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Cuando los judíos eran esclavos en Egipto y vivían
el más cruel de los maltratos, se preguntaban ¿Por qué Dios no hace nada? Esa
misma pregunta la hacemos hoy, cuando vemos un mundo sin respeto por la vida, un
mundo sin valores morales, un mundo carente de amor.
La respuesta es que Dios le ha dado la espalda al
mundo, porque el mundo le ha dado la espalda a Él: no hay temor de Dios. Como no hay temor
de Dios, Él permite que esas cosas sucedan, quizás de esa manera nos acordemos
de su existencia.
1
Corintios 10:11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas
para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
Lo que le aconteció a los judíos está escrito
para que aprendamos de ellos y no cometamos los mismos errores. “Por tanto, es necesario que con más
diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
Porque si
la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y
desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si
descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos
2:2-3)
Proverbios
1:7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Este versículo nos desconcierta, pues estamos acostumbrados a que
se predique acerca del amor de Dios,
pero nadie predica del temor de Dios. Sin embargo, además de predicar del amor
de Dios también debemos predicar acerca del temor de él. Debemos recordar que Dios es amor pero que también es fuego
consumidor (Hebreos 12:29).
De acuerdo con Proverbios 1:7 el temor de Dios es la fuente principal de la
sabiduría, lo que quiere decir que “sin
el temor de Dios somos unos necios e ignorantes”.
La sabiduría en este caso no está referida a nuestra
sabiduría humana tan limitada, está referida a la sabiduría que viene de Dios, es
la
capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de Dios.
Isaías 55:8
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis
caminos, dijo Jehová.
Los pensamientos de Dios no son los pensamientos
del hombre, lo insensato de Dios es más
sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres (1 Corintios 1:25).
Tenemos que aprender a pensar como Dios, tenemos
que recibir su sabiduría y para recibirla
debemos tener temor de Dios. Sin temor de Dios no piense usted que
alcanzará ninguna sabiduría.
La palabra “temor”
usada en proverbios 1:7 es
traducción del hebreo “yirá”, que
significa “temor reverente y santo que
advierte, previene y preserva del peligro”.
Proverbios
14:26 En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus
hijos. 14:27 El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los
lazos de la muerte.
El temor como emoción humana se expresa en desconfianza, pero en el temor de Dios
hay fuerte confianza. En el miedo
humano hay mucha incertidumbre, pero en el
temor de Dios hay certeza de que si lo
obedecemos Él estará con nosotros.
1
Corintios 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 1:31 para
que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Al estar en Cristo no solamente recibimos
justificación, santificación y redención, sino que también recibimos sabiduría divina. La sabiduría es un don, es gracia de
Dios que se inicia con el temor de él. Si no estamos en Cristo, no tendremos temor
de Dios, y menos tendremos sabiduría.
1 Reyes 3:5
Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo
Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. 3:6 Y Salomón dijo: Tú hiciste gran
misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en
verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has
reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su
trono, como sucede en este día. 3:7 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has
puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no
sé cómo entrar ni salir. 3:8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú
escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
3:9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para
discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo
tan grande? 3:10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 3:11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti
muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos,
sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 3:12 he aquí lo he
hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y
entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se
levantará otro como tú. 3:13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste,
riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en
todos tus días.
Una vez que Salomón fue ungido como rey de
Israel, Dios se le apareció en sueños y le dijo que le pidiera lo que quisiera.
Sin embargo Salomón solamente le pidió
sabiduría para discernir entre lo bueno y lo malo y gobernar a su pueblo
con justicia santa.
Dios le dio sabiduría y lo convirtió en la
persona más sabia que ha habido y habrá sobre la tierra. Además, le dio lo que
no le pidió, convirtiéndolo en el rey más rico y glorioso del planeta.
1 Reyes 9:3
Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia.
Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella
para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días. 9:4 Y si
tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de
corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado, y
guardando mis estatutos y mis decretos, 9:5 yo afirmaré el trono de tu reino
sobre Israel para siempre, como hablé a David tu padre, diciendo: No faltará
varón de tu descendencia en el trono de Israel. 9:6 Mas si obstinadamente os
apartareis de mí vosotros y vuestros hijos, y no guardareis mis mandamientos y
mis estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que fuereis y
sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis; 9:7 yo cortaré a Israel de sobre
la faz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi
nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y refrán a
todos los pueblos; 9:8 y esta casa, que estaba en estima, cualquiera que pase
por ella se asombrará, y se burlará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a
esta tierra y a esta casa? 9:9 Y dirán: Por cuanto dejaron a Jehová su Dios,
que había sacado a sus padres de tierra de Egipto, y echaron mano a dioses
ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído Jehová sobre ellos
todo este mal.
