jueves, 17 de marzo de 2016

LAODISEA, LA IGLESIA TIBIA

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El libro de Apocalipsis revela con detalle acerca de los juicios de Dios que vendrán sobre la tierra.  También detalla que Jesús vendrá a rescatar a los suyos para evitarles ese castigo o sufrimiento. Pero no todos serán rescatados, no todos serán salvos y Jesús nos da siete razones a través de siete mensajes. Uno de esos mensajes es  a la iglesia tibia de Laodisea.

Apocalipsis 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Nuestro Señor Jesús dice que la Iglesia de Laodicea es una iglesia tibia y por tal razón la vomitará. Si la iglesia es tibia, todos sus miembros también  lo son.  Para entenderlo vayamos a la biblia:

Colosenses 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia.

La palabra de Dios revela que los creyentes somos el cuerpo de Cristo, somos una sola carne con Cristo (Efesios 5:31-32).   Supongamos que usted se come un bistec. En la digestión, los jugos gástricos desintegran el bistec. Ese pedazo de carne de vaca perderá su identidad y pasará a ser parte de su piel, de sus huesos y de sus  músculos, será parte de su cuerpo y por lo tanto será una sola carne con usted. ¿Pero qué sucede si el bistec contiene algún elemento extraño que no puede ser digerido? Su organismo lo rechazará y lo vomitará.
Así sucede espiritualmente, al creer en Cristo y bautizarse su vida se funde con la de Jesucristo, pero si usted contiene algún elemento que no puede ser digerido, será rechazado y vomitado por el Señor. Ese elemento es la tibiez.
Para los religiosos el tibio es el cristiano que comparte con los incrédulos; es el cristiano que escucha música “mundana”, que le gusta cantar o tomarse una cerveza de vez en cuando e incluso ir a bailar. Sin embargo la palabra de Dios nos enseña que eso no es cierto:

Colosenses 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.

Estábamos muertos en pecados, pero Dios nos dio vida con Cristo y nos perdonó todos los pecados. Dios anuló el acta de los decretos que nos era contraria, en otras palabras clavó en la cruz el libro que contenía todos nuestros pecados, para que nadie nos juzgue por lo que comemos, por lo que bebemos o porque nos divertimos.

Romanos 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Romanos dice que solo Dios nos puede acusar, pero él mismo nos justificó en Jesús.  Dice que el que condena es Cristo, pero Cristo murió e intercede por nosotros y tampoco nos acusa. Nadie puede señalarnos o acusarnos, eso es obra de Satanás.
Ser tibio, entonces no se refiere a esas actitudes personales, porque esas actitudes no serán tomadas en cuenta por nuestro Señor Jesús. Ellas junto con todos nuestros pecados han sido borradas y clavadas en la cruz.
Hay algo que nos debe quedar claro y es que la iglesia de Cristo no tiene pecado. Eva simboliza a la iglesia, y cuando Eva fue creada, Adán no había pecado todavía,  de tal manera que Eva nació sin pecado.
Por su parte, la iglesia nace de Cristo, que no pecó, de tal manera que la iglesia no tiene pecado. Esto implica, que una vez que una persona es limpia de pecado en el bautismo (Hechos 2:38), es parte de la iglesia y no será ensuciada jamás por el pecado, porque pasa a estar en Cristo y Cristo no tiene pecado.  No significa que no peca, significa que Dios la ve en Cristo y la ve completamente limpia, como si no pecara.  

Éxodo 12:13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.

El último día que los judíos fueron esclavos en Egipto, el ángel de la muerte acabó con todo primogénito, excepto los que estaban en las casas donde había sangre como señal en los dinteles de las puertas. En estas casas, el ángel de la muerte vio la sangre y pasó de largo. La sangre en las puertas simbolizaba la sangre de Cristo. Así que esto nos ilustra lo que pasa con la persona que ha  nacido de nuevo. Dios no ve los pecados de la persona, lo que ve es la sangre de Cristo y pasa de largo. Sus pecados no pueden ser más grandes que la sangre de Cristo.  La sangre de Cristo nunca pierde su eficacia, nos limpia a cada hora y a cada minuto.
Volviendo a la iglesia tibia, lo cierto es que Jesús la va a vomitar y sus miembros nunca serán parte de su cuerpo, porque hay un elemento en ellos que Jesús no puede digerir. 

Apocalipsis 3:14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.

