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ACERCA DE JESÚS
Algunas personas creen en Dios, pero no creen que la Biblia sea la
palabra de Dios. Aunque los cristianos no necesitamos evidencias externas para
creer que sí lo es, porque las evidencias están en nuestro espíritu, ofreceremos algunas
pruebas para los incrédulos. Al final, eso será de provecho para unos y para otros.
CONDICIONES
Un libro que venga de Dios tendría que cumplir
algunas condiciones básicas: Debería tener la norma más alta de moralidad;
debería hablar acerca de Dios, de su propósito
en la creación del hombre,
de la solución a nuestros problemas y de nuestro destino después de la muerte. Además, debería estar disponible para todas
las razas y para todas las clases sociales ¿Cuál libro cumple con esos
requisitos? Sabes que solamente hay un libro que cumple con esas esas
condiciones y ese libro es la Biblia. Si no lo sabes, es porque no lo has leído
y porque no sabes nada de estadísticas ni de historia.
Todos los libros de ética escritos
por los hombres enseñan a vencer el mal por medios humanos, pero la Biblia dice
que eso es imposible, que para ello se necesita el Espíritu Santo.
Solamente la Biblia
nos habla acerca
de Dios, de la razón por la que creó al
hombre, de todos los problemas del hombre
y de
las soluciones a esos
problemas, y del destino de aquel que no cree en su Hijo Jesucristo.
La Biblia
ha sido traducida a aproximadamente dos mil idiomas.
Más de dos mil millones de bíblicas han
sido distribuidas a una población mundial.
Esto significa que la mayoría de las personas sobre la faz de la tierra han tenido la oportunidad de leer la Biblia.
Como pueden ver, hay solamente un libro que ha logrado tal hazaña, y que lo haya logrado no casual,
es Dios moviendo los hilos para que eso suceda, ya que es su voluntad es que todos los
hombres sean salvos llegando al conocimiento de su verdad (1 Timoteo 2:4), y esa verdad se
encuentra únicamente en la Biblia.
SUS ESCRITORES
La manera
en que la Biblia fue escrita prueba que ella es la
Palabra de Dios. La Biblia no fue escrita por Dios en el cielo y enviada al hombre, ni fue escrita
por un solo hombre. Se necesitaron aproximadamente mil seiscientos años para terminar
la Biblia, y fue escrita
por más de cuarenta personas.
Los muchos escritores de la Biblia
tenían vidas muy diversas. David y Salomón fueron reyes. Daniel fue gobernador. Esdras fue sacerdote. Moisés fue general, arquitecto y un gobernador que se convirtió
en pastor. Pablo era fariseo, doctor en la ley. Mateo fue cobrador de impuestos. Pedro y Juan fueron pescadores.
Las profesiones, el conocimiento, las personalidades, las perspectivas, las culturas y los hábitos de los escritores eran muy diferentes ¿Cómo es posible que más de cuarenta
personas de distintos
lugares y con diferentes oficios
tomen mil seiscientos años para escribir
un libro sin que éste sea incoherente o se contradiga ¿Se habrá escrito otro libro como éste?
Tiene que haber sido el Espíritu
de Dios quien
guió a estos cuarenta escritores a escribir un libro
en un periodo de mil seiscientos años, el cual tiene un pensamiento central,
un comienzo, un desarrollo y una conclusión.
Los libros de medicina o de cualquier otra
materia escritos hace algunos años no coinciden con los libros escritos en la
actualidad, todo ha cambiado. Con la Biblia es diferente, lo escrito para los
ciudadanos de hace cientos de años es totalmente
aplicable a los ciudadanos actuales.
