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Solamente el que ha perdido un vuelo sabe el
valor del tiempo. Solamente el que ha sido rescatado de ser ahogado sabe el
valor de un segundo. Solamente el que ha obtenido la medalla de plata en lugar
de la medalla de oro sabe el valor de una milésima de segundo. Y solamente los
que están en el infierno saben lo que fue malgastar su tiempo en la tierra.
La palabra de
Dios dice: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los
días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor.” (Efesios en Efesios 5:15-17).
De acuerdo a la palabra de Dios, aquel que no sabe aprovechar el tiempo
es un necio y a la vez es un insensato
que no entiende su voluntad. De acuerdo
al diccionario un “necio” es aquella “persona tonta o torpe que hace cosas que
carecen de lógica o de razón”. Por su parte un “insensato”, es aquel que
“no muestra buen juicio o madurez en sus
actos”.
Debemos preguntarnos si somos sabios o si somos
necios. Si somos sabios entenderemos la voluntad de Dios y aprovecharemos bien
el tiempo. Cuando desaprovechamos el
tiempo utilizándolo en cosas vanos, demostramos que somos unos necios e
insensatos que no hemos entendido la voluntad de Dios. El necio se niega
escuchar, lo que le entra por un oído le sale por el otro, de allí aquel refrán
que dice “a oídos necios palabras sordas”. El cielo está lleno de sabios mientras que el
infierno está lleno de necios que no quisieron escuchar la palabra de Dios ni
hacer su voluntad.
LA
VERDADERA SABIDURIA
1
Corintios 2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta,
la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 2:8 la que
ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido,
nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
La sabiduría verdadera no es la que viene de los
hombres sino la que viene de Dios. Es aquella sabiduría que estuvo oculta para los
príncipes y sabios de este mundo, porque si éstos hubieran tenido esa sabiduría
no habrían crucificado al Señor.
SE RECIBE
POR EL ESPIRITU
1
Corintios 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 2:11 Porque ¿quién de los
hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
2:14 Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
Dios nos dio su sabiduría, nos reveló su
voluntad a través de la palabra escrita, pero el hombre natural no puede
discernirla. El único que puede discernir la palabra de Dios es el que tiene el
Espíritu Santo en su espíritu.
Hechos 2:38
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 2:39
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
El Espíritu Santo que da sabiduría divina lo
reciben únicamente aquellos a quienes se les perdonan los pecados. Y el perdón
de pecados lo reciben únicamente los que se bautizan.
Algunos necios enseñan que el Espíritu Santo y
el perdón de pecados se reciben al creer en Cristo, pero eso no es cierto, mira
lo que le dijo Ananías a Pablo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate
y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hechos 22:16).
“Bautízate
para que laves tus pecados” le dijo Ananías a Pablo. Solo un necio puede
enseñar que no se necesita el bautismo para recibir el perdón de pecados y con
ello el Espíritu Santo, porque solamente un necio puede ignorar la palabra de
Dios.
LA
VOLUNTAD DE DIOS
1 Timoteo
1:3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 2:4 el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.
Prioritariamente hablando, la voluntad de Dios
es que llevemos el conocimiento de la verdad a todos los hombres para que sean
salvos. Y ese conocimiento se resume en creer en Cristo y bautizarnos (Marcos 16:16, Romanos 6:3-5, Colosenses
2:12-15, Hechos 2:38).
Un hombre verdaderamente sabio es aquel que conoce
esta verdad y aprovecha bien el tiempo, llevando
su conocimiento a otras personas. Un necio es aquel que deja el tiempo pasar
sin hacer la voluntad divina.
Hay personas que mueren sin conocer la voluntad
divina porque no hubo hombres sabios a su alrededor. Tal vez hubo creyentes a
su alrededor, pero no tenían sabiduría
divina porque no enseñaron la verdad de Dios sino una media verdad o la mentira
de los hombres.