Cuando Salomón construyó el templo para Jehová,
Dios se le volvió a aparecer en sueños e hizo un pacto con él. Dios le dijo que si guardaba sus mandatos y le era fiel su reino sería para
siempre, pero si le era infiel, su reino acabaría y el templo sería destruido.
Además, el pueblo de Israel sería burla de los otros pueblos, los judíos serían
esclavos y esparcidos sobre la tierra ¿Qué sucedió? El sabio Salomón le
perdió el temor a Jehová y terminó
adorando los falsos dioses de sus esposas.
1 Reyes 11:1
Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres
extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a
las heteas; 11:2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel:
No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente
harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón
con amor. 11:3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y
sus mujeres desviaron su corazón. 11:4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus
mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto
con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 11:5 Porque Salomón
siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los
amonitas. 11:6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió
cumplidamente a Jehová como David su padre. 11:7 Entonces edificó Salomón un
lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de
Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 11:8 Así hizo para
todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían
sacrificios a sus dioses.
Por culpa de su idolatría, los judíos habían
estado sirviendo como esclavos a los egipcios durante cuatrocientos años. Dios
los liberó a través de Moisés y los llevó a la tierra prometida. Años después su
rey también cayó en la idolatría de sus mujeres, lo que desató la ira de Dios:
1 Reyes 11:9
Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de
Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, 11:10 y le había
mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo
que le mandó Jehová. 11:11 Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto
en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de
ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 11:12 Sin embargo, no lo haré en tus
días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo.
Y así sucedió, el reino fue dividido, luego desapareció
y los judíos fueron repatriados. Muchos años después volvieron a su tierra. Nuevamente
volvieron a la idolatría y Dios permitió que fueran gobernados por otros
pueblos.
Cuando Jesús vino, lo rechazaron y cuarenta años
después los romanos destruyeron la ciudad y el santuario y los judíos fueron
esparcidos por todo el mundo. Todo ello por su idolatría, lo que denota en ellos una falta de temor hacia el único Dios verdadero.
Romanos 1:18
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 1:19 porque lo
que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 1:20 Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa.
Este pasaje dice que la ira de Dios se revela
contra todos los hombres que detienen injustamente la verdad ¿Cuál verdad? La verdad de que hay un
único Dios que creó los cielos y la tierra. La naturaleza que nos rodea y el
resplandor de su gloria hablan de él, de modo que no hay excusa para no creer en Dios.
Romanos 1:21
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. 1:22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 1:23 y cambiaron
la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible,
de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Conociendo a Dios a través de la creación, el
hombre no lo ha glorificado como tal ni le ha dado gracias, sino que envanecido
en su razonamiento, profesando ser sabio, demuestra que es un necio y le ha dado
la gloria a las criaturas antes que al Creador. El hombre ha venerado a las imágenes de los
animales y de los hombres, en lugar de venerar al Señor.
Romanos 1:24
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de
sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 1:25 ya
que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 1:26
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 1:27 y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 1:28 Y como ellos
no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen; 1:29 estando atestados de toda injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios,
contiendas, engaños y malignidades; 1:30 murmuradores, detractores,
aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,
desobedientes a los padres, 1:31 necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia; 1:32 quienes habiendo entendido el juicio de
Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Como el hombre no le teme a Dios e ignora el
segundo mandamiento que prohíbe hacer
imágenes, inclinarse ante ellas y darles honra (Éxodo 20:4-5) e insiste en la veneración de imágenes cambiando la verdad por la mentira de la
religión, Dios ha permitido la homosexualidad, ha permitido la injusticia, la
avaricia, la envidia, los homicidios y todo tipo de maldad que vemos en el
mundo. Esa es la respuesta a la pregunta de: ¿Por qué suceden estas cosas?
Estamos atestados de idolatría, puentes
dedicados a “papas católicos”, escuelas y colegios con el nombre de santos
católicos o de vírgenes Marías, pueblos con el nombre de santos, eso es tan
solo una pequeña muestra de la idolatría.
Y para que no nos falte, todos los días postean
en Facebook las imágenes de santos católicos, de vírgenes y de ángeles,
pidiendo que las veneremos, que les demos honra para que recibamos bendiciones.
¿Dónde está la sabiduría de estos
posteadores? ¿Dónde está el temor a Dios?
Millones de creyentes que se hacen llamar
cristianos, continúan traicionando al único Dios verdadero con la veneración
a las imágenes. Por eso las calles están llenas de maldad y de toda perversión.
Se creen sabios y son unos necios, no lo digo yo, lo dice la misma palabra de
Dios. Por culpa de esa necia idolatría, la ira de Dios se manifiesta, por esa
causa Dios se prepara para la Gran
tribulación.
Jueces 6: 25
Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre,
el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y
corta también la imagen de Asera que está junto a él; 6:26 y edifica altar a
Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el
segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que
habrás cortado.
