lunes, 31 de julio de 2017

LA NEGRITA DE LOS ANGELES

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Miles de personas peregrinan año con año a la Basílica de los Ángeles, con el fin de darle honra y hacerle peticiones a la “imagen” de la “virgen de los Ángeles”, a quien apodan “la negrita”. ¿Agrada esto a Dios?
La “negrita” es un ídolo, una imagen que no tiene vida, tal y como lo describe la escritura: “Los ídolos de las naciones son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; Tienen orejas, y no oyen; Tampoco hay aliento en sus bocas.  Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían” (Salmo 135:15-18).
Dios dice que “igual a las imágenes son los que en ellas confían”, es decir tienen ojos pero no ven lo que dicen las escrituras, tienes orejas pero no escuchan a Dios.
¿Quién hizo la imagen de la negrita? No fue Dios, él mismo dice que “los ídolos son obra de manos de hombres”,  alguien la hizo y la puso por allí para que la encontraran y le dieran culto. Además, Dios no va a hacer nada que contradiga su palabra.

Deuteronomio 4:15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; 4:16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, 4:17 figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 4:18 figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. 4:19 No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

Dios no se dejó ver nunca por Moisés ni por el pueblo judío para que el pueblo no se corrompiera e hiciera imagen alguna de él. Dios no quiere tampoco que hagamos imágenes de nada de lo que ha sido creado para que no nos corrompamos y nos inclinemos ante esas imágenes y les sirvamos.

 Guarden sus almas” dice Dios, porque el que se inclina ante las imágenes y les da honra no está guardando su alma de la condenación. Nadie ha visto a Jesús y está vivo para hacer una imagen de él; nadie ha visto a María para hacer una imagen de ella, los que los vieron están muertos y no los describieron. Usted no encontrará en los evangelios una descripción física de Jesús ni de María, lo que se describe de ellos es su gran valor espiritual y humano.
¿Qué hay de malo en las imágenes? Nada, usted puede imaginar a Dios, usted puede imaginar a Jesús y a María y hacer una pintura o una imagen de ellos. Eso no tiene nada de malo, lo malo ante Dios es inclinarse antes esas imágenes y darles honra como si fueran dioses:

Éxodo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

El primer mandamiento de la ley de Dios prohíbe tener dioses ajenos delante de Dios ¿Qué es un dios ajeno? Un dios es un ser todopoderoso que puede conceder peticiones y hacer milagros. Todos los “santos católicos” y las miles de “vírgenes” son “dioses aparte de Dios” porque según el Vaticano pueden hacer milagros y conceder peticiones.
Los católicos se defienden y dicen que no le piden a las imágenes sino “a lo que ellas representan”, es decir a “los muertos” que el Vaticano ha declarado que son santos y a la Virgen María. Bueno, igualmente están teniendo por un hecho que lo que representan a esas imágenes son “dioses ajenos” delante de Dios.

Éxodo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 20:6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

