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Convierte tu casa en una
casa del reino de Dios. No necesitas ir a la iglesia, haz que la iglesia venga
a ti. Y es que la iglesia tal y como la conocemos no es la iglesia de
Dios. La iglesia no es un edificio, la
iglesia no es una religión, la iglesia no
es una organización humana, la
Iglesia no es un lugar en el cual las personas se reúnen una
vez por semana para escuchar una prédica.
Con
el emperador Constantino, la iglesia desapareció para darle vida a un sistema
religioso y legalista, con sacerdotes, un altar,
un templo, y un
estilo Judío de adoración.
Luego,
el sistema religioso se dividió en dos,
dando origen al catolicismo romano y
al catolicismo ortodoxo. Estos
sistemas tomaron el nombre de “Iglesia
católica romana” e “iglesia católica
ortodoxa”, distorsionando con ello el concepto original de lo que significa
la palabra “iglesia”.
Con
Martín Lutero salió a la
luz la verdad del evangelio. Con ello quedó al descubierto que el catolicismo enseñaba un evangelio
distorsionado. Surgieron entonces
una serie de denominaciones religiosas con el título de cristianas, cada una con una nueva versión del evangelio,
pero copiando la estructura
organizativa del sistema católico y con la
insistencia de llamar iglesia al lugar de reunión, confundiendo lo que es
una “congregación” con lo que es una “iglesia”.
La iglesia no es una
congregación; muchas personas se
congregan en un estadio y no son iglesia, muchas personas se congregan en un
salón de baile y no son iglesia, muchas personas se congregan en el edificio
que llaman “iglesia” pero eso no es una iglesia.
La iglesia no es un
edificio, la iglesia no es solamente un grupo de personas que se congregan, la
iglesia es algo más profundo y poderoso: la
iglesia es el cuerpo de Cristo.
Colosenses 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es
la iglesia.
Jesús es la cabeza de la
iglesia y el cuerpo de la iglesia lo componen todos aquellos que están en
Cristo, todos aquellos que son una sola
carne con Cristo (Efesios 5:31-32).
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
La iglesia está
compuesta por todas las personas de cualquier nacionalidad y de cualquier país,
que han creído en Cristo y se han
bautizado (Marcos 16:16, Hechos 2:38).
Cada una de ellas es una
porción del cuerpo de Cristo. Cuando al apóstol Pedro predicó por primera vez, ese día creyeron y
se bautizaron como tres mil personas, y todas
ellas fueron añadidas a la iglesia (Hechos 2:41).
Entonces, en un edificio
religioso pueden estar reunidas miles de personas pero el edificio no es la iglesia,
y no necesariamente ese grupo de personas que están reunidas son iglesia; para
serlo tienen que ser parte del cuerpo de
Cristo.
Usted puede ser
bautista, católico, testigo de Jehová o de cualquier otra religión y asistir
los domingos a un edificio religioso, pero eso no significa que usted sea parte
de la iglesia.
Por el contrario, usted
puede ser parte de la iglesia sin necesidad de ser católico, bautista o testigo
de Jehová ni de ninguna otra religión. Tampoco tiene que asistir los domingos a
un edificio enorme al que mal llaman iglesia, a escuchar a un predicador
enseñar su verdad; sino que usted puede reunirse
en su casa con otros miembros de la iglesia, a compartir la verdadera palabra
de Dios. Te invito a que lo hagas.
1 Corintios 3:16¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?
El templo es la morada de Dios pero el templo no es un edificio. Dios
no vive en edificios hechos por los hombres, Dios mora en el corazón de los
suyos, no en ningún edificio. Por más
hermoso que sea el edificio de reunión, por más grande que sea el coro y por
más “famoso” que sea el pastor, la
religión nunca será iglesia ni la
iglesia será nunca religión. Y el
edificio de reunión nunca será el templo ni tampoco la iglesia
Mientras que la religión es adúltera, abominable y pecadora, tan pecadora que Dios le llama la gran ramera (Apocalipsis 17:1) la iglesia es santa, gloriosa, no tiene mancha ni arruga ni cosa semejante (Efesios 5:27).
