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El libro de Apocalipsis revela con detalle
acerca de los juicios de Dios que vendrán sobre la tierra. También detalla que Jesús vendrá a rescatar a
los suyos para evitarles ese castigo o sufrimiento. Pero no todos serán
rescatados, no todos serán salvos y Jesús nos da siete razones a través de
siete mensajes. Uno de esos mensajes es
a la iglesia tibia de Laodisea.
Apocalipsis
3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o
caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca.
Nuestro Señor Jesús dice que la Iglesia de
Laodicea es una iglesia tibia y por tal razón la vomitará. Si la iglesia es
tibia, todos sus miembros también lo son. Para entenderlo vayamos a la biblia:
Colosenses
1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia.
La palabra de Dios revela que los creyentes
somos el cuerpo de Cristo, somos una
sola carne con Cristo (Efesios
5:31-32). Supongamos que usted se come un bistec. En la
digestión, los jugos gástricos desintegran el bistec. Ese pedazo de carne de
vaca perderá su identidad y pasará a
ser parte de su piel, de sus huesos y de sus
músculos, será parte de su cuerpo y por lo tanto será una sola carne con usted. ¿Pero qué
sucede si el bistec contiene algún elemento extraño que no puede ser digerido?
Su organismo lo rechazará y lo vomitará.
Así sucede espiritualmente, al creer en Cristo y
bautizarse su vida se funde con la de Jesucristo, pero si usted contiene
algún elemento que no puede ser digerido, será rechazado y vomitado por el
Señor. Ese elemento es la tibiez.
Para los religiosos el tibio es el cristiano que comparte con los
incrédulos; es el cristiano que escucha música “mundana”, que le gusta
cantar o tomarse una cerveza de vez en cuando e incluso ir a bailar. Sin
embargo la palabra de Dios nos enseña que eso
no es cierto:
Colosenses
2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 2:14
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 2:15 y despojando a
los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en la cruz. 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en
cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.
Estábamos muertos en pecados, pero Dios nos dio
vida con Cristo y nos perdonó todos los
pecados. Dios anuló el acta de
los decretos que nos era contraria, en otras palabras clavó en la cruz el libro
que contenía todos nuestros pecados, para que nadie nos juzgue por lo que comemos, por lo que bebemos o porque
nos divertimos.
Romanos
8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 8:34
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros.
Romanos dice que solo Dios nos puede acusar,
pero él mismo nos justificó en Jesús. Dice que el que condena es Cristo, pero
Cristo murió e intercede por nosotros y tampoco
nos acusa. Nadie puede señalarnos o acusarnos, eso es obra de Satanás.
Ser tibio,
entonces no se refiere a esas actitudes personales, porque esas actitudes
no serán tomadas en cuenta por nuestro Señor Jesús. Ellas junto con todos
nuestros pecados han sido borradas y clavadas en la cruz.
Hay algo que nos debe quedar claro y es que la iglesia de Cristo no tiene pecado. Eva
simboliza a la iglesia, y cuando Eva
fue creada, Adán no había pecado todavía, de tal manera que Eva nació sin pecado.
Por su parte, la iglesia nace de Cristo, que no pecó, de tal manera que la
iglesia no tiene pecado. Esto
implica, que una vez que una persona es limpia de pecado en el bautismo (Hechos 2:38), es parte de la iglesia y no será ensuciada jamás por el pecado,
porque pasa a estar en Cristo y Cristo no tiene pecado. No significa que no peca, significa que Dios
la ve en Cristo y la ve completamente limpia, como si no pecara.
Éxodo
12:13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré
la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad
cuando hiera la tierra de Egipto.
El último día que los judíos fueron esclavos en
Egipto, el ángel de la muerte acabó con todo primogénito, excepto los que
estaban en las casas donde había sangre como señal en los dinteles de las
puertas. En estas casas, el ángel de la muerte vio la sangre y pasó de largo. La sangre en las puertas simbolizaba
la sangre de Cristo. Así que esto nos ilustra lo que pasa con la persona que
ha nacido de nuevo. Dios no ve los
pecados de la persona, lo que ve es la sangre de Cristo y pasa de largo. Sus pecados no pueden ser más grandes que
la sangre de Cristo. La sangre de
Cristo nunca pierde su eficacia, nos limpia a cada hora y a cada minuto.