El segundo mandamiento de la ley de Moisés prohíbe tajantemente que se hagan imágenes para inclinarnos ante ellas y darles honra. Y agrega que Dios visita la maldad hasta por cuatro generaciones de los que se inclinen ante las imágenes y les den honra ¿Qué es visitar la maldad? Lo que eso significa es que Dios traerá el mal hasta por cuatro generaciones sobre las familias de aquellos que se inclinen ante las imágenes y les den honra.
El Vaticano ha modificado los mandamientos y en el “Catecismocambió el primer mandamiento por “amar a Dios sobre todas las cosas” y eliminó el segundo mandamiento que prohíbe las imágenes. Al quedarle nueve mandamientos, entonces dividió el décimo en dos, así el décimo pasó a ser el noveno y a la vez el décimo.
¿Cuál fue el propósito de esta modificación? Que los creyentes católicos no se enteren de la prohibición de tener otros dioses y de inclinarse ante las imágenes y darles honra. Más bien, el catecismo promueve la veneración de imágenes en todos los creyentes ¿A quién obedece usted? Yo obedezco a Dios porque no quiero que venga el mal sobre mi familia.
La ciudad de Éfeso, en el país actual de Turquía, fue el lugar en donde el apóstol Pablo inició su ministerio. En esa época y en ese lugar se adoraba a  la imagen de la falsa diosa “Diana de los efesios”, la “Reina del Cielo”.
Diana era la diosa más venerada en todo el Imperio Romano. Su templo en Éfeso era considerado una de las Siete Maravillas del Mundo y durante todo el año se ofrecían ofrendas y sacrificios a la imagen de aquella falsa diosa.
El apóstol Pablo le hizo la guerra, predicando el evangelio de Cristo y enseñando que “no son dioses las imágenes que se hacen   con   las   manos”. No fue fácil para Pablo enfrentarse a los fanáticos de Diana, pero lo hizo y por causa de su predicación, muchas personas creyeron, dejaron la adoración a Diana y se convirtieron a Cristo.
Como era de esperarse, esto enfureció a los que hacían las imágenes (Hechos 19:23-27) porque estaba acabando con su negocio. Pabló se enfrentó a las turbas y a muchas situaciones de peligro por predicar contra la adoración a la falsa diosa Diana. Y logró una victoria momentánea, porque la adoración a Diana disminuyó notablemente.
Los efesios dejaron de adorar a Diana, dejaron de ofrecerle sacrificios y dejaron de comprar sus imágenes para adorarlas. Satanás había sido derrotado.
Ahora, lea usted lo que Dios le dijo al profeta Jeremías cientos de años antes acerca de esta falsa diosa:

Jeremías 7:15 Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín. 7:16 Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. 7:17 ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 7:18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. 7:19 ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? 7:20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.

Dios le dijo a Jeremías que no debía orar por su pueblo, porque Él no escucharía sus oraciones. Aunque el Vaticano enseñe lo contrario, la verdad es que Dios le dará la espalda a quienes veneren imágenes y su furor y su ira se derramarán sobre todo aquel que lo haga y sobre sus familias.
En este caso en particular Dios dijo que “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo”. Note usted, que toda la familia participaba en la adoración a la falsa “reina del cielo”.
Eso sigue sucediendo en nuestros días, familias enteras en todo el mundo adoran a la reina del cielo. La diferencia entre aquellos y éstos es que a la reina del cielo le cambiaron el nombre de “Diana” por “María”; de esta manera los creyentes “creen” que adoran a la madre de Jesús y que eso no ofende a  Dios. Equivocados, vean lo que piensa Dios:

Jeremías 44:7 Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno, 44:8 haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las naciones de la tierra?

Dios dijo que se hacen un gran mal, que buscan su destrucción al ofrecer incienso a las obras de sus manos o sea a las imágenes, las cuales adoran como dioses, porque buscan con ello que Él se enoje y los acabe.  

Apocalipsis 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Jesús vomita a los tibios pues le producen náuseas. Los tibios son aquellos que además de adorar al único Dios verdadero, también adoran las imágenes de las vírgenes,  de los santos católicos y las de otros dioses falsos.
La idolatría es la estrategia satánica que envía más personas al infierno. Y es que Dios ha dictado sentencia: “ningún idólatra tiene entrada en el reino de Dios (Efesios 5:5). Dios no perdona la traición.
Desgraciadamente, la idolatría  ha alcanzado la cifra más elevada en la historia de la humanidad. Millones  de cristianos adoran a Dios, ven a Jesús como su salvador pero también veneran a los “santos”, se inclinan ante sus imágenes, les hacen peticiones y les dan honra. Y tienen una  diosa por sobre todos los santos y por encima del mismo Jesús, a la cual le llaman “María, la reina del Universo”.
Satanás está usando al Vaticano para que veneremos a una diosa, a la que le puso  el mismo nombre de la madre terrenal de Jesús. Eso no vino de Dios porque Dios prohíbe tajantemente la idolatría. Dios no va a permitir que se adore a ninguna diosa, aunque use el nombre de María, porque Dios en su justicia jamás va a violar su propia ley.

Apocalipsis 17:1 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; 17:2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.