Yo en lo personal, he
sido criticado fuertemente porque he manifestado públicamente, que no soy de
ninguna religión o denominación religiosa, y se supone según los “sabios
religiosos” que debo pertenecer a alguna denominación.
No tengo ni debo
pertenecer a ninguna denominación o religión. Usted tampoco debe hacerlo,
porque toda denominación o religión
tiene una mezcla de la palabra de Dios
con la palabra del hombre. En muchas de ellas inclusive, prevalece la palabra del hombre sobre la
palabra de Dios.
Lo que divide a una
denominación de otra, es el pensamiento humano que hay en ellas.
Si “todos los hombres de Dios” eliminaran lo que viene de ellos y se apegaran a
la palabra de Dios, no habrían denominaciones religiosas.
Mis críticos no
entienden que las religiones y las
denominaciones religiosas, son paralelas a la iglesia y nunca se juntan.
Son dos mujeres diferentes y no puedes estar casado con las dos. Si amas a una
no puedes amar a la otra. Yo pertenezco
a la iglesia y por lo tanto no puedo pertenecer a la religión. En la
iglesia no hay lugar para la religión.
Apocalipsis 21 dice que la
desposada desciende del cielo porque tiene su origen en el cielo. La
desposada es la iglesia, la cual tiene
su origen en Cristo, la iglesia es celestial.
La religión, sea la que sea, tiene su origen en el hombre. Apocalipsis
17 nos deja claro que el origen de la ramera no es el cielo sino la tierra.
Juan fue llevado al desierto para ver a la ramera porque ella vive sobre una
tierra infértil, que no produce vida.
La desposada es
espiritual, es celestial, mientras que la ramera es terrenal y completamente
humana. La ramera está construida sobre la ladrillos, mientras que la desposada
está construida sobre piedra y esa piedra es Cristo mismo (Efesios 2:20).
La religión católica
sigue las enseñanzas de los papas y fue fundada por Constantino La religión
musulmana sigue las enseñanzas de Mahoma. Los mormones siguen las enseñanzas de
Joseph Smith. La religión budista sigue las enseñanzas de Buda. Las
denominaciones evangélicas siguen las enseñanzas de cada uno de sus fundadores, todos ellos hombres, todos ellos ladrillos.
La iglesia primitiva no era una denominación religiosa. Tampoco tenía
un edificio al que llamaran templo o iglesia, ellos se congregaban en las casas: 1)
para estudiar la palabra de Dios, 2) para compartir la partición del
pan y 3) para compartir sus bienes con los demás. Sus
casas eran verdaderas “casas del Reino”.
En
esos edificios que las religiones llaman templos o iglesias, ya no se estudia la palabra de Dios,
sino que un pastor habla y los demás escuchan, sin derecho a participar, sin
derecho a opinar y sin derecho a
contrariar a su interlocutor, porque el pastor es el dueño de la verdad.
Ya
no hay estudios bíblicos, lo que hay
son “cultos”, pero no son cultos a
Dios sino cultos a la persona. En la
iglesia primitiva se reunían semana a semana para estudiar la palabra de Dios y
para participar en la cena del Señor.
En las mal llamadas iglesias se les olvidó que deben participar de la cena.
En
la iglesia primitiva todos se conocían, se ayudaban y compartían. Las mal
llamadas iglesias de hoy en día son demasiado grandes para conocerse, para ayudarse
y para compartir.
La iglesia primitiva se
congregaba en grupos pequeños, no crecía
hacia arriba, haciendo imposible una real comunicación
mutua, sino que se multiplicaba hacia los lados.
De
casa en casa, se reunían todos los
que estaban en Cristo, en
celebraciones que alcanzaban a toda la ciudad. Eran verdaderas “casas del reino de Dios”.
Así
como el agua existe en tres formas: hielo, agua y vapor, los tres ministerios que se levantan
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, esto es: los Pastores, los Maestros
y los Evangelistas,
pueden ser hallados hoy, pero
no en las formas correctas,
porque han sido
absorbidos por el sistema religioso del Cristianismo
institucionalizado.