La Biblia contiene
una crónica de la historia humana, si la Biblia hubiera sido escrita por el hombre, nunca habría incluido
las obras pecaminosas de sus antepasados. Las personas hablan
de las obras pecaminosas de los demás, pero no de las de sus propios antepasados. La Biblia es transparente, habla que el rey David mandó matar a un soldado para
quedarse con su esposa. Nos cuenta que Pablo
perseguía a los cristianos para matarlos. Nos dice que Pedro traicionó al Señor, que Moisés desobedeció a Dios y fue
castigado con no entrar a la tierra prometida, y muchas cosas más. La Biblia no
esconde nada, siempre narra la verdad.
Nadie ha podido probar como
desaparecieron los dinosaurios, en
cambio la Biblia nos dice que hubo un diluvio que acabo con todas las criaturas
(Génesis 6).
Nadie ha podido probar como fue la creación. Sin embargo la Biblia nos
relata la creación con lujo de detalles (Génesis
1). Nadie puede explicar una serie de sucesos paranormales, sin embargo la
Biblia los explica claramente y los atribuye a los ángeles o a los demonios.
Nadie sabe de dónde vinieron los gigantes.
Sin embargo la Biblia nos dice que los gigantes nacieron de la unión entre los
hijos de Dios (ángeles caídos) y las hijas de los hombres, eran mitad ángeles y
mitad hombres. (Génesis 6:2).
Además, la mayoría de los hechos históricos de la Biblia, han sido ratificados por la arqueología. Muchas
personas han cambiado su perspectiva con respecto a la Biblia como resultado de
la investigación arqueológica. Pero, no
solamente nos cuenta el pasado, también
nos revela el futuro.
Isaías 46:9-10 Acordaos de las cosas
pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, ni
nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era
hecho; que digo: "Mi plan permanecerá y haré todo lo que quiero.
Que la Biblia nos cuente el futuro, aunque fue escrita por hombres, es
una muestra que fue inspirada por Dios, porque solamente Dios conoce el pasado remoto y el futuro. Por ejemplo, Moisés relató lo que había sucedido en el pasado
antediluviano. Eso lo escribió en Génesis.
Isaías, quien vivió muchos años
antes de que Jesús naciera, relató detalles de su crucifixión (Isaías 53) que se cumplieron a
cabalidad. El Rey David, quien vivió 1.00o años antes de Jesús, dio también una
descripción de esa crucifixión (Salmo
22:12-18). Como si eso fuera poco, la crucifixión como medio de ejecución
ni siquiera se había inventado en esa época. ¿Cómo cree usted que pudo David
dar una descripción como ésta?
Daniel quien vivió 500 años antes de Jesús, profetizó que
un rey daría la orden de que se reconstruyera el templo de Jerusalén y que de
esa orden hasta el Mesías pasarían 483 años
(Daniel
9:25-26) y todo se cumplió al pie de la letra.
El rey Artarjerjes emitió el decreto para la reconstrucción (Nehemías 2:1-8) en el año 444 A.C. Como en aquella época eran años lunares de 360
días y no de 365 como lo es actualmente, entonces debemos multiplicar esos 483
años por 360 días. El resultado es de 173.880 días y según los incrédulos
científicos, esto nos lleva al día 30 de marzo del año 33 d.C. ¿Qué sucedió ese
día? Ese día, nuestro señor Jesucristo, entró a Jerusalén, montado sobre un
asno y los judíos lo aclamaron como el Mesías (Juan 12:12-16). Daniel profetizó también que después de esos 483
años le quitarían la vida al Mesías y que Jerusalén sería nuevamente detruida.
A Jesús le quitaron la vida tres días después de que se cumplieron esos 483
años y 40 años después Jerusalén fue destruida.
Con esas profecías cumplidas a cabalidad ¿Cómo dudar que la Biblia es
la palabra de Dios.
El señor Peter Stoner en su
libro “Science Speaks” dice: “Hallamos que la probabilidad de que cualquier
hombre que hasta ahora haya vivido pudiese haber cumplido ocho profecías es de
1 en 1017”.