La gran ramera será destruida al final de los tiempos. En términos humanos, una ramera es aquella que traiciona a su esposo con otro hombre; en términos espirituales, la ramera es la religión que traiciona a Dios con dioses falsos, es aquella  que usa el nombre de Dios y de Cristo, pero que permite la fornicación espiritual, porque eso es la idolatría, una fornicación espiritual.
Satanás utilizó el nombre de Diana en el pasado, para que adorasen a una falsa diosa que no existía. En la actualidad usa para los mismos fines el nombre de  María, la madre terrenal de Jesús.
Los que la adoran, creen que adoran a María, pero en realidad están adorando a una diosa falsa e inexistente, a la misma Diana de los Efesios, que ahora tiene otro nombre. Están traicionando a Dios y trayendo el mal hacía sus casas. María la verdadera, no tiene vela en este entierro y debe de estar muy molesta con los que hacen mal uso de su nombre.
Con el tiempo, con la aparición de las religiones, en especial del catolicismo romano, Satanás volvió a reconquistar Éfeso. No es casualidad que fue precisamente en el  concilio de Éfeso llevado a cabo en el año 431 que se instituyó la adoración a María.
No fue Dios ni fue Cristo, tampoco los apóstoles, fueron los religiosos engañados por Satanás, los  que iniciaron la adoración a María. Tuvieron que pasar más de 400 años para que esto sucediera.
Con su predicación, Pablo había liberado a  Éfeso de la idolatría. Durante los siguientes trescientos años Turquía (antigua Efeso) fue un país donde sus habitantes eran cristianos en un 99%. Luego vino el concilio ¿Y qué sucedió? Turquía volvió a su pasado. En la actualidad, este país tiene una población de más de 60 millones de habitantes, de los cuales el 97% practican el Islam. El 3% sobrante de la población son judíos, cristianos o de otra religión. El cristianismo pasó de un 99% a un 1% aproximadamente. Lo logrado por Pablo se echó a la basura, Satanás se recuperó gracias a la idolatría. Y los pocos católicos cristianos que hay actualmente en Turquía, adoran a María los 365 días del año, todo gracias al concilio de Efeso.
Como la religión católica es mundial, esa idolatría se extendió a todos los lugares del mundo. Los devotos se arrodillan ante su imagen,   la honran y le oran, como si de alguna manera ella pudiera concederle sus peticiones o interceder ante Dios para tal efecto. No se les ocurre pensar que esas oraciones lo que hacen es atraer el mal hacia ellos. Muchos dirán ¿Cuál mal, si me hizo un milagro? No sabemos si el milagro lo hizo Dios. Y el mal mayor consiste en que  la idolatría les arrebata la salvación.
María es usada insistentemente por la religión, como intermediadora entre Dios y los hombres. También hacen lo mismo con sus santos católicos ¿Qué dice la Biblia?

1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

La palabra de Dios es clara y nos dice que solamente hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, el hijo de Dios. No es María, no es ninguno de los doce apóstoles ni tampoco ningún santo católico.

Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y enaltecida por Dios como Reina del universo (Catecismo católico 966)

La religión decidió declarar a María como la “reina del universo”, la nueva Diana de los Efesios Para ello Declaró que ella fue preservada de toda mancha de pecado, que terminada su vida en la tierra fue llevada al cielo y enaltecida por Dios como Reina del Universo.
Usted no encontrará ningún versículo en toda la Biblia que diga ni insinúe esa ocurrencia. NO hay evidencia en la palabra de Dios para hacer semejante afirmación. Eso es obra de Satanás para desviar tu atención, para que adoren a una falsa diosa y no al único Dios verdadero.
La religión dice que María no pecó, que fue preservada inmune de toda mancha de pecado original. ¿De dónde sacaron esta otra ocurrencia? Esto contradice totalmente la palabra de Dios que dice:

Romanos 3:23 Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.

