MUJERES PASTORAS ¿SÍ O NO?
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Me consultan ¿Por
qué la iglesia católica
no permite que haya mujeres
sacerdotes, mientras que la iglesia evangélica sí permite que mujeres pastoreen sus congregaciones ¿Qué dice la Biblia? ¿Quién está errado y quién tiene la razón?
Timoteo 2:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar
en silencio.
Dios ha dicho: “No permito a la mujer
enseñar” ¿Le está prohibido a la mujer enseñar? Claro que no, lo
que le está es prohibido es “subirse a un
púlpito a enseñar” ¿Por qué? Porque eso le corresponde al varón, que es “la
cabeza” de la congregación y el responsable de la enseñanza de la “doctrina de Cristo”.
¿Cómo lo sabemos? Por el
contexto. Al leer toda la carta de Pablo a Timoteo podemos visualizar que le está
dando las instrucciones con respecto a la oración, la vigilancia frente al
error doctrinal, la administración de la congregación y el servicio
pastoral.
Pablo le dice
claramente que “las cabezas” de las
congregaciones, llámense obispos o pastores deben ser “maridos de una sola mujer”, o sea que está hablando de “varones” que tengan una sola esposa, es decir que no sean
polígamos. También deben “irreprensibles,
aptos para enseñar”, o sea con suficiente
conocimiento (no neófitos) de la sana
doctrina y facilidad de palabra,
entre otras cosas (1 Timoteo 3:2-4)).
“No permito
a la mujer enseñar”, significa que la mujer no puede ser la responsable
de la enseñanza de la doctrina de Cristo en la congregación, porque esa
responsabilidad es de “las cabezas”
de la congregación, y las cabezas son los varones.
Pero no sólo a las mujeres les está prohibido ser cabezas de las
congregaciones, también está prohibido a los neófitos, a los solteros, a los muy jóvenes, a los dados al vino, a los pendencieros, a los que tengan
más de una esposa y a los codiciosos entre otros.
LAS RAZONES DE LA PROHIBICIÓN
El versículo dice: “no
permito a la mujer enseñar”, pero en seguida agrega “ni ejercer dominio sobre el
hombre, sino estar en silencio” (1
Timoteo 2:12).
Aquí
se van aclarando las cosas, la mujer no puede tener dominio sobre el hombre
porque el hombre es la cabeza. Que la mujer sea la encargada de la enseñanza en
la congregación, eso sería usurpar el lugar que Dios le dio al hombre.
La
mujer debe estar en silencio,
o sea, “no puede oponerse” a las
enseñanzas que da su pastor, quitándole la autoridad de la enseñanza. Si no está de acuerdo con la enseñanza del
pastor, es porque no lo ve como su autoridad.
1 Timoteo 2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
Ahora, las
razones que Dios da para que una mujer no sea la cabeza de la congregación son en primer
lugar: porque Adán fue formado
primero, después Eva.
Para justificar
su mandamiento, Dios nos remite al principio
de la creación y nos hace
ver que es un asunto de jerarquía y de
autoridad, se
trata de quien ejerce el dominio.
Génesis 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea para él.
Dios hizo a la mujer como una ayuda idónea
para el hombre, no hizo al hombre como una ayuda idónea para la mujer. Entonces,
en la iglesia el hombre es la cabeza y la mujer es su ayuda, no al revés.
Las mujeres pueden
tener otros cargos
pero nunca ser cabezas de la congregación.
1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer,
y Dios la cabeza de Cristo.
Dios es la cabeza
de Cristo, Cristo es la cabeza del
hombre y el hombre es la cabeza de la mujer; no
se pueden invertir
las cosas. Primero
Cristo, luego fue formado el hombre y por último la mujer.
Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque
no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido
establecidas. 13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Las jerarquías y
las autoridades fueron establecidas por Dios y se respetan. Si no hubiera autoridades ni jerarquías, todo
sería un caos. Que la mujer sea la
cabeza del hombre es como si el hombre fuera la cabeza de Cristo.
Que una mujer sea la
cabeza de una congregación y tenga a su cargo la enseñanza de la doctrina de
Cristo, es oponerse a la autoridad de Dios
y eso es acarrear condenación,
porque eso significar “usurpar
la autoridad del varón”.
Satanás quiso
usurpar la autoridad de Dios y de Cristo, y ahora usa a las mujeres pastoras
para hacer exactamente lo mismo.
Dios estableció que tanto en el hogar como en la iglesia,
donde sea, la cabeza es el hombre. Cuando Jesús estuvo en la
tierra, solamente escogió varones para que
fueran sus apóstoles, no escogió mujeres.
Efesios 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor; 5:23 porque el marido es cabeza
de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo,
y él es su Salvador.
5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo,
así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
La mujer debe sujetarse
al marido, así como el varón se sujeta a Cristo porque
el varón es la cabeza
de la mujer.
La doctrina del
pastorado femenino viene de Satanás, que
usa el Movimiento Feminista para
oponerse a lo establecido por Dios.
