que les da falsas revelaciones para de igual manera
pervertir el evangelio de Cristo.
Disfrazado de ángel de luz y sus ministros de ministros de justicia (2 Corintios 11:14) el gran rebelde
continúa llevando adelante la guerra que empezó en el cielo y que se prosigue
en la tierra desde hace unos seis mil años.
Muchos tratan
de explicar las apariciones fantasmales atribuyéndolas a los muertos, otros al fraude
de los médiums. Pero, la realidad es que todas esas apariciones son obra del
diablo y sus ángeles.
Lo mismo sucede
con las señales y prodigios, se las atribuyen a los santos, a las vírgenes y a
los falsos apóstoles y profetas. Si bien es cierto, Dios hace milagros, porque él es el mismo ayer, hoy y por los
siglos, una gran mayoría de esas señales y prodigios no vienen de él.
Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en
los cielos. 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos
en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.
Jesús lo dijo
claro, no todo el que profetiza, el que echa fuera demonios y hace milagros es
enviado por él, ni siquiera los conoce, son hacedores de maldad, servidores de
Satanás
¿Cómo
identificarlos? Los verdaderos hombres
de Dios hacen la voluntad del Padre
que consiste en llevar el conocimiento de
la verdad todos los hombres para que sean salvos (1 Timoteo 2:3-4) ¿Cuál es esa verdad? hay muchas verdades, pero hay
una en cuanto a la salvación que es básica y prioritaria: “El que crea y se bautice será salvo” (Marcos 16:16, Hechos 2;38, Hechos 22:16, Colosenses 2:11-12, Romanos
6:3-6).
Los hacedores
de maldad enseñan una media verdad, enseñan que solamente debes creer sin necesidad de morir en el bautismo. Ellos
te engañan diciendo: “acepta a Cristo y ya
eres salvo”.
Los que creen
que Satanás no puede hacer milagros no han leído las escrituras las cuales nos revelan que no fue sino mediante la ayuda de Satanás que
los nigromantes de Faraón pudieron
imitar la acción de Moisés. El apóstol Juan
declara que antes de la segunda venida de Cristo habrá grandes manifestaciones
del poder satánico:
Apocalipsis 13:13 También hace grandes señales, de tal manera que aun
hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 13:14 Y
engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido
hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le
hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 13:15 Y se le
permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase
e hiciese matar a todo el que no la adorase.
La obra maestra de
Satanás: no solamente grandes señales y hacer descender fuego del cielo, sino
que una imagen que hable y ordene matar a quien no le rinda adoración.
Los hombres serán
engañados por los milagros que los agentes de Satanás no sólo pretenderán
hacer, sino que de hecho tendrán poder para realizar.
El diablo siempre ha
usado las imágenes para desviar al hombre de la adoración al único Dios
verdadero. Por allí escuchamos que apareció una imagen aquí y otra por allá,
imágenes que lloran y cosas semejantes.
Y los creyentes,
engañados por la falsa religión caen en la trampa. No entienden que el diablo siempre ha querido la adoración para
él. El que pudo aparecer ante Cristo para pedirle adoración a cambio de los
goces de este mundo (Mateo 4:8-9), suele
presentarse también a los hombres para ofrecerles milagros a cambio de la
adoración a sus múltiples imágenes, no en vano la Biblia dice que detrás de cada imagen o ídolo hay un demonio
(1 Corintios 10:19-22).
Satanás también induce
a los hombres a enorgullecerse tanto de su propia
sabiduría, ya sean Papas católicos o profetas evangélicos, que en el fondo
de su corazón desprecian al Dios eterno con
doctrinas de hombres que sustituyen la palabra de Dios.
Pero nadie tiene por
qué dejarse alucinar por los asertos engañosos del maligno. Dios ha dado a los
hombres luz suficiente para que puedan descubrir la trampa. Ya vimos que la Biblia declara que los muertos
no tienen parte en nada de lo que sucede en el mundo de los vivos.
Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.
La biblia
también revela que existe una guerra espiritual entre el bien y el mal. Satanás
y sus ángeles, no solamente tratarán de asustarnos
y tentarnos, sino de matarnos, robarnos y destruirnos (Juan 10:10). Por su parte,
el Señor envía sus ángeles en nuestra defensa.
Hay principados,
gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad que no vemos pero
que allí están. Estos ángeles caídos son dirigidos por Satanás, el Padre de la
mentira, así que se aparecerán a algunas personas y las engañarán haciendo
pasar por sus parientes muertos.
En Números 22:22-32 se narra que Dios
envió un ángel para evitar que Balaam continuara su camino. El asna de Balaam
se detuvo al ver al ángel. Balaam no lo podía ver, así que castigó al animal
para que continuara. Entonces Dios hizo que el asna hablara a Balaam. Luego le
abrió los ojos espirituales a Balaam para que viera el ángel.
Lo que podemos
rescatar de ese pasaje, es que los
animales, al igual que los videntes pueden ver cosas del mundo invisible que
nosotros no vemos. A veces un perro ladra y ladra y no vemos a qué le
ladra. Posiblemente le esté ladrando a un ángel caído.
Los seres
humanos nos mantenemos en una frecuencia, es como decir que andamos en A.M y los
ángeles están en F.M. Tenemos que cambiar de frecuencia, para poderlos ver. Hay
personas que sí pueden verlos, no sabemos el propósito, es como si tuvieran una
antena que nosotros no tenemos. Entonces se asustan y sufren porque creen que
las siluetas que ven son de demonios. Pero perfectamente podrían ser ángeles.
No lo sabemos, lo cierto es que allí están.
Si Dios nos
abriera los ojos como lo hizo con Balaam, nos asombraríamos al ver las calles y
los techos de las casas, llenos de
ángeles buenos y malos.
El diablo fue
expulsado del cielo y con él una tercera parte de los ángeles, los cuales están
aquí para engañarnos (Apocalipsis 12:3).
Hemos hablado
de los ángeles caídos y de los ángeles de Dios. Pero no hemos hablado de los demonios
que poseen y atormentan a las personas. El Señor Jesús tuvo que liberar a
varias personas de esos seres espirituales de maldad.
¿Quiénes son
los demonios? Es una pregunta muy difícil de contestar, ya que la biblia no
habla del origen de los demonios y dejaremos ese tema para otro momento. Lo que
si podemos decir es que los demonios también son comandados por Satanás, y que
no tienen cuerpo, razón por la cual tratan
de poseer a los seres humanos.
Resumimos
entonces, que de acuerdo a lo que nos enseña la palabra de Dios, todos los
sucesos paranormales que suceden, tienen que ver con ángeles. Estamos rodeados de millones de ángeles caídos que
procuran nuestro mal y de millones de ángeles de Dios, que están aquí para
defendernos de esos ángeles caídos. Esos ángeles caídos engañan a los hombres
con falsas profecías y milagros para desviarlos de la verdad. Y los demonios
también hacen su parte, como no tienen cuerpo, procuran poseer a los seres
humanos, para hacer sus fechorías. Ya lo sabes, no te dejes engañar, los
muertos no tienen comunicación con los vivos y muchas de las apariciones,
milagros y sucesos paranormales tienen que ver con los ángeles caídos y con los
demonios. Es lo que enseña la palabra de Dios.
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