Volviendo a la iglesia tibia, lo cierto es que
Jesús la va a vomitar y sus miembros nunca serán parte de su cuerpo, porque hay un elemento en ellos que Jesús no puede
digerir.
Apocalipsis
3:14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo
fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.
Note usted que Jesús se presenta como el "Amén”,
palabra que significa “ciertamente”
o “así sea”. En otras palabras,
Jesús se presenta como la verdad
absoluta de Dios. Y es que Jesús es
el camino, la verdad, y la vida (Juan
14:6), la palabra de Jesús es la última palabra, la palabra final de Dios
al hombre. Cualquiera que vaya más allá de las palabras de Jesús no nos está
transmitiendo ninguna verdad (1 Timoteo
6:3-4).
Además nuestro Señor se llama a sí mismo "el testigo fiel y verdadero”. No
solamente dice la verdad, sino que Él mismo la respalda como testigo porque
quiere que esta iglesia lo entienda.
Igual se presenta como “el
principio de la creación de Dios”.
Jesús es el origen, el principio de la creación de Dios, Todo procede de
la mano de Jesús como la fuente de la creación de Dios (Juan 1:1-3), pero Jesús es además la fuente de la nueva creación:
2
Corintios 5:17 Si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas
pasaron y todos son hechas nuevas.
Los creyentes somos nuevas criaturas porque
estamos en Cristo. Sin Cristo seguiríamos siendo viejas criaturas. Lo que esto
significa es que únicamente lo que
procede de Cristo es de Cristo, sino será vomitado. Como ya lo adelantamos,
la palabra de Dios menciona dos mujeres,
una es Eva y la otra es la iglesia:
Génesis 2:21
Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste
dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 2:22 Y de la
costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
2:23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne;
ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
Mientras
Adán dormía, Dios le quitó una costilla que convirtió milagrosamente en
mujer. Dios creo dos seres humanos, al
varón lo formó del polvo de la tierra, pero
a la mujer no la formó del polvo, sino que la formó de una costilla del varón ¿Por
qué? Porque la única ayuda idónea para el hombre tenía que ser de su propia naturaleza, tenía que salir de él. Los animales no podían ser ayuda idónea para
Adán. Eva fue hecha de una costilla de Adán, era parte integrante de Adán.
1 Corintios 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el
primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Así
como Eva simboliza a la iglesia, Adán
simboliza a Cristo. Todo lo que Dios se proponía realizar en Adán, debía
hallar su cumplimiento en Cristo.
Efesios 5:31-32 Por esto dejará el hombre a su padre y a
su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este
misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
En
el libro de Génesis se nombra a una
mujer: a Eva y en el libro de Efesios se nombra otra mujer: la iglesia. Ambas mujeres fueron
proyectadas por Dios antes de la fundación del mundo; la primera apareció antes de la
caída del hombre, mientras que la segunda
fue revelada después de la caída. Independientemente
de cual mujer fue primero, a los ojos de Dios, no existe ninguna diferencia
entre ellas. Dios creo a Adán, para
presentar una imagen de Cristo y creó a Eva para presentar la imagen de la
iglesia. Dios no puede llevar a cabo su
propósito únicamente con Cristo, sino que necesita una ayuda idónea para
Cristo, Dios necesita embajadores (2
Corintios 5:20). Esa ayuda debe
proceder de Cristo, solamente lo que procede de Cristo puede ser su
iglesia sino será vomitado.
