martes, 20 de junio de 2017

QUIENES SERAN ARREBATADOS?

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¿QUIÉNES SERÁN ARREBATADOS?
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Se acerca los siete años más terribles en la historia de la humanidad. La alianza de varios países con Roma han conformado un nuevo orden mundial que gobernará el mundo muy pronto. Esa coalición será liderada por un ser despiadado que se conoce como el anticristo, el cual perseguirá a los creyentes para matarlos.
No solamente eso, terremotos de gran intensidad, lluvia de asteroides, huracanes plagas, sunnamis solares y la mayor influencia demoniaca se dará en aquellos días.
Mientras en la tierra suceden esas cosas, en el cielo se celebran las bodas del Cordero ¿Quiénes participaran de esta cena? Únicamente los creyentes que han sido arrebatados en medio de esa gran tribulación. No son todos los creyentes, sino únicamente los creyentes que se han vestido de lino fino y resplandeciente que son las acciones justas de los santos:
Apocalipsis 19:6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 19:7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 19:8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

Se escucha la voz de una gran multitud alabando a Dios porque la cena de las bodas del Cordero está por comenzar. Como en un cuento de hadas, el esposo (Cristo)  “raptó” a la novia (la iglesia) y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino para esa gran celebración

Apocalipsis 19:9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero porque no todos los creyentes serán llamados como parte de la iglesia; estas son palabras verdaderas de Dios. Para entender mejor las cosas, veamos lo que dijo Jesús.

Mateo 22:2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; 22:3 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir. 22:4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. 22:5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 22:6 y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 22:7 Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyo a aquellos homicidas, y quemo su ciudad.

El Señor Jesús dijo que el reino de los cielos, era semejante a un rey que hizo una fiesta de bodas a su hijo.  El Rey es el Padre celestial, el hijo es Cristo y los primeros invitados son el pueblo judío.
Sin embargo, los judíos no solamente rechazaron la invitación sino que  mataron a los siervos (profetas) que Dios mandó (1 Tesalonicenses 2:15).

Mateo 22:8 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. 22:9 Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 22:10 Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.

Como consecuencia del rechazo de Israel, Dios decidió invitar a los gentiles.

Romanos 9:24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no solo de los judíos, sino también de los gentiles 9:25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. 9:26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.

La invitación se ha extendido para los gentiles, los que acepten la invitación, serán llamados hijos de Dios.

Mateo 22:11 Y entro el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 22:12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas el enmudeció. 22:13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

Pero a pesar de que todos los gentiles están invitados, únicamente podrán estar presentes  en la cena de bodas los que lleven el vestido de boda para no ser echados fuera.
Como leímos antes, ese traje de boda es de lino fino y está confeccionado con  las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19:8) ¿En qué consisten esas acciones? Lo veremos más adelante. Por el momento concentrémonos en la boda:

LA BODA Y SUS ETAPAS

En la época de Jesús, la costumbre respecto a las bodas constaba de tres etapas: La primera  etapa consistía en hacer un contrato de matrimonio que era firmado por los padres de los novios. Este era el periodo de los esponsales o de compromiso.
La segunda etapa ocurría un año después, cuando el novio en un desfile, acompañado por sus invitados, iba a la casa de la novia a media noche. La novia debía tener la lámpara encendida y unirse al desfile que terminaba en una cena en la casa del novio. Si no estaba preparada, eso se consideraba un desaire y la novia podía ser desechada. La tercera fase, era la boda misma.
Las mismas etapas se dan en la relación entre  Cristo y la iglesia. Cuando creemos y nos bautizamos (Marcos 16:16), nos comprometemos con Cristo, esa es la primera fase.
La segunda fase es lógicamente la cena de las bodas. Es un evento futuro y es el que se describe en Apocalipsis 19, como lo acabamos de leer.
La tercera fase es la boda. También es un evento futuro. Esto sucederá después del gobierno milenario de Cristo.Hoy,  la novia, se encuentra en una fase de preparación y espera.

Mateo 25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 25:2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 25:5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 25:6 Y a la medianoche se oyó un clamor: Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 25:7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 25:8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id mas bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos! 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

Las diez  vírgenes de esta parábola representan a todos los creyentes que se han comprometido con Cristo. El 50% serán prudentes y estarán preparados. El otro cincuenta por ciento lo componen los insensatos.

Mateo 24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

Jesús vendrá por los “llamados, pero los que tengan la lámpara sin aceite, “no serán escogidos”. Uno será tomado, el otro será dejado. Únicamente el que tenga la lámpara encendida con aceite se pondrá el vestido de lino fino que le permitirá estar en la boda ¿Y qué simboliza el aceite que mantiene encendida las lámparas?
  
Éxodo 27:20-21 Y mandaras a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová, desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.

