EL CAMINO DE ENOC
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Se narra en el capítulo 6 del libro del Génesis que Dios envió
un diluvio sobre la tierra. Pero antes de ello arrebató a un solo hombre, a
Enoc y lo arrebató porque Enoc caminó con Dios.
Hasta que Enoc fue
arrebatado hubo diluvio y no antes. Del resto de la humanidad que debió
quedarse, solamente Noé, su esposa,
sus tres hijos y las esposas de sus hijos lograron sobrevivir a la catástrofe.
Enoc simboliza a la iglesia que será arrebatada por Cristo, mientras que Noé (nieto de Enoc) y su familia simbolizan
a los creyentes que deberán pasar por la
gran tribulación.
Enoc significa “consagración”, y consagración significa “caminar
con Dios”, que era lo que Enoc hacía.
Enoc es nuestra luz de
esperanza, él es el único que no tuvo que pasar por el diluvio, y es destacado como
una imagen de la vida en el así
llamado “capítulo de los muertos”,
en Génesis 5:
“Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y
murió” (Génesis 5:5). “Y fueron todos los días de Set novecientos
doce años; y murió” (verso 8). “Y
fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió” (verso 11). “Y fueron todos los días de Cainán
novecientos diez años; y murió” (verso 14). “Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años;
y murió” (verso 17). “Y fueron todos los días de Jared novecientos
sesenta y dos años; y murió” (verso
20). “Fueron, pues, todos los días de
Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió” (verso 27). “Y fueron todos
los días de Lamec setecientos setenta y
siete años; y murió” (verso 31). “Caminó, pues,
Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (verso 24).
Enoc simboliza a todos los miembros del cuerpo de Cristo,
esto es, a la Iglesia, que ha pasado de muerte a vida y tiene la promesa de ser
arrebatada. Por su parte, Noé,
simboliza al remanente del mundo que
deberá pasar por la gran tribulación.
Noé sobrevivió a la
destrucción del mundo antiguo y fue guiado hacia uno nuevo, pues la tierra después
del diluvio no era más como antes “...el
mundo de entonces pereció anegado” (2
Pedro 3:6).
Así como Noé, el resto
de las personas del mundo serán llevadas a través de las aguas de la Gran
Tribulación y llegarán a la “nueva tierra”
del Reino mesiánico, si es que logran evitar el sello del anticristo.
El único sobreviviente
de los muertos de Génesis 5 había profetizado del regreso de Jesús en gloria, juntamente
con Su Iglesia ya arrebatada.: “He aquí,
vino el Señor con sus santas decenas de millares...” (Judas 14).
Sin embargo, es extraño
que en nuestras congregaciones no le den
la importancia que merece el mensaje de Enoc. Y es que hay dos cosas que casi
no se mencionan por los predicadores: 1)
lo que sucede con Israel (señales del cumplimiento de las profecías y 2)
el rapto de la iglesia.
Enoc también anunció el
juicio de Dios: “...para hacer juicio
contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías
que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos
han hablado contra él” (Judas 15).
Un día el Señor
responderá a todas las blasfemias y mentiras que se han pronunciado contra Él,
contra su Palabra y contra Israel.
Pensemos en las burlas
que se hacen de la palabra de Dios utilizando versículos aislados y negando que
la palabra de Dios sea para nuestros días.
Leemos acerca de todas las
falsas inculpaciones por parte de los medios de comunicación y de la ONU contra
Israel. Y de las pensiones millonarias que les dan a los palestinos que
asesinen a un judío; entre más judíos maten, mayor será su pensión.
En realidad estas
blasfemias se dirigen contra el Dios de Israel y no quedarán impunes.
Ya acerca de Edóm se profetizó:
“Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus
injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son,
nos han sido dados para que los devoremos. Y os engrandecisteis contra mí con
vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo oí” (Ezequiel 35:12-13).
Los edomitas son los
descendientes de Esaú, o sea los árabes enemigos de Israel.