Para ayudarnos a comprender lo abrumadoramente bajo de esta
probabilidad, Stoner la ilustra suponiendo que "tomamos 1017 dólares de
plata y los repartimos sobre el estado de Texas. Cubrirían todo el estado con
una profundidad de 60 centímetros. Ahora, marcamos una sola de las monedas y la
mezclamos bien con las otras, en todo el estado. Cubrimos los ojos de un hombre
y le decimos que puede viajar tan lejos como quiera, pero tiene una sola
oportunidad para levantar una moneda y que sea la marcada. ¿Qué probabilidad
tendría de acertar? Exactamente la misma probabilidad que hubiesen tenido los
profetas de escribir estas ocho profecías y que todas ellas se cumpliesen por
azar en un mismo hombre cualquiera.
En Jesús se cumplieron más de 300 profecías y es muy evidente que
Jesús no cumplió las profecías por accidente. Y es evidente entonces, sin
ningún lugar a dudas, que la Biblia es la palabra de Dios.
Isaías 46:9-10 dice, "Acordaos de
las cosas pasadas desde tiempos
antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, ni nada hay semejante a mí,
que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún
no era hecho; que digo. Mi plan permanecerá y haré todo lo que quiero."
Solamente Dios conoce el futuro y el pasado. Él tiene un plan y el
mismo debe cumplirse. Y se ha ido cumpliendo para dejarnos claro que la Biblia
es la palabra de Dios.
Una profecía debe cumplir
los cinco criterios siguientes: 1) debe ser anunciada
antes de que las cosas sucedan; 2) debe ir más allá de la previsión
humana; 3) debe dar detalles; 4) el tiempo entre la profecía
y el cumplimiento debe ser lo suficientemente largo como para que el cumplimiento no sea de manufactura humana;
y 5) el cumplimiento debe manifestarse claramente. Prosigamos a ver algunas
de las profecías bíblicas
que ya se cumplieron.
ACERCA DE JESÚS
Ya hablamos en cuanto a Cristo, más de 300
profecías cumplidas: en cuanto a Su divinidad
(Is. 4:2a; 6:1, 3; Mi. 5:2), en cuanto a Su humanidad
(Is. 4:2b; Sal. 45:7),
Su encarnación (Is. 7:14; 9:6), Su juventud
(Is. 53:2a; Os. 11:1), Su apariencia (Is.
52:14; 53:2), Su sufrimiento (Is.
53:3, 8, 10), Su vivir
(Is. 42:1-4), Su muerte
(Is. 53:5-10, 12; Dn. 9:26), Su sepultura (Is. 53:9), Su resurrección (Sal. 2:6-7), Su ascensión (Is. 52:13).
Todas estas profecías fueron hechas entre
los años 4000 a. C. y 700 a. C. La primera profecía
acerca de la venida de Cristo fue dada por Dios a Adán en Génesis 3:15, inmediatamente después de la caída del hombre. Esto se escribió alrededor de 1,500 años antes de que Cristo viniera. A excepción de las profecías que hablan del Apocalipsis y de la segunda venida de Cristo, todas las demás profecías acerca de Cristo
se ha cumplido al pie de la letra.
También se dieron muchas profecías acerca de los hijos
de Israel y la nación de Israel: la formación de la nación (Gn. 15:5; 18:18), la esclavitud del pueblo (Gn. 15:13-14,
Éx. 3:8-10), el éxodo (Gn
15:13-14), la posesión de la buena tierra (Gn. 12:7; 15:18; Dt. 11:8, 24),
la edificación del templo (2 7:12-13), la degradación (Dt. 31:29), la destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén (Jer. 26:6; 27:11-22), la cautividad en Babilonia (Jer. 25:8-11), la reedificación del templo y de la ciudad de Jerusalén (Dn. 9:25a), la destrucción del templo y de la ciudad una vez más (Mt. 24:2; Lc. 19:41-44), la restauración de la nación (Mt. 24:32), la toma de la ciudad nuevamente (Jer. 16:14- 15; 23:3; 29:10; 30:1-3; Lc. 21:24), la reedificación del templo (Dn. 11:31), la salvación proveniente de Emanuel (Gn. 3:15; Is. 7:14).