La Cristiandad ha adoptado el método de las religiones paganas. Ya no se necesita el llamado de Dios para ser pastor. Basta pagar un curso en una de estas
denominaciones religiosas, para salir con un título debajo del brazo, no
solamente de maestro, de pastor sino de profeta y hasta de apóstol.
Lo peor de todo es que salen sin comprender el evangelio de Cristo porque lo
que les enseñan es el evangelio de los
evangélicos, que difiere mucho del verdadero evangelio.
Han convertido el pastorado en una profesión
lucrativa, más lucrativa que cualquier
otra, porque tienen una clientela fija de muchas personas a las cuales les
exigen el pago del diez por ciento de sus salarios. Ya deseara un abogado o
cualquier otro profesional, el tener cien clientes fijos que paguen el diez por
ciento de sus salarios, por atenderlos no personalmente sino en forma grupal una hora una vez a la semana. Y estos
pastores no tienen cien clientes, tienen cientos de clientes y algunos tienes
miles.
Si
usted les dijera a estos pastores, que de ahora en adelante, se van a reunir en
casas con grupos de personas que no pasan de 15 personas, de fijo que declinan
la idea de ser pastores o maestros. Para ellos, el pastorado no es un servir a
Dios, sino servirse de Dios.
Definitivamente
que el emperador Constantino ha sido una maldición para la iglesia. A partir de Constantino,
aparecieron los intermediarios entre
Dios y los hombres. Primero fueron los sacerdotes
católicos y luego los pastores
evangélicos. En muchas de las denominaciones religiosas, las personas no
pueden hacer nada sino lo hacen bajo la supervisión
y el control de su pastor. La frase “está
bajo mi cobertura” se escucha en todas las denominaciones.
Todas
las denominaciones evangélicas siguen los mismos patrones, tanto en la forma
como en la doctrina. Lo vemos en el canto, lo vemos en todo.
Ahora
existe una Alianza Evangélica a la
cual hay que afiliarse y sujetarse. Si eres el pastor de una comunidad y no te
unes a la alianza evangélica, no te reconocen como siervo del Señor sino que te
señalan como un rebelde porque no te sujetas a ellos, y a su mala enseñanza. La
Cadena Televisiva Enlace es
únicamente para los que están sujetos a la alianza.
Esa
alianza ha creado mediadores entre
Dios y los hombres, sembrando ese sentimiento en la mente de los fieles. Las personas no oran sino que van donde el
pastor para que el pastor ore por ellos. Todo
es el pastor, creen que Dios no los escucha a ellos, sino únicamente al
pastor, ya que el pastor es el mediador y el ungido.
La
palabra de Dios enseña que solamente hay
un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5). El velo
se rasgó, y podemos
acudir directamente al Padre. Ahora
tenemos entrada al lugar santísimo por medio de la Sangre preciosa de nuestro
Señor Jesús (Hebreos 10:19).
Dios quiere liberar a su Iglesia de esa cautividad babilónica de burócratas religiosos y
espíritus controladores, y la manera de hacerlo es solo una: volviendo a
las “casas del reino”.
La
religión es en un máximo de
organización con un
mínimo de organismo. Pero la iglesia es un mínimo de organización con un
máximo de organismo.
El
temor es lo contrario a la fe y no viene de Dios
sino del enemigo. Sin embargo, los pastores usan el temor para intimidar a los fieles. “Si no diezmas, Dios te maldecirá”;
“No puedes evangelizar a alguien sin mi
autorización”, dice el pastor, “si lo
haces te revelas contra Dios, recuerda que estás bajo mi cobertura”.
En muchas
denominaciones, el pastor es “el santo”
(hipócrita diría yo) y los fieles son los pecadores que dependen de la gracia del pastor, no de la gracia de Dios.
En
la iglesia primitiva, la "Cena del Señor" se
celebraba cada vez que se reunían. Y
era una verdadera cena, eran tan reales el vino y la comida, que Pablo
tuvo que llamarles la atención porque muchos llegaban a emborracharse.