La Biblia dice que todos pecaron, y la palabra “todos” incluye a María, a Pedro, a Juan, a Elías, a David, a Moisés y a todos los grandes hombres de Dios. Nadie se queda afuera. La Biblia dice que el único que no pecó fue Jesús (2 Corintios 5:21).
María era un ser humano de carne y hueso, con una naturaleza pecaminosa y por  lo tanto pecó como lo hace usted o lo hago yo.  Fue una gran mujer, por algo fue escogida, pero algún pecadillo debió cometer. De no ser así, el libro de Romanos hubiera dicho que “todos pecaron menos la virgen María”.
En cuanto a que María tiene su trono en el cielo, resulta extraño que el apóstol Juan no lo  mencionase. Él tuvo una visión, en la cual fue llevado al cielo y describió todo lo que vio (en el libro del Apocalipsis). Él dice que vio a Jesús, también vio al Padre sentado en su trono y a su alrededor 24 tronos donde había sentados 24 ancianos y un cordero (Jesús) en medio de ellos (Apocalipsis 4 y 5).
¿Si María ocupa un trono en el cielo, porqué Juan no la vio? La respuesta es que María no ocupa ningún trono, María no es ninguna diosa, lo digo con todo respeto.
Satanás se inventó esta historia, al igual que la historia de Diana de los Efesios. Satanás pide la adoración para la reina del universo, una diosa falsa que usa el nombre de la madre de Jesús para hacernos cometer idolatría y quitarnos la salvación que Dios quiere para nosotros.
Yo no niego a la verdadera María, a la madre terrenal de Jesús. Ella es bendita entre todas las mujeres (Lucas 1.28). Nunca ha habido ni habrá otra mujer como María, razón por la cual Dios la escogió para que concibiera a Jesús. No me cabe duda, que ella está en el cielo con Jesús. Pero María debe de estar  muy molesta de que Satanás use su nombre para hacer que la humanidad se pierda al adorar y hacerle peticiones a una falsa diosa.
La religión afirma que el Señor elevó a María a la posición de "reina del universo". Sin embargo, la Biblia proclama que adorar a la "reina del cielo" provoca la ira a Dios. ¿A quién obedecer? Mientras que la religión insiste en exaltar a la diosa falsa, la Biblia dice que toda la exaltación debe ser para Jesús. ¿Y para quién es la gloria?

1 Pedro 4:11 Para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Mientras que la Biblia exalta a Jesucristo, la religión está decidida a menospreciarlo y a exaltar a la antigua Diana, que ha cambiado su nombre por María. Jesucristo, dio su vida y sufrió la cruel tortura de la cruz y es dejado a un lado y reemplazado por la diosa falsa. Que incongruente, es obra del enemigo, no te quede la menor duda.

1 Pedro 1:18-19 Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

Hechos 2:21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo

La Biblia nos enseña que fuimos rescatados por la sangre de Jesús, no por la sangre de María. También enseña que debemos invocar el nombre de Jesús para ser salvos, no el nombre de María. Esas falsas enseñanzas son doctrinas de demonios, lo digo con todo respeto y apegado totalmente a la palabra de Dios.
El Vaticano tiene registrados más de 2800 nombres y títulos que se le han dado a diferentes imágenes de María. El vaticano ha elevado a la diosa falsa, a un rango superior a Dios. Usted puede ver esto en el “rosario católico”. Por cada “Padre Nuestro” se rezan 10 “Aves Marías”. La mayor adoración es para María y no para el Padre ni para Cristo.
La palabra de Dios nos enseña una y otra vez que toda la gloria es para el Padre y no habla de ninguna gloria para María. Pero la religión enseña que toda  la gloria es para María. Enseña también, de manera indubitable que la devoción a Jesucristo va seguida de la devoción a María.
Para fomentar la adoración a María, la Iglesia Romana ha utilizado una serie de apariciones de imágenes que son una copia de Diana de los Efesios.
NO ha habido apariciones, sino que el catolicismo romano ha plantado esas imágenes, las han puesto estratégicamente para que alguien las encuentre como si hubiesen aparecido.
El abad de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, desmintió públicamente la supuesta aparición de la llamada Virgen de Guadalupe, y declaró la existencia de documentos que prueban que la aparición fue simplemente una estrategia del sacerdote misionero, el cual plantó la imagen para cristianizar al pueblo indígena de esa época.
Así ha sucedido en todos los casos, cada episodio ha originado una nueva imagen, una nueva María y naturalmente una nueva legión de adoradores.

