miércoles, 8 de noviembre de 2017

EL JUSTO POR LA FE VIVIRA

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El pasado domingo 24 personas fueron asesinadas en un condado de Texas y otro tanto fueron heridas gravemente mientras se congregaban en una iglesia cristiana. ¿Por qué Dios permite que sucedan estas cosas? Es la gran interrogante que la humanidad se ha hecho a través de los siglos.
Esto me recuerda que la Biblia menciona a un profeta llamado Habacuc.  Este profeta escribió un pequeño libro y al leer el mismo usted descubrirá que él tuvo que buscar la respuesta a la interrogante que nos acabamos de hacer.  
Habacuc vivió en Judá y esta ciudad vivía en un tiempo de gran aflicción, la nación estaba llena de violencia, de odio y de estallidos de maldad y su aflicción se ve reflejada en las primeras frases del libro:

Habacuc 1:1 La profecía que vio el profeta Habacuc. 1:2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? 1:3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. 1:4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.

¿Tenemos aquí el caso de un hombre que está preocupado por la violencia que está viviendo, que clama al señor en busca de una respuesta por la violencia, la injusticia y la opresión que percibe a su alrededor, pero pareciera que Dios está de vacaciones.
Había tanta corrupción que la misma llegaba a las cortes, pero  las mismas cortes también estaban corruptas y los corruptos no eran castigados,  tal y como está sucediendo actualmente en nuestro país. Cualquier semejanza con el “cementazo” es pura coincidencia.
Habacuc sabe que la única manera era acudir ante el Justo de los justos, por lo tanto ha estado orando repetidamente pero no ha obtenido ninguna respuesta. De modo que su perplejo corazón clama confuso: “¿Hasta cuándo clamaré y no oirás, hasta cuando daré voces por causa de la violencia y no salvarás?
Habacuc ha estado esperando un cambio, ha estado esperando para ver si se producía un avivamiento,  pero no sucedía nada ¿Se siente usted igual que el profeta? ¿Se siente que ora en vano?
Mire a su alrededor, no hay valores, la corrupción se ha introducido no solamente en el  poder ejecutivo, sino también en el poder legislativo y en el judicial. Se ha perdido la confianza en las instituciones estatales. ¿Ha estado usted orando por los políticos esperando que Dios los toque pero no sucede nada, tal y como le sucedió a Habacuc.  Pero, de pronto Dios se le revela a Habacuc:

Habacuc 1:5 Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.

Dios le dice a Habacuc que él no está ignorando nada, que está trabajando en ello, la solución viene pronto, solo que esa solución no es lo Habacuc espera ni creería:

Habacuc 1:6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas. 1:7 Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad. 1:8 Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se apresuran a devorar. 1:9 Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena. 1:10 Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará terraplén y la tomará. 1:11 Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.


Dios dice que está preparándose para levantar a los caldeos (babilonios). En aquel momento los caldeos no eran una nación importante, eran los asirios los que tenían asustadas y sometidas al resto de las naciones.
Pero Dios dice que esa pequeña nación se levantará para cambiar la historia del mundo y afirma que Él está detrás de todo eso.
El pueblo caldeo es un pueblo hostil, implacable y sanguinario y va a ser tan poderoso como lo han sido otras naciones de la tierra, arrasará y conquistará todo, y dará la impresión de que nada lo puede detener.
Y este pueblo le atribuirá su poder a su dios, ofendiendo de esa manera al único Dios verdadero, que es el que realmente lo levantará para cumplir con sus propósitos.
Es evidente que esa respuesta sorprende a Habacuc. Si para comenzar creyó tener un problema, ahora tendrá que enfrentarse a uno de grandes dimensiones. ¿Cómo es posible que Dios resuelva las cosas de esa manera?, se habrá preguntado.
¿Cómo es posible que un Dios justo y amoroso permita que los malos les hagan daño a los creyentes? Esa es la pregunta que le hacen los incrédulos a los creyentes. Y los mismos creyentes se preguntan ¿Por qué Dios permite que personas que se congregan para adorarlo sean exterminadas en un segundo?, tal y como sucedió en Texas.
¿No era cierto que Dios enviaría sus ángeles para protegerlos? Por cosas como estas, la fe de muchos se debilita y comienzan a dudar de la existencia de Dios.
¿Nos hemos estando engañado al imaginar una imagen paterna que le llamados Dios y que en realidad no existe? El motivo por el que decimos esto es por la aparente inactividad de Dios.

