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Miles de personas peregrinan año con año a la Basílica
de los Ángeles, con el fin de darle honra y hacerle peticiones a la “imagen” de
la “virgen de los Ángeles”, a quien
apodan “la negrita”.
De joven participé varias veces en esas
peregrinaciones, pero en la actualidad no participo ¿Por qué antes sí y ahora
no? Yo participaba en las peregrinaciones porque creía que me beneficiaba y que
agradaba a Dios, según había aprendido de una tradición. Pero en cuanto comencé
a estudiar la palabra de Dios, me entere que Jesús enseñó que “algunas tradiciones invalidan los
mandamientos de Dios” (Mateo 15:6), y la adoración a “la negrita” es una de esas tradiciones, lo que cambió mi manera
de pensar.
Yo no pretendo quitarle la fe a nadie, mi único
propósito es que los creyentes se enteren de lo que Dios piensa al respecto.
Si buscara agradar a los hombres no escribiría
sobre este tema, pero como debo agradar
a Dios, aunque no quiera, debo hacerlo, sino, no sería siervo de Cristo (1 Corintios 1:10).
Las peregrinaciones tienen como objetivo ofrecer
un “sacrificio” para recibir un
milagro, pero eso es comprar la gracia.
Y la gracia no se compra, somos salvos
por gracia y por gracia recibimos los milagros, no porque ofrezcamos
sacrificio alguno, no por obras para que nadie
se gloríe (Efesios 2:8-9).
Si tenemos
que hacer algo para recibir la gracia de Dios, estaríamos desechando la gracia
y por demás murió Cristo (Gálatas 2:21).
Lo peor de todo, es que las personas se inclinan y le dan honra a la imagen
de la negrita, invalidando con esa
tradición la palabra de Dios que
dice:
Éxodo 20:4
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni
abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 20:5 No te inclinarás
a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que
visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de los que me aborrecen,
El mandamiento de Dios es claro, nadie puede
hacer ninguna imagen de ninguna criatura para
inclinarse ante ella y darle honra, eso incluye a la virgen María.
La ciudad
de Éfeso,
en el país actual de Turquía, fue el lugar en donde el apóstol Pablo inició su
ministerio. En esa época y en ese lugar se adoraba a la falsa diosa “Diana de los efesios”, la “Reina
del Cielo”.
Diana era la diosa más venerada en todo el
Imperio Romano. Su templo en Éfeso era considerado una de las Siete Maravillas
del Mundo y durante todo el año se ofrecían ofrendas y sacrificios a la imagen
de aquella falsa diosa.
El apóstol Pablo le hizo la guerra, predicando
el evangelio de Cristo y enseñando que “no son dioses las imágenes que se hacen con
las manos”. No fue fácil
para Pablo enfrentarse a los fanáticos de Diana, pero lo hizo y por causa de su
predicación, muchas personas creyeron, dejaron la adoración a Diana y se
convirtieron a Cristo. Como era de esperarse, esto enfureció a los que hacían
las imágenes:
Hechos 19:23
Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. 19:24 Porque
un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no
poca ganancia a los artífices; 19:25 a los cuales, reunidos con los obreros del
mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra
riqueza; 19:26 pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en
casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son
dioses los que se hacen con las manos. 19:27 Y no solamente hay peligro de que
este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la
gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad
de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. 19:28 Cuando oyeron
estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los
efesios!
Pabló se enfrentó a las turbas y a muchas
situaciones de peligro por predicar contra la adoración a la falsa diosa Diana.
Y logró una victoria momentánea, porque la adoración a Diana disminuyó
notablemente. Los efesios dejaron de adorar a Diana, dejaron de ofrecerle
sacrificios y dejaron de comprar sus imágenes para adorarlas. Satanás había sido derrotado.
