LA MUJER SIN HIJOS ¿Qué dice la Biblia?

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Me han consultado: ¿Es pecado que una mujer decida no tener hijos?  Este es un tema delicado, polémico si se quiere, que no quisiera tratar, pero no puedo negarme a contestar.

La Biblia no habla directamente sobre el control de la natalidad, ni dice explícitamente que negarse a tener hijos es pecado. Yo no voy a dar mi opinión personal, simplemente voy a comentar algunos versículos de la Biblia que podrían darnos un poco de luz con respecto al tema:

Génesis 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, G y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

La Biblia dice que Dios creó al hombre, varón y hembra los creó y le di0 las siguientes responsabilidades básicas: 1) fructificar, 2) multiplicarse, 3) llenar la tierra y 4) sojuzgarla. Estas responsabilidades asignadas al hombre (varón y hembra)  no son opcionales, son mandatos obligatorios.

De acuerdo con la palabra de Dios, es nuestro deber como seres humanos, producir, es decir, sembrar para cosechar. De igual manera, debemos procrear, multiplicarnos, llenar la tierra y sojuzgarla.

Es una cadena de varios puntos, un punto lleva al otro, y no podemos detenernos en uno de los puntos porque le daríamos fin a la cadena. Si no producimos, no podemos procrear, porque nos moriríamos de hambre. Si no procreamos, no podríamos multiplicarnos. Si no nos multiplicamos, no podríamos llenar la tierra. Y si no llenamos la tierra, no podríamos sojuzgarla, que es el propósito final de Dios en esa cadena.

Jesús dijo que deberíamos dar cuentas al Padre Celestial del uso de nuestros talentos, y el que no produjera sería echado a las tinieblas de afuera, que allí sería el lloro y el crujir de dientes (Mateo 25:30).

Jesús estaba hablando del primer punto de la cadena, pero como un punto lleva al siguiente, es lógico que eso se aplicaría a los demás puntos de la cadena, lo que implica que la procreación no escaparía de esa rendición de cuentas.

Pareciera, que toda mujer “casada, fértil y saludable” está en la obligación de procrear hijos. Si una mujer (o un varón) decide no procrear hijos, de manera voluntaria, estaría poniendo fin a la cadena; eso sería revelarse contra Dios  y caminar en rebeldía.

LA REBELDIA

1 Samuel 15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

El anterior versículo nos revela que en la rebelión o desobediencia a Dios implica desechar su Palabra, que es lo mismo que oponerse a ella, o rechazarla.

Pero además, en esa rebelión  se incluyen dos pecados importantes: 1) la adivinación y 2) la idolatría.

¿Por qué adivinación? Porque están adivinando el futuro, pensando que “sucederá esto o aquello”, cuando solamente Dios lo sabe.

Por ejemplo, una mujer dice: “no voy a tener hijos porque me van a complicar la vida”, o “porque no podré alimentarlos”, o “porque voy a perder mi belleza”. Al decir tales cosas, está declarando su futuro, está adivinando lo que sucederá en su futuro, lo que es “como” pecado de adivinación.

¿Por qué idolatría? Porque la idolatría es poner la confianza en cualquier cosa o persona que no sea Dios, no solamente es poner la confianza en las imágenes, es también poner la confianza  en el trabajo, en el estudio, en la cuenta bancaria o en otra cosa. 

Si lo vemos al revés, nos queda más fácil entenderlo, o sea, no ver la idolatría como poner la confianza en alguien o algo,  sino en verla como desconfianza en Dios ¿Por qué una persona le hace peticiones a la Virgen María o a algún santo católico? La respuesta es una: Porque no confía en Dios, si confiara en Dios le pediría directamente a él.

¿Por qué Adán y Eva desobedecieron a Dios y comieron del fruto prohibido? Porque no confiaron en la palabra de Dios, que les dijo que morirían, más bien confiaron en la palabra del Diablo que les dijo que no morirían y serían iguales a Dios.

La idolatría es confianza en alguien o algo que no es Dios y es a la vez desconfianza en Dios. Si vemos un futuro en el cual no podemos alimentar a nuestros hijos, estamos imaginando lo que no sabemos, es decir, estamos adivinando, y a la vez estamos desconfiando en Dios. “Pero es que esa es la realidad”, dirá alguien por allí. Es quizás la realidad actual, pero no tiene por qué ser la realidad futura.

Santiago 4:13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 4:14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

Solamente Dios conoce el futuro, nadie puede decir lo que hará o sucederá mañana, porque la vida es como neblina que aparece y luego se desvanece, dice la palabra de Dios.

El pasado no existe y el futuro es incierto, debemos vivir el hoy. Si vivimos en un futuro incierto, estamos cometiendo el pecado de adivinación.