Pero volvamos a Enoc, la
Biblia testifica que “Enoc caminó, con
Dios, y desapareció, porque se lo llevó Dios” (Génesis 5:24).
La pregunta es ¿Estamos
caminando con Dios para obtener el derecho a ser arrebatados?
Lo que podemos ver es
que la gran mayoría no está interesada en los planes de Dios, sino en sus
propios planes y simplemente le piden al Señor que los acompañe en la
realización de los mismos; es decir, no creen que el arrebato y la gran
tribulación está cerca y continúan con sus vidas. Ese no es el
camino de Enoc.
Casarse con un incrédulo
a sabiendas de las advertencias de Dios de que no debemos hacer yugo desigual (2 Corintios 6:14), ese no es el camino de Enoc.
Jesús va a vomitar a los tibios (Apocalipsis 3:16). Esto significa ni más ni menos que ningún tibio
será arrebatado. Entonces muchos cristianos dirán ¿Acaso somos tibios? Claro
que lo son, o están a favor de la
palabra de Dios o están en contra, no hay término medio. No puedes apoyar la “ideología de género”, por ejemplo y decir que caminas con Dios.
Para poder saber si
caminamos con Dios como lo hizo Enoc, simplemente tenemos que preguntarnos ¿Qué haría Cristo en mi lugar? ¿Apoyaría
Cristo la ideología de género? ¿Apoyaría Cristo el aborto? ¿Apoyaría Cristo
esto o aquello?
Seguir el camino de
Enoc, es hacer la voluntad de Dios en todo y no la nuestra. En cuanto
antepongamos nuestra voluntad, estamos caminando sin Dios y Dios sin nosotros.
Puedes justificar lo que
no tiene justificación ante Dios, puedes acomodar la palabra de Dios a tu
favor, pero ese no es el camino que tomó Enoc.
No necesitamos ser
personas que no cometemos pecados, no necesitamos ser personas que no cometemos
errores, siempre nos vamos a resbalar y nos vamos a caer. Pero, eso sí, siempre
debemos defender la palabra de Dios, aunque ella nos juzgue; y el Señor nos va
levantar y a sacar del fango porque eso
es caminar con él.
Enoc estaba dispuesto a caminar
con Dios. Su corazón estaba dirigido completamente hacia Él. También a nosotros
el Señor nos invita: “Si alguno me sirve,
sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere,
mi Padre le honrará” (Juan 12:26).
Imagínese lo que es
estar donde está Cristo y ser honrado por el Padre Celestial.
La primera pregunta de
Pablo después de su conversión, fue: “Señor,
¿qué quieres que yo haga?” (Hechos
9:6). Aunque dijo ser el primero de
los pecadores (1 Timoteo 1:15),
también pudo decir: “He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).
El señor Henri Nouwen escribió: “No tratemos de reservar para nosotros un
lugar seguro, en el cual podamos descansar. No nos encarguemos de la
coreografía de nuestra vida, sino descansemos en las manos de Dios, a quien
amamos y en quien confiamos...”
¿Podemos aplicar el
siguiente versículo a nuestras vidas:
“Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley. A
medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios” (Salmo 119:61-62)?
Un impío no es el que peca, porque todos pecamos y todos
seríamos impíos. Un impío es alguien que
carece de fe en Dios. También es aquel que contradice la palabra de Dios y la
niega como tal.
Enoc caminó durante 300 años con Dios y durante ese
tiempo, nunca regresó a su vida anterior. Por supuesto que esto no significa que
no tenía debilidades. Pero en todas las situaciones, su vida estaba centrada en
Dios.
Enoc comenzó a caminar
con Dios a la edad de 65 años, en el año en que nació su hijo Matusalén: “Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró
a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos
años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos
sesenta y cinco años” (Génesis.
5:21-23).
¿Por qué inició ese
camino poco después del nacimiento de su hijo? Bueno, Matusalén tiene dos
significados: “flecha” y “después de muerto, enviará”.
Este segundo significado
es muy peculiar, pues en el mismo año en que Matusalén murió, vino el diluvio.
