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Una vez que nos convertimos en hijos de Dios, gozamos de una
protección especial y el diablo no puede
tocarnos. Dios sella nuestra casa con candados. Sin embargo, en innumerables
ocasiones vivimos situaciones angustiosas, una tras otra; pareciera que el
diablo está metido en nuestra casa. Nos
preguntamos ¿Qué está pasando? Lo cierto es que hay una puerta invisible,
que por descuido la podríamos dejar abierta o mal cerrada. Si eso sucede, Satanás y sus séquitos podrían entrar para
robar, matar y destruir (Juan 10:10).
Desafortunadamente, la mayoría de los creyentes, ignoran la
existencia de esa puerta, por tal razón no la cierran, o la dejan entreabierta;
y allá afuera, el ladrón se mueve sigilosamente en espera de su oportunidad.
1 Pedro 5:8 El
diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar
La palabra de Dios dice que el diablo, como león rugiente, anda
alrededor, asechando, buscando una
puerta mal cerrada para hacerte daño y muchos de nosotros dejamos las llaves pegadas
en el llavín para que el diablo entre sin problema. Veamos algunas de esas llaves:
LA FALTA DE
PERDON
La ofensa es una de las estrategias de Satanás, para que te descuides
y dejes las llaves pegadas en el llavín. Aunque una persona no haya hecho nada
para merecer una ofensa, aun así, si
no perdona a su ofensor, es como dejar la puerta entreabierta al
diablo, o dejarle las llaves en el llavín o en la alfombra, para que ingrese
sin problema.
Efesios 4:26
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 4:27 ni deis
lugar al diablo.
Si no perdonamos, le damos lugar al diablo, para que ingrese a efectuar
su obra de destrucción. La falta de perdón es la llave que usará, para
ingresar tranquilamente.
Mateo 6:14
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial; 6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensa
Si no perdonas, Dios no te perdona y si Dios no te perdona, estás en manos
del diablo, el cual entrará a tu casa, invitará a sus demonios y se robará tu
salud, tus bienes y hasta tu vida.
Mateo 5:23 Por
tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, 5:24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Si traes tu ofrenda, pero no te has reconciliado con aquel que tiene
algo contra ti, tu ofrenda será rechazada y tu oración no será escuchada. Si no
nos reconciliamos, estamos dejando la puerta entreabierta para que Satanás
penetre fácilmente.
EL TEMOR
Otra de las maneras de dejar la puerta mal cerrada es a través del temor.
El temor intimida y paraliza a los creyentes, haciendo que la fe se cancele
o se ponga en pausa. En la Biblia encontramos más de 360 veces la expresión: “No
temas” o “No tengas temor”, porque el temor es llave que le abre
la puerta al diablo para que nos robe la libertad.
2 Timoteo 1:7 Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.
Dios no nos ha dado espíritu de cobardía; ese espíritu viene del
diablo. El diablo ataca nuestra mente con el espíritu de temor y cuando tenemos
temor le abrimos la puerta. Cuando el
temor invade la vida del creyente, le quita el poder y lo lleva a una vida
inútil; la persona se convierte en cobarde y se deja destruir por cualquier
problema o dificultad. Hay personas que tienen
temor al fracaso y no emprenden un negocio por temor a perder su
inversión.
Job 31:34 Porque
tuve temor de la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó,
Y callé, y no salí de mi puerta
El temor puede hacer que una persona sea incapaz de enfrentar la
vida. Hay personas que pierden su trabajo, sus bienes o su posición social,
y por temor al menosprecio o el hazme reír de los demás, se suicidan o se
encierran en sus casas. Algunos terminan en un asilo de enfermos mentales o
pierden su vida por un paro cardiaco ocasionado por el estrés.
Job 3:25
Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo
temía. 3:26 No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante,
me vino turbación.
El temor de Job le abrió la puerta al diablo, y lo que temía, le
sucedió. Si confiesas el temor, terminas
haciéndolo realidad. Confiesas: “Tengo miedo de perder el trabajo” y lo
terminas perdiendo. Confiesas: “temo que mi esposa me traicione” y terminas
traicionado.
Está escrito: Lo que confieses con tu boca, será hecho (Marcos
11:23). El temor es la llave
que le abre la puerta al diablo para que ejecute lo que tú temes.
