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¿Qué
sucedería si murieras hoy? ¿Adónde irías? No se trata de religión, no se trata
de fantasías ni de fábulas, se trata de una realidad, se trata de la vida
después de la muerte. La muerte no
existe tal y como la entendemos. La
muerte es un viaje, es una evolución. Hoy estamos en la tierra, mañana estaremos en
otro lugar. La Biblia dice que el hombre es espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). Dios es Espíritu (Juan 4:24) e hizo al hombre a su imagen y semejanza:
Génesis
2:7 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Dios formó
el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. Posteriormente, mediante un soplo
de vida, le introdujo el espíritu, y así el hombre fue un ser viviente.
Romanos
7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 7:23
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y
que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Note
usted, que esta escritura se refiere al espíritu como el hombre interior y a sus
miembros o sea al cuerpo,
como el hombre exterior. Lo que nos dice, es que hay un hombre de carne que vemos (el cuerpo), pero dentro de este hombre
que vemos hay otro hombre que no
vemos (el espíritu). Ese hombre de adentro tiene un alma, la cual
está compuesta por la mente, la voluntad y las emociones. El cuerpo es la morada
terrenal del hombre de adentro, es como su
fachada.
Cuando una
persona muere, lo que realmente muere es
el cuerpo, el cual envejece, se enferma y deja de servir. Entonces el
espíritu del hombre, junto con su alma, debe viajar al lugar de los espíritus que no tienen cuerpo.
LA EVOLUCION DEL HOMBRE
La vida es una evolución, un constante cambio. Mientras el hombre está en la tierra, debería
pasar por dos etapas: 1) La etapa terrenal y 2) la etapa espiritual.
La etapa terrenal tiene
varias fases: el nacimiento, la niñez,
la edad adulta, la madurez, la vejez y la muerte. Toda persona pasa por
estas fases, en donde se es feliz a ratos, pero el estrés, las
preocupaciones y el pecado de este mundo
van minando al hombre, de tal manera que
solo vive un promedio de 80 años. El hombre que se encuentra en esta
etapa, la Biblia le llama el hombre
natural. Por más éxitos logrados, y riquezas acumuladas, el hombre natural siempre
sentirá que algo le falta; dirá que “no
hay felicidad completa”. Esta felicidad, la puede obtener solamente si
evoluciona a la siguiente etapa: la etapa
espiritual.
Esta etapa espiritual, tiene varias fases:
el nuevo nacimiento, la niñez
espiritual, la madurez espiritual y la vida eterna. En ella encontramos el verdadero amor, la
santidad, la perfección la paz y la felicidad
completa.
No todos
los hombres logran evolucionar a la etapa espiritual. Al hombre que logra
pasar a la siguiente etapa, la Biblia le
llama “el hombre espiritual”. Dios no
excluye de ninguna manera a la mujer, cuando
la biblia habla “del hombre” hace referencia tanto al varón como a la mujer.
El hombre natural, por más sabio que sea, no puede entender a Dios, porque para
entenderlo, debe evolucionar a la etapa espiritual.
1 Corintios 3:19 Porque la sabiduría de este mundo es
insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la
astucia de ellos.
La
sabiduría de este mundo, es la sabiduría del hombre natural. Las verdades de
Dios, no se obtienen mediante el conocimiento intelectual del hombre natural,
sino mediante el conocimiento que el hombre espiritual recibe de Dios.
2 Corintios 4:4 En los cuales el dios de este siglo
cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz
del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
“Este siglo”, no se refiere a un lapso
de cien años, se refiere a la etapa
terrenal, la cual también tiene su
propio Dios, el mismísimo Satanás,
quien le tiene cegado el entendimiento al hombre natural, para que no entienda
la verdad absoluta de Dios, evitando con ello que evolucione a la etapa
espiritual.
1 Corintios 1:21 Puesto que el mundo, mediante su
sabiduría, no conoció a Dios, a través de las obras que manifiestan su
sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.
Dios se
revela en las plantas, en el mar, en las estrellas, en las criaturas, en toda
la naturaleza, sin embargo, el
hombre ve esa naturaleza pero es incapaz de ver la mano de Dios en
esa naturaleza hecha perfecta, por lo que Dios debió buscar otro método para que
el hombre evolucione, ese método es la predicación de su Palabra.
