lunes, 12 de febrero de 2018

SIERVOS DE DIOS EN POLÍTICA ¡Qué dice la Biblia?

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El hecho de que por primera vez en la historia de nuestro país un candidato a Presidente sea un cristiano evangélico, ha causado una gran polémica. Muchos evangélicos están confundidos y muchos católicos ofenden al candidato olvidando por completo que el Vaticano es un Estado político religioso que ha estado inmiscuido en la política mundial durante toda su existencia.  Jesús diría: “el que esté libre que lance la primera piedra”.

¿Qué hay detrás de todo esto? Un nuevo orden mundial apóstata y diabólico  que se está implantando a la vista de todos por medio de la O.E.A, convirtiendo a los gobernantes de muchos países en marionetas que le sirven complacientes.

Pero se rasgan las  vestiduras y tildan de “hipócritas homofóbicos” a los que se les oponen, como han hecho con el pueblo de Costa Rica, que ha rechazado “la doctrina de la ideología de género”.

Y Dios no se va a quedar quieto; Él no solamente va a utilizar a algunos de sus siervos para que ese “cáncer ideológico” no nos carcoma a todos, sino que va a castigar con mano dura a los que lo acepten. El mismo Jesucristo vendrá a acabarlo y a tomar el control “político” del planeta. No estoy inventando nada, está profetizado en el libro del Apocalipsis:

Apocalipsis 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

¿Quiénes vendrán a gobernar la tierra? “Cristo y los cristianos” que no recibieron la marca de la bestia ni adoraron a su imagen. Ninguno que no sea cristiano tendrá parte en el reino de Cristo en la tierra.

Cristo acabara con la bestia (así le llama la Biblia al nuevo orden mundial y a su líder el anticristo) y establecerá su propio reino en la tierra ¿Cómo será ese reino? Un reino “político religioso”.

El término político procede de la acepción griega POLITIKE, que se definía como el arte de gobernar el estado.  

La historia humana es la historia de la lucha por el poder sobre la humanidad. Eso se inició en el Génesis, allí Dios sembró dos árboles muy significativos. Si el hombre comía del árbol de la vida era porque estaba dispuesto a cederle el control de su vida al Señor, mientras que el árbol de la ciencia del bien y del mal simbolizaba que el hombre quería tener el control de su propia vida y hasta el control de la vida de los demás.

Dios creo al hombre con el propósito de que  fructificara, se multiplicara, llenara la tierra y la sojuzgara” (Génesis 1:28) ¿Qué significa sojuzgar?, Significa gobernar, es decir Dios le entregó el gobierno de la tierra al hombre. Dios quería que el hombre gobernara la tierra y se dejara guiar por él, pero el hombre no solo rechazo a Dios, sino que le entregó el gobierno de la tierra al diablo:

Lucas 4:5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 4:6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 4:7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

Note usted que el diablo le ofreció los reinos del mundo a Jesús, afirmando que a él le habían sido entregados. Y Jesús no negó tal cosa, porque era cierta.

A partir del momento en que el hombre le entregó el dominio de la tierra al diablo, se inició una lucha espiritual aquí en la tierra entre Dios y el hombre que persiste hasta el día de hoy.

Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

La lucha nuestra no es contra los gobernantes, es contra los que gobiernan a los gobernantes, a los seres espirituales de maldad que están detrás de ellos influenciándolos y manejándolos a su antojo.

El mejor ejemplo lo podemos ver en el capítulo 28 de Ezequiel, allí Dios le dijo al profeta que levantara endechas sobre el rey de Tiro, y describe al rey como el arcángel que se rebeló contra él, porque ese arcángel llamado Lucero es ahora el diablo y satanás que estaba detrás del trono del rey de Tiro y está hoy detrás del trono de muchos gobernantes.

El diablo quiere que veamos lo bueno como malo,  y que veamos las tinieblas como luz, pero Dios ha dicho “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20).