LA
DESOBEDIENCIA
Usted tiene una casa con puertas de doble cerradura. Afuera, hay un
acosador peligroso, invisible, que está esperando que dejes una puerta abierta
para escurrirse adentro y sorprenderte. Él desea saquear sus posesiones y mutilar
a los que usted ama. Quizás hasta asesine a alguien. Sabiendo esto, ¿Olvidaría
usted pasarle los seguros al cerrojo de tu puerta? Por supuesto que no, pero, lo
absurdo es que la mayoría de los hijos de Dios hacen
exactamente eso, a través de la rebelión.
Lucero, era la mano derecha de Dios, era el ángel más bello y perfecto
de la creación. Por su rebelión lo perdió todo y fue convertido en un espanto (Ezequiel
28:14-19). Y Lucero quiere que te suceda lo mismo. Así, que usa la llave de la rebelión para
ingresar y acabar contigo, esa es su llave maestra.
Es posible que al llegar a este punto, estés diciendo: “eso no es
conmigo”. Espérate, que sin darte cuenta, nadas diariamente en las aguas de
la rebelión, ya que la rebelión no es otra cosa que la desobediencia
a Dios. Satanás te engaña sutilmente, para que te rebeles y seas
desobediente. Te voy a hacer algunas preguntas y espero que las contestes con sinceridad:
1) ¿te congregas debidamente? 2)
¿Ofrendas alegremente? 3) ¿Oras por la salvación de los demás? 4) ¿Buscas el
reino de Dios diariamente? 5) ¿Cooperas en la edificación del cuerpo de
Cristo? 6) ¿Amas a los enemigos? 7) ¿Perdonas hasta 70 veces siete? 8) ¿Tomas
la cruz diariamente y vives para Cristo, 9) ¿Te conformas con sustento y
abrigo?
De esas preguntas, ¿Cuántas contestaste “no”? Con un solo no, ya eres
rebelde y desobediente, razón suficiente para que le abras la puerta al diablo.
2 Corintios 11:2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo
esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. 11:3 Pero temo que como
la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
En este pasaje, el apóstol Pablo nos dice que el diablo usa con
nosotros la misma estrategia de engaño que usó con Eva, así que veamos cuál fue
esa estrategia.
Génesis 2:16 Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás.
A Adán y Eva no les faltaba nada, todo lo tenían en abundancia y Dios no les dio diez mandamientos ni muchos
mandatos que cumplir. Solamente les dio una
prohibición: no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal
para ver si eran capaces de obedecer.
Génesis 3: 4
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 3:5 sino que sabe Dios que
el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.
Apareció la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás y le dijo que
no moriría, sino que sería igual a Dios. Eva se puso a razonar. ¿Tendrá razón
la serpiente? ¿Será que Dios no quiere que seamos como él? ¿Qué otras cosas
estará Dios ocultando? Esa es la gran estrategia del diablo, ponernos a razonar
contra Dios. Entonces Eva miró al árbol, pero esta vez, desde otra
perspectiva.
Génesis Y vio
la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella.
La mujer no vio lo negativo del árbol, sino lo positivo, vio que el fruto era bueno para comer, que era
agradable a los ojos y que era codiciable para alcanzar sabiduría. Eva creyó que Dios mentía
o escondía algo, tal y como se lo hizo ver el diablo, entonces no quedaba
ninguna razón para obedecerle. Por ello, comió el fruto prohibido y le dio también a su
marido.
Este acto de desobediencia produjo destrucción, pecado y
enfermedad, una lista que se ha multiplicado y empeorado hasta nuestros días. La
rebelión de Adán y Eva le abrieron la puerta al dominio y a la destrucción
de Satanás.
Hoy en día, Satanás sigue usando esa misma estrategia. Hoy te dice:
“¿para qué te vas a congregar, eso es para los fanáticos religiosos”; ¿Para qué
ofrendas, para que se haga rico el pastor?; ¿Por qué te vas a conformar con
sustento y abrigo, si puedes enriquecerte y darte una buena vida?; “disfruta tu
tiempo, vive tu vida, no pierdas el tiempo en las cosas de Dios, recuerda que
la vida es corta”; “Sobre qué vas a
perdonar a ese que habla tan mal de ti, demándalo por injurias y difamación”; “Por
qué oras por ese, si ese no quiere que ores por él, está feliz con su vida?”.
El diablo te cambia la perspectiva, para que no
veas lo malo de las cosas del mundo sino lo bueno. Dios dice: “no
hagas yugo desigual con esa incrédula”, pero Satanás te dice: “mira que
linda, mira que simpática, no la dejes ir”.