1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.
El hombre
natural no puede entender las cosas espirituales, para el son locura, a todo le buscará una razón o lógica y no las
entenderá mientras permanezca en la etapa terrenal. Por esa razón, Dios nos pide evolucionar a la
etapa espiritual, porque solo en esa etapa, lo podremos entender y podremos
conocer su pensamiento, su corazón y su
voluntad, que es agradable y perfecta.
Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Cuando
estamos en la etapa terrenal, leemos la Palabra de Dios y no la entendemos,
cuando estamos en la etapa espiritual, podemos leerla y entenderla claramente.
Hebreos 4:12-13 Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su
presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de
aquel a quien tenemos que dar cuenta.
La palabra
de Dios es palabra viva, no es letra
muerta, es espíritu, hay algo dentro de ella que nos abre el entendimiento y
nos revela toda la verdad absoluta de Dios.
1 Corintios 2:6-8 Sin embargo, hablamos sabiduría
entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los
príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en
misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque
si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Dios nos
irá dando sabiduría evolutivamente, conforme maduremos en la etapa espiritual. Los
que crucificaron al Señor, no habían evolucionado a la etapa espiritual, no
conocían la sabiduría de Dios, eran religiosos
con sabiduría intelectual; si
hubiesen conocido la sabiduría Divina, no habrían crucificado al Señor Jesús,
nos dice la escritura.
1 Corintios 2:9-14 Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las
que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del
hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo
cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con
las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Al evolucionar a la etapa espiritual, el Espíritu de Dios viene a
morar al espíritu del hombre, y de esa forma le abre los ojos espirituales,
y al leer la Palabra de Dios obtiene la revelación. El Espíritu Santo no nos da
la Palabra porque la palabra ya fue dada, sino que nos ayuda a entenderla. El
hombre natural, puede ser un gran
intelectual, pero no puede entender la Palabra de Dios, porque no tiene el
espíritu de Dios, para entenderla.
1 Corintios 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
La persona
que evoluciona a la etapa espiritual, se convierte en la morada de Dios, porque
Dios en la persona del Espíritu Santo viene a morar en ella. Por eso puede
recibir revelación y entender la Palabra de Dios.
Muchos
dirán: “no me interesan las cosas de
Dios” y permanecen en la etapa terrenal, como el hombre rico de la
siguiente historia:
Lucas: 16:19-31 Había un hombre rico, que se vestía de
púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que
estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las
migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las
llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno
de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus
ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía
a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua;
porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate
que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es
consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está
puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí
a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues,
padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para
que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El
entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los
muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le
dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos.
Lázaro,
fue llevado al seno de Abraham, que es el mismo
paraíso. Por su parte, el espíritu del rico fue llevado al Hades o infierno. Note usted que el
infierno, es un lugar de tormento,
mientras que el paraíso, es un lugar de paz.
El hombre rico tuvo un triste final, consecuencia de su desinterés por las
cosas espirituales, no por su dinero, no sean malentendidos.
Cuando el
hombre muere, porque su cuerpo ya no funciona, abandona ese cuerpo y partirá: 1) al Paraíso a disfrutar de una vida de eterna felicidad, si es que ha evolucionado a la etapa espiritual, o
2) al hades o infierno a sufrir tormento eterno, si permaneció en la etapa terrenal.
Lázaro
estaba feliz, mientras que el rico era atormentado porque no escuchó la Palabra de Dios. El hombre que no escucha la palabra de Dios, no sabrá como evolucionar a la etapa
espiritual, porque es a través de su palabra, que se indica el camino para
lograrlo.
1 Pedro 2:2 Desead, como niños recién nacidos, la
leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
Pedro nos
dice que debemos desear la palabra de Dios, al igual que los niños desean la
leche que los hace crecer. Esa leche
espiritual no debe estar adulterada, dicho en otras palabras, no debe estar
mezclada con doctrinas de hombres. Esa
leche adulterada, es la que dan de tomar las religiones, todas ellas sin
excepción.