¿Tuvo Enoc una revelación? “Después de
muerto, enviará.” ¿Qué enviará? ¿El diluvio? ¿Sabía Enoc acerca de la
catástrofe que se acercaba, y por eso dio este nombre a su hijo? Y ¿fue ésta la
razón de su caminar con Dios? Claro que lo sabía, él era un profeta (Judas 14) y fue revelado de todo lo que
vendría y lo escribió en el Libro de Enoc.
Enoc dedicó trescientos
años a profetizar sobre el diluvio y sobre muchas otras cosas. Y es muy claro
que nadie le creyó, excepto Noé. Dice la Biblia que Dios le habló a Noé confirmándole lo que Enoc había escrito
para que construyera el Arca. Y a Noé, tampoco nadie le creyó.
Si podemos entender
esto, nosotros también tendríamos que reflexionar seriamente sobre nuestras
vidas.
El conocimiento acerca
del juicio futuro tendría que llevarnos a trabajar duro para que todos tengan
el mismo conocimiento. Muchos creyentes me dicen que ya saben todo acerca del
arrebato y de la gran Tribulación, pero pareciera que ese conocimiento es
mental, no es conocimiento espiritual
porque no hacen nada al respecto.
La profecía tiene que
impulsarnos a caminar con Dios. Nosotros tenemos la revelación bíblica de que
un día Dios juzgará a la humanidad caída; Ya son visibles las nubes
apocalípticas en el cielo.
Pues: “El día del Señor vendrá como ladrón en la
noche...” (2 Pedro 3:10). Y “Cuando digan: Paz y seguridad, entonces
vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta,
y no escaparán (1 Tesalonicenses 5:3)”
La firma de la paz con
Israel está muy cerca, la semana pasada, las mujeres judías se unieron a las
palestinas para desfilar unidas por la paz, algo que para el mundo parecía
imposible.
Hebreos 11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio
de haber agradado a Dios.
Antes de ser arrebatado,
Dios dio testimonio de que Enoc le agradaba. No sabemos la manera en que Dios
le dio ese testimonio, pero debe haber sido muy honroso para Enoc. Alguna señal
visible dará Dios de que le agradamos, tal y como lo hizo con Enoc, si es que
seguimos el mismo camino.
La única manera de agradar a Dios es a través de la fe
(Hebreos 11:6), pero la fe siempre va acompañada de acción.
La fe verdadera es la fe obediente,
por eso Santiago escribe: “Muéstrame tu
fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Santiago 2:18).
Enoc camino con Dios
porque le creía a Dios y le obedecía Al igual que sucedió en los días de Noé, en
un futuro muy cercano vendrá un castigo tremendo sobre los habitantes del
planeta tierra. Conforme se abran siete sellos, se toquen siete trompetas y se
vacíen siete copas, se irán sucediendo eventos cada vez más terribles que darán muerte a millones de
personas. Todo está detallado debidamente en el libro del Apocalipsis.
Entonces, una parte de
la iglesia vivirá esa gran tribulación
y llegará a la nueva tierra. Otra
parte morirá en el intento. Pero
antes de ello, otra parte de la iglesia, al igual que Enoc será arrebatada y se evitará todo ese sufrimiento.
Y es nuestra obligación
llevar este mensaje a la mayor cantidad de personas posibles. Día a día, hasta
el día de nuestra muerte o hasta el día del arrebato, debemos hablar de ello
hasta el cansancio. Eso es caminar con Dios.
Muchos se aferran a 1 Tesalonicenses 4:16 diciendo “si
estamos en Cristo” tenemos que ser arrebatados. Entonces ¿Por qué Jesús
dice en el Mensaje a las siete iglesias
que solamente los que vencieren serán
arrebatados?
Apocalipsis 12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas
hasta la muerte.