Dios nos dice que debemos adquirir conocimiento en la palabra de
Dios, Satanás te dice que debes adquirir conocimiento de los hombres.
Siempre está cambiándonos la manera de ver las cosas. Dios dice que sigamos sus propósitos,
el diablo dice que sigamos los nuestros, esa siempre será su estrategia.
Filipenses 2:5
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 2:6 el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; 2:8 y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
El apóstol Pablo nos manda a ser
obedientes como Jesús, él no estimó el ser igual a Dios, como
algo a lo que había que aferrarse, por el contrario, renunció a su divinidad,
se hizo hombre y se humilló así mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte.
¿Cómo es que aprendemos a obedecer? De la misma manera que lo hizo
Jesús, a través de la cruz. Jesús fue obediente hasta la muerte. Este tipo
de obediencia y sumisión bloqueó todas las incursiones del enemigo a su vida.
Satanás no tenía acceso o entrada, la puerta permaneció cerrada y Jesús
recibió luego su recompensa.
Mateo 16:24 si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame
Satanás nos hace ver la cruz como una vida de sufrimiento,
como una negación de todo lo que produce gozo y felicidad. Pero
eso no es lo que significa la cruz. Lo
que la cruz significa se resume en una palabra: obediencia.
Mateo 26:39
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre
mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como
tú.
Jesús no quería tomar la cruz, pero no hizo lo que él quería sino lo
que Dios quería. Dios no te pide nada que te haga daño ni nada que no puedas
hacer. Usted puede vivir una vida de
gozo y felicidad y estar en obediencia a Dios. Podemos resumir que la cruz
solamente es la muerte a nuestras propias agendas, a
nuestras propias prioridades, no es otra cosa.
Existen dos principios bíblicos inmutables: 1) la obediencia, que mantiene la puerta cerrada y o 2) la
desobediencia, que abre las puertas de par en par al diablo.
Estos principios son fáciles de aceptar aunque difíciles de vivir, sobre
todo en el cristianismo acomodadizo en el que vivimos. Debemos entender que con
Dios no hay términos medios, o le obedecemos o le desobedecemos.
1 Samuel 15:3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye
todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun
los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
Dios le ordenó a Saúl que destruyera a los amalecitas, que acabara con
todos sus bienes y con toda vida humana o animal. Pero Satanás usó su
estrategia para con él, lo tentó a dejarse parte del botín.
1 Samuel 5:9 Y
Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado
mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo
quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
Saúl perdonó a su Agag, Rey de
los amalecitas, y a lo mejor de los animales. Al presentarse con lo mejor del
ganado y con el rey de los Amalecitas como parte del botín, Saúl se enalteció,
para que lo señalaran como un héroe. Su vanidad por encima de la orden
divina.
1 Samuel 15:13
Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he
cumplido la palabra de Jehová. 15:14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de
ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? 15:15 Y Saúl
respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las
ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo
destruimos.
Dios envió al profeta Samuel, para decirle que había sido desechado
como Rey porque había desobedecido el mandato de Dios. Cuando Saúl vio a
Samuel, le dijo que “había cumplido la palabra de Jehová”, lo que no era
cierto, por eso el profeta le respondió: “¿Pues qué balido de ovejas y
bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?"
Saúl se sacudió y culpó al pueblo, dijo que el pueblo perdonó lo mejor
del ganado para sacrificarlo a Dios. Esa es la modalidad de rebelión más
común, la que va acompañada de una excusa conveniente.
Eso lo vemos en nuestros días, por ejemplo, en la cena del Señor,
algunos cambian el vino por “Fanta uva” o cambian el pan sin levadura por una tortirica,
y buscan una excusa. Otro ejemplo es que
Dios no permite que la mujer tenga un
ministerio de enseñanza (1 Timoteo 2:12), sin embargo, en miles de iglesias, permiten mujeres “maestras”,
“mujeres pastoras” y hasta “mujeres evangelistas”. Su excusa es: “estamos en
otros tiempos” o “los judíos eran machistas, pero nosotros no lo somos”. Y
las puertas se abren para que el diablo pase adelante.
1 Samuel 15:23 Porque como pecado de adivinación es
la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste
la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
Para Dios, la rebelión es como la idolatría, porque le creemos a Satanás y no a él,
tal y como lo hizo Eva, le damos el lugar de Dios al diablo.