Lucas 16:26 Además
de todo esto, una gran sima está puesta entre
nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren
pasar de aquí a vosotros, no
pueden, ni de allá
pasar acá.
Lo peor de todo, es que no se puede pasar de un lado al otro. Si nuestro destino es el
infierno, nada nos sacará de allí. Una vez que nos vamos de este mundo, ya no hay otra oportunidad. No hay misa ni rezo alguno que pueda
sacar a una persona del infierno, la Biblia
es clara al respecto. Solamente los que evolucionan a la etapa
espiritual mientras estén en el cuerpo, irán al Paraíso, los demás irán al
castigo eterno. Y aunque pidan una nueva oportunidad, al igual que al rico, les
será negada.
LOS DOS ÁRBOLES DEL JARDÍN DEL EDÉN
Dios puso dos árboles
en el jardín del edén. Si el hombre comía del árbol de la vida,
evolucionaria a la etapa espiritual, y se mantendría en el Paraíso por toda la
eternidad. Pero si comía
del árbol de la ciencia
del bien y del mal, entonces
envejecería y su cuerpo moriría a su
tiempo. Además él sería expulsado del Paraíso. El hombre fue advertido:
Génesis 2:16-17
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Entonces
apareció Satanás, disfrazado de serpiente y dijo:
Génesis 3:4-5
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.
¿A quién
le creyó el hombre? Le creyó a al
diablo y no a Dios y comió del fruto prohibido. En ese momento un
espíritu con el sobrenombre de “pecado”
se introdujo en él (Romanos
7:17) y lo hizo cometer pecados y
así “la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron” (Romanos 5:12).
No hay un solo hombre que no haya pecado, excepto
Jesús. Todos pecamos
y esa es la razón por la cual todos nuestros cuerpos envejecen y mueren. El cuerpo es enterrado y vuelve a ser polvo
y el espíritu viaja a paraíso de Dios o al infierno.
Lucas 12:4-5
Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a
aquel que después de haber
quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno;
sí, os digo, a éste temed.
Jesús dijo que no tuviéramos miedo de la muerte del cuerpo, sino del
destino final de nuestros espíritus.
Parte
2
¿CÓMO
EVOLUCIONAR A LA ETAPA ESPIRITUAL
_________________________________________
Romanos 3:23
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
La Biblia dice, que todos, absolutamente
todos pecamos y estamos destituidos de la gloria
de Dios. En el pasaporte de todos los hombres
naturales la única visa que existe
es
la visa al infierno.
¿Cómo
evolucionar a la etapa espiritual y conseguir la visa al paraíso de Dios? Las
mentirosas religiones enseñan que debemos ganarnos el cielo a través de nuestro
comportamiento. Nada más falso que eso, nadie,
absolutamente nadie se puede ganar la visa al paraíso a través del esfuerzo
humano. Nadie ganará la visa porque deje de fumar, porque deje de pecar, porque
cumpla los diez mandamientos, porque sea de esta religión o porque vaya todos
los días al culto. Eso es un principio
babilónico religioso. Fue en
Babilonia en donde nacieron las religiones. Y fue en Babilonia, que el hombre
quiso hacer una torre para llegar al cielo:
Génesis 11:4 Vamos, edifiquémonos una ciudad y una
torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos
esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
El hombre
quería llegar al cielo por su propio esfuerzo, para hacerse un nombre. Entonces
Dios destruyó la torre. Dios no quiere
que nadie se gloríe porque ese es el
principio religioso, eso es Babilonia. Dios quiere toda la gloria para su
hijo Jesús, por eso nadie se puede ganar la visa al paraíso. La
visa es un regalo de Dios.
Gálatas 2:16 Sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo,
nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de
Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será
justificado.
La Biblia nos dice claramente, que nadie obtendrá la visa al cielo, por
cumplir la ley o por sus méritos personales, sino únicamente por la fe en
Jesucristo. Si tiene alguna duda, lea atentamente la siguiente escritura:
Efesios 2:8-9 Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe.
En esta escritura se mencionan cuatro requisitos necesarios para obtener
la visa, estos son: gracia, obras, fe,
gloria.
