martes, 30 de mayo de 2017

LLENOS DEL ESPÍRITU

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La palabra de Dios dice “sed llenos del Espíritu Santo”. Algunos creen que ese mandato era únicamente para los apóstoles y la gran mayoría de cristianos ni siquiera saben lo que eso significa.
Para poder entender este asunto, primero debemos preguntarnos ¿Qué es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo como su nombre lo dice es “un espíritu” y no un poder, una sustancia o una influencia como piensan algunos. Y no es cualquier espíritu, es el Espíritu de Dios.

Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

El Espíritu Santo es el espíritu de Dios que mora dentro de los hijos de Dios. Si alguno no tiene el Espíritu Santo no es hijo de Dios, así de sencillo.

Juan 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

El  que tiene al hijo de Dios tiene la vida eterna, el que no tiene al hijo no tiene la vida  eterna porque la vida eterna está en el hijo. Tener al hijo significa tener al Espíritu Santo morando en nuestro espíritu, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios pero es también el Espíritu del Hijo. ¿Cómo obtenemos esa vida? Al bautizarnos:

Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

El apóstol Pedro dijo claramente que para ser perdonados de nuestros pecados y recibir el Espíritu Santo, debíamos bautizarnos. Lo que quiero que el lector entienda hasta este momento, es que el Espíritu de Cristo no es para unos pocos, es para todos aquellos que han sido llamados, han creído y se han bautizado (Marcos 16:16).   
Juan 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 14:18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Juan 14:20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

Jesús dijo que no nos dejaría huérfanos, que él rogaría al Padre para que enviara al Espíritu Santo,  el cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce, pero que nosotros, los hijos de Dios lo conocemos porque mora en nosotros y está en nosotros.  
Lo más asombro es que al final Jesús deja claro que el Espíritu Santo, que es el espíritu del Padre, es también el espíritu de él mismo. Por eso el apóstol Pablo declara “ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). Esto es algo que quizás no podemos comprender, pero no necesitamos comprenderlo, lo que necesitamos es creerlo.
Para decirlo con palabras claras, lo que le sucedió a la virgen María nos sucede a nosotros pero un poco diferente. Dios engendró a María en su vientre, depositando en ella el cuerpo de Jesús. De igual manera, Dios deposita a Jesús en nosotros, pero no lo hace en nuestro vientre, sino en nuestro espíritu y no deposita su cuerpo sino su espíritu  con el propósito de que podamos andar en sus estatutos, guardar sus preceptos y ponerlos por obra (Ezequiel 36:27).   Y una cosa es recibir el Espíritu Santo y otra el ser llenos del Espíritu Santo.

Hechos 9:17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 9:18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.

Ananías fue enviado por Dios donde Saulo de Tarso para que éste fuera lleno del Espíritu. Note que Ananías puso las manos sobre él para que recobrara la vista e inmediatamente lo bautizó para que pudiera ser lleno del Espíritu Santo. Pablo cuenta ese momento de la siguiente manera:

Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban,  vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.  Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.
Hechos 22:12-16

Pablo no fue lleno del Espíritu Santo en ese momento, pero necesitaba ser bautizado para recibir el Espíritu y posteriormente ser lleno. Sin bautismo no hay Espíritu y sin Espíritu no hay  llenura, pero la llenura no es inmediata.

Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.

Si bien es cierto que todos los que nos hemos bautizado somos hijos de Dios y tenemos el Espíritu Santo morando en nuestro espíritu, eso no significa que todos estamos llenos del Espíritu. Si fuera así, Pablo no nos haría la anterior exhortación. Entonces ¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo?   

Lucas 5:26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

En este pasaje vemos que todos los presentes “se llenaron” de asombro cuando Jesús sanó a un paralítico.