La profecía acerca de la nación de Israel se habló por primera vez alrededor del año 2000 a. C., y fue escrita en Génesis 12:2. Dios le profetizó
a Abraham que de él saldría una nación, aunque
en aquel tiempo
todavía no tenía
hijo. Esta profecía
se cumplió alrededor de quinientos años más tarde cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, en donde habían
sido esclavizados.
Las profecías acerca de la posesión de la buena tierra y de la reedificación de Jerusalén y del templo se cumplieron por primera vez entre los años 1500 a. C. y 500 a. C.
La nación de Israel se volvió a formar en 1948, alrededor
de dos mil seiscientos años después de haber
sido conquistada por el ejército babilónico. Jerusalén le fue devuelta a Israel en 1967.
Actualmente,
el pueblo judío tiene todo preparado para reedificar el templo. Esta profecía se cumplirá pronto.
Después de la reedificación del templo, el anticristo romperá su pacto con Israel, la nación de Israel será sitiada y el Señor regresará para salvar a Su pueblo.
Finalmente, comenzará el reino restaurado de Israel.
Alrededor de seiscientos años antes de que Cristo viniera, el Señor profetizó en Ezequiel 26:3-5, 12, 14: “He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas. Y demolerán
los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo,
y la dejaré como una peña lisa. Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada
por las naciones ... Y pondrán tus piedras y tu madera
y tu polvo en medio
de las aguas ... Y te pondré
como una peña lisa; tendedero
de redes serás, y
nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el
Señor”.
Tiro era una ciudad antigua
ubicada cerca de la costa
este del mar Mediterráneo; sus habitantes eran fenicios. Ellos
eran famosos por la navegación, el comercio y la exploración. El muro de la ciudad era muy ancho. El puerto estaba localizado estratégicamente en el mundo antiguo.
En aquel entonces, cuando la ciudad parecía invencible, la Biblia profetizó
de que sería destruida a causa de las prácticas pecaminosas de sus habitantes.
El cumplimiento de esta profecía
se llevó a cabo en tres etapas
diferentes. Primero, el ejército babilónico sitió a Tiro por trece años, comenzando en el año 587 a. C. La ciudad fue totalmente destruida. La nueva ciudad de Tiro fue
edificada en una isla;
esta isla quedaba a una milla del lugar donde había sido edificada
la ciudad inicialmente. Segundo, doscientos cuarenta
años después de ser sitiada por los babilonios, el ejército de Alejandro Magno echó al agua la piedra, la madera y el polvo de las ruinas de la vieja ciudad de Tiro,
construyó un camino a la isla y atacó a la nueva Tiro.
Tercero, después de años de ser lavada
por la lluvia, apareció la piedra lisa y los pescadores la utilizaron como
un lugar para esparcir
sus redes.
En Ezequiel
28:22-23, el Señor profetizó: “He aquí Yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que Yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios,
y en ella me santifique. Enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles,
y caerán muertos
en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy
Jehová”.
Sidón fue rodeada
por el ejército persa en el año 35 a. C. y cuarenta mil habitantes escogieron morir antes que rendirse. Ellos mismos quemaron
sus casas y murieron en el fuego.
Cientos de años más tarde,
Sidón se encontró
en medio de una lucha
entre las cruzadas
y los musulmanes. También fue el campo de batalla de los conflictos que se dieron
entre los drusos
y los turcos, y entre
Turquía y Francia.
En 1840, fue bombardeada por los ejércitos
de Inglaterra, Francia
y Turquía. Históricamente, Sidón ha sido una ciudad desgarrada por las guerras; por tanto,
la profecía
de Ezequiel se cumplió.