Romanos 10:13
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 10:14 ¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
Nuestros prójimos no van a ser salvos a menos
que les llevemos el conocimiento de la verdad. Desdichadamente la mayoría de
personas que tienen ese conocimiento prefieren perder el tiempo en las cosas de
este mundo. Para ellos no es prioritario hacer la voluntad de Dios, para ellos
es mejor satisfacer sus deseos y los deseos de los demás.
Al hablar del tiempo debemos entender que es muy
diferente la perspectiva de Dios en
cuanto al tiempo que la perspectiva que
tiene el mundo.
La perspectiva del mundo es que debemos
satisfacer la carne mientras estemos en él, sin pensar en lo que sucederá al
dejarlo.
La perspectiva de Dios es que nos preparemos
mientras estemos en el mundo para lo que viene cuando lo dejemos.
Mateo 6:19
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y
donde ladrones minan y hurtan; 6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni
la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 6:21
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
La perspectiva del hombre es hacer tesoros en la
tierra, mientras que la perspectiva de Dios es que hagamos tesoros en el cielo.
Las personas se desviven por hacer tesoros en la
tierra, pero el consejo divino es que hagamos tesoros en el cielo mientras
estemos en la tierra, de tal manera que no debemos perder el tiempo haciendo
tesoros en la tierra porque nuestro tiempo podría terminar hoy. Y sin tesoros
en el cielo estamos acabados.
Lucas
12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre
no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Jesús lo dijo claro, la vida que Dios nos da en
la tierra no es para que nos dediquemos a abundar en bienes materiales.
Seguidamente cuenta la siguiente parábola:
Lucas
12:16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico
había producido mucho. 12:17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré,
porque no tengo dónde guardar mis frutos? 12:18 Y dijo: Esto haré: derribaré
mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis
bienes; 12:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para
muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 12:20 Pero Dios le dijo: Necio,
esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
12:21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Aquí vemos un hombre que había dedicado su vida
a hacer bienes materiales, eran tantos que ya no tenía donde guardarlos,
entonces pensó en derribar los graneros y edificar uno más grande paras
disfrutar con los bienes guardados los años que le quedaban. Pero Dios le dice,
necio, está noche vas a morir y no
has hecho tesoros en el cielo.
Desdichadamente, esa es la historia de millones
de incrédulos, pero también es la historia de millones de creyentes. Unos y
otros viven inmersos en el mundo y se olvidan de hacer frutos para Dios,
ignorando que hoy podría ser su último día en este planeta.
EL TIEMPO
ES HOY
Santiago 4:13
¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá
un año, y traficaremos, y ganaremos; 4:14 cuando no sabéis lo que será mañana.
Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco
de tiempo, y luego se desvanece.4:15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el
Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Una de las frases más usadas entre los creyentes
es que “todo sucede en el tiempo de Dios”
y dejan todo para el mañana. Sin embargo, el apóstol Santiago nos enseña que no
podemos gloriarnos del mañana porque la vida es como neblina que se desvanece.
El pasado no existe y el futuro es incierto, lo
único real es el presente. El tiempo de Dios es hoy, no podemos
dejar nada para el mañana porque no sabemos si vamos a estar vivos.
Si vamos a actuar, que sea ya, toma en cuenta
que muchos morirán hoy sin que les hayamos llevado el mensaje de salvación. No seamos
necios sino sabios que entendemos la voluntad de Dios.
Santiago 4:16
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 4:17
y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
No solamente somos necios sino que somos
pecadores, porque no hacemos lo bueno que sabemos hacer y cuando dejamos dejar de hacer lo bueno
que sabemos hacer, estamos viviendo en pecado.
1
Corintios 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la
declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el
fuego la probará.
Nos jactamos en nuestra soberbia y por esa
soberbia seremos pasados por fuego, no crea
que usted puede esconderse de Dios.
Lo que sucede es que hay creyentes que creen que
asistir una vez a la semana al culto y dar una limosna es cumplir con la obra
que le corresponde dentro de la edificación del cuerpo de Cristo. En el cuerpo de Cristo no hay observadores,
todos son actores. Nadie puede levantar una construcción con solo observar, los
observadores son siervos inútiles
que serán echados fuera.