Génesis1:27 Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Note
que este versículo dice que Dios creo al hombre a su imagen, en singular, pero
inmediatamente añade “varón y hembra los
creó”; Dios creo a Adán y Eva fue
incluida en él, así lo singular se
convirtió en plural. El hombre en singular representa a Cristo, y Adán y Eva en plural representan a Cristo más
la iglesia. La iglesia es el cuerpo
de Cristo porque es la costilla de
Cristo. Eva fue tomada de Adán, así que Eva era Eva, pero siguió siendo
Adán, porque procedió de él. Lo mismo que Eva era en Adán, la iglesia es en Cristo.
La
iglesia no es simplemente un conjunto de personas, la iglesia es la porción que es tomada de Cristo. Lo que proviene
del hombre, no es de Cristo, la iglesia
es Cristo en el hombre. Todos los que
tenemos a Cristo, somos la iglesia y somos uno con Cristo. La diferencia entre
un verdadero hombre de Dios y el que no lo es, se da que en que el que es de
Cristo habla lo que Cristo habló y no
incluye su propio pensamiento. Si incluye su propio pensamiento no puede
ser digerido por Cristo y será vomitado.
Efesios 5:26 para santificarla, habiéndola purificado
en el lavamiento del agua por la palabra, 5:27 a fin de presentársela a sí
mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha.
Jesús santifica a la iglesia,
para presentársela a sí mismo, como una iglesia gloriosa, sin mancha ni
arruga. La iglesia no tiene que
santificarse, sino que Jesús la santifica a través de la palabra escrita (Juan 17:17). Las
arrugas, son del viejo hombre, de tal manera que Dios no quiere nada del
viejo hombre, Dios quiere personas nuevas en Cristo Jesús, personas sin pasado. Esa es la razón del nuevo nacimiento (Juan 3:3), esa es la razón del
bautismo.
Romanos
6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a
fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva. 6:5 Porque si fuimos plantados
juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de
su resurrección; 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no
sirvamos más al pecado. 6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del
pecado.
Para poder andar en vida nueva
y ser parte del cuerpo de Cristo, tenemos que ser sepultados en el bautismo.
Porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado, ha sido limpiado. El
que no ha muerto en el bautismo, no puede ser parte del cuerpo de Cristo,
porque conserva las manchas y arrugas. Jesús santifica a su iglesia
purificándola por la palabra escrita, no por
la palabra del hombre. ¿Por qué
debe purificarla? Porque en el cristianismo
hay demasiada suciedad. Esa suciedad son
los argumentos humanos.
1
Corintios 2:3-5 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté
fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
La fe nunca puede estar fundada
en la sabiduría de los hombres, sino en Cristo, no podemos utilizar nada de la
carne en la obra de Dios. Eso es lo que sucede con la iglesia de Laodicea. Está contaminada
por la palabra del hombre.
El tibio es aquel que cree en
la palabra de Dios, pero a la vez cree en la palabra del hombre. Todas las religiones son tibias porque
introducen la palabra del hombre en sus enseñanzas.
La causa de que el cuerpo de
Cristo no sea edificado, se debe a que en las iglesias se enseña lo que piensan
sus líderes, no lo que piensa Cristo. Las iglesias han fracasado, permitiendo
que Satanás se metiera no solo en su territorio terrenal sino también en su
territorio espiritual.
La iglesia de Laodicea
necesita, de un modo muy particular, conocer esa verdad. Es una iglesia formada
por personas que creen en Cristo, pero confían en la palabra del hombre. Mezclan la verdad de Dios, con las falsas
enseñanzas.
Posiblemente alguna vez usted
participo en un juego que se llamaba frío o caliente, donde se escondía un
objeto. Si la persona que lo buscaba estaba cerca, estaba casi caliente, si se alejaba
estaba tibio y si se alejaba más entonces
estaba frío. El ejemplo es válido para entender esto. El caliente es el que está cerca
de la verdad absoluta de Dios, El frío
es el que está bien largo de esa verdad
y el tibio es el que se encuentra no muy cerca, no muy largo.
Un ejemplo de una iglesia tibia
es “la Iglesia católica”. En esta
iglesia creen en Dios y en Cristo, pero también
creen lo que dice el Vaticano, como el hecho de venerar imágenes y
situar a María en el lugar de Cristo.