En el libro de los Jueces se cuenta que los
judíos eran robados día a día por los madianitas. Ellos sembraban y los
madianitas les quitaban las cosechas, ellos criaban los animales y cuando
estaban gordos los madianitas se los quitaban. El devorador (diablo) usaba a
los madianitas para impedir ser bendecidos ¿Cuál era el problema? Que tenían imágenes de dioses falsos y las veneraban.
Dios le dijo a Gedeón que él cambiaría
la situación, pero lo primero que tenía que hacer era derribar las imágenes y establecer en su lugar un altar para él.
Una vez que Gedeón obedeció a Dios y destruyó
las imágenes, entonces Dios lo envió con
tan solo 300 hombres a enfrentar un ejército de más de cien mil hombres. Y Dios se encargó de todo e hizo que los
madianitas se mataran entre ellos.
Aprende de Gedeón, aprende que una vez que te
deshagas de las imágenes, solamente a partir de ese momento, es que habrá una
verdadera victoria en tu vida y es a partir de ese momento que comenzarás a recibir paz y gozo en el Espíritu
Santo. Es a partir de ese momento que demuestras temor de Dios, es en ese
momento que la verdadera sabiduría llenara tu mente.
El temor de Dios es un seguro que actúa
como protección contra el pecado, en especial contra la idolatría y sus
terribles consecuencias. Sin temor de Dios, la vida del hombre se
mueve hacia el mal. Por el contrario, el temor de Dios aleja al hombre de los malos caminos, y lo direcciona hacia una
vida recta, justa, sabia y próspera, lo cual libera al creyente de la ira
divina.
Gálatas
6:7 No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Lo que siembras siegas, Dios no puede ser burlado. Sin el temor de
Dios el hombre se desenfrena, lo que le acarrea, irremediablemente, dolor,
sufrimiento y pena. Pero cuando el hombre da
lugar al temor de Dios en su vida, es
como si se activara en él un sistema de alarma que le previene, es como un
mecanismo de defensa que le sensibiliza.
El temor de Dios actúa como una influencia que
actúa positivamente sobre la conciencia del hombre, confrontándolo
constantemente con sus decisiones y comportamientos.
Proverbios
8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el
mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
El temor de Dios significa simplemente que amas de tal manera a Dios que odias todo lo
que el odia, entonces lo obedeces. Esta clase de odio no es producto de una
religiosidad neurótica, ni tampoco es reflejo de nuestra cultura, nace de estar
tan cerca de Dios, tan sintonizado con su carácter, que amamos lo que él ama y
detestamos lo que él detesta.
El temor de Dios implica reconocer la grandeza, soberanía, señorío, autoridad y poder
que él tiene. Hasta que comprendamos quien es Dios y desarrollemos un temor
reverencial hacia Él, no podremos adquirir la verdadera sabiduría que viene de
lo alto.
1
Corintios 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;1:31 para que,
como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
La verdadera
sabiduría, la que viene de Dios la recibimos hasta que estemos en Cristo Jesús. Cuando estemos en él, no
solamente recibimos la justificación, la santificación y la redención, sino que
también recibimos la sabiduría inicial que
nos hace temer a Dios.
Conforme dejemos de alimentarnos de la palabra
del hombre (de la comida que nos da la religión) y comencemos a alimentarnos de
la palabra de Dios, el temor de Dios irá en aumento y nos iremos haciendo cada día más
sabios.
El temor de Dios es temor a vivir fuera de la cobertura de Dios; es temor a vivir fuera de la voluntad de Dios, es
temor a defraudarle. Ese temor de Dios nos acerca a Él en vez de alejarnos,
porque somos capaces de reconocer su amor, justicia y verdad; y queremos esas
virtudes en nuestras vidas. El temor de Dios se expresa en obediencia y aceptación
de su palabra.
1 Timoteo 2:3
Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 2:4 el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Hay creyentes que practican la idolatría, hay
otros que han dejado esa práctica porque han recibido sabiduría de lo alto. Sin
embargo, no hacen la voluntad de Dios
de llevar a las demás personas al conocimiento de la verdad.
1
Corintios 5:15
dice que Jesús murió por todos nosotros
para que todos nosotros vivamos para él. Fuiste comprado por precio y es tu
deber cumplir con tu responsabilidad en el ministerio de la reconciliación.
Dios te nombró embajador, es como si te rogase que hagas tu labor (2 Corintios 5:20). Si no
obedeces es porque no tienes temor de Dios, si lo tuvieras, lo obedecerías.
Muchas veces nos hacemos prisioneros del temor
al hombre, vivimos preocupados por lo que otros piensan de nosotros,
por el qué dirán, y nos abstenemos de hacer nuestra labor como embajadores del
Reino de Dios. Pero, si tenemos temor de
Dios, ese temor nos libera del temor al
hombre, nos libera del miedo a trabajar en la edificación del cuerpo de
Cristo.
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