En
la actualidad "celebran" la "Cena del Señor" una o dos veces al año como máximo. El
catolicismo lo hace todas las semanas, pero no es una cena, es un ritual. Y cuando los evangélicos celebran la
cena, usan unas pocas gotas
de vino. Algunos usan jugo de uva o
cualquier otro elemento en lugar del vino. Y el pan ha sido cambiado por una galleta sin sabor. ¿Quién los autorizó a cambiar la voluntad de
Dios?
Hechos 1:13 Y entrados, subieron al aposento
alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé,
Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 1:14
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con
María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Jesús
no le dijo a Pedro que alquilara un local y que organizara una religión. Cuando
el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles, éstos estaban reunidos en el apartamento alto, en el cual vivían
algunos de ellos. Era una casa, no era un local. Ellos
no habían alquilado un local ni consta en el libro de los Hechos, que lo
hayan alquilado nunca. Allí siguieron de casa en casa.
En
los primeros
días de la Iglesia, se organizaron según la geografía,
esto significa vecinos cristianos organizándose
en vecindarios, verdaderas casas del
reino donde compartían la enseñanza y el partimiento del pan.
Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes.
Los
cristianos tenemos una función que cumplir. Esa función consiste en quitarle
almas al diablo y ganarlas para Cristo. Es una guerra espiritual. Sin embargo,
el Cristianismo contemporáneo no es ninguna amenaza para el diablo. Están viviendo para ellos y no para Cristo.
Mateo 5:11 Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros,
mintiendo. 5:12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los
cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
En
el mundo occidental no hay persecución contra
el cristianismo porque el
cristianismo es demasiado
inofensivo y cortés como para ser
perseguido. ¿Quién contradice al papa
católico abiertamente? ¿O quien se opone públicamente a las malas enseñanzas de
Kenneth Copeland y demás socios religiosos? Nadie lo hace y si tú lo haces, los
mismos cristianos te señalan y te dicen: “no
juzgues para que no seas juzgado?
Nadie
le hace la contra a la apostasía.
Por eso está profetizado que aumentará grandemente al final de los tiempos. El
diablo está feliz con el cristianismo contemporáneo.
La mayoría de los
pastores no están interesados en combatir al diablo, su único interés es
hacerse ricos y vivir una vida de comodidad.
El cristianismo perdió la
verdad absoluta de Dios. Ahora todo es relativo y acomodado a la
conveniencia. Los pastores no quieren perder la clientela que los mantiene en
su comodidad, predicando la verdad.
El
deseo de Dios es que salgamos de las denominaciones y volvamos a recuperar los hogares, que
volvamos a sus raíces y que la iglesia
actual sea como la iglesia primitiva. Que
no haya un interlocutor que habla y los demás escuchan, sino que haya un
moderador, un guía, pero que todos participemos del estudio de la
palabra, con la Biblia abierta para poder consultarla. Que todos participen con
derecho no solamente a escuchar sino a opinar y participar activamente del
estudio de cualquier tema.
2 Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en
nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en
nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
La
palabra de Dios no dice que Dios
nombró a los pastores como embajadores del Reino, lo que dice es que Dios te nombró a ti y a mí, Dios nombró a
todos los que están en Cristo como
embajadores del Reino.
Cada
uno de nosotros tenemos una responsabilidad que cumplir. Pero no es necesario que tú salgas de tu casa
para ir a una mal llamada iglesia, haz que la
iglesia vaya a tu casa.
Te
estamos invitando a que conviertas tu casa en una Embajada del Reino de Dios, a que juntamente con nosotros
edifiquemos la iglesia. Nosotros ponemos nuestra experiencia y nuestro humilde
conocimiento, tú solamente prestas tu casa una hora, una vez a la semana, el
día que tú escojas y juntos haremos que la palabra de Dios se extienda por todo
tu vecindario. De Seguro que las ventanas de los cielos se abrirán y serás
bendecido abundantemente, más de lo que puedas imaginar. Haz que tu casa se convierta en
una casa que cambie el mundo. Todos
en familia aprendiendo juntos. Si te decides, comunícate con nosotros.
Embajadas
del Reino
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