Efesios
5:14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo. 5:15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como
necios sino como sabios, 5:16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos. 5:17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor
Para Dios, muchos creyentes están dormidos, más
que dormidos están muertos en vida. “Levántense
de los muertos para que los alumbre Cristo”, es el consejo divino.
“Dejen de
andar como necios, comiencen a andar como sabios, aprovechando bien el
tiempo porque los días son malos”.
Los días son malos porque el mundo está gobernado por el maligno. “Dejen
de ser insensatos, sean entendidos en cuanto a la voluntad del Señor”, nos
dice la palabra de Dios.
Efesios
5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed
llenos del Espíritu,
Las personas se embriagan con vino, en lo cual
hay disolución. Embriagarse es llenarse hasta desbordarse, es decir, hasta que
el vino se les salga por las orejas. Lo
que deberían hacer es embriagarse del Espíritu Santo.
Dios no nos prohíbe divertirnos, el problema es
que estamos tan ocupados divirtiéndonos que no
tenemos tiempo de hacer ni siquiera lo que debemos hacer para Cristo.
Constantemente nos encontramos con la sensación
de que necesitamos más tiempo, pero no lo hay. A cada uno de nosotros se nos
han dado veinticuatro horas al día y no hay manera alguna de extender el número
de horas, por más que nos esforcemos, lo que tenemos que hacer es aprender a
administrar el tiempo.
EL MUNDO
1 Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo. 2:17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
Lo que nos roba el tiempo para Dios son tres
cosas: los deseos de la carne, los deseos
de los ojos y la vanagloria de la vida. Eso no viene de Dios sino que viene
del mundo que está gobernado por su príncipe satanás.
Dios les dijo a Adán y a Eva que no debían comer
del árbol de la ciencia del bien y del mal, para que no murieran. Pero el
diablo disfrazado de serpiente se le apareció a Eva y le dijo que no moriría, sino
que más bien sería igual a Dios.
Génesis 3:6
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los
ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y
comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
Note usted que Eva vio que el árbol era bueno
para comer y que era agradable a los ojos y además codiciable para alcanzar
sabiduría. Lo que el maligno hizo con Eva lo hace hoy mismo con usted y conmigo,
le despertó los deseos y la vanagloria.
Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida definen al mundo, todas esas cosas excitan en nosotros la
ambición desmedida y despiertan el orgullo o el encanto de la vida. Esas cosas
forman el mundo o sistema satánico
que nos va a tentar en esas tres áreas.
Mateo 6:31
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos? 6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro
Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 6:33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Las personas pierden su tiempo haciendo dinero
para adquirir las cosas materiales y los placeres que el mundo les ofrece.
También pone en las personas el deseo de poder y el de hacerse un nombre en la
tierra, robándoles el tiempo que debe ser bien aprovechado para el reino de
Dios ¿Qué dice Dios? Que no nos afanemos por las cosas del mundo, que él conoce
nuestras necesidades y que nos va a
suplir si ocupamos nuestro tiempo en el reino de Dios.
1 Timoteo 6:7
porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 6:8 Así
que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Nada hemos traído al mundo y nada nos llevaremos.
La voluntad de Dios es que estemos contentos con sustento y abrigo. Al estar
contentos con esas cosas no ocupamos el tiempo en las cosas del mundo. Desgraciadamente,
los creyentes no están contentos con sustento y abrigo, demostrando con ello su
falta de sabiduría. Entonces desperdician el tiempo en busca de riquezas o de una mejor vida aquí
en la tierra, despreciando la vida que les espera después de la muerte.
1 Timoteo 6:9
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas
codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
Además, los que quieren enriquecerse caen en
tentación y terminan destruidos y en la perdición. Podemos definir el mundo como todo aquello que nos aleja de los propósitos de Dios.