En el Viejo Testamento, Dios ordenó a Moisés que la lámpara del tabernáculo de reunión debería arder constantemente, no se debía apagar nunca y bajo ninguna circunstancia.
Entre las lámparas y el lugar santísimo había un velo. La lámpara debía estar encendida, para que cuando el velo se rompiera,  se pudiese ver claramente el camino al lugar santísimo. El aceite que mantiene la lámpara encendida simboliza al Espíritu Santo y  su palabra.

Hebreos 10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 10:20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.

Lo que impedía la entrada al lugar Santísimo era el velo. Cuando Jesús murió, el velo, que simbolizaba su carne, se rompió, dándonos libre acceso al lugar Santísimo,  en donde se encuentra el Padre.

2 Corintios 3:14 Pero el entendimiento de ellos se emboto; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo esta puesto sobre el corazón de ellos.

El camino al lugar Santísimo está abierto; sin embargo los judíos y muchos que no son judíos, no pueden ver el camino hacia el lugar santísimo, porque tienen la lámpara sin aceite, lo que significa que tienen el entendimiento embotado, en otras palabras, tienen ojos pero no pueden ver.

2 Corintios 4:3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden esta encubierto; 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

El evangelio esta encubierto entre los que se pierden porque el diablo les tiene cegado el entendimiento. El diablo los mantiene a oscuras. Para ello hace uso de las religiones, las cuales enseñan un evangelio adulterado (Gálatas 1:7).
Aunque el velo del tabernáculo fue quitado, hay en ellos un velo que no les deja ver el camino hacia al lugar santísimo. Ese velo será quitado, cuando resplandezca en ellos la verdadera luz del evangelio.
Los creyentes salvos son los encargados de cargar las lámparas encendidas para alumbrar a muchos y que éstos puedan ver el camino al lugar santísimo. Ellos cargan la lámpara y el Espíritu Santo es el aceite que da la luz.
En 1 Samuel 4:2-11 se relata que los filisteos invadieron Israel. Cuatro mil hombres habían muerto; entonces los judíos recordaron que cuando llevaban el Arca a la batalla ganaban, así que la mandaron traer, pero perdieron la batalla, porque la lámpara se había apagado.
En 1 Samuel 3:1 se dan las razones por las cuales la lámpara de Dios se apagó: 1) la palabra de Jehová escaseaba”,  2) No había visión y 3) menospreciaban las ofrendas (1 Samuel 2:17).
Desgraciadamente, esa es una realidad actual. En la mayoría de las iglesias hay escases de la palabra de Dios. Por eso hay personas que tienen años de ir a una iglesia cristiana y sin embargo siguen con el velo, no les ha resplandecido el evangelio de salvación. Han escuchado por años la palabra del hombre pero nunca la palabra de Dios. Los cultos ya no son de enseñanza sino de motivación.
No hay visión de parte de Dios, sino falsa profecía. Y nadie toma en serio las ofrendas.
Hemos sido llamados, para que anunciemos a aquel que nos llamó, no para que estemos descansado en un sillón. Si queremos estar en la cena de las bodas, debemos andar con las lámparas encendidas, llevando el evangelio a toda criatura, como fue ordenado  (Marcos 16:15, 1 Timoteo 2:3-4).

Romanos 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.  10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

Las personas necesitan invocar al Señor para ser salvos, pero ¿cómo lo harán sino les llevamos el mensaje de salvación? ¿Cómo se van a salvar si nuestras lámparas están apagadas y ellos no pueden ver el camino al lugar santísimo? La luz de una lámpara solo puede brillar mientras ésta permanezca encendida. El evangelio se detendrá cuando la lámpara se apague.
1 Corintios 3:9 dice que somos labranza de Dios, colaboradores de Dios y que cada uno de nosotros debemos colaborar en la edificación de la iglesia, según el porcentaje de gracia que hayamos recibido.
Hay tres tipos de creyentes: 1) los que sobre edifican con oro, plata y piedras preciosas, 2) los que sobre edifican con heno, hojarasca y madera (1 Corintios 3:12)  y 3) los que no sobre edifican.
El oro, la plata y las piedras preciosas son materiales que el fuego no consume y  que representan la verdad absoluta de la palabra de Dios. El que edifique de esta manera producirá fruto y verá su obra levantarse.
Los que  sobre edifican con materiales que se queman  como el heno, la hojarasca y la madera no producirán fruto, su obra se quemará porque esos materiales son  la palabra del hombre que sustituye a la palabra de Dios.
Solamente el que edifique correctamente dará fruto y  estará  presente en la cena de las bodas del Cordero. Los demás no lo estarán, lo que significa que no serán arrebatados.
Cristo vendrá por su novia la iglesia, para llevarla a la cena de bodas (1 Tesalonicenses 4:16-17. La novia está compuesta por todos los  comprometidos con Cristo (las vírgenes). Pero de éstos, solo irán a la cena de bodas los que tengan las lámparas encendidas, o sea, aquellos que fueron prudentes  y sobre edificaron.