Note usted que Jesús se presenta como el  "Amén”, palabra que significa “ciertamente” o “así sea”. En otras palabras, Jesús se presenta como la verdad absoluta de Dios.  Y es que Jesús es el camino, la verdad, y la vida (Juan 14:6), la palabra de Jesús es la última palabra, la palabra final de Dios al hombre. Cualquiera que vaya más allá de las palabras de Jesús no nos está transmitiendo ninguna verdad (1 Timoteo 6:3-4).
Además nuestro Señor se llama a sí mismo "el testigo fiel y verdadero”. No solamente dice la verdad, sino que Él mismo la respalda como testigo porque quiere que esta iglesia lo entienda. 
Igual se presenta como  “el principio de la creación de Dios”.  Jesús es el origen, el principio de la creación de Dios, Todo procede de la mano de Jesús como la fuente de la creación de Dios (Juan 1:1-3), pero Jesús es además la fuente de la nueva creación:

2 Corintios 5:17 Si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y todos son hechas nuevas.

Los creyentes somos nuevas criaturas porque estamos en Cristo. Sin Cristo seguiríamos siendo viejas criaturas. Lo que esto significa es que únicamente lo que procede de Cristo es de Cristo, sino será vomitado. Como ya lo adelantamos, la palabra de Dios menciona dos mujeres, una es Eva y la otra es la iglesia:

Génesis  2:21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 2:22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 2:23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

Mientras Adán dormía, Dios le quitó una costilla que convirtió milagrosamente en mujer.  Dios creo dos seres humanos, al varón lo formó del polvo de la tierra, pero a la mujer no la formó del polvo, sino que la formó de una costilla del varón ¿Por qué?  Porque la única ayuda idónea para el hombre tenía que ser de su propia naturaleza, tenía que salir de él.  Los animales no podían ser ayuda idónea para Adán. Eva fue hecha de una costilla de Adán, era parte integrante de Adán.

1 Corintios 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Así como Eva simboliza a la iglesia, Adán simboliza a Cristo. Todo lo que Dios se proponía realizar en Adán, debía hallar su cumplimiento en Cristo.

Efesios 5:31-32 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

En el libro de Génesis se nombra a una mujer: a Eva y en el libro de Efesios se nombra otra mujer: la iglesia. Ambas mujeres fueron proyectadas por Dios antes de la fundación del mundo; la primera apareció antes de la caída del hombre, mientras que la segunda fue revelada después de la caída. Independientemente de cual mujer fue primero, a los ojos de Dios, no existe ninguna diferencia entre ellas.     Dios creo a Adán, para presentar una imagen de Cristo y creó a Eva para presentar la imagen de la iglesia.  Dios no puede llevar a cabo su propósito únicamente con Cristo, sino que necesita una ayuda idónea para Cristo, Dios necesita embajadores (2 Corintios 5:20). Esa ayuda debe proceder de Cristo, solamente lo que procede de Cristo puede ser su iglesia  sino será vomitado.
Génesis1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Note que este versículo dice que Dios creo al hombre a su imagen, en singular, pero inmediatamente añade “varón y hembra los creó”; Dios creo a Adán y Eva fue incluida en él, así  lo singular se convirtió en plural. El hombre en singular representa a Cristo, y  Adán y Eva en plural representan a Cristo más la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Cristo porque es la costilla de Cristo. Eva fue tomada de Adán, así que Eva era Eva, pero siguió siendo Adán, porque procedió de él. Lo mismo que Eva era en Adán, la iglesia  es en Cristo. 
La iglesia no es simplemente un conjunto de personas, la iglesia es la porción que es tomada de Cristo. Lo que proviene del hombre, no es de Cristo,  la iglesia es Cristo en el hombre.  Todos los que tenemos a Cristo, somos la iglesia y somos uno con Cristo. La diferencia entre un verdadero hombre de Dios y el que no lo es, se da que en que el que es de Cristo habla lo que Cristo habló y no  incluye su propio pensamiento. Si incluye su propio pensamiento no puede ser digerido por Cristo y será vomitado.
Efesios  5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.   
Jesús santifica a la iglesia, para presentársela a sí mismo, como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga.  La iglesia no tiene que santificarse, sino que Jesús la santifica a través de la palabra escrita (Juan 17:17).  Las arrugas, son del viejo hombre, de tal manera que Dios no quiere nada del viejo hombre, Dios quiere personas nuevas en Cristo Jesús,  personas sin pasado.  Esa es la razón del nuevo nacimiento (Juan 3:3), esa es la razón del bautismo.
Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Para poder andar en vida nueva y ser parte del cuerpo de Cristo, tenemos que ser sepultados en el bautismo. Porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado, ha sido limpiado. El que no ha muerto en el bautismo, no puede ser parte del cuerpo de Cristo, porque conserva las manchas y arrugas. Jesús santifica a su iglesia purificándola por la palabra escrita, no por  la palabra del hombre.  ¿Por qué debe purificarla?  Porque en el cristianismo hay demasiada suciedad. Esa suciedad son los argumentos humanos.
1 Corintios 2:3-5 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
La fe nunca puede estar fundada en la sabiduría de los hombres, sino en Cristo, no podemos utilizar nada de la carne en la obra de Dios. Eso es lo que sucede con la iglesia de Laodicea. Está contaminada por la palabra del hombre.  
El tibio es aquel que cree en la palabra de Dios, pero a la vez cree en la palabra del hombre.  Todas las religiones son tibias porque introducen la palabra del hombre en sus enseñanzas.
La causa de que el cuerpo de Cristo no sea edificado, se debe a que en las iglesias se enseña lo que piensan sus líderes, no lo que piensa Cristo. Las iglesias han fracasado, permitiendo que Satanás se metiera no solo en su territorio terrenal sino también en su territorio espiritual.
La iglesia de Laodicea necesita, de un modo muy particular, conocer esa verdad. Es una iglesia formada por personas que creen en Cristo, pero confían en la palabra del hombre. Mezclan la verdad de Dios, con las falsas enseñanzas.  
Posiblemente alguna vez usted participo en un juego que se llamaba frío o caliente, donde se escondía un objeto. Si la persona que lo buscaba estaba cerca, estaba casi caliente, si se alejaba estaba tibio  y si se alejaba más entonces estaba frío. El ejemplo es válido para entender esto. El caliente es el que está cerca de la verdad absoluta de Dios, El frío es el que está bien largo de esa verdad y el tibio es el que se encuentra no muy cerca, no muy largo.
Un ejemplo de una iglesia tibia es “la Iglesia católica”. En esta iglesia creen en Dios y en Cristo, pero también  creen lo que dice el Vaticano, como el hecho de venerar imágenes y situar a María en el lugar de Cristo.
Apocalipsis 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Hay una gran diferencia entre "tú dices” y "tú eres”. Nuestro Señor deja claro la diferencia entre ambas ideas. La iglesia tibia es una Iglesia  "engordada, insensata y feliz”. Vive cómodamente, siendo autosuficiente y complaciente. Tiene dinero de sobra y a lo mejor edificios maravillosos, buenos predicadores, un gran coro, un órgano fabuloso y disfrutan del respeto de la comunidad. Pero  cuando Jesús la examina, dice de esta iglesia "eres desgraciada, miserable, pobre, ciega y desnuda”. 
¿Por qué existe esa gran diferencia entre esas dos opiniones? Es debido a que están siendo considerados bajo dos puntos de vista muy diferentes: desde el punto de vista humano y desde el punto de vista de Dios.  Ellos tienen poder económico y se creen autosuficientes y consideran que se salvan por méritos propios.  Todas las iglesias legalistas  califican como tibias pues enseñan que están bajo la gracia pero a la vez  enseñan que hay que cumplir la ley. Algunos creen que el tibio es que no cumple  la ley pero es todo lo contrario, el tibio es el que trata de cumplirla (Gálatas 5:4).

