lunes, 26 de junio de 2017

SABES POR QUÉ?

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El verdadero evangelio ha sido ocultado al mundo durante siglos y se ha enseñado y se continúa enseñando un evangelio adulterado (Gálatas 1:7). ¿Sabes por qué? Porque el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4).
Mientras que el evangelio de Cristo es un evangelio de perdón, los  evangelios de los católicos y de los evangélicos, son evangelios de condenación. Tanto en el catolicismo romano como en el cristianismo evangélico nos están vendiendo la imagen de un Dios duro y cruel, que está esperando que hagamos algo malo para castigarnos.
El evangelio de los católicos enseña que para poder ser salvos, debemos ser católicos, cumplir con los diez mandamientos de la ley de Moisés, estar confesándonos ante un cura, para que la muerte nos agarre santificados. Si morimos sin ser lo suficientemente “santos  como para ir al cielo, ni lo suficientemente “malos” como para ir al infierno, entonces nos vamos al  purgatorio” y los que se quedan en este mundo, tienen que sacarnos de allí, a punta de misas ¿Sabes por qué enseñan esas cosas? Porque no les ha resplandecido la luz del evangelio de Cristo.
El evangelio de los evangélicos enseña que no puedes tomar esto o aquello, no puedes ir a cantar a un karaoke, ni escuchar música del mundo y muchos menos darte una escapadita a bailar. También debes estar confesando los pecados, no sea que te mueras sin confesar alguno porque te condenas. Los pecados aumentan o disminuyen según el falso evangelio de cada denominación ¿Sabes por qué? Porque no les ha resplandecido la luz del evangelio de Cristo.
Entre los mismos hermanos de la congregación  se vigilan, para ver quién es más santo y quién menos pecador. La hipocresía es la reina de las iglesias ¿Sabes por qué? Porque no les ha resplandecido la luz del evangelio de Cristo.
Yo los reto a unos y a otros a que me digan ¿En qué lugar del evangelio están escritas esas cosas que enseñan?

Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…

¿Qué dice el verdadero evangelio de Cristo? Que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús ¿Entonces por qué me condenas hermano? ¿Sabes por qué? Porque el evangelio está encubierto para ti, no te ha resplandecido la luz de Cristo. Crees en Cristo pero no crees en el evangelio de Cristo y eres tan incrédulo como los que no creen en Cristo.

Hebreos 10:17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.

¿Qué dice el evangelio de Cristo? Que a Dios le dio amnesia espiritual y no se va a acordar nunca, o sea, por toda la eternidad, de nuestros pecados. Si Dios no se va a acordar de mis pecados ¿Sabes por qué tú si te acuerdas y me los vives recordando? Porque no te ha resplandecido la luz del evangelio de Cristo.
¿Sabes por qué  Dios no se va a acordar nunca de mis pecados? Porque  ya Cristo pagó por todos ellos y Dios no puede cobrar dos veces la misma deuda. 


Hebreos 10:18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.

¿Sabes porque ya no hay más ofrenda por el pecado? Porque Jesús ofrendó su preciosa sangre por nosotros y esa sangre fue suficiente para cubrir cada uno de nuestros pecados. Si creemos que debemos hacer algo para que Dios perdone nuestros pecados, estaríamos negando que Cristo pagó por todos ellos, entonces por demás murió Cristo y estaríamos desechando su gracia (Gálatas 2:21).
El evangelio de Cristo es el evangelio de la gracia ¿Sabes por qué? Porque gracia es lo que Dios nos da de manera gratuita e inmerecida, es lo que Dios y su hijo hacen por ti,  es lo que viene del cielo a la tierra, no es lo que tú haces.

Juan 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Jesús no vino a condenar al mundo, vino a salvarlo ¿Sabes por qué? Porque el mundo está condenado y no se puede salvar por sí mismo.