GRACIA
“Porque por gracia sois salvos”.
El primer requisito para obtener la visa es la gracia. ¿Y qué es la gracia? La
misma escritura nos dice que la gracia es don de Dios, es lo que Dios nos da de manera gratuita. No es algo que nos hemos
ganado sino que es el favor inmerecido
de Dios.
LA FE
El segundo requisito para obtener la visa, es la fe. “Porque por gracia sois salvos por medio de
la fe”. La manera de obtener la gracia de Dios, no es a través de nuestros
méritos, sino a través de la fe. Esa fe consiste en creer en la obra de Cristo,
es estar convencidos de que Jesús es el Señor y que Dios lo levanto de los
muertos (Romanos 10:9), tan convencidos que lo creemos en nuestro corazón y
lo afirmamos con nuestra boca. Eso es creer
el evangelio. Eso es fe. Entonces Dios nos da su gracia, su don inmerecido
de salvación, pero necesitamos fe para recibirla.
NO POR OBRAS
El tercer requisito para alcanzar la salvación, es que no haya obras. “No por obras”. Las obras se oponen a la
gracia. ¿Qué son las obras? Son los méritos
humanos. Es buscar ser justificados por nuestro comportamiento. Romanos 1:17 dice que “la justicia de Dios se revela por fe, que
el justo vivirá por la fe”, no por sus méritos. No hay un ser humano que
haya hecho méritos suficientes para obtener la visa al cielo, así que
únicamente debe creer en Jesús para obtenerla. Si hace obras, en la embajada
del Reino de Dios le negarán la visa.
Gálatas 5:4 De Cristo os
desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Ahora, si usted ha obtenido la visa al cielo, y aun así insiste en
justificarse a través de su comportamiento, o en el intento de cumplir la ley,
caerá de la gracia y la visa le será anulada.
Romanos 9:31-32 Mas Israel, que
iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no
por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de
tropiezo.
La Biblia nos pone el ejemplo de Israel, que no alcanzó la justicia de
Dios, porque la quiso obtener por obras, no por fe. Las obras se oponen a la gracia, de tal manera que en lugar de
ayudarnos a obtener la visa, nos lo impide, al igual que pasó con los judíos.
Gálatas 2:21 No desecho la gracia
de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Si tuviésemos que cumplir la ley, para ser justificados, estaríamos
desechando la gracia de Dios, entonces Cristo murió en vano. Ya Cristo hizo todo; Dios no nos pide que hagamos nada, sino que tengamos
fe, porque por gracia somos salvos, por medio de la fe.
SIN GLORIA
Para que nadie se gloríe. Las obras o méritos humanos dan gloria al
hombre y como Dios quiere toda la gloria para Cristo, las obras son un
impedimento para la salvación.
1 Corintios 1:31 Para que, como
está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Dios quiere toda gloria para el Señor. El que se gloríe, gloríese en el
Señor. Jesús es el único que merece toda gloria. Toda gloria humana nos impide
obtener la visa o nos hace perderla. Entonces, para obtener la visa al cielo se
necesita la gracia de Dios que obtenemos a través de la fe en Cristo, sin que
haya obras de por medio, para que nadie se gloríe.
BAUTIZARNOS
Pero hay
un aditamento más. La Biblia nos enseña que la salvación, es un don de Dios que
se recibe por fe. Eso hace que en la mayoría de las iglesias cristianas se
enseñe que lo único que necesitamos para ser salvos es creer en Cristo. Sin embargo, el Señor Jesús dijo lo
siguiente:
Marcos 16:16 Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado
Estas fueron
las últimas palabras de Jesús antes de ascender a los cielos. Jesús les dio a
sus discípulos el mandato de predicar el evangelio a toda criatura. Luego
agregó: “el que creyere y se bautizare
será salvo. El que no creyere será condenado”
Jesús dijo
que además de creer, para evolucionar de la etapa terrenal a la espiritual y obtener
la visa al paraíso, debemos bautizarnos.