2 Timoteo 4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Las iglesias tibias son lideradas por maestros que apartan de la verdad el oído para enseñar sus propias fábulas.   

Apocalipsis 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Jesús le aconseja a la iglesia tibia  que compre de Él oro refinado en fuego. El oro simboliza la pureza de la palabra de Dios  que está en Jesús, la única fuente de verdad.
La iglesia tibia enseña madera, heno y hojarasca (1 Corintios 3:12), elementos que se queman con el fuego.
Lo segundo que Jesús les aconseja es que adquieran de Él vestiduras blancas.  Las vestiduras blancas representan la redención, la justicia impartida por Cristo, no su propia justicia. Al estar en Cristo, él nos lava con su sangre y nos da vestiduras blancas.
La tercera recomendación de Jesús es que compren  colirio para los ojos. La ciudad de Laodicea era famosa porque producía ungüento para los ojos, pero Jesús dice que necesitan colirio espiritual para sus ojos espirituales, a fin de que puedan ver la verdad.
Por último, Jesús  le indica a esta Iglesia cómo conseguir esos elementos necesarios para la salvación:  

Apocalipsis 3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Nuestro Señor le dice a la iglesia tibia, que a pesar de su tibiez, la ama y por eso la reprende.  Entonces le dice que sea celosa de la palabra de Dios. El celoso es aquel que compara la enseñanza de las iglesias con la palabra de Dios para no ser engañado. Además de ser celosa debe arrepentirse, en otras palabras cambiar de rumbo o camino. Debe dejar de creer en la palabra del hombre.
Si no reacciona, Jesús la disciplinará a través de las tribulaciones para ver si reacciona. Es la última oportunidad.

Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Primero  vendrá el castigo para que la Iglesia reaccione.  Luego Jesús va a hablarle al Corazón. Va a tocar su puerta, pero es preciso que tengan la voluntad dispuesta y la abran la puerta porque él no lo va a hacer. Si abren sus corazones, Jesús entrará y una vez adentró llenará de luz esos corazones y le revelará toda la verdad. Evítate el castigo y abre ya tu corazón a Jesús.

Apocalipsis 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 3:22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

El que venciere tendrá la oportunidad de sentarse con Jesús en el trono. El que no venciere tendrá un triste final.
El Señor termina diciendo: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Si tienes el oído espiritual dispuesto, escucharás la verdad que El Espíritu Santo tiene que decirte. Si tu oído no está afinado, seguirás escuchando las mentiras de la religión.
Por favor amigo lector, escucha lo que el Espíritu te está diciendo a través de este estudio, abre tu corazón a Jesús para que puedas sentarte en su trono.






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