Necesitamos hombres de Dios que al igual que Ezequiel levanten endechas contra el diablo, y que no digan que lo bueno es malo ni que las tinieblas son luz, aunque los tachen de homofóbicos y de hipócritas.

Como dijo el apóstol Pablo: “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10) ¿De quién eres siervo tú?

El pensador Pablo A. Deiros dijo: “la política es la preocupación por todo lo que tiene que ver con el bienestar común en términos de una nación, en sus relaciones internas y externas. El ejercicio político implica preocupación por el país y su destino histórico”.

Como quiera que definamos la política nunca es tan mala para justificar que los cristianos nos retiremos de participar de nuestros deberes ciudadanos, ni tan buena que no sintamos la necesidad de impregnarla constantemente con los valores éticos de la fe cristiana.

Si creemos que los cristianos no tenemos que meternos en política, entonces no tenemos por qué ir a votar ¿No le parece? Por el contrario, los cristianos estamos llamados a evangelizar la política.
Albert Butterfield, historiador inglés, dijo: “ningún hombre ha inventado todavía una estructura política, sin que la inventiva del diablo no encuentre la manera de explotarla para sus fines perversos”.

Dios es la suprema autoridad, por él han sido establecidas las instituciones terrenales y sus autoridades (Romanos 13:1). Dios lo ha ordenado de esa manera para hacer posible la vida ordenada y pacífica de los seres humanos hasta que Cristo venga

El poder político establecido por Dios es una realidad evidenciada en los pasajes bíblicos de Génesis 1:28, Mateo 22:17-22, Romanos 13:1-7, 1 Timoteo 2:1-2 y 1 Pedro 2:13-17, Apocalipsis 20:4, entre otros.

El teólogo William Barclay dijo: “ningún hombre puede vivir completamente separado de la sociedad de la que es miembro.

Como parte de la nación, los cristianos gozamos de beneficios y de deberes, no es razonable reclamar los privilegios y negarse a los deberes. El hombre tiene deberes para con el Estado y debe cumplirlos aunque sea Nerón quien esté sentado en el trono.

Mateo 22:17 Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? 22:18 Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 22:19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 22:20 Entonces les dijo:¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 22:21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. 22:22 Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.

En este pasaje Jesús dijo que tenemos que cumplir con Dios pero también con el Estado; aunque no debemos mezclar ambas cosas, tampoco debemos separarlas. Y Jesús llamó hipócritas a los que lo tentaron con la pregunta.

Generalmente, los cristianos de todos los tiempos se han marginado de la política porque ven la política como una actividad perniciosa que gradualmente puede corromper la conciencia del cristiano.

Filipenses 3:20  dice que nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; mientras que Juan 17:11 y 16 dice que no somos de este mundo ¿Cómo entender eso?

No somos de este mundo, porque “hemos sido librados de la potestad de las tinieblas, y trasladados al reino del amado Hijo de Dios” (Colosenses 1:13).

Lo que esto significa es que en sentido espiritual todos los hombres somos parte del reino de las tinieblas o somos parte del reino de Dios. Todos nacemos siendo parte del reino de las tinieblas, pero al creer en el Evangelio de Cristo y bautizarnos (Marcos 16:16, Hechos 2:38, 2:41) dejamos de ser parte del reino de las tinieblas para pasar a engrosar las filas del reino de Dios, lo que significa que ahora somos hijos de Dios, que todos nuestros pecados han sido perdonados y que al morir vamos a ir al cielo.

Pero mientras tanto seguimos viviendo en este mundo, somos ciudadanos del cielo que estamos temporalmente en la tierra y por lo tanto también somos ciudadanos de la nación donde vivimos.

Los cristianos somos de dos mundos, el físico y el espiritual. Somos del reino de los cielos y somos de Costa Rica, en nuestro caso. No existe un solo pasaje bíblico que ordene al cristiano aislarse  de los problemas y necesidades de su nación y renunciar a su papel de ser luz, sal y levadura del mundo (Mateo 5:13-16 y 13:33).