Cuando las mujeres se niegan a tener hijos por causa de su trabajo, por causa del estudio, para no perder la belleza,  porque creen que no podrán alimentar a sus hijos, porque simplemente creen que no nacieron para lidiar con los niños, o por cualquier otra causa, a la luz de la palabra de  Dios, estarían cometiendo el pecado de adivinación y de idolatría.

No estoy juzgando a las mujeres que deciden no tener hijos, no soy Dios para hacer eso, tampoco estoy dando mi opinión, les estoy refiriendo lo que la palabra de Dios dice.

Ahora, vayamos al plano espiritual. Satanás tiene el control del mundo, él es el príncipe de este mundo y los creyentes estamos en la obligación de desalojarlo y tomar el dominio.

La cadena natural es también una cadena espiritual, por lo tanto debemos producir, es decir poner los dones que Dios nos dio al servicio de la iglesia. Debemos  multiplicarnos, tener muchos hijos espirituales para llenar la tierra y desalojar de la misma al diablo y sus ángeles, que es el propósito final de Dios.

Desdichadamente, la desobediencia a Dios no es algo que solamente practican los incrédulos, es algo que practicamos a diario los creyentes, ya que no vivimos para Cristo (2 Corintios 5:20) y no damos a luz hijos espirituales.

Tan importante o más importante es dar a luz hijos espirituales, como lo es el dar a luz hijos naturales.

Las razones por las que no damos a luz hijos espirituales, son las mismas por las que muchos no tienen hijos naturales. Estamos pensando en el futuro, estamos pensando que debemos comprar una casa, un carro, hacer un viaje, todo lo que hacemos está pensado en el futuro aquí en la tierra, futuro incierto que nos hace vivir en el pecado de adivinación y de idolatría.

Todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu debería estar concentrado en asegurar un futuro después de la muerte y no en asegurar un futuro incierto antes de la muerte.

Romanos 9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?

Todos los argumentos humanos para no tener hijos, ya sean naturales o espirituales, y para no cumplir con los mandatos de Dios en general, son excusas que no tienen validez alguna ante el Creador. Con Dios no se discute, a Dios simplemente se le obedece ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó? ¿Por qué me has hecho así?  

LOS HIJOS SON LA HERENCIA DE DIOS

Salmo 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. 127:4 Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. 127:5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado…

Cuando vemos a los hijos naturales como una carga económica, emocional o psicológica, es por dos razones: 1) no conocemos la palabra de Dios o 2), la ignoramos.

La herencia que Dios nos da no son los bienes materiales, la herencia que Dios nos da son los hijos,  ellos son la única extensión de nosotros.

“Cosa de estima es el fruto del vientre y como saetas en manos del valiente son los hijos de la juventud, Bienaventurado el hombre que se llenó de hijos, no será avergonzado”, ha dicho Dios.

A los ojos de Dios, cada hijo es una bendición,  negarse a tener hijos es negarse a recibir de Dios la herencia más grande que nos da.  Y esto va también para los que se niegan a tener hijos espirituales, los cuales también son una bendición de Dios.

Tenemos que tener confianza en que no importa la cantidad de necesidades que tengamos, Dios las va a suplirlas todas, si tan solo lo obedecemos.

En Mateo 6:33 Dios dice que busquemos el reino de Dios y su justicia y él suplirá todas nuestras necesidades. Buscar el reino es sinónimo de obediencia, si obedecemos los mandatos de Dios, él va a suplir. 

Dentro del matrimonio, Dios  siempre suplirá porque lo ha prometido,  una familia cristiana con quince hijos pueden tener la misma confianza que una familia con un hijo.

EL PAPEL DE LA MUJER

1 Timoteo 1:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.

Dios tiene prohibido que una mujer tenga un ministerio de enseñanza en una congregación. No es que la mujer no puede enseñar, claro que la mujer puede enseñar, todos hemos sido llamados a enseñar, ya seamos varones o hembras, pero la mujer no puede “dedicarse” a la enseñanza ni ser la cabeza de una congregación por tres razones claramente explicadas:

1 Timoteo 2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva.

La primera razón es que el varón fue creado primero, “el varón no fue creado para la mujer”, sino que “la mujer fue creada para el varón”. Dios creo a la mujer para que fuese ayuda idónea para el varón, no para que el varón fuera su ayuda. Tampoco fue creada para que le quitara al varón su lugar como cabeza de familia.

1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

Hay un orden establecido por Dios: Cristo es la cabeza de todo varón y el varón es la cabeza de la mujer, así como Dios es la cabeza de Cristo. Cristo no puede ocupar el lugar de Dios, tampoco el varón puede ocupar el lugar de Cristo y tampoco la mujer puede ocupar el lugar del varón. Es algo establecido por Dios y el hombre no puede cambiar lo que Dios ha establecido.

