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LOS DESCONOCIDOS
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Hay pastores,
evangelistas o maestros evangélicos que son muy conocidos por los hombres, ya sea por sus simpáticas charlas, por
sus milagros, por echar demonios, o por profetizar, pero son desconocidos por Jesús (Mateo 7:22-23). Ese es el tema de la
tercera epístola del apóstol Juan.
3
Juan 1 El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 2 Juan Amado, yo deseo que tú seas prosperado en
todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Esta epístola está
dirigida a Gayo un discípulo a quien Juan amaba en Cristo y a quien le reconoce
su crecimiento espiritual. Por eso le dice: “deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así
como ha prosperado tu alma". En otras palabras: “deseo que prosperes en tus necesidades materiales y en tus necesidades
físicas, de la misma manera en que has prosperado en tus necesidades
espirituales”.
Desdichadamente este
versículo ha sido usado por los maestros de la “doctrina de la prosperidad” para enseñar mentiras disfrazadas de
verdad.
Ellos enseñan que la
voluntad de Dios es que “todos” los creyentes
sean “prósperos”, dando a entender que “ser prósperos es “ser ricos”. Uno de estos maestros es el pastor Kenneth Copeland, quien se fundamenta
en el versículo en mención para afirmar que
la “voluntad de Dios es la prosperidad del creyente”. Entonces manipula el
significado de prosperidad para enseñar que “ningún creyente tiene que ser pobre”, que “Dios
debe darle al creyente todo lo que necesita”, y que “la riqueza” es un “derecho
divino” del creyente.
¿Es la voluntad de Dios
que todos seamos ricos, tal y como lo afirma Copeland? Que sea la misma palabra de Dios la que nos de
la respuesta:
Mateo 6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde
la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 6:20 sino haceos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones
no minan ni hurtan. 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón.
Nuestro Señor Jesús nos
mandó a hacer tesoros en el cielo, no
nos mandó a hacer tesoros en tierra, en otras palabras nos mandó a “tener riquezas espirituales”, no a tener
“riquezas materiales”.
En 1 de Timoteo 6:7-8, podemos ver que la
voluntad de Dios es que estemos contentos con “sustento y abrigo”, no
que nos enriquezcamos ¿Por qué? Porque los que quieren enriquecerse caen en
tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los
hombres en destrucción y perdición; (1 Timoteo 6:9).
Lo cierto es que las
riquezas materiales nos pueden desviar del propósito de Dios para con nosotros.
¿Quién necesita riquezas para vivir feliz?
Las riquezas no dan la felicidad, ésta llega a nosotros a través
de la justicia, la paz y el gozo
en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Cuando tenemos esas
tres cosas, podemos vivir contentos con sustento y el abrigo.
El pastor Benny Hinn es bien conocido por los hombres, como lo
es el pastor Copeland. Ese señor también abraza también la falsa
doctrina de la prosperidad para en enseñar que los creyentes deben “pactar con Dios”, para que Dios pague
sus deudas y los llene de riquezas.
Sin embargo, ni los
fieles de Copeland ni los fieles de Hinn se han enriquecido por esos pactos, los que se han enriquecido son ellos dos con los dineros que reciben de
ese engaño.
Los pastores de la
doctrina de la prosperidad le cambian el significado a la palabra “prosperidad”,
para enseñar que debemos hacer tesoros en la tierra, desviando con ello al creyente
de lo que debe ser su verdadero propósito.
La
persona cuyo propósito es hacer tesoros en la tierra vive para sí mismo, pero
la persona cuyo propósito es hacer tesoros en el cielo vive para Cristo (2 Corintios 5:15), tal y como Dios lo
manda.
En Jueces 18:5 leemos: “Pregunta
pues ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar nuestro viaje que
hacemos”.
¿Acaso prosperar aquí
tiene que ver con hacerse rico? Claro que no, evidentemente “prosperar” es lo contrario de “tener dificultades ¿Por qué preguntarle
a Dios? Porque si era la voluntad de Dios que hicieran el viaje, Dios los iba a
prosperar y no iban a tener dificultades en el mismo.
Decir “Dios te bendiga” es lo mismo que
decir “Dios te prospere”.
El deseo de prosperidad es el deseo de que las cosas vayan bien. Que seas prosperado en tu viaje, lo que
significa es que te vaya bien en tu viaje.
“Que seas prosperado en todo, y
que tengas salud”, es: “que
te vaya bien en todo lo que hagas y que no te enfermes”, ese era el
deseo de Juan para Gayo.
La mayoría de los
hombres se esfuerzan por acumular riquezas, poder y éxito para ser conocidos por los hombres ¿Y qué
pasará cuando mueran? Jesús les dirá: “nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad” (Mateo 7:23).
Mejor ser conocidos por
Jesús y desconocidos por los
hombres, que ser conocidos por los hombres y conocidos por Jesús ¿No les
parece? Nosotros podemos hacer tesoros en el cielo viviendo para Cristo y ser desconocidos por los hombres, pero conocidos
por Dios. O podemos hacer
tesoros en la tierra viviendo para nosotros mismos y ser conocidos por los
hombres pero desconocidos por
Dios.