1 Corintios 1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.

Al leer el anterior pasaje tenemos que reconocer que Dios hace las cosas de manera muy diferente a la que nosotros la haríamos. Siempre está escogiendo a las personas equivocadas según nuestro pensar y haciendo las cosas del modo más sorprendente.
Y no es que lo haga así para confundirnos, sino porque  simplemente “sus caminos no son nuestros caminos ni sus pensamientos son nuestros pensamientos” (Isaías 55:8), y nuestra limitada mente humana no acierta a entender que él hace lo correcto.
¿Qué es lo que hay que hacer cuando nos encontramos ante estos cuestionamientos que amenazan nuestra fe?  Lo primero que hay que hacer es detenerse a pensar en Dios, sin carne tal y como lo hizo Habacuc.

Habacuc 1:12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.

Habacuc expresa lo que conoce de  Dios, que es un Dios eterno que está por encima de la historia y el tiempo, que no tiene principio ni fin. Piensa en un Dios que creó el universo  y al hombre, pero no con el propósito de castigarlo y destruirlo.
Cuando aparezcan los caldeos, ellos confiarán en sí mismos o en su dios ocasional (Habacuc 1:11, pero Dios no es una de esas deidades ocasionales que el hombre inventa), sino que Dios abarca toda la historia y gobierna estos acontecimientos.
El profeta dice:"¿Acaso no eres tú desde el principio, oh JEHOVA, Dios mío?" Mientras muchos iban por ahí afirmando que Dios no existe, Habacuc se recuerda que Dios existe por sí mismo y es eterno.
Luego hace memora de la santidad de Dios: "Santo mío”. ¿Qué significa Santo mío?

Hebreos 1:10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. 1:11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, 1:12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán.

Santiago 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Estos versículos describen la santidad de Dios, Ser santo es ser apartado. Dios es un aparte de nosotros, él no es igual a nosotros. Mientras que nosotros somos impuros, él es puro. Mientras que nosotros somos falsos, él es la única verdad, en él no hay falsificación ni tiene mezclas ni cambia ni deja de ser y lo gobierna todo. Y a diferencia de nosotros, él es eterno.

Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.


Jesús era el reflejo del Padre, y estaba lleno de gracia y de verdad, dos elementos de la santidad de Dios. La única verdad está en él y sin la gracia de él nada somos, todo procede de él.
"No moriremos” afirma el profeta. ¿Qué quiere decir? Que Dios hizo un pacto con Abraham mediante el cual le prometió levantar una nación y bendecir en ella a todos los pueblos de la tierra, así que no va a permitir que sean exterminados para siempre.
"Oh Jehová, para juicio pusiste a los caldeos; tú, oh Roca, los has establecido para castigar" ¿Hay alguna duda de que Dios hace esto en la historia? Dios ha permitido a través de la historia que diversos pueblos azoten a Israel cuando este pueblo le ha  dado la espalda. No hay duda alguna de que ese es el motivo por el que se les permitió a los nazis hacerse tan rápidamente con el poder y matar luego a millones de judíos.

Habacuc 1:13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿Por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, 1:14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne? 1:15 Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará. 1:16 Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su porción, y engrasó su comida. 1:17 ¿Vaciará por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?

Habacuc ve que Dios está levantando a los caldeos  con el propósito de  disciplinar a Israel, pero es algo que no entiende ¿Por qué permitir que un pueblo incrédulo y más malvado que el suyo les va a pasar por encima.

Hebreos Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

La respuesta la encontramos en el libro a los Hebreos. Dios disciplina y azota  a los que ama para que no se pierdan. Dios nos quiere mostrar con el castigo sobre Israel su manera de actuar. Alaba a Dios cuando eres disciplinado, porque Dios te está diciendo que te ama.

Ante su confusión Habacuc cree que lo mejor es dejarle el problema a Dios y esperar en él:

Habacuc 2:1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.

¿Puede usted hacer esto? Cuando tiene un problema, ha orado y no recibe respuesta, está dispuesto a esperar confiando en Dios.  Eso es lo que nos derrota con frecuencia, pero el profeta no se deja vencer y afirma que continuará esperando la respuesta.