Cientos de años atrás, el patriarca Abraham era de Ur de los caldeos. Tanto
en ese lugar como en Harán, en donde vivió 40 años, se adoraba a la Diosa Luna, que era la misma Diana de
los efesios, y vea usted lo que Dios le dijo al profeta Jeremías:
Jeremías 7:15
Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la
generación de Efraín. 7:16 Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por
ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. 7:17 ¿No ves lo que
éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 7:18 Los
hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la
masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses
ajenos, para provocarme a ira. 7:19 ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová.
¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión? 7:20 Por tanto, así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este
lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y
sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Dios le dijo a Jeremías que no debía orar por su pueblo, porque Él no escucharía sus oraciones. Aunque te enseñen lo contrario, la
verdad es que Dios le dará la espalda a quienes adoren imágenes porque detrás
de cada imagen hay un demonio.
En este caso en particular Dios dijo que “Los hijos recogen la leña, los padres
encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina
del cielo”. Note usted, que toda la familia participaba en la adoración a
la falsa “reina del cielo”.
Eso sigue sucediendo en nuestros días, familias
enteras en todo el mundo adoran a la reina del cielo. La diferencia entre
aquellos y éstos es que a la reina del cielo le cambiaron el nombre de “Diana” por “María”; de esta manera los creyentes “creen” que adoran a la madre de Jesús y que eso no ofende a Dios. Equivocados, vean lo que piensa Dios:
Jeremías 44:7
Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué
hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y
la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente
alguno, 44:8 haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo
incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para
vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas
las naciones de la tierra?
Dios dijo que se hacen un gran mal, que buscan su destrucción al ofrecer incienso
a las obras de sus manos o sea a las imágenes, las cuales adoran como dioses,
porque buscan con ello que Él se enoje y los acabe.
Apocalipsis
3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o
caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca.
Jesús vomita a los tibios pues le producen
náuseas. Los tibios son aquellos que además de adorar al único Dios verdadero,
también adoran las imágenes de las vírgenes,
de los santos católicos y las de otros dioses falsos.
La idolatría es la estrategia satánica que envía
más personas al infierno. Y es que Dios ha dictado sentencia: ningún idólatra tiene entrada en el reino
de Dios (Efesios 5:5).
Dios no perdona la traición. Desgraciadamente,
la idolatría ha alcanzado la cifra más
elevada en la historia de la humanidad. Millones de cristianos adoran a Dios, ven a Jesús como
su salvador pero también veneran dioses creados en el Vaticano, a los cuales
les llaman “santos”, se inclinan ante sus imágenes, les hacen peticiones y les
dan honra. Y tienen una diosa por sobre
todos los santos y por encima del mismo Jesús, a la cual le llaman “María, la reina del Universo”.
Satanás usó la religión para hacernos idolatrar
a una diosa, a la que le puso el mismo
nombre de la madre terrenal de Jesús. Eso no vino de Dios porque Dios prohíbe
tajantemente la idolatría. Dios no va a
permitir que se adore a ninguna diosa, aunque use el nombre de María, porque
Dios en su justicia jamás va a violar su propia ley.
Apocalipsis
17:1 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló
conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera,
la que está sentada sobre muchas aguas; 17:2 con la cual han fornicado los
reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino
de su fornicación.
La gran ramera será destruida al final de los
tiempos. En términos humanos, una ramera es aquella que traiciona a su esposo
con otro hombre; en términos espirituales, la ramera es la religión que traiciona a Dios con dioses falsos, es aquella que usa el nombre de Dios y de Cristo, pero
que permite la fornicación espiritual, porque eso es la idolatría, una
fornicación espiritual.
Satanás utilizó el nombre de Diana en el pasado,
para que adorasen a una falsa diosa que no existía. En la actualidad usa para
los mismos fines el nombre de María, la
madre terrenal de Jesús.
Los que la adoran, creen que adoran a María, pero
en realidad están adorando a una diosa
falsa e inexistente, a la misma Diana de los Efesios, que ahora tiene otro
nombre. Están traicionando a Dios y trayendo el mal hacía sus casas. María la
verdadera, no tiene vela en este entierro y debe de estar muy molesta con los
que hacen mal uso de su nombre.