1 Juan 2:15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo,
el amor del Padre no está en él.
Lo que nos hace improductivos para Dios es el amor
al mundo. Aquí mundo no se refiere a las personas, porque debemos amar a las
personas, se refiere al sistema del mundo que es impuesto por Satanás.
El apóstol Juan afirma que si amamos al mundo, el amor del Padre no está en nosotros. O amamos
a Dios o amamos al mundo, no hay término medio, nadie puede servir a dos señores.
Si el
amor del Padre no está en nosotros es porque no somos salvos, porque cuando
somos salvos el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu
que nos fue dado (Romanos 5:5). Y es
el amor del Padre el que nos hace amar a los semejantes y llevarles el mensaje
de salvación.
2
Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si
uno murió por todos, luego todos murieron; 5:15 y por todos murió, para que los
que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Cuando el amor de Cristo ha sido derramado en
nuestros corazones, nos constriñe, es decir nos presiona y nos motiva, pensando
que si Cristo murió por nosotros fue con el propósito de que vivamos para él
llevando el conocimiento de la verdad a nuestros semejantes.
EMBAJADORES
DEL REINO
2
Corintios 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación.
Dios estuvo en Cristo reconciliando al mundo, no
tomando en cuenta los pecados de los hombres. Pero, Cristo está ahora en los
cielos y la responsabilidad de reconciliar a los hombres con Dios es de todos
los que están en Cristo.
2
Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Para los que estamos en Cristo las cosas viejas
pasaron ¿cuáles cosas? Aquellas cosas que nos ocupaban el tiempo, las cosas del
mundo: los deseos de los ojos, los deseos
de la carne y la vanagloria de la vida.
Si estamos en Cristo somos nuevas criaturas que
aunque vivimos en el mundo, no vivimos de acuerdo a su sistema, ahora vivimos
para Cristo y ahora los deseos de Cristo son nuestros deseos, y la gloria de Cristo es nuestra gloria.
Escuche usted a los hombres hablar, ellos se
enorgullecen del éxito humano, pero la Biblia tilda a todo lo que produce esa
sensación como algo del mundo.
No es que debemos ser unos fracasados, lo que
significa es que el propósito final de lo que emprendamos debe ser para darle
la gloria a Dios. Si en nuestros propósitos no cabe Dios es porque el Espíritu
de Dios no está en nosotros o no lo estamos escuchando.
1
Corintios 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo
para la gloria de Dios.
Estando en Cristo, todo lo que hagamos debe ser
para la gloria de Dios. Nuestros sueños, nuestras ideas, lo que hagamos debe
incluir un propósito divino para la gloria de Dios. Debemos tomar en cuenta que
no hay éxito mayor que el recibir la sabiduría de Dios y compartirla con el
mundo ¿De qué sirven las riquezas y los títulos si al dejar este mundo viajamos
al infierno?
2
Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios
rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con
Dios.
Los que estamos en Cristo somos embajadores del
Reino de Dios, es como si Dios nos rogase que hagamos nuestro trabajo en nombre
de Cristo. Estas no son simples palabras, son palabras que salen de la boca de
Dios ¿Vas a ignorarlas como un verdadero
necio?
2
Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Cristo no vino a pasear a la tierra, el vino a
tomar tu lugar de pecador para que tú fueses justificado de todos tus pecados. Para
ello tuvo que sufrir el aprobio, tuvo que sufrir la vergüenza y la humillación
pública y derramar su sangre divina en
la cruz ¿No significa eso nada para ti?
Un sabio piensa en lo que vendrá después de la
muerte y aprovecha su tiempo. Un necio solo piensa en esta vida y desaprovecha
su tiempo.
Un año contiene 8.640 horas ¿Cuántas horas del
último año ocupaste para servirle a
Cristo. No se cuántos años tienes de estar en Cristo, pero quiero
preguntarte ¿Cuántas personas has ganado para Cristo? ¿Eres un sabio o eres un
necio que quiere ser pasado por fuego?
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