Habacuc 2:2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.

Entonces Dios le responde y le dice que escriba esa respuesta en unas tablas porque quiere que todo aquel que la lea corra a transmitir el mensaje.

Habacuc 2:3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

Dios le deja claro que no será algo que sucederá de inmediato, pero sucederá porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios (2 Corintios 1:20)

Habacuc 2:4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

Estas palabras que se citan en el Nuevo Testamento, tanto  en Romanos, como en Gálatas y en Hebreos, fueron precisamente las que abrieron los ojos de Martín Lutero y dieron origen a la reforma evangélica:  "El justo por la fe vivirá”, no por sus obras, para que no se enorgullezca o gloríe. Los que confían en mí sobrevivirán, los que no confían morirán, es lo que Dios le está diciendo a Habacuc.
Mediante estas palabras Dios nos está diciendo también a nosotros,  que solamente podemos enfrentar la vida de dos maneras: 1)  por medio de la fe, dependiendo únicamente de Dios, y/o 2) con una actitud de incredulidad, dependiendo de nuestros propios medios o habilidades.
Eso es lo que simbolizaban los dos árboles del edén, el árbol de la vida simboliza el confiar en Dios y el árbol de la ciencia del bien y del mal simboliza el confiar en nosotros mismos.  Dios puso ambos árboles ante el primer hombre y los sigue poniendo hoy en día, está en nosotros escoger de cuál árbol comer.
Cada uno de los seres humanos sobre la faz de la tierra encaja en una de estas dos categorías. O bien confían en su propia sabiduría para hallar las soluciones a los problemas, o confían en que Dios lo hará por ellos.
Sin embargo, existe una mayoría de creyentes que creen que hay una tercera categoría, mediante la cual se puede  mezclar las obras con la gracia, pero esto no es así:

Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

Si es por gracia no es por obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y viceversa. Yo no puedo orar a Dios por sanidad y luego irme al médico. O hago una cosa o hago la otra. Si oro por sanidad y luego voy al médico estoy demostrando incredulidad y mezclando la gracia con las obras.
Eche un vistazo a los relatos de los hombres y las mujeres que se mencionan en el capítulo 11 de Hebreos. ¿De qué manera cambiaron el mundo de su época? Nos dice que soportaron como viendo al que era invisible, sin esperar que el hombre hiciese nada.
Estaban esperando que Dios obrase y así lo hizo siempre. Al obrar Dios, las cosas empezaron a cambiar y la historia de esa clase de obra es la asombrosa historia del éxito de hombres y mujeres que fueron capaces de cerrarle la boca a los leones, subyugaron reinos, derrocaron tronos, ganaron imperios y cambiaron el curso de la historia por medio de la fe, no contando con lo que pudiera hacer ellos.

Habacuc 2:5 Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos. 2:6 ¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda tras prenda? 2:7 ¿No se levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás despojo para ellos? 2:8 Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas.

Ponga atención lo que Dios le dice al profeta: "Ay del hombre que vive para acumular bienes materiales”, De repente serán despojados, el momento tarde o temprano llegará, Dios lo ha prometido. O vivimos para obtener las  cosas del mundo o vivimos para Cristo (2 Corintios 5:15), no hay término medio.

Habacuc 2:9 ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal! :10 Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida. 2:11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
2:12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad! 2:13 ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano. 2:14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar. 2:15 ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez! 2:16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria. 2:17 Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciudades y de todos los que en ellas habitaban. 2:18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?

"¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, poniendo en alto su nido para escaparse de mano de la calamidad! Ay de aquel que dedica todos sus esfuerzos a sentirse seguro y a salvo cuando llegue a viejo. Dios dice que se encontrará con que los fundamentos sobre los que se ha apoyado le serán arrebatados y todo aquello en lo que ha invertido le será quitado. ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre y del que establece la aldea con iniquidad! Ay de aquellos que confían en la violencia para obtener lo que quieren. ¡Ay del que da de beber a su compañero del cáliz de su ira y lo embriaga para mirar su desnudez!
 Ay del hombre que crea temor en los que le rodean con el fin de gobernarles y de aprovecharse de ellos. Ay del político que se aferra al poder y quiere más y más poder sobre las gentes, como Maduro en Venezuela, Castro en Cuba y Ortega en Nicaragua. Ya les llegará su tiempo y su pago.