Ese Movimiento afirma que la prohibición de que las mujeres sean las encargadas de la sana
doctrina la dio Pablo y no Dios.
Argumentan que Pablo era machista, como lo eran todos los varones de su época.
Pero, en su época,
ya Pablo había sido cuestionado por lo mismo, y su respuesta fue: “Si alguno se cree profeta, o espiritual,
reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor” (1 Corintios 4:37)
Si te crees profeta o espiritual, debes
reconocer que la prohibición para que la mujer sea la cabeza de la congregación
viene de Dios y no de Pablo. Ni
siquiera los apóstoles de Jesús dudaron de Pablo, sino que lo reconocieron como
uno más de ellos.
1 Timoteo 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada,
incurrió en transgresión.
La otra razón que da Pablo de parte de Dios para que la mujer no
ejerza el pastorado, es que fue
ella la que fue engañada y no Adán. La mujer por su carácter inocente es más dada a ser engañada, la mujer cree más en lo que otros
dicen.
La mujer no
solamente fue engañada, sino que hizo a
su marido caer en transgresión,
demostrando ante Dios dos cosas, 1)
que era fácil presa del engaño, y 2) que tiene las armas de seducción para hacer que el que el hombre
caiga.
Dios dicto
sentencia: “no permito a la mujer enseñar”,
es decir no puede dirigir la enseñanza,
porque la mujer es más dada a adulterar la escritura y además de ello, seducir
a otros para que caigan en el engaño.
Esto ha sido así desde el
principio: “Y mandó Jehová Dios al
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal
no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17).
Observe que Dios le dijo
a los dos habitantes del jardín del edén que podían comer de todo árbol del
huerto, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal para que no
murieran.
Ahora, note lo que le
dijo Eva al diablo: “Del fruto de los
árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio
del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”
(Génesis 3:2-3)
Eva le dijo a Satanás que
no podían comer ni tocar el árbol prohibido porque moriría; ella dio a entender
que con solo “tocar” el árbol
prohibido morirían, adulterando con ello la palabra de Dios.
Desde el principio la
mujer modificó la palabra de Dios a su antojo, porque por naturaleza la mujer cambia
las palabras o modifica lo que se le dice. No solamente la mujer, muchos
hombres también lo hacen, pero fue la primera en hacerlo, así que Dios mejor
tomó precauciones.
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros
sois uno en Cristo Jesús.
Los defensores
del pastorado femenino también toman como caballo de batalla el anterior versículo para hacer ver que las mujeres “son en todo iguales que los varones”,
por lo tanto pueden ser cabezas de las congregaciones y administrar la enseñanza
de la palabra de Dios.
Pero usar el
anterior versículo de manera aislada para defender su postura solo demuestra
que no han entendido la palabra de Dios, o que la usan de manera mal
intencionada.
Si leemos el
contexto podemos entender claramente que ya no hay esclavo ni libre, ni varón
ni mujer, porque todos somos iguales en Cristo,
para
efectos de salvación. Pero,
el esclavo siguió siendo esclavo, el griego siguió siendo griego, el libre siguió
siendo libre, el varón siguió siendo varón, la mujer siguió siendo mujer y el hombre siguió siendo la cabeza; las
diferencias continuaron.
En Efesios Pablo
le dice a las mujeres que se sujeten
a sus maridos (Efesios
5:22) y a los esclavos que se sujeten a sus amos (Efesios 6:5). ¿Por qué diría esto si todos eran iguales?
Porque somos
iguales únicamente para efectos de salvación. Todos los que hemos creído y nos hemos
bautizado, somos hijos de Dios, seamos varones o hembras, judíos o griegos, esclavos o
libres, no hay diferencia. Pero el
varón siguió siendo varón y siguió siendo la cabeza de la mujer.
Todos los creyentes bautizados tienen derecho a la salvación, pero no todos pueden ser obispos o
pastores, sino únicamente los que cumplan con los requisitos ordenados por Dios y uno de ellos es ser varón.
Las instrucciones que Pablo
da para ser cabeza de la congregación no
son opcionales sino obligatorias. Pablo no dice “que un obispo
no debería ser neófito o que
no debería ser dado al vino o que no debería ser
mujer”, lo que dice es que no pueden
serlo.
Además, todas las
cartas, las de Timoteo las de Corintios y la de Efesios fueron escritas en la
misma época y por la misma persona. Pablo no le iba decir a Timoteo
una cosa, otra a los corintios y
otra a los efesios.
Los defensores
del pastorado femenino sostienen además, que en la época de Pablo, no existía la prohibición, porque en algunas epístolas
se mencionan nombres de mujeres.
Nuevamente se equivocan,
si bien es cierto, que en las
epístolas se mencionan a Evodia, Síntique,
María, Trifena, Trifosa,
Pérsida, entre otras mujeres, también se dice que “eran sus colaboradoras”, pero no se dice EN NINGÚN LUGAR que fueran
cabezas de alguna congregación, ni que tuvieran a su cargo la enseñanza.