Romanos 5:19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Aunque nunca hayas cometido pecados, ya estás condenado, porque fuiste constituido pecador por la desobediencia de Adán. Pero, gracias a la obediencia de Cristo tú eres constituido justo. No fue algo de ti el ser constituido pecador ni es algo de ti el ser constituido justo.
Suponga que para Dios hay dos cajas, en una caja están los constituidos pecadores. A esta caja la llamaremos “la caja de Adán”. En la otra caja están los constituidos justos y a esta caja la llamaremos “la caja de Cristo”. Los que están en la caja de Cristo son llevados al cielo al morir, y los que están en la caja de Adán son llevados al infierno al morir. Ir al cielo o al infierno no depende de lo bueno o malo que eres sino de la caja en que te encuentres, es un asunto de posición.
Para entenderlo mejor,  vayamos al Éxodo. Dios ordenó a Moisés que sacrificaran un cordero y pusieran la sangre de ese cordero en los postes y los dinteles de las casas (Éxodo 12:7) para que el ángel de la muerte pudiera distinguir las casas de los judíos de las de los egipcios y no matara a sus primogénitos. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros” (Éxodo 12:13) dijo el Señor.
Al Señor no le importaba lo que las personas estaban haciendo dentro de sus casas, solamente diferenciaba unas de otras por la sangre. Así es hoy con nosotros, Dios solamente ve si la caja está manchada o no con la sangre de Cristo.  
Todos nacemos dentro de la caja de Adán porque todos somos hijos de Adán, pero ¿Sabes que dice el Evangelio? Que Jesús vino a dar su sangre para que seamos perdonados de nuestros pecados y podamos cambiar de caja, convirtiéndonos así en hijos de Dios. Lo único que nos pide es que seamos sepultados y resucitados con él a través del bautismo (Romanos 6:3-5, Marcos 16:16, Hechos 2.38, Hechos 22:16). Cualquier otra enseñanza no es el evangelio.

Romanos 5:20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

La ley de Moisés vino a tipificar los pecados y al tipificarlos, sobreabundó el pecado. Lo que eso quiere decir es que antes de la ley no era pecado mentir ni matar porque no había ninguna ley que lo dijera. Cuando la ley lo tipificó, es decir, dijo que eso era pecado, entonces eso fue pecado. Al tipificar tantos pecados, sobreabundó el pecado.
Es igual con las leyes humanas; el código penal dice que nadie puede ser juzgado por un delito que no esté tipificado en la ley. Antes no podían condenar a nadie por narcotráfico porque no estaba tipificado el delito de narcotráfico. Cuando se tipificó el delito de narcotráfico en la ley, entonces sobreabundaron los narcotraficantes.

Romanos 5:20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Pero ¿Sabes qué dice el evangelio? Que cuando sobreabundó el pecado, entonces sobreabundó la gracia. Suponga que un presidente viene y le ordena a su hijo morir por todos los delincuentes. Entonces emite una ley mediante la cual los perdona a todos porque su hijo pagó con su sangre por los delitos de todos ellos.
Eso es gracia y es lo que hizo Dios con su hijo Jesucristo. Por más grande que sean tus pecados, mayor es la gracia. Si no hubiera pecados no habría gracia ni perdón, pero al sobreabundar los pecados, sobreabundo la gracia. Eso es lo que dice el evangelio y es lo que se ha ocultado por los siglos.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

No es dejando de hacer esto o aquello que recibimos el perdón, no es por obras, es por gracia,  para que nadie se gloríe. La salvación no es un don de nosotros, no es algo que va de la tierra al cielo, es don de Dios, es algo que viene del cielo a la tierra.

Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Por medio de Moisés vino la ley de Moisés para acusar y condenar. Ese fue el viejo pacto que rigió hasta Jesucristo. Pero por medio de Jesucristo vino la gracia y la verdad, vino el nuevo pacto que ordenó perdonar los pecados de todos los hombres, porque Cristo había pagado por todos ellos, dejando sin eficacia el viejo pacto que contenía la ley.

Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Al Padre nadie lo vio jamás, pero Jesús le ha dado a conocer, porque él representa la imagen misma de Dios y esa imagen no es la de un fariseo acusador, sino la de un Dios perdonador. Por favor, quítate la venda religiosa para que puedas ver la luz del evangelio.
Muchos falsos hermanos se han introducido en el cristianismo para espiar la libertad que tenemos en Cristo y reducirnos a esclavitud (Gálatas 2:4) enseñando mandamientos de hombres  (Colosenses 2:22) en lugar del evangelio de Cristo.

Mateo 23:27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 23:28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

Jesús le daba permiso a la gente para celebrar la vida, a diferencia de los fariseos, doctores en la ley, religiosos, que aparentaban ser santos, pero por dentro estaban llenos de hipocresía e iniquidad.
Eso se sigue dando, las iglesias, están llenas de fariseos que enseñan su propio evangelio. ¿Qué había en el Señor Jesús, que no permitió que el evangelio de los fariseos lo contaminara? Jesús no señalaba a los pecadores, sino que comía y bebía con ellos. Estaba tan lleno de gracia y de verdad que no tenía lugar para acusaciones ni señalamientos ¿Y qué hacían los fariseos? Ellos lo señalaban de comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores (Lucas 7:34) ¿Sabes por qué? Porque la luz del evangelio de Cristo no les había resplandecido.
Juan 1:14- Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 1:15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Jesús estaba lleno de gracia y de verdad y de su plenitud tomamos todos, gracia sobre gracia, o sea, gracia sin límites. No tenemos que vivir de acuerdo a los falsos evangelios de los religiosos, sino de acuerdo al evangelio de la gracia, libres de todo tipo de acusaciones y señalamientos.
Usted no es salvo porque va más a misa o a los cultos que otros, o porque ore más que otros, ni porque ya no toma o no fuma. Usted es salvo porque Dios ha depositado su gracia y Cristo lo ha lavado con su sangre.
Jesús no condenó a la mujer adúltera como hicieron los escribas y fariseos, sino que la perdonó (Juan 8:3-11). Los falsos evangelios como el de los escribas y fariseos se siguen enseñando hoy en día dentro del cristianismo, creando en el hombre una mentalidad dual de ley y gracia. Estos falsos evangelios enseñan tenemos que hacer algo para ser salvos o para mantenernos salvos,  pero eso no es gracia, esas son obras, y las obras y la gracia no caminan juntas:

Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

O es por gracia o es por obras, si hay obras de por medio, entonces no es gracia y si es por gracia no hay obras ¿Qué más claro que esto? O estás en la caja de la gracia o estás en la caja de las obras, no puedes estar en ambas cajas a la vez.
La ley te bendecía si hacías algo bueno, pero te maldecía y te castigaba si hacías algo malo, la ley dependía de ti. Pero la gracia no depende de ti, depende de Dios, es lo que Él te la da de manera gratuita y sin condiciones.
Los falsos evangelios enseñan a obedecer a Dios por temor, pero el verdadero evangelio enseña, que obedecemos por amor a aquel que nos perdonó.

Juan 8:32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

¿Cuál es esa verdad? Que ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). Al conocer esa verdad, te liberas de la religión, te liberas de la culpa y te liberas del pecado.
Debes tener en claro, que en el evangelio de la gracia, la fe vino a sustituir la ley. La ley nos demandaba a cumplir con una larga lista de requisitos. La gracia nos demanda a tener fe, aunque sea del tamaño de una semilla de mostaza.

Romanos 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

La ley se cumple en Cristo. En Él somos justificados por la fe, no por las obras que exigía la ley. Hay gracia suficiente, para que usted sea transportado del legalismo farisaico a  la gracia maravillosa.
Los falsos evangelios han encubierto al verdadero evangelio, haciendo que las personas vivan inseguras de su salvación. El verdadero evangelio enseña, que ya Dios lo ha provisto todo, a través de la persona de Jesucristo.
Muchos falsos maestros viven pregonando que hay que pactar con Dios. Le ofrecen dinero a Dios para que les de la gracia. Esto solo lo puede enseñar un falso evangelio, porque el verdadero evangelio enseña, que la gracia no se compra ni se negocia. Si lo haces, estás dándole una patada a la gracia.
Los religiosos, al igual que los fariseos se alimentan de la inseguridad de la gente. Por esa razón, Cristo confrontó a los segundos, llamándolos «Tumbas blanqueadas, nubes sin agua, hipócritas, serpientes», porque el resultado de su servicio era motivado por la culpa y la vergüenza, y no por el fluir de un corazón agradecido por lo que Dios había hecho por ellos. Los satisfacía el orgullo farisaico que se concentraba en la constante vigilancia del bien y del mal.
El sistema religioso siempre señala, mide su espiritualidad con la del otro. Si oras más que otro y vas al culto más que otro, entonces eres más espiritual, porque estás haciendo más. O si pecas menos que otro, entonces eres más espiritual.
Eso no es el evangelio porque nuestra medida es Cristo y si nos medimos con él, nos damos cuenta que jamás podríamos alcanzarlo. No tenemos que tratar de ser como Cristo, sino comprender que ya somos todo lo que él es (1 Corintios 1:30), eso sí es el evangelio.

Gálatas 3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

Cuando nos bautizamos, Dios nos cambia de caja, nos quita la ropa de Adán y nos reviste con la ropa de Cristo. No tienes que hacer nada, solamente creer el evangelio y bautizarte (Marcos 16:16). Muchos no se bautizan porque no creen el evangelio.
Muchas familias han sido destruidas, matrimonios quebrados, hijos reprimidos que hoy están en el mundo, como consecuencia de un falso evangelio que impide disfrutar la vida. Dios quiere que usted disfrute tanto de su familia como de su vida.

Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Jesús no vino a reprimirnos ni a quitarnos la vida, por el contrario vino da darnos vida y vida en abundancia, lo que significa calidad de vida y larga vida. Es el diablo el que nos quiere matar, el que nos quiere destruir, el que nos quiere limitar a que tengamos calidad de vida.
Si yo preguntara: ¿Por qué crees que Dios los ama? Muchos responderían: “Yo creo que me ama porque voy a la iglesia”, o “Yo creo que me ama porque lo busco”, o “Yo creo que Dios me ama porque doy mucho dinero a la iglesia”.
Todas esas respuestas vienen de personas que no han visto la luz del evangelio de Cristo. Dios no te ama por lo que haces o dejas de hacer, Dios te ama porque te ama, su amor es tan grande que mandó a su hijo a morir por ti. Eso se llama amor ágape, que es amar sin esperar nada a cambio.
Los que creen que la salvación depende de todo lo que hacen o no hacen, es porque que la luz del evangelio no les ha resplandecido y que está encubierto para ellos.
Si usted va a la iglesia por temor a ser castigado, no sirve que haya ido. No se congregue para cubrir su cuota. Pero si usted va porque siente la necesidad en su corazón de ir a expresarle a Dios su amor, bien hace.
El amor de Dios es tan grande que nos ama siempre. Nos ama cuando tenemos dinero para ofrendar y cuando no tenemos. Nos ama cuando estamos gozosos y cuando estamos deprimidos.
Hay personas que creen que cometieron tantos pecados,  que no es posible que queden perdonados en un segundo. Pero cuando lleguen ante la presencia de Dios y le pregunten: “Señor, ¿te acuerdas del pecado que cometí en aquella oportunidad?”. Él le dirá: “¿De qué pecado me hablas? Yo prometí que nunca más me acodaría de ellos
Lamentablemente, tenemos la capacidad de guardar el recuerdo de nuestros propios pecados con fecha, les ponemos anotaciones, y sabemos quién estaba y quién no. Recordamos la hora del día en que pecamos y qué era lo que estaba sucediendo en nuestra vida en esos momentos.
Si eres parte de un sistema religioso donde no puedes ser tú mismo, sal corriendo de ese lugar.

Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Este versículo comienza diciendo: «a los que le recibieron», para dejar bien en claro que para ser hechos hijos de Dios, no hay nada que dar. El único requisito es recibir.
Imagine a Cristo cuando llamó a los discípulos y les dijo: «Síganme». No les pidió ninguna condición para calificarlos, los llamó por gracia.
El término bíblico de la palabra «gracia», expresa la idea de «favor condescendiente». Quizás podemos comprender mejor la idea al pensar en un hombre que se encuentra en el camino con el carruaje de un Rey. Éste se detiene y sale de su carruaje para bendecirlo, eso es gracia. Es extenderle favor a uno que no se lo merece y que nunca podrá ganárselo. Nunca se pedirá que le pague. Aun si tratara, no podría. Es más, tratar de pagarla es un insulto al que la da.

Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Este versículo debería ser puesto en la puerta de todas las iglesias, para que sus falsos evangelios queden al descubierto. Este versículo dice claramente que si tratamos de justificarnos por la ley, es decir, por tratar de cumplirla, entonces nos desligamos de Cristo y caemos de la gracia, regresamos a la caja de Adán.
En las iglesias enseñan todo lo contrario ¿Sabes por qué? Porque a sus pastores no les ha resplandecido la luz del evangelio, sino que sigue encubierto entre ellos por incrédulos.

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Nadie se puede salvar por sí mismo porque todos pecamos y todos estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). No hay excepciones. Pecó Pedro, pecó Pablo, pecó María, pecó José, pecó Moisés, pecó David, todos absolutamente todos pecaron. Pero un día, en el eterno pasado, en la corte celestial, el Hijo se levantó y dijo: «Yo ocuparé el lugar de los pecadores». Jesús no cometió pecado pero pagó por los míos y los tuyos en la cruz del Calvario.

Efesios 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Nosotros éramos los que debíamos ser castigados, los que tendríamos que haber pagado por nuestros pecados y haber sido enjuiciados,  pero allí estaba el Hijo. Él tomó nuestro lugar, Él fue la propiciación por nuestros pecados. Y después que resucitó al tercer día, introdujo la gracia maravillosa.
Porque el amor y la misericordia no podrían operar en gracia hasta que hubiera una completa provisión por el pecado, que solo se encuentra en Cristo.
El secreto de una vida santa, gozosa, libre y productiva, descansa en el conocimiento de la gracia. Si no conoces la gracia ni tu posición en Cristo, vivirás inseguro y condenado.
Debes saber que tu salvación es eterna, de lo contrario Cristo tendría que volver a morir en la cruz una y otra vez. Si eres salvo, lo eres para siempre, al menos que renuncies a la gracia.
Espero que este pequeño estudio te haya llevado la luz suficiente para que te resplandezca el evangelio de Cristo y puedas gozar la vida de Gracia que Dios te ha dado.








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