Aunque Sidón se encontraba solamente
a cincuenta millas de Tiro, los destinos de ambas ciudades fueron muy diferentes. Tiro fue completamente eliminada de la faz de la
tierra; Sidón, por su parte, después de pasar por mucha aflicción, según se profetizó,
aún existe. Solamente
Dios pudo predecir
que dos ciudades tan similares
tendrían destinos tan diferentes. Esto, nuevamente, prueba contundentemente que la Biblia fue dada por inspiración divina.
El Señor profetizó
en Isaías 13:19-22: “Y Babilonia,
hermosura de reinos y ornamento
de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra,
a las que trastornó Dios. Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada; sino que dormirán
allí las fieras del desierto,
y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán
las cabras salvajes. En sus palacios
aullarán hienas, y chacales en sus casas
de deleite; y cercano a llegar está su tiempo,
y sus días no se alargarán”.
Esta profecía se cumplió al poco
tiempo de ser proferida.
Para no hacer muy largo este estudio, no
menciono muchas otras profecías bíblicas que han sido cumplidas. Además, también quedan muchas profecías sin cumplir, las cuales se cumplirán una por una.
La Palabra de Dios no pasará hasta que
cada profecía sea cumplida.
En la Biblia se usa con mucha frecuencia el número siete en el mover de Dios; por ejemplo,
Dios hizo la creación en 6 días y descansó al sétimo día (Génesis 2:2), se habla de los siete Espíritus de Dios (Apocalipsis 1:4), de los siete sellos (Apocalipsis 5:1), las siete trompetas (Apocalipsis 8:1), las siete copas de la
ira (Apocalipsis 15:7), los siete
años de la gran tribulación que se avecina, y las siete iglesias. Pero
lo más increíble es que cada letra
hebrea representa un número y los números de cada palabra del Antiguo Testamento es divisible por siete.
Ivinpanin, un famoso matemático ruso sumó los números de cada palabra
del Antiguo Testamento
para llegar a esa conclusión. Redactar un libro de esa manera es improbable y humanamente imposible. Solamente
Dios pudo haber hecho que la Biblia
fuera escrita de esa manera para que no
hubiera la menor duda de que es la palabra de Dios.
No ha habido un país a lo largo de la historia humana que haya tenido un conjunto de leyes como la que se presenta en la Biblia. ¿Qué país tiene una ley que prohíba la codicia? (Éxodo 20:17; Romanos
7:7) ¿Cuál ley establece que las personas
no deben cobrar intereses cuando presten dinero a otros?
(Levítico 25:37; Lucas. 6:34-35).
En la Biblia se
dice que las personas no deben recoger lo
que queda en el campo
después de la cosecha, sino que deben dejarlo a fin de que los pobres tengan
alimento para comer (Deuteronomio 24:19).
La ley bíblica establece que cada cincuentavo año era el año del jubileo, en el
cual los esclavos eran libertados y la tierra comprada regresaba a su dueño original (Levítico
25:8-17). La ley de la Biblia es la única que brota de un corazón amoroso y que es justa para con todas las personas.
Las leyes de la mayoría
de los países no son imparciales con respecto a clase social, así que los pobres
por lo general sufren. Actualmente, muchos países occidentales han usado la ley bíblica
como base para desarrollar sus propias leyes. Sin embargo,
debido a que su corazón no es como el de Dios, sus leyes
son bastante inferiores. La perfección de la ley de Dios prueba que la Biblia fue escrita
por Dios.
Los pensamientos de la Biblia no
son los pensamientos del hombre (Isaías
55:8), todo parece al revés de como pensamos, ello prueba que no es obra
del hombre.
SU PODER
No existe en la tierra
otro libro que pueda cambiar
positivamente a las personas de forma tan radical como lo hace la Biblia. Los libros científicos no pueden mejorar
la forma de ser de una persona; por el contrario, algunos adelantos científicos, tales como la manufactura de armas modernas, facilitan la destrucción en lugar de mejorar la humanidad.