Apocalipsis
3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo.
Hay una gran diferencia entre "tú dices” y "tú eres”. Nuestro Señor deja claro la diferencia entre ambas ideas.
La iglesia tibia es una Iglesia
"engordada, insensata y feliz”. Vive cómodamente, siendo
autosuficiente y complaciente. Tiene
dinero de sobra y a lo mejor edificios maravillosos, buenos predicadores,
un gran coro, un órgano fabuloso y disfrutan del respeto de la comunidad. Pero cuando Jesús la examina, dice de esta iglesia
"eres desgraciada, miserable,
pobre, ciega y desnuda”.
¿Por qué existe esa gran diferencia entre esas
dos opiniones? Es debido a que están siendo considerados bajo dos puntos de
vista muy diferentes: desde el punto de vista humano y desde el punto de vista
de Dios. Ellos tienen poder económico y
se creen autosuficientes y consideran que se salvan por méritos propios. Todas las
iglesias legalistas califican como
tibias pues enseñan que están bajo la gracia pero a la vez enseñan que hay que cumplir la ley. Algunos
creen que el tibio es que no cumple la
ley pero es todo lo contrario, el tibio
es el que trata de cumplirla (Gálatas
5:4).
2 Timoteo
4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Las iglesias tibias son lideradas por maestros
que apartan de la verdad el oído para enseñar sus propias fábulas.
Apocalipsis
3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para
que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la
vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Jesús le aconseja a la iglesia tibia que compre
de Él oro refinado en fuego. El oro simboliza la pureza de la palabra de Dios
que está en Jesús, la única fuente
de verdad.
La iglesia tibia enseña madera, heno y hojarasca
(1 Corintios 3:12), elementos que se
queman con el fuego.
Lo segundo que Jesús les aconseja es que adquieran
de Él vestiduras blancas. Las vestiduras blancas representan la redención, la justicia impartida por
Cristo, no su propia justicia. Al estar en Cristo, él nos lava con su sangre y
nos da vestiduras blancas.
La tercera recomendación de Jesús es que compren colirio para los ojos. La ciudad de Laodicea
era famosa porque producía ungüento para los ojos, pero Jesús dice que
necesitan colirio espiritual para
sus ojos espirituales, a fin de que puedan ver la verdad.
Por último, Jesús le indica a esta Iglesia cómo conseguir esos
elementos necesarios para la salvación:
Apocalipsis
3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y
arrepiéntete.
Nuestro Señor le dice a la iglesia tibia, que a pesar
de su tibiez, la ama y por eso la reprende. Entonces le dice que sea celosa de la palabra de Dios. El celoso es aquel que compara la
enseñanza de las iglesias con la palabra de Dios para no ser engañado. Además
de ser celosa debe arrepentirse, en
otras palabras cambiar de rumbo o camino. Debe dejar de creer en la palabra del hombre.
Si no reacciona, Jesús la disciplinará a través
de las tribulaciones para ver si reacciona. Es la última oportunidad.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Primero vendrá el castigo para que la Iglesia
reaccione. Luego Jesús va a hablarle al
Corazón. Va a tocar su puerta, pero es preciso que tengan la voluntad dispuesta
y la abran la puerta porque él no lo va a hacer. Si abren sus corazones, Jesús
entrará y una vez adentró llenará de luz esos corazones y le revelará toda la
verdad. Evítate el castigo y abre ya tu corazón a Jesús.
Apocalipsis 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 3:22 El que tiene
oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El que venciere tendrá la oportunidad de
sentarse con Jesús en el trono. El que no venciere tendrá un triste final.
El Señor termina diciendo: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias”.
Si tienes el oído espiritual dispuesto,
escucharás la verdad que El Espíritu Santo tiene que decirte. Si tu oído no está afinado, seguirás
escuchando las mentiras de la religión.
Por favor amigo lector, escucha lo que el Espíritu
te está diciendo a través de este estudio, abre tu corazón a Jesús para que
puedas sentarte en su trono.
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