Lucas 6:11 6:11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

En este otro pasaje vemos que los fariseos se “llenaron” de furor contra Cristo porque sanó en el día de reposo a un hombre que tenía seca una mano.
Note usted que la expresión “ser llenos de” es usada en estos casos para señalar la “condición” de alguien que está “siendo controlado” por su “carne”.
Usted puede tener temor pero no  necesariamente tiene que estar lleno de temor ni tiene por qué dejarse controlar por el temor. Usted puede sentir ira, pero no tiene necesariamente que dejarse controlar por la ira. 
De igual manera, todos los creyentes bautizados tienen el Espíritu Santo, pero no todos se dejan controlar por el Espíritu, que es lo que Dios quiere, y es lo que significa la llenura.
En Efesios 5:18 Pablo dice que no se embriaguen con vino,  en lo cual hay disolución, que mejor se llenen del Espíritu Santo. Lo que Pablo está diciendo es que no nos dejemos controlar por el vino, en lo cual hay disolución, que mejor nos dejemos controlar por el Espíritu Santo.
Embriagarse es llenarse hasta que rebalse. Cuando usted se llena de vino, se embriaga  y pierde el control de sí mismo.
Usted también puede llenarse de ira, de miedo, o de cualquier cosa en la carne, entonces pierde el control de sí mismo porque se llenó de cosas de la carne y la carne tomó el control.
Y cuando  usted se llena de las cosas de la carne, usted termina en las obras de la carne que son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,  idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas (Gálatas 5:19-21).

Gálatas 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

Anden en el Espíritu y no le den gusto a la carne, nos dice Pablo. Es decir, llénense de cosas del Espíritu para que el Espíritu Santo los controle y no la carne.

Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Dice la escritura que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo, los que andan conforme al Espíritu. Solamente los que están en Cristo (los hijos de Dios) pueden andar conforme al Espíritu porque los que no están en Cristo no tienen su Espíritu.
Andar es caminar para llegar a un lugar, usted puede intentar ir a un lugar pero si toma el camino equivocado nunca va a llegar a ese lugar. Si usted va a andar conforme a la carne, o sea,  controlado por la carne, se irá por el camino equivocado. Pero si va andar conforme al Espíritu, o sea controlado por el Espíritu Santo, entonces sí va a tomar el camino correcto.
Andar conforme al Espíritu no significa andar “en una nube” como piensan algunos, o andar “libres de pecado”, como piensan otros. Andar conforme al Espíritu, es aprender a escuchar al Espíritu Santo.
Al hacer eso,  en lugar de terminar en las obras de la carne, terminas en el fruto del Espíritu que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 5:23 mansedumbre, templanza. (Gálatas 5:22-23).
Pongamos un ejemplo para entenderlo. Suponga que alguien te pide prestado y no te paga. Si actúas en la carne, es decir, por ti mismo, es posible que te molestes, te llenes de ira y que le cobres a tu deudor por las buenas o por las malas.
Pero si andas conforme el Espíritu dejas las cosas en las manos de Cristo y confías en que él tocará el corazón de aquella persona para que te pague o te proveerá por otro lado lo que aquel te quitó.
El Espíritu Santo te habla a través de la palabra escrita y también te habla a tu mente y a tu corazón. Solamente debemos aprender a hacer silencio y escucharlo.
Así como la bebida afecta nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad, así debemos ser afectados en esas áreas por el Espíritu Santo. Esa es la similitud entre la borrachera y la llenura del Espíritu Santo.

Hechos 2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

En este pasaje vemos a los apóstoles llenos del Espíritu Santo, ellos hablaban según el Espíritu les daba que hablasen y no lo que ellos querían hablar porque el Espíritu Santo tenía el control de sus bocas.

Hechos 4:8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:

En este otro pasaje vemos a Pedro enfrentando a los escribas y fariseos, hablando con denuedo y poder, porque estaba lleno del Espíritu Santo.
No piense que en el momento en que usted creyó y se bautizó, en ese momento fue lleno del Espíritu,  no sucede así, ni siquiera sucedió así con los apóstoles. Ellos tuvieron que esperar un tiempo para que ser llenos del Espíritu.

Juan 20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

Aquí podemos ver que los apóstoles recibieron el Espíritu Santo antes que Jesús fuera ascendido a los cielos. Y no fueron llenos del Espíritu en ese momento sino hasta el día de Pentecostés.