Con el tiempo, con la aparición de las
religiones, en especial del catolicismo romano, Satanás volvió a reconquistar Éfeso.
No es casualidad que fue precisamente en el concilio
de Éfeso llevado a cabo en el año 431
que se instituyó la adoración a María.
No fue Dios ni fue Cristo, tampoco los
apóstoles, fueron los religiosos engañados por Satanás, los que iniciaron la adoración a María. Tuvieron
que pasar más de 400 años para que esto sucediera.
Con su predicación, Pablo había liberado a Éfeso de la idolatría. Durante los siguientes
trescientos años Turquía (antigua Efeso) fue un país donde sus habitantes eran
cristianos en un 99%. Luego vino el concilio ¿Y qué sucedió? Turquía volvió a su
pasado. En la actualidad, este país tiene una población de más de 60 millones
de habitantes, de los cuales el 97%
practican el Islam. El 3%
sobrante de la población son judíos, cristianos o de otra religión. El
cristianismo pasó de un 99% a un 1% aproximadamente. Lo logrado por
Pablo se echó a la basura, Satanás se
recuperó gracias a la idolatría. Y los pocos católicos cristianos que hay
actualmente en Turquía, adoran a María
los 365 días del año, todo gracias al concilio de Efeso.
Como la religión católica es mundial, esa
idolatría se extendió a todos los lugares del mundo. Los devotos se
arrodillan ante su imagen, la honran y
le oran, como si de alguna manera ella pudiera concederle sus peticiones o
interceder ante Dios para tal efecto. No se les ocurre pensar, que esas
oraciones lo que hacen es atraer el mal hacia ellos. Muchos dirán ¿Cuál mal, si
me hizo un milagro? No sabemos si el milagro lo hizo Dios. Y el mal consiste en
que la idolatría les arrebata la salvación.
María es usada insistentemente por la religión,
como intermediadora entre Dios y los hombres. ¿Qué dice la Biblia?
1 Timoteo
2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre
La palabra de Dios es clara y nos dice que
solamente hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, el hijo de Dios. No es María, no es ninguno de los doce
apóstoles ni tampoco ningún santo católico.
Finalmente,
la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original,
terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria celestial y enaltecida por Dios como Reina del universo (Catecismo católico 966)
La religión decidió declarar a María como la “reina del universo”, la nueva Diana de
los Efesios Para ello Declaró que ella fue preservada de toda mancha de pecado,
que terminada su vida en la tierra fue llevada al cielo y enaltecida por Dios
como Reina del Universo.
Usted no encontrará ningún versículo en toda la
Biblia que diga ni insinúe esa ocurrencia. NO hay evidencia en la palabra de
Dios para hacer semejante afirmación. Eso es obra de Satanás para desviar tu
atención, para que adoren a una falsa diosa y no al único Dios verdadero.
La religión dice que María no pecó, que fue
preservada inmune de toda mancha de pecado original. ¿De dónde sacaron esta
otra ocurrencia? Esto contradice totalmente la palabra de Dios que dice:
Romanos
3:23 Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
La Biblia dice que todos pecaron, y la palabra
“todos” incluye a María, a Pedro, a Juan, a Elías, a David, a Moisés y a todos
los grandes hombres de Dios. Nadie se queda afuera. La Biblia dice que el único
que no pecó fue Jesús (2 Corintios 5:21).
María era un ser humano de carne y hueso, con
una naturaleza pecaminosa y por lo tanto
pecó como lo hace usted o lo hago yo. Fue una gran mujer, pero algún pecadillo debió
cometer. De no ser así, el libro de Romanos hubiera dicho que “todos pecaron menos la virgen María”.
En cuanto a que María tiene su trono en el
cielo, resulta extraño que el apóstol Juan no lo mencionase. Él tuvo una visión, en la cual
fue llevado al cielo y describió todo lo que vio (en el libro del Apocalipsis).