Dios le ordeno a Moisés liberar a los judíos de Egipto. Su liberación no solamente fue espiritual, sino también física.

Dios estableció todo un plan para que José terminara gobernando en un país gentil como lo es Egipto, para poder salvar a su pueblo del hambre.

Profetas como Daniel, Nehemías, Zacarías e Isaías influyeron positivamente sobre el poder político de su época.  Y Deborah, Esther y Betzabe, fueron mujeres que ejercieron su influencia en el poder político con la sabiduría de Dios.

Yo no recomiendo a ningún cristiano que se inmiscuya en la política, interviniendo más allá del voto, porque en la política resulta fácil resbalar por errores propios, por zancadillas, y trampas que tienden enemigos políticos, además la calumnia y la difamación son parte del juego, como lo hemos visto en estas elecciones. Pero ello no significa que esté prohibida por Dios.

Si bien es cierto que un candidato cristiano puede pecar y cometer los mismos errores de los que no son cristianos, también es cierto que hay en ellos algo que no está en los que no son cristianos, ese algo es el Espíritu Santo, el cual les ha sido dado para guiarlos.

También hay en ellos un temor a Dios que no existe en los candidatos que no son cristianos. Y cuando hablo de cristianos no hablo de religiones, no me refiero a católicos o evangélicos, me refiero a tener a Cristo morando en su espíritu y viviendo por ellos (Gálatas 2:20).

 2 Timoteo 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

Este versículo parece dar a entender que ningún cristiano debería enredarse en la política. Por mucho tiempo yo pensé que efectivamente el cristiano que se metía en política estaba desobedeciendo a Dios. Y muchos cristianos lo usan para hacer ver la actividad política como algo satánico.

Sin embargo, si leemos el versículo detenidamente, vemos que no habla de política, habla de “negocios de la vida” ¿Y cuáles son los negocios de la vida?  El trabajo, el estudio, las empresas, la diversión, todo lo que sucede en nuestro entorno. Si tomamos el versículo de manera literal, entonces como cristianos tendríamos que dejar el trabajo y todo lo que hacemos.

Pero no es así, en esta oportunidad  el Apóstol Pablo, está dirigiéndose a su discípulo Timoteo, para exhortarlo a que se mantuviera firme ante las pruebas  y tribulaciones que tenía que pasar en el mundo. Lo que le está diciendo es que nunca hiciera la palabra de Dios a un lado, a pesar de todo lo que le pueda ocurrir en su vida, y que se dejara guiar por ella.


2 Corintios 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Cristo murió por todos nosotros, para que todos vivamos para él. Significa exactamente lo mismo de 2 Timoteo 2:4, significa tener prioridades, significa que las cosas de Dios ocupen un primer lugar en nuestras vidas, no significa que dejemos el trabajo, el estudio y todo lo demás por causa del evangelio.   

Los tesalonicenses habían entendido algunos versículos de manera literal y habían dejado sus trabajos, entonces Pablo les dice: “el que no quiere trabajar, entonces que no coma.” (2 Tesalonicenses 3:10)

Es mejor un candidato cristiano que uno que no lo es. Y Dios no prohíbe que un cristiano gobierne, todo lo contrario, porque eso es quitarle poder al diablo.

No podemos apartar lo espiritual de lo político, Dios nos libre que llegue al poder un hombre que no tiene valores cristianos, que se burle de la Biblia como están haciendo muchos que hoy adversan al candidato cristiano.

Debemos emitir el voto por aquel candidato que tenga temor de Dios y el coraje para oponerse a  las exigencias del nuevo orden mundial; sin importar que lo tachen de homofóbico e hipócrita. Suficiente para que Dios le de la sabiduría de gobernar un pueblo, que para los anticristianos y los antivalores ya no es “pura vida”.