Los libros de cultura, en lugar
de mejorar el carácter del lector, muchas
veces simplemente hacen que estos se enorgullezcan.
Sólo la Biblia cambia positivamente la forma de ser de las personas. La Biblia dice en Juan 14:14 que su lectura nos santifica
y eso es totalmente cierto. Lo prueban millones de personas que han cambiado
sus vidas.
En una ocasión,
un comerciante estadounidense que se encontraba en África vio a un nativo leyendo
la Biblia debajo de un árbol, y le dijo: “Este libro no es popular en los Estados Unidos. No tiene ningún
valor”. El nativo se tocó el estómago
y le dijo: “Si no fuera por este libro, usted ya estaría aquí adentro”. El nativo
había sido canibal.
En otra ocasión,
una persona creyó
en el Señor luego de escuchar el evangelio. Más tarde, ese mismo día, se robó un panecillo
y se lo comió. Esa noche se sintió tan mal, que no pudo dormir. El siguiente día regresó al hermano que le había predicado y le dijo: “Yo no pienso que fui salvo ayer, porque más
tarde me robé algo”. El hermano le dijo:
“Antes
que usted recibiera al Señor, ¿se sentía mal cuando robaba?”. El nuevo creyente dijo: “Antes de recibir al Señor, cuanto más robaba, mejor dormía”. Entonces el hermano
le dijo: “Usted es verdaderamente salvo,
porque el Señor
le hizo sentirse mal cuando
robó. Usted necesita arrepentirse ante el
Señor y ante el dueño de
la tienda”.
Estas son sólo unas cuantas
historias de entre las millones
de historias de personas a quienes ha cambiado el evangelio
contenido en la Biblia. La Biblia tiene el poder para cambiar
la vida de las personas.
Hebreos 4:12 dice que la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Lo que nos está diciendo es que su lectura separa el alma del espíritu
para llevar a cabo su propósito. Todos sabemos que el alma contiene la mente,
allí están los pensamientos del hombre. El espíritu contiene los pensamientos de
Dios. Cuando una persona no ha leído la palabra de Dios el contenido de su
mente le impide ver el contenido de su espíritu, pero en cuanto vaya leyendo la
Biblia el alma y el espíritu se irán separando para que el hombre comprenda la
voluntad y el corazón de Dios y cambie paulatinamente para dejar de hacer su
voluntad y comenzar a hacer la voluntad
de Dios. Ese cambio radical no lo puede hacer cualquier libro, solamente puede
hacerlo la palabra de Dios.
La Biblia exhorta
a los cristianos a que vayan y hagan discípulos
a todas las naciones (Marcos 16:15). Jesús dijo: “Y será predicado
este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones;
y entonces vendrá el fin” (Mateo
24:14).
Como lo dijimos anteriormente, la Biblia se ha
traducido en cientos de idiomas y ha llegado a todos los países del mundo, la
profecía se está cumpliendo y el fin está muy cerca ¿Cuál otro libro ha sido
traducido y llevado a todos los países
del mundo? Solamente la Biblia, prueba suficiente de que es la palabra de Dios.
IMPOSIBLE
DE DESTRUIR
Aproximadamente
trescientos años después que el Señor anduviera
en esta tierra, los emperadores del Imperio Romano hicieron todo lo posible por destruir la Biblia así como a cualquiera que la leyera y creyera en ella.
En una ocasión, fueron asesinados ciento cincuenta mil cristianos. Algunos
fueron quemados vivos, algunos fueron atados y echados al mar, y otros fueron devorados por leones en el Coliseo de Roma como entretenimiento para veinte mil espectadores.
Cientos de años más tarde, la Iglesia Católica Romana también persiguió
a los que leían la Biblia. La llamada
iglesia cristiana se opuso a que los cristianos leyeran
la Biblia. El Papa temía que los cristianos, al leer la Biblia, se dieran cuenta de que las enseñanzas
y prácticas de la Iglesia
Católica Romana no eran bíblicas.