Apocalipsis 3:3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti…
3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

Jesus dice que nos acordemos de lo que hemos recibido. Que si no velamos y tenemos las lámparas apagadas, no nos daremos cuenta de su venida.  Y agrega, que únicamente el que venciere, se ganara el derecho de ser vestido con las vestiduras blancas que le permitirá estar en la cena de las bodas.
Si todos nos fuésemos en el arrebato, Jesús no haría esta advertencia. Únicamente el que vela y tenga la lámpara encendida será vestido con vestiduras blancas.
Incluso, Jesús amenaza con borrar del libro de la vida los nombres de los que no tengan las lámparas encendidas. Lo que quiere decir que muchos no irán a la cena y que otros muchos tampoco irán a la boda. Esto es algo serio.
Según leímos al principio en  Apocalipsis 19:8,  el vestido de lino fino que nos va a permitir estar en la cena de las bodas del Cordero simbolizan las acciones justas de los santos ¿Cuáles son esas acciones? Que sean acciones, nos hablan de actividad, nos hablan de hacer algo, nos hablan de no permanecer inactivos.

2 Corintios 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Dios nos encargó la palabra de reconciliación, somos embajadores en nombre de Cristo y debemos salir con las lámparas encendidas para alumbrar a muchos. Esas son las acciones justas de los santos.
Son “justas”, porque a través de ellas, las personas podrán ser “justificados de sus pecados” y alcanzar la salvación.
Yo puedo hacer muchas obras de misericordia, pero con esas obras las personas no son justificadas. Pero si les llevo la palabra de Dios, sí lo serán, esas son las verdaderas acciones justas de los santos.
La gran mayoría de pastores y evangelistas del mundo profetizan, echan fuera demonios, hacen milagros, pero enseñan una media verdad que termina convirtiéndose en mentira.
El que creyere y se bautizare será salvo” (Marcos 16:16, Hechos 2:38, Romanos 6:3-5), esa es la verdad. Esos pastores y evangelistas enseñan: “el que creyere será salvo”, una media verdad.
Esas medias verdades son acciones de maldad, porque favorecen al maligno. Lo mismo hacen los que no sobre edifican, cometen un grave pecado de omisión. “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”, dijo Jesús (Mateo 12:30).


Cuando creemos y nos bautizamos, somos revestidos de Cristo: ese es el vestido de lana. Jesús es la oveja que fue trasquilada para nuestra salvación (Isaías 53:7).
Ese vestido de lana lo recibimos por  gracia, por medio de la fe; no es algo que nos hemos ganados, es un regalo de Dios para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Es lo que Cristo hace por nosotros. Todos los creyentes bautizados han sido vestidos con el vestido de lana.
No debemos confundir el vestido de lana con el vestido de lino fino, porque  el segundo simboliza el fruto del creyente. Es lo que el creyente hace por Cristo. Ese vestido no lo gana Cristo para ti, sino que tú tienes que ganarlo y tiene como accesorio una corona.

Salmo 45:13 Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; De brocado de oro es su vestido. 45:14 Con vestidos bordados será llevada al rey

En el salmo 45 se mencionan los dos vestidos. En el verso 13 se dice que la hija del Rey tiene un vestido con brocado de oro. El oro simboliza a Jesús.
Todos los hijos de Dios llevamos puestos el vestido de lana con brocado de oro. El verso 14 nos habla de otro vestido, del que hay que ponerse para ser llevado ante el Rey. Este vestido es bordado punto a punto.
Cada persona que llevamos a Cristo es un punto de bordado en el vestido. No todos los creyentes bautizados se pondrán ese vestido sino únicamente los que participen en las acciones justas de los santos.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesus para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviésemos en ellas.

Por gracia somos salvos, por medio de la fe, no por obras. Eso dicen los versos 8 y 9 de Efesios. Nadie será justificado por sus obras. El vestido de lana, con brocado de oro, es que recibimos por gracia, sin obras de justicia. Pero el verso 10 menciona otro tipo de obras, las cuales Dios preparo de antemano para que andemos en ellas. Estas son las acciones justas de los santos. Son las obras que hacemos como embajadores del reino de Dios y que  nos dan el derecho de ponernos el  vestido de lino fino.
Podemos concluir que todos los creyentes bautizados portamos el vestido de lana, que nos garantiza que no iremos al infierno.
Pero,  el vestido de lino fino, el que garantiza que seremos arrebatados y estaremos presentes en la cena de las bodas del Cordero, lo portarán únicamente aquellos que han ido “bordando”  con sus acciones justas.
Los demás, aunque salvos, serán pasados por  el fuego (1 Corintios 3:15) de la gran tribulación

Unos, han velado y velarán hasta que el esposo venga. Mantendrán la lámpara encendida. Otros, dormirán, dejarán que la lámpara se quede sin aceite y no estarán preparados para la venida del Señor. Ese será el lloro y crujir de dientes....

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