¿Por qué
Jesús exige que seamos bautizados? ¿Qué es el bautismo? Bueno, ya dijimos que
todos somos hombres terrenales, para
obtener la visa debemos ser hombres espirituales. Ningún hombre terrenal podrá ingresar al paraíso de Dios. Debe cambiar su naturaleza, debe
evolucionar. El hombre terrenal debe
morir, para darle campo al hombre espiritual. Eso se logra a través del
bautismo. Es lo que Jesús llamó nacer de nuevo:
Juan 3:3-5 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de
su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
El que no
nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Todos los
hombres naturales debemos morir y volver a nacer a través del agua del
bautismo, para convertirnos en hombres espirituales.
La palabra
bautismo viene del griego original baptismun,
que significa sepultura. Jesús exige
que seamos sepultados. Pablo lo explica de esta manera:
Romanos 6:3-4 ¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.
Para poder
obtener nuestro perdón, Jesús tuvo que morir, ser sepultado y luego resucitar.
Nosotros tenemos que hacer lo mismo. Dichosamente no tenemos que ir a ninguna
cruz, lo único que tenemos que hacer es ingresar a las aguas del bautismo. Somos sepultados para muerte por el
bautismo, dijo Pablo. Para luego, al igual que Cristo, resucitar y andar en
nueva vida.
El
bautismo no es una simple ordenanza. Para los efectos del Cielo, el bautismo es muerte y sepultura. En
las aguas del bautismo le damos sepultura al hombre terrenal y cuando salimos
de las aguas, somos hombres espirituales, somos nuevas criaturas en Cristo
Jesús.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Gálatas 3:26-27 Pues todos sois hijos de Dios por la
fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos.
Todos los
que han creído y se han bautizado, han dejado de ser hombres terrenales, se han
quitado la vestidura terrenal y se han revestido de Cristo Jesús,
convirtiéndose en nuevas criaturas espirituales. Eso es lo que se llama nacer del agua. ¿Y qué
es nacer del Espíritu? Es nacer del
Espíritu Santo:
Juan 1:13 Los cuales no son engendrados de sangre, ni
de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Cuando nos
bautizamos, El espíritu de Dios es puesto en nuestro espíritu. Dios pone su ADN
en nosotros y nos convertimos en sus hijos. Eso es ser engendrados por Dios y eso
es nacer del Espíritu.
Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo.
Cuando nos
bautizamos, suceden dos cosas: 1) Dios perdona todos nuestros pecados
pasados, presentes y futuros y 2)
recibimos el Espíritu Santo en nuestro espíritu.
En la
mayoría de las denominaciones cristianas, enseñan que obtenemos la visa al
creer, sin necesidad de bautizarnos. Pero, esa es una media verdad, o mejor
dicho, es una mentira disfrazada de verdad, que viene del diablo, para que no obtengas la visa.
Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino
según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Si una
persona no tiene el Espíritu Santo, no es hijo de Dios y para tener el Espíritu
necesita bautizarse, dijo el apóstol Pedro.
Voy a
poner un ejemplo práctico para que
entendamos el bautismo. Suponga que una persona está enferma y necesita una transfusión de sangre para sobrevivir.
Yo le doy mi sangre. El enfermo acepta esa transfusión, pero aceptar la
transfusión no lo salva. Mientras no se haga la transfusión sigue en peligro de
muerte. Ahora, tome en cuenta que después de la transfusión, esa persona no es la misma porque no
tiene la misma sangre. Aunque parece la
misma persona, en realidad no es la misma. Conserva la misma fachada, pero por dentro no es la misma. Cuando le
quitaron la sangre le dio muerte a su vida y cuando recibió la otra sangre, obtuvo
una nueva vida.
Es lo mismo que sucede en el bautismo. El
bautismo es como una transfusión de sangre. Todos estamos condenados a muerte.
Entonces Jesús donó su sangre para salvarnos. Podemos aceptar esa sangre, pero
mientras no nos bauticemos no hay transfusión. Al bautizarnos, Dios nos hace la transfusión
de sangre. Aunque somos los mismos en apariencia, en realidad no somos los
mismos, ahora tenemos un nuevo corazón,
un nuevo espíritu y el Espíritu de
Dios ha sido puesto dentro de nuestro nuevo espíritu (Ezequiel 36:26).
¿QUÉ DEL LADRON PERDONADO EN LA CRUZ?