Muchos cristianos que amaban la Biblia fueron encarcelados. Algunos fueron ahorcados y otros quemados;
esto se hacía para obligarlos a que dejaran
de leer la Biblia y para que revelaran los nombres de otros que también amaban la Biblia. Los que no cedían a estas exigencias eran torturados y asesinados. Algunos
fueron aserrados en dos;
otros fueron cubiertos con cera y quemados
como se queman las velas.
Todos los intentos por acabar con los cristianos y con la Biblia han
sido infructuosos ¿Por qué no lo han logrado? Porque es la palabra de Dios y
nadie puede contra ella.
La Biblia es correcta científicamente, pero las teorías
científicas no son siempre correctas. Las teorías se actualizan a medida que se hacen nuevos descubrimientos. Cuando las teorías
son modificadas de manera que concuerdan con lo que dice la Biblia, éstas llegan a ser correctas
y ya no es necesario mejorarlas.
Hace unos quinientos años atrás, por lo general se creía que la tierra era plana. Algunos pensaban que los barcos se caían al llegar al borde del océano, en algún lugar
más allá del Estrecho de Gibraltar. Algunos
hasta pensaban que la tierra
era sostenida por cuatro tortugas
gigantes; otros pensaban
que era sostenida por un gigante llamado Atlas.
Quizás usted se ría de estas teorías, pero ellas eran muy reales para las personas de aquel tiempo.
Las personas tomaban
estas teorías tan seriamente, que consideraban herejes a los que insistían
en que la tierra era redonda y los quemaban
en la hoguera. Ahora todos sabemos que la tierra es redonda,
pero ellos, extrañamente, pensaban de otra manera.
Hace aproximadamente quinientos años atrás, los exploradores de los océanos
comprobaron que la tierra
es, de hecho, redonda.
La Biblia, desde hace más de dos mil quinientos años, ya había revelado
que la tierra es redonda. Si el hombre hubiera leído detenidamente la Palabra de Dios, hubiese descubierto esta verdad desde mucho antes. Isaías 40:22 dice: “El está sentado sobre el círculo
de la tierra”. La palabra círculo en hebreo denota una esfera. Aquí vemos que la Biblia
dice claramente que la tierra
es una esfera que cuelga en el espacio.
Jeremías 33:22 dice: “Como no puede ser contado el ejército del cielo (las
estrellas)”. Antes que se inventara el telescopio, Kepler —un famoso astrónomo alemán— dijo que había un total de 1,005 estrellas. Con la invención del telescopio y su mejoramiento, este número ha continuado ascendiendo. El número más
reciente calculado por
los
científicos es de 20,000,000,000,000,000,000,000 estrellas y ese número aumentará otra vez tan pronto se desarrolle
un telescopio mejor. Recuerden, la Biblia
ya había dicho que las estrellas no pueden ser contadas.
RESUMEN
Los libros científicos siempre están siendo
actualizados. Los libros
de la Biblia son los mismos desde que fueron escritos. ¿Por qué? La ciencia es meramente el estudio, por parte del hombre, de lo que Dios ha creado. Las teorías del hombre necesitan
ser actualizadas; la palabra
de Dios es eterna. Mateo 24:35 dice: “El cielo y la tierra
pasarán, pero Mis palabras no pasarán jamás”. ¡Alabado sea el Señor! Debemos estar llenos de Su palabra, la cual vive y permanece para siempre (1 Pedro 1:23).
No hay un libro que pueda decirnos adónde iremos
al morir. La Biblia nos revela que iremos a uno de dos lados: al infierno o al cielo. Y la Biblia es
el único libro que nos dice como escapar del infierno. Ella dice: el
que creyere y se bautizare será salvo (Marcos 16:16). Yo le creo a la Biblia, creo firmemente que es la
palabra de Dios.
Ahora,
pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
invocando su nombre
(Hechos 22:16)
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