Dios conoce a los suyos, y éstos son los que hacen
su voluntad (Mateo 7:21), la
cual se resume en enseñar
su verdad, para que todos los
hombres sean salvos (1 Timoteo 2:4)
no en enseñar una media verdad o la mentira de los hombres.
3
Juan 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio
de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que
mis hijos andan en la verdad.
Gayo había prosperado
espiritualmente como ningún otro, su prosperidad se reflejaba porque andaba en
la verdad. Su vida era un testimonio de
la verdad, Gayo caminaba con la verdad absoluta de Dios que se encuentra en
las Santas Escrituras sin dejarse desviar por las corrientes engañosas.
No hay mayor gozo para
un pastor, el saber que sus hijos espirituales se mantienen en la verdad, que
sus fundamentos son como un ancla y nadie los puede mover de la verdad, eso es
lo que Juan resalta de Gayo.
Juan
5 Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos,
especialmente a los desconocidos, 6 los cuales han dado ante la iglesia
testimonio de tu amor;
Lo otro que Juan enfatiza
de Gayo, es su fidelidad y don de
servicio para los hermanos en Cristo, en especial para los desconocidos.
Romanos
5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Una de las señales de
que una persona ha recibido el Espíritu Santo, es cuando el amor de Dios ha
sido derramado en su corazón, y esto lo demuestra sirviendo a los demás, en
especial a los “desconocidos” como lo hacía Gayo.
¿Quiénes eran los
desconocidos a quien Gayo ayudaba? No sabemos sus nombres porque eran desconocidos para los hombres, pero eran
conocidos por Dios, porque llevaban el
evangelio a todo lugar.
Y éstos desconocidos daban
testimonio en la iglesia del amor de Gayo. Es posible que Gayo les diera hospedaje como lo hizo con
Pablo (Romanos 16:23) y les ayudara
con alguna ofrenda o con alguna ayuda económica.
3
Juan 7 Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los
gentiles.
Esos desconocidos a quien Gayo ayudaba, “salieron” por amor al nombre de Jesús, dejando
atrás sus propósitos para cumplir el
propósito de Dios; renunciaron a sus
vidas para vivir para Cristo.
Filipenses 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta
lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 2:10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.
El
amor por
el nombre de Jesús era el motivo
fundamental de la obra misionera de esos desconocidos. No eran pastores de
ninguna congregación famosa, no se autodenominaban apóstoles o profetas,
tampoco evangelistas, ellos vivían en el
anonimato, eran maestros ambulantes,
sus congregaciones eran las casas, no
les interesaba hacerse un nombre, lo
que les interesaba era que toda rodilla se doblara ante el nombre de Jesús y
que toda lengua confesara que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.
“No todos salían” en la iglesia
primitiva y “no todos salen”
actualmente, los desconocidos de la época de
Gayo eran muy pocos y los
desconocidos de nuestra época también
son muy escasos, y la razón es porque los Gayos
que les dan la mano, también son muy escasos.
3
Juan 8 Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con
la verdad.
El mandato divino es que acojamos a tales personas para que
cooperemos con la verdad. “Los desconocidos” no van a recibir ninguna ayuda de
los incrédulos, somos nosotros los creyentes, los que debemos acogerlos, darles sustento y que no les falte nada.
Efesios
6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo
instruye. 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará.
El que es enseñado en la
palabra de Dios, debe hacer partícipe de toda cosa buena a quien lo enseñe. Lo
que siembras, eso siegas, no te engañes,
Dios no puede ser burlado.
1
Corintios 9:4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?9:5 ¿No tenemos
derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros
apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? 9:6 ¿O sólo yo y Bernabé no
tenemos derecho de no trabajar? 9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias
expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el
rebaño y no toma de la leche del rebaño? 9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No
dice esto también la ley? 9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No
pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 9:10 o lo
dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con
esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del
fruto. 9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa
si segáremos de vosotros lo material? 9:12 Si otros participan de este derecho
sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino
que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y
que los que sirven al altar, del altar participan? 9:14 Así también ordenó el
Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
El apóstol Pablo se
quejaba al respecto. ¿Acaso no tenemos derecho de comer y de beber? ¿Acaso no
tenemos derecho a tener una esposa como los otros apóstoles? Si sembramos en lo
espiritual es justo que seguemos en lo material dice Pablo. “No saben que el Señor ordenó, que los que
anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”, ha agregado el apóstol
Pablo.
Cuando no ayudamos a los desconocidos, le ponemos bozal al buey que trilla, ignorando que el
obrero es digno de su salario (1
Corintios 5:18).
Recuerden que los
desconocidos tienen derecho a llevar una vida digna, y que si no cooperamos con
ellos, no cooperamos con la verdad.
DIÓFRETES
3
Juan 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el
primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere,
recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros;
y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren
recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.