Apocalipsis 13:14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 13:15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.

Somos tan ingenuos que ignoramos el poder del enemigo. El que promueve las imágenes y su adoración es el diablo. Por muchos años ha pedido que adoren santos y vírgenes, al final de los tiempos pedirá que adoren la imagen del anticristo, le dará aliento a esa imagen y hará que hable. Así que no se extrañe si una imagen llora o sale sangre de ella. Satanás tiene el poder para hacerlo.
Nadie ha visto jamás a la verdadera María. De hecho no existe una foto para saber cómo era María. Las imágenes de María son una copia adaptada de Diana de los Efesios.
“En efecto, con su asunción a los cielos, (María) no abandonó su misión salvadora, sino que continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna... Por su obediencia (María) fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano” (Catecismo católico 969 y  494).

La religión afirma que María, la madre de Jesús se salvó a sí misma y es la causa de la salvación de todo el género humano. Esta es la blasfemia más grande dicha por una religión. ¿Qué fue, que María murió por todos los pecadores?

Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos

La palabra de Dios dice, que no hay otro nombre en el que podamos ser salvos, que no sea el nombre de Jesús.
Pablo dijo que no hay otro evangelio, sino que algunos pervierten el evangelio de Cristo. (Gálatas 1:7). Pero si Pablo estuviese vivo, diría que sí hay otro evangelio: el evangelio falso de María. Que se diga que María se procuró su propia salvación y causó la salvación de todo el género humano nos habla de otro evangelio, diferente del que nos habla la palabra de Dios. Repito, es la blasfemia más grande que se ha dicho por una religión.
Sin pretender desmeritar a María, podemos decir que Dios la utilizó para llevar a cabo un propósito. El Espíritu Santo puso a Jesús en el vientre de María para que ella lo diera a luz y pudiese ser humano. Pero eso fue todo para María.
Jesús tuvo que hacerse hombre, para ello, Dios uso a María. Luego ella siguió una vida normal como la de cualquiera de nosotros. Ella fue un medio y nada más.
Cuando Jesús asistió a una boda en Caná, María le hizo ver que se había acabado el vino. Jesús le dijo: “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora” (Juan 2:4). Jesús le recordó que ella no era parte de su ministerio: Jesús no dijo: “¿No ha venido nuestra hora, sino mi hora” María no fue nunca parte del ministerio de Jesús.
La religión toma este pasaje para decir que debemos pedir a María para que interceda por nosotros ante Jesús. Esa es una manipulación de la palabra de Dios. Lo que tenemos que entender del pasaje, es que al igual que María, tenemos que acudir a Jesús para que haga los milagros, el intermediario es Jesús y no María.
Nadie acudió a María en esa ocasión para que fuese intermediaria. Ella acudió por cuenta propia a Jesús,  sin que nadie se lo pidiera.
No es mi intención desacreditar a María ni negarle su importante papel en el plan de Dios. Pero tampoco podemos atribuirle poderes y títulos que Dios no le ha concedido.
La diosa falsa se llamó Diana, hoy se llama María, pero no es María la madre de Jesús. Satanás ha impulsado la adoración de una diosa falsa para hacernos caer en idolatría y que muchos no alcancen la salvación.
Ella no hace apariciones, no es intermediaria entre Dios y los hombres, ni es la reina del Universo.

Juan 14:13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. La palabra de Dios dice que toda la gloria es para el padre.

Jesús enseño con toda claridad, que toda petición que hagamos debe dirigirse al Padre en el nombre de Jesús. No dijo que le pidiéramos a María, ni siquiera que le pidiéramos a él, lo que dijo fue que le pidiéramos al Padre en su nombre para que el Padre fuera glorificado.

En cuanto le hagas una petición a María, estarás contradiciendo a Jesús y le estarás quitando la gloria al Padre de que te conceda un milagro. Por favor, deja a un lado todo fanatismo religioso, despójate de las tradiciones y permite que el Espíritu Santo te enseñe toda la verdad; ese es el único propósito de este estudio.