Los vencedores que serán arrebatados cumplen con 3 requisitos: 1) son lavados con la sangre del Cordero, al
creer y bautizarse; 2) Dan testimonio de Cristo, no se
recuestan en un sillón a ver televisión, sino que aportan su granito de arena
en la edificación del cuerpo de Cristo. Y 3) Están dispuestos a renunciar a sus vidas hasta el día de
su muerte.
Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
La palabra de Dios dice
que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. Y aclara que
los que están en Cristo no son los
que creen en Cristo y lo confiesan, tampoco los que se bautizan. Hay algo más
en los que están en Cristo y ese algo más es que andan conforme al Espíritu
Santo.
Andar es sinónimo de caminar
y es un estilo de vida. Podemos caminar hacia el lugar que nosotros queremos y
eso es caminar conforme a la carne.
O podemos caminar hacia
el lugar que Dios quiere que caminemos, y eso es caminar conforme al Espíritu, eso es caminar con Dios, ese es el camino que
siguió Enoc.
Podemos hacer nuestra voluntad o hacer la voluntad de
Dios. Cuando hacemos la voluntad de Dios, estamos caminando con Dios y nos
estamos asegurando un lugar en el
arrebato.
La mayoría de creyentes
se acuerdan de Dios cuando necesitan algo o cuando tienen un problema, pero no caminan con Dios. No están
interesados en las cosas de Dios y no hacen ningún esfuerzo por servirle. Creen
que asistir al culto una vez a la semana y dar de lo que les sobra, ya caminan
con Dios.
Que Enoc caminara con Dios, nos dice que no era algo esporádico sino
algo diario y continuo. Vivía con
Dios a la luz del día y en la oscuridad de la noche; no importaba si estaba
solo o acompañado. Dios era el centro de su vida siempre.
Nosotros tenemos la
profecía de la gran tribulación y la profecía de la segunda venida de Cristo.
Sabemos que el tiempo está muy cerca, porque la higuera que es Israel reverdeció (Mateo 24:32) en 1948.
Jesús dijo que no pasará esa generación sin que esas
cosas sucedan. Una generación son de 70 a 80 años e Israel cumple 70 años en
mayo de este 2018. El verano está a la
puerta y se acerca la cosecha. ¿Cómo es posible que sigamos durmiendo en lugar
de velar?
Mateo 24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
Hombre. 24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca, 24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,
así será también la venida del Hijo del Hombre.24:40 Entonces estarán dos en el
campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Jesús dijo que todo
sería como en los días de Noé. La gente sigue viviendo su vida e ignorando las
profecías. Entonces estarán dos en el campo, uno será tomado, el otro será
dejado.
Enoc fue revelado del
diluvio, entonces le creyó a Dios y activó
su fe. Dedicó 300 años de su vida a servirle y el Padre lo honró. Hoy se
encuentra sentado junto a Jesús. Si caminamos con Dios, Dios nos honrará de la
misma manera.
Como lo dije unos párrafos
antes, en muy pocas congregaciones hablan de este tema. En muchas congregaciones
ya ni creen que estas cosas sucederán. Algunos “hombres de Dios” están enseñando la doctrina de “el Reino hoy” y afirman que no habrá
segunda venida.
Dice la escritura que Enoc no fue hallado. Esto quiere decir
que lo buscaron. La esposa esperaba el regreso de Enoc. La comida estaba lista.
Los hijos preguntaban: “¿Dónde está papá?” Pasaron las horas y todavía Enoc no
había llegado a casa. Su familia se preocupó por él y empezó a buscarlo. También
los vecinos y los nietos ayudaron, pero sin éxito. Al final enviaron un gran
equipo de búsqueda, pero después de varios días se desistió del esfuerzo. Enoc había
desaparecido para siempre.
El arrebatamiento será
algo sumamente hermoso para los que serán llevados, pero será aterrador para los que se queden. Vendrá el día en el que
innumerables personas buscarán a sus
familiares y no los encontrarán porque fueron arrebatados. ¿Quisieras
estar entonces entre los que buscan, o entre los que son buscados? La clave
está en seguir el camino de Enoc.
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