Seguidamente Juan le
escribe a Gayo acerca de Diófretes. Ese
señor era el pastor de una congregación, que no hospedaba ni ayudaba a nadie porque veía a los desconocidos como una competencia.
Diófretes quería darse
un nombre, en otras palabras quería ser conocido
por los hombres y tener el primer
lugar entre los pastores y maestros de la iglesia primitiva.
Aquí tenemos el caso de un hombre que no solo no
recibía a los apóstoles de Jesús, sino que además hablaba en su contra,
diciendo cosas calumniosas y maliciosas contra ellos, para indisponer a la
congregación. Y si alguien de la congregación quería recibirlos, Diófretes lo
expulsaba de la misma.
Este caso me recuerda a
un amigo pastor, al que le hice ver, que estaba mezclando la gracia con la ley
en sus enseñanzas. Su reacción no fue examinar sus enseñanzas, lo que hizo fue
cortar toda comunicación con nuestra congregación y decirle a la suya que nuestras enseñanzas eran demoniacas y
sectarias, para que no nos recibieran en ella.
Existen muchos Diófretes a los que nadie puede
señalarles un error doctrinal porque ellos se consideran los dueños de la
verdad. Tal es así, que el apóstol Juan le escribió epístolas a la congregación
de Diófretes, pero este señor las quemaba
o las escondía, nunca le hizo llegar esas verdades a su iglesia.
El problema más grave
que tenía Diótefres, es el problema de millones de pastores, les encanta ser los primeros, anteponen su verdad por encima de la palabra de Dios,
arguyendo que fueron revelados por el Espíritu Santo acerca de las mentiras que
enseñan.
Al actuar de ese modo, al
igual que Diófretes, están privando al
Señor de su derecho a ocupar el primer lugar, pues son ellos quienes tienen derecho a la preeminencia.
Jesús
debiera ocupar el primer lugar, pero ellos se colocan de primeros y quitan a Jesús de su trono.
Por desgracia, en las
congregaciones actuales hay demasiados hombres como Diótrefes y siempre se
caracterizan por esta actitud, queriendo ser los primeros y deseando parte de la gloria, robando lo que solo
le pertenece al Señor Jesús. Veamos ahora cuál es el consejo de Juan con
respecto a esta situación:
3
Juan 11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de
Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.
Juan le dice a Gayo que no imite lo malo de Diófretes, que no siga a
este tipo de personas que no han visto a
Dios, sus actitudes y enseñanzas lo
confirman. Ellos no conocen a Dios, pero
Dios tampoco los conoce.
Así que si tú mi querido
hermano llegas a ocupar el cargo de Pastor o de maestro de una congregación, lo
primero que tienes que hacer es deshacerte de tu “yo”, deshacerte de tu ego, debes negarte a ti mismo (Mateo
16:24). Si no haces eso, serás un servidor del diablo y no un servidor de
Dios. Que no te conozcan a ti, que conozcan a Jesús y Jesús te reconocerá en aquel día.
DEMETRIO
3
Juan 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también
nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es
verdadero.
Juan le aconseja a Gayo que no imite lo malo de Diófretes. Y
seguidamente le menciona a un pastor al que sí debe imitar. Este pastor es Demetrio, es un hombre de Dios que no le interesa ocupar el primer lugar
entre los hombres, no le interesa ser conocido por ellos, lo que le interesa es
que los hombres conozcan el evangelio de Cristo. Demetrio andaba conforme a la verdad, y los mismos apóstoles daban
testimonio de ello.
Este mensaje de Juan va
dirigido a Gayo, pero aplica para todos los creyentes, especialmente para
aquellos que están dispuestos a trabajar en la edificación del cuerpo de
Cristo. Deben aprender a enseñar la
verdad de Dios y no su verdad, no deben buscar ser conocidos por los
hombres por sus falsas profecías sino
ser desconocidos por los hombres, pero ser conocidos por Dios. Nunca debemos buscar ser
conocidos por los hombres, sino buscar que el
nombre de Cristo sea exaltado. Deben servir y no ser servidos. Al llegar a
este punto, Juan finaliza esta epístola con unas palabras personales:
3
Juan 13 Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con
tinta y pluma, 14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. 15 La
paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en
particular.
Dice Juan que hay muchas
cosas que escribir, son muchas las cosas
que Dios nos quiere transmitir, pero no cabrían los libros que se habrían de
escribir (Juan 21:25).
Pero con lo que está escrito, tenemos el fundamento suficiente para entender los
propósitos de Dios.
Si no tenemos algo
claro, si algo no entendemos, sabemos que para eso están los “maestros” y
“pastores”. Acudamos a ellos, esa es la
razón por la cual debemos no debemos dejar de congregarnos (Hebreos 10:25).
Pero no solo acudamos a
ellos en busca de ayuda, acudamos a ellos para darles apoyo económico y emocional. Y que tu mano izquierda no sepa
lo que hace tu mano derecha.
Recuerda que es mejor
ser reconocido
por Dios y desconocido por los hombres, que ser desconocido por Dios y reconocido por los hombres.
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