El diablo
no quiere que obtengas la visa, así que ha levantado muchos argumentos en
contra del bautismo. Uno de ellos, es que el ladrón que Jesús perdonó en la
cruz no se bautizó. Permítame decirle que existen dos pactos, uno antes y otro
después de Cristo. Nosotros estamos bajo el nuevo pacto y debemos bautizarnos. El ladrón estaba bajo el viejo pacto y no
necesitaba estar bautizado sino circuncidado. Era judío y posiblemente lo
estaba porque de acuerdo con la Ley de Moisés, todos los niños eran circuncidados
a los ocho días de nacidos (Génesis
17:12).
Colosenses 2:11-12 En él también fuisteis
circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo
pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el
bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder
de Dios que le levantó de los muertos.
La
circuncisión es un despojo de la carne. Los judíos se circuncidaban como señal,
de que ya no obedecerían la carne, pues se despojaban de ella. Eso era bajo el
Viejo Pacto. Nosotros que estamos bajo el nuevo Pacto, no nos circuncidamos
sino que nos bautizarnos. El bautismo,
es una circuncisión espiritual dice Colosenses. Sin bautismo, no hay
circuncisión espiritual, no hay despojo de la carne y no hay salvación.
Otros
argumentan que el bautismo es una obra porque no entienden la palabra obra.
Obrar es hacer méritos para salvarnos. ¿Qué méritos humanos hay en el bautismo?
Ninguno. El bautismo no es una obra, es un requisito para la salvación que Dios
exige, sin que haya en ella mérito humano alguno. Es el reconocimiento de la muerte de Cristo y la autorización para que
se nos sepulte con él. Todo el mérito en el bautismo es de Cristo y nada
más.
Yo me
podría referir a cada uno de los argumentos que usa el diablo, para que las
personas no se bauticen y demostrar que carecen de fundamento. Pero mejor les
enseño un versículo más:
Timoteo 6:3-5 Si alguno enseña otra cosa, y no se
conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que
es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de
cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos,
blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de
entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de
ganancia; apártate de los tales.
Lea
despacio y con mucha atención. La palabra de Dios nos dice “que toda enseñanza que no se conforme a las
palabras de Jesús” viene de personas que “nada saben”, no viene de personas que saben algo, sino de personas
que nada saben. Esas enseñanzas vienen de personas que “están privadas de la verdad”, lo que implica que enseñan una
mentira. Vienen de personas “corruptas
de entendimiento”, en otras palabras, de personas que tienen el
entendimiento entenebrecido por la dureza de sus corazones. Por tales razones,
la misma palabra de Dios nos ordena “apartarnos
de los tales”. Debemos apartarnos de todo pastor, evangelista, apóstol o
como se haga llamar, que enseñe algo que no se conforme a las palabras de
Jesús.
Jesús
enseñó que debemos creer en el evangelio y bautizarnos para obtener la visa al
cielo y así ser salvos. Cualquier enseñanza que no se conforme a sus palabras y
las contradiga, carece de verdad y viene del mentiroso enemigo de Dios. Yo le
creo a Jesús ¿Usted a quién le cree?
RESUMEN
No existe
la muerte, la muerte es una evolución, es un viaje de la tierra hacia el lugar
que Dios nos tiene preparados. Si nos encontramos en la etapa terrenal,
viajaremos al hades. Si nos encontramos en la etapa espiritual, viajaremos al
paraíso de Dios. Para poder evolucionar a la etapa espiritual y obtener la visa
al paraíso, no tenemos que ser mejores que nadie, no tenemos que hacer ningún
esfuerzo. Dios nos da esa visa por gracia, es un regalo divino. Tampoco tenemos
que pertenecer a ninguna religión. Lo único que necesitamos es creer en el
Evangelio de Cristo y bautizarnos, para ser sepultados y resucitados con Cristo
a una nueva vida.
Hoy es el día de salvación, no es mañana. No sabes si mañana vas a estar vivo. Un ataque cardiaco, un accidente
de tránsito, o cualquier otra circunstancia podría acabar con tu vida. “Ahora,
pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
invocando su nombre” (Hechos 22:16).
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