La desobediencia es también es como la adivinación,
porque el propósito de la adivinación es controlar circunstancias,
situaciones y personas. Un adivino le dice al consultante, lo que va a ser
de su futuro y de esa manera lo controla. De esta manera, el consultante le da derechos
legales al diablo para que actúe, éste hará lo imposible para que lo que el
adivino dijo, se cumpla. Y el querer tomar el control del futuro es quitar a
Dios de su trono para poner a Satanás en su lugar.
Al desobedecer, le abrimos la puerta al diablo y le damos derechos
legales para que haga lo que quiera con nosotros. Como en la adivinación, el
desobediente termina controlado por el diablo.
Tome en cuenta que la escritura dice que como el pecado de
idolatría es la obstinación. El obstinado es el desobediente que
hace lo las cosas como él quiere y no como Dios quiere, su pecado de
desobediencia es como el pecado de idolatría porque se pone por encima de
Dios y se convierte en su propio Dios. Si yo no obedezco a
Dios ¿A quién obedezco? Me obedezco a mí mismo convirtiéndome en
mi propio Dios u obedezco al diablo y lo convierto en mi dios. Eso es
idolatría.
Cuando somos desobedientes, le decimos a Dios, que sabemos más que él. Qué
tonto es pensar que podemos ser más sabios que Aquel que se sienta sobre el
trono de la gloria.
Cuando Moisés llevó a los hijos de Israel a través del desierto,
después de cuarenta años de vagar, llegaron a un lugar llamado Kadesh, donde la
gente se quejó de la falta de agua. Esa no fue la primera vez que se quedaban
sin agua, cuarenta años antes, en Refidim, había sucedido lo mismo. En aquella
ocasión Dios le dijo a Moisés que golpeara una roca para que saliera agua de
ella, como en efecto sucedió (Éxodo 17:6). Esta vez, en Kadesh, Dios instruyó
a Moisés de manera diferente:
Números 20:8
Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la
peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y
darás de beber a la congregación y a sus bestias.
Dios le dijo a Moisés que le hablara a la roca para que
diera agua. Pero en vez de hablarle a la roca,
Moisés la golpeó, hizo como le dio la gana y no como Dios le había
ordenado.
Números 20:12
Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para
santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta
congregación en la tierra que les he dado.
Este acto de desobediencia le costó a Moisés la entrada a la Tierra
Prometida. Dios le dijo “Porque no creíste en mi”. ¿Por qué Dios le dijo eso? Porque la
desobediencia significa que no creemos en Dios. Moisés no creyó que si le
hablaba a la peña, esta daría agua, pero si creía que la daría si la golpeaba, como
había sucedido en Refidim.
Con su actuación, no santificó a Dios, se santificó a sí mismo, dio a
entender que el agua no salió por obra de Dios sino por obra de él mismo. Moisés
se dejó tentar por el diablo, se rebeló y al igual que Saúl, fue desechado.
No solamente fue desechado, sino que Dios le ordenó subir al monte a morir.
Durante 40 años había soñado con la
tierra prometida, y en un instante de rebelión, su sueño se perdió. Si Dios no
pasó por alto la desobediencia de Moisés, ¿por qué crees que lo va a hacer
contigo?
RESUMEN
Hay una puerta invisible, no la vemos pero allí está. Es la puerta que
comunica con el infierno. Esa puerta está cerrada, pero se puede abrir
ante la falta de perdón y ante el temor. Esas son
llaves que dejas en la alfombra para que el diablo penetre. Además, hay una
llave especial, es la llave que abre todas las puertas, esa llave es la desobediencia.
La desobediencia a la palabra de Dios, abre las puertas para que el
diablo nos dañe inmisericordemente. Dios lo va a permitir porque es lo que
queremos. Si desobedeces, te conviertes en adivino, en idólatra y en tu
propio dios. Satanás usará su estrategia, que consiste en que razonemos
nuestra desobediencia, no te dejes engañar y obedece al único Dios verdadero.
Hechos 13:22 Quitado
éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He
hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo
que yo quiero.
Dios desechó a Saúl y levanto a David como rey en su lugar. ¿Qué tenía
David de especial? David era tan pecador como usted y yo, pero era obediente
a los mandatos de Dios. Era alguien que haría lo que Dios quería que
hiciera, tenía un corazón obediente un corazón conforme al corazón de Dios. Que hermoso poder decir, que tenemos un
corazón conforme al corazón de Dios. Dios
quiera que algún día podamos decirlo.
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