Debe quedar claro
que en la Biblia, a las mujeres no les está prohibido profetizar ni hablar en lenguas ni colaborar en la Iglesia, lo que les está
prohibido es ser cabezas de una congregación y tener a su cargo la enseñanza de
la doctrina de Cristo. Posiblemente esas
mujeres que se mencionan en las epístolas eran diáconos.
Dios no es un dios de la anarquía,
es un dios de orden y para que exista el orden, existen las autoridades, los jefes, las cabezas. Aunque
Pablo reconoce, que para efectos de salvación, la mujer tiene el
mismo derecho que el hombre, argumentando sobre la base del Génesis
hace notar que la mujer está bajo la autoridad del hombre y debe estar
subordinada.
De esa manera
hace ver, que el hombre es la autoridad de la mujer, Cristo la autoridad del varón y Dios Padre la autoridad de Cristo. Ni siquiera Cristo
tiene el mismo status del Padre sino que le está subordinado. En la tierra,
después de Cristo,
la cabeza es el varón y en la organización de las iglesias, las cabezas
son varones.
Está escrito en Romanos 13 que nadie puede revelarse
contra las autoridades porque fueron establecidas por Dios. Cualquier mujer que
tenga a su cargo la enseñanza de la doctrina en una congregación, ejerciendo el
pastorado, se ha rebelado contra lo establecido por Dios y lo resiste,
trayendo condenación para sí misma.
Estas pastoras
son desobedientes a la palabra de Dios; y el que sigue a un desobediente es tan desobediente como el desobediente. Dios ordenó que nos sujetemos a varones no a mujeres.
Si te sujetas a una mujer eres desobediente y acarreas condenación
para ti mismo.
En el hogar, la
autoridad es el padre, cuando esa autoridad se pierde el hogar deja de ser hogar y se convierte en un lugar imposible de convivir,
así sucede en la iglesia.
Los sindicatos,
son ejemplo de rebelión a la autoridad de Dios; igualmente lo es la liberación femenina.
La palabra de
Dios nos enseña que la mujer no puede usurpar
la autoridad del hombre, que no debe entrar en la esfera de la
actividad para la que está llamado el hombre.
Que el ave no trate de vivir bajo el agua, que el pez no trate de vivir sobre la tierra seca, que la mujer no ejerza autoridad sobre el varón y le usurpe su ministerio de enseñanza.
1 Timoteo 3:8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no
dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 3:9 que guarden el
misterio de la fe con limpia conciencia. 3:10 Y éstos también sean sometidos a
prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 3:11
Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en
todo.
La mujer no puede
ser la cabeza de la congregación pero si puede ser ayuda del varón y ejercer
como diácono. También puede profetizar y ejercer otras funciones, como ya lo comentamos.
SE SALVARÁ ENGRENDRANDO HIJOS?
1 Timoteo 2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe,
amor y santificación, con modestia.
Tampoco
malinterpretemos este versículo. No es que la mujer se salve
por engendrar hijos, porque entonces toda madre sería salva y no
necesitaría de Cristo.
Como todo varón,
la mujer, para ser salva debe creer y bautizarse (Marcos 16:16). Lo que les
está diciendo Dios, es que se dediquen a su hogar, permaneciendo
en amor, fe y santificación. Los que
Dios les está diciendo es que dejen los asuntos de la congregación a los varones.
Hay miles de hogares destruidos por mujeres que dedican el tiempo que deben dedicar a sus hijos y a
sus esposos por estar metidas en las congregaciones.
Dios no quiere esto, Dios las quiere en sus casas cumpliendo
con una labor que solo ellas pueden a cabalidad.
Volvamos a la
pregunta inicial ¿Por qué la iglesia católica
no permite que haya mujeres
sacerdotes, mientras que la iglesia evangélica sí permite que mujeres pastoreen sus congregaciones ¿Qué dice la Biblia? ¿Quién está errado y quién tiene la razón?
De
acuerdo con lo estudiado, la iglesia católica tiene la razón, pero, solamente en el sentido de que ninguna mujer puede ser
la cabeza de la congregación y tener a su cargo la enseñanza de la doctrina de
Cristo.
La
iglesia católica está errada con el asunto del sacerdocio, no solamente le está
prohibido a las mujeres ser sacerdotes, sino también a los varones.
En
el antiguo testamento el sacerdocio era exclusivo para la tribu de Leví del pueblo judío. Ni siquiera los de
otras tribus podían ser sacerdotes, mucho menos los gentiles.
En
el nuevo testamento no existen sacerdotes
humanos porque el sacerdocio de Leví fue sustituido por el sacerdocio
eterno de Cristo. Él es el único sacerdote según la orden de Melquisedec
(Hebreos 5:6) y “el único mediador
entre Dios y los hombres” (1
Timoteo 2:5). Pero eso es materia para otro estudio.
¿Mujeres
pastoras? ¿Sí o no? La palabra de Dios dice que no.
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