Habacuc 2:19 ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él.

Y ay del hombre que confía en los falsos ídolos, ay del que confía en las imágenes hechas por los hombres pues no tienen vida. Como cuesta que las personas entiendan que solamente debemos adorar al único Dios verdadero, porque si le damos honra a los falsos ídolos, tarde o temprano vendrá su pago, sino aquí, en la otra vida.

Habacuc 2:20 Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.

Finalmente, el profeta ha encontrado su respuesta. Dios es el Dios de su historia, se está moviendo, está sentado en su trono y lo tiene todo bajo control. Lo mejor es callar, porque no sabemos lo que hablamos, es la gran conclusión del profeta.

Habacuc 3:2 Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.

Habacuc comenzó diciendo: "¿Señor, ¿por qué no haces algo?” Y ahora termina diciendo: "Señor, aviva tu obra en medio de los tiempos, pero hazla conocer, y  en tu ira no olvides la misericordia”.
No hay más filosofía, ni teología, ni más argumentar con Dios. Esta oración es una de las más hermosas que podemos encontrar en las santas  Escrituras.
Habacuc 3:3 Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza. 3:4 Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder.

Lo que Dios ha hecho en el pasado es lo que convence a Habacuc de que puede confiar en él. Se basa en los acontecimientos pasados, mediante los cuales Dios ha demostrado su fidelidad.
Y es que nuestra fe no es  totalmente ciega, se  apoya en los hechos de Dios que están  escritos en la Biblia. Basta con recordar la manera en que Dios liberó a los judíos de la esclavitud de Egipto. Basta en recordar los milagros de Jesús para que nuestra fe se avive y nos recuerde que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

Habacuc 3:5 Delante de su rostro iba mortandad, Y a sus pies salían carbones encendidos. 3:6 Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron, sus caminos son eternos. :7 He visto las tiendas de Cusán en aflicción; Las tiendas de la tierra de Madián temblaron. 3:8 ¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos te airaste? ¿Fue tu ira contra el mar. Cuando montaste en tus caballos, Y en tus carros de victoria? 3:9 Se descubrió enteramente tu arco; Los juramentos a las tribus fueron palabra segura. Selah Hendiste la tierra con ríos.

El profeta recuerda que el pueblo de Israel se vio afligido en el desierto y como temblaron en medio de Madian. Luego piensa en cuando cruzaron el Mar Rojo y de qué modo Dios les abrió camino en medio de las aguas y se acuerda de cómo el Río Jordán se abrió y pudieron llegar a tierra firme.

Habacuc 3:10 Te vieron y tuvieron temor los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo dio su voz, A lo alto alzó sus manos. 3:11 El sol y la luna se pararon en su lugar; A la luz de tus saetas anduvieron, Y al resplandor de tu fulgente lanza.

El sol y la luna se detuvieron en su cenit. Esta es la clase de Dios que tenemos. El Dios que, de hecho, interviene en la historia humana para realizar acontecimientos que nadie puede duplicar. Al pensar el profeta en todo ello, su mente medita en la grandeza de Dios y así es como concluye:

Habacuc 3:16 Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas. 3:17 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados 2 no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 3:18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. 3:19 Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.

El profeta ve el problema y sabe que viene. Lo temible del problema se apodera de él y siente la presión, pero con todo, él se alegrará en Jehová y se gozará en su salvación porque Dios es su fortaleza que lo hace andar en las alturas.
El Señor es mi fortaleza, esa es la verdad del Nuevo Testamento y es la solución a todos los problemas.

Juan 16:33 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Jesús no prometió que no habría aflicción, pero nos dijo que tuviéramos paz ante la aflicción porque él venció al mundo, y nosotros somos más  que vencedores en  Cristo Jesús (Romanos 8:37), no en nuestras fuerzas, sino en Cristo Jesús.
No importa lo que esté pasando, no tenemos que cuestionar a Dios, solo tenemos que recordar que somos vencedores en Cristo Jesús, que Dios está sentado en el trono, que aún tiene el control y que está preparando la solución. Tal vez no entendamos por qué permite que sucedan algunas cosas, pero si lo permite es por algún motivo que solamente él conoce. Ese es el mensaje de Dios en Habacuc para el mundo.






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