1 Timoteo 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.

La segunda razón por la que la mujer no puede tener un ministerio de enseñanza o ser cabeza de una congregación, es que fue la mujer la que fue engañada por Satanás, no fue el varón.

Pero hay algo más, la mujer no se sujetó a su marido, ella tomó la decisión de probar el fruto prohibido sin autorización de su marido. Ella olvidó que tenía una cabeza a la cual respetar y obedecer. Por eso la escritura deja claro que hay una cabeza que respetar. La mujer debe entender que ella no puede ser la cabeza como lo quiso ser Eva en aquel momento.

Y lo peor de todo es que la mujer sedujo al varón para que probara del fruto prohibido. Eva le dijo a Adán algo así: “mira mi amor, yo probé del fruto prohibido y no me morí, pronto seré como Dios, prueba tú también, no hay nada que perder”.

1 Timoteo 2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

La tercera razón es que la mujer tiene una labor que cumplir dentro de su hogar: engendrar hijos. Dios no quiere a la mujer metida todo el día dentro de la iglesia porque la mujer ha sido creada para engendrar hijos y encargarse de su crianza. Dios no quiere que la mujer descuide una labor tan noble como lo es el cuidado de su familia.

Dios no le exige a la mujer que vaya a predicar, lo que le pide es que cuide su hogar y que deje la predicación a su marido. Es tan cierto esto, que Jesús no reclutó a ninguna mujer para que fuera una de sus apóstoles.

1 Timoteo 6:8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

La mujer trabaja porque ni ella ni su marido están contentos con el sustento y el abrigo, ambos quieren lujos, vehículos, casas, viajes y terminan enredados con créditos que no pueden pagar y muchos llegan al suicidio, terminan a la cárcel o tienen una muerte temprana ocasionada por el estrés.

En la actualidad, ya los niños no son creados por sus madres, sino por sus abuelas o por nanas. ¿Por qué le cuesta al varón conseguir trabajo? Porque millones de mujeres están llenando sus cupos. El hombre ha caído en la trampa del diablo y ha hecho leyes para que se contraten  la misma cantidad de hombres y mujeres. Eso parece justo a la vista del hombre, pero no es así a la vista de Dios: “Los pensamientos de los hombres y los caminos de los hombres no son los pensamientos ni los caminos de Dios” (Isaías 55:8).

La mujer no fue creada para competir con el varón ni para quitarle su trabajo o su lugar en la sociedad ni en la iglesia, sino para ser su ayuda idónea.

Lógicamente que la mayoría de los varones son culpables porque no cumplen con su rol de proveedores y la mujer debe ir a trabajar, pero esa no es la voluntad de Dios, su voluntad es que el marido provea lo suficiente para que la mujer ejerza su rol de madre y de esposa como debe ser.

Los varones se están acabando, han dejado  de ser la cabeza porque han dejado de ser los proveedores que deben ser. En la actualidad las mujeres ayudan con el pago de la casa, con el pago de los recibos, con la compra de los alimentos y esa no es obligación de la mujer.

El hombre es el único obligado, pero se le ha hecho cómodo dejar que la mujer trabaje para que le ayude con sus obligaciones. ¿Cuál es el pago? La pérdida de autoridad.

En miles de casos, es el varón el que está atendiendo el hogar mientras que la mujer trabaja. Es la mujer la que mantiene el hogar, ella está ocupando el lugar de autoridad que le corresponde al varón. Tal vez a muchos varones no les guste lo que se está diciendo aquí, pero esa es la verdad y deben aceptarla como tal.

La mujer se  salvará, “no solamente por ser madre” sino porque permanece en la fe, en el  amor y en la  santidad que recibió al creer y bautizarse (Marcos 16:16).  

Pero, la mujer que no tiene hijos por su propia voluntad y decisión, deberá rendir cuentas cuando se presente ante el tribunal de Cristo, aunque esto no quiere decir que perderá la salvación.

La familia es la base de la sociedad, eso reza nuestro código de familia. Pero debemos entender por familia la compuesta por tres miembros o más: un padre, una madre y los hijos. Un matrimonio sin hijos es eso, un matrimonio, pero no es una familia, más bien es el fin de una familia,  es el fin de la cadena.  Poder tener hijos es una bendición que viene del cielo, y no deberíamos rechazar esa bendición que muchos otros anhelan.

No encontré un versículo en la Biblia que diga que es pecado negarse a tener hijos, pero sí encontré versículos que dicen que es pecado desobedecer a Dios (2 Corintios 10:6, Colosenses 3:6, Hebreos 2:2, Deuteronomio 28, Levítico 26) y siendo la procreación un mandato divino, la negativa a procrear hijos, pareciera ser pecado ¿Qué opina usted? ¡Haga su comentario!