EL PROPÓSITO DE SER LLENOS

Somos llenos del Espíritu Santo para que: 1) conozcamos la voluntad de Dios, 2) lo escuchemos  y 3) demos testimonio de Cristo (Hechos 22:14-15, Marcos 16:15).
Esto nos deja claro que si el propósito de Dios no es nuestro propósito, nunca seremos llenos del Espíritu Santo. La voluntad prioritaria de Dios es y siempre será que las personas sean salvas llegando al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:3-4).
Debemos aprender a escuchar al Espíritu Santo para saber cuándo y cómo debemos dar testimonio de Cristo, para que se cumpla la voluntad de Dios. Cuando estas cosas se conjugan en nosotros, sabemos que estamos llenos del Espíritu Santo.

Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Al ser llenos del Espíritu Santo, Dios nos da poder para que podamos testimoniar de Cristo sin temor y sin pudor. Si no vamos a testificar de Cristo no necesitamos la llenura del Espíritu Santo.





CONDICIONES PARA SER LLENOS

Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional

El primer paso para que seamos llenos del Espíritu es poner nuestros cuerpos en sacrificio vivo sobre el altar  de Dios para que él haga uso de ellos. Eso es lo que se conoce como consagración y consiste en renunciar a nuestra vida y entregarle esa vida al Espíritu Santo.

Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.

Si alguno quiere venir en pos de mí, entonces niéguese a sí mismo, tome la cruz y sígame.  El que quiera seguir con su vida la terminará perdiendo dijo Jesús. Si usted no está dispuesto a dejar su vida nunca será lleno del Espíritu.

2 Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Cristo murió por nosotros para que nosotros vivamos para él. Si vamos a vivir para Cristo, entonces seremos llenos de su Espíritu, si no vamos a vivir para Cristo, entonces no seremos llenos de su Espíritu porque no tiene sentido.

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Si alguno está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, es decir su vida quedó atrás y ahora tiene una nueva vida cuyo propósito es  vivir para Cristo. No se lo que qué hacía usted antes de convertirse en nueva criatura, lo único que se es que sus prioridades deben cambiar.  Ahora le corresponde cumplir su función de embajador en el Ministerio de la reconciliación.
Si no va a cumplir con su función entonces no requiere de poder y no será lleno del Espíritu Santo porque  lo santo no es para los perros, ni las perlas para los cerdos no sea que las despedacen (Mateo 7:6), es decir Dios no le va a dar dones al que no va a hacer buen uso de ellos.
Que todos vivamos para Cristo no significa que todos vamos a ir a predicar, lo que significa es que nuestros oídos escucharán al Señor, nuestras manos trabajarán para El y nuestros pies correrán por él, cuando él lo requiera, porque sus prioridades serán nuestras prioridades.   

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

El segundo paso para ser llenos del Espíritu consiste en transformar nuestro entendimiento. Tenemos que formatear nuestra mente, el sistema operativo humano debe ser cambiado por el sistema operativo Divino, porque no son compatibles el uno con el otro, ya que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos ni sus caminos son nuestros caminos (Isaías 55:8).
Es decir, Dios no va a llenar del Espíritu Santo al que no conozca sus pensamientos ni sus caminos.

Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Jesús tenía hambre y el diablo lo tentó incitándolo a que convirtiera las piedras en pan, pero Jesús le dijo que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
El cuerpo va a morir sino lo alimentas diariamente, y lo mismo sucede con el espíritu, si no lo alimentas diariamente con la palabra de Dios estará anémico y no podrá dar testimonio.
No pienses que serás lleno del Espíritu Santo si no te alimentas diariamente de la palabra de Dios ¿Cómo vas a conocer la voluntad de Dios? Debes transformar tu entendimiento y para ello necesitas el estudio diario de la palabra de Dios para que de esa manera conozcas el pensamiento divino.
Una persona no se llena si no come, de igual manera si un creyente no se alimenta de la palabra de Dios no puede ser lleno de su Espíritu.
Necesitas conocer los pensamientos de Dios para que puedas aplicarlos en tu vida, dándole el control de ella al Espíritu de Dios.
Una persona que se embriaga con vino será controlada en todas las áreas de su vida por el vino. El producto de ser controlado por el alcohol es el descontrol y la disolución.
Como contraste, aquella persona que se embriaga de la palabra de Dios, será saturada del Espíritu Santo  y será entonces el Espíritu Santo quién controle su vida.
A diferencia de los resultados que produce el alcohol, el creyente que es lleno del Espíritu será un creyente que servirá de edificación a la obra de la iglesia.
Al bautizarnos tenemos una llenura inicial,  la evidencia más común de esa llenura es que queremos compartir el mensaje de Cristo con otras personas. Aunque sea, desearás decir: "Cristo te a ama” a alguien.
Algunos creen que todos deben hablar en lenguas como llenura inicial,  pero esa teoría no tiene respaldo bíblico.  Lo que sí debe ocurrir en todos es que deseemos hablar de Cristo. Esto no es producto de los sentimientos sino del poder del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas. 
El Espíritu Santo quita el miedo y da poder, porque Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7)..
Aunque esta llenura inicial es necesaria, puede pasar y dejar de tener su efecto inicial, si la persona no se congrega ni se alimenta de la palabra de Dios diariamente.  Su crecimiento espiritual se paraliza y esa paralización evita la llenura.
Para entenderlo mejor, suponga que  usted  compra un automóvil nuevo y la compañía que le vende el automóvil le da el carro con el tanque de gasolina lleno. Usted sale a pasear y lo lleva para que todos sus amigos y familiares lo vean,  quiere que el mundo se entere de que usted tiene un carro nuevo y  se siente la persona más feliz del mundo.
Eso mismo sucede cuando recibimos el Espíritu Santo, Dios nos llena el tanque inicial y queremos compartir con todos a Cristo.
Pero, a ese carro nuevo hay que seguir echándole gasolina. De no ser así, llegará el momento en que se quedará sin gasolina y  dejará de funcionar.
Esa gasolina es como la llenura del Espíritu en nosotros. Dios nos llena el tanque inicial el día que nos convertimos en sus hijos, pero requiere de nosotros que lo sigamos llenando para poder andar conforme al Espíritu día tras día. 
La mayoría de los creyentes reciben la llenura inicial, pero no se preocupan por su vida Espiritual y terminan vacíos. Aunque son creyentes y son salvos, son creyentes que no son llenos del Espíritu Santo y son inservibles en la edificación del cuerpo de Cristo. Estos son los niños en la fe, tienen muchos años de ser creyentes pero ni siquiera se saben un versículo de la Biblia.
El gran problema es que al no madurar, terminan siendo creyentes carnales, es decir, controlados por la carne.
Identificar a un creyente carnal es muy fácil, son aquellos que viven estresados, se sienten acusados y no justos, y viven sin paz y sin gozo en el Espíritu Santo.

Filipenses 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en
todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

En este pasaje Pablo nos revela lo que es una persona llena del Espíritu. Es una persona que sabe vivir en la abundancia como en la escasez, sin caer en la depresión y sin perder la fe, porque el Espíritu de Cristo la fortalece.

Efesios 5:17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

Una persona llena del Espíritu Santo es una persona que entiende cual es la voluntad de Dios porque está lleno de su palabra. La llenura del Espíritu está relacionada con la sabiduría. Lo contrario de una persona llena del Espíritu Santo es una persona insensata que se embriaga con licor en lugar de embriagarse de la palabra de Dios.
Vemos la llenura del Espíritu Santo en aquellos creyentes que saben discernir las falsas doctrinas. Los falsos profetas y maestros utilizan versículos aislados para sus  doctrinas erradas, presentan las mentiras tan bien "envueltas" y tan bien "preparadas", que solamente las personas llenas del Espíritu Santo podrán discernir sus mentiras y enfrentar los  falsos maestros con la verdad.

Efesios 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

El que está lleno de la palabra de Dios alaba a Dios con más frecuencia y le da gracias por todo, sea bueno o sea malo, esa es otra evidencia de la llenura del Espíritu en su persona. No hay término medio, o somos llenos del Espíritu o somos  llenos de cosas de la carne.

Hebreos 2:1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2:2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 2:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 2:4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.


El apóstol Pablo nos advierte al respecto. Dice que atendamos con más diligencias las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Eso es así, porque el que no se llena de la palabra de Dios no se llena del Espíritu y corre el riesgo de ser arrastrado por las doctrinas engañosas y puede terminar perdiendo  su salvación ¿Cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande? Nos dice el Señor. No descuides tu salvación y procura llenarte día a día con el Espíritu del Señor. 


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