Él dice que vio a Jesús, también vio al Padre sentado en su trono y a su
alrededor 24 tronos donde había sentados 24 ancianos y un cordero (Jesús) en
medio de ellos (Apocalipsis 4 y 5).
¿Si María ocupa un trono en el cielo, porqué
Juan no la vio? La respuesta es que María no ocupa ningún trono, María no es
ninguna diosa, lo digo con todo respeto.
Satanás se inventó esta historia, al igual que
la historia de Diana de los Efesios. Satanás pide la adoración para la reina
del universo, una diosa falsa que usa el nombre de la madre de Jesús para
hacerte cometer idolatría y quitarte la salvación que Dios quiere para ti.
Yo no niego a la verdadera María, a la madre
terrenal de Jesús. Ella es bendita entre todas las mujeres (Lucas 1.28). Nunca ha habido ni habrá
otra mujer como María, razón por la cual Dios la escogió para que concibiera a
Jesús. No me cabe duda, que ella está en el cielo con Jesús. Pero María debe de
estar muy molesta de que Satanás use su
nombre para hacer que la humanidad se pierda al adorar y hacerle peticiones a
una falsa diosa.
La religión afirma que el Señor elevó a María a
la posición de "reina del universo". Sin embargo, la Biblia proclama
que adorar a la "reina del cielo" provoca la ira a Dios. ¿A quién
obedecer? Mientras que la religión insiste en exaltar a la diosa falsa, la
Biblia dice que toda la exaltación debe ser para Jesús. ¿Y para quién es la
gloria?
1 Pedro
4:11Para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, quien pertenecen la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Mientras que la Biblia exalta a Jesucristo, la
religión está decidida a menospreciarlo y a exaltar a la antigua Diana, que ha
cambiado su nombre por María. Jesucristo, dio su vida y sufrió la cruel tortura
de la cruz y es dejado a un lado y reemplazado por la diosa falsa. Que
incongruente, es obra del enemigo, no te quede la menor duda.
1 Pedro
1:18-19 Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación,
Hechos
2:21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo
La Biblia nos enseña que fuimos rescatados por
la sangre de Jesús, no por la sangre de María. También enseña que debemos
invocar el nombre de Jesús para ser salvos, no el nombre de María. Esas falsas enseñanzas son doctrinas de demonios, lo digo con
todo respeto, y apegado totalmente a la palabra de Dios.
El Vaticano tiene registrados más de 2800
nombres y títulos que se le han dado a diferentes imágenes de María. El
vaticano ha elevado a la diosa falsa, a un rango superior a Dios. Usted puede
ver esto en el “rosario católico”.
Por cada “Padre Nuestro” se rezan 10 “Aves Marías”. La mayor adoración es para María y no para el Padre ni para Cristo.
La palabra
de Dios nos enseña una y otra vez que toda la gloria es para el Padre y no
habla de ninguna gloria para María. Pero la religión enseña que toda la gloria es para María. Enseña también, de
manera indubitable que la devoción a Jesucristo va seguida de la devoción a
María.
Para fomentar la adoración a la diosa falsa, la
Iglesia Romana ha utilizado una serie de apariciones
de imágenes de María, que por cierto no tienen ningún parecido a ella, sino
que son una copia de Diana de los Efesios.
NO ha habido apariciones, sino que el
catolicismo romano ha plantado esas imágenes, las han puesto estratégicamente para
que alguien las encuentre como si hubiesen aparecido.
El abad de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de
México, desmintió públicamente la
supuesta aparición de la llamada Virgen de Guadalupe, y declaró la
existencia de documentos que prueban que la aparición fue simplemente una estrategia
del sacerdote misionero, el cual plantó la imagen para cristianizar al pueblo
indígena de esa época.
Así ha
sucedido en todos los casos, cada episodio ha originado una nueva imagen, una
nueva María y naturalmente una nueva legión de adoradores.
Apocalipsis
13:14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha
permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la
tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 13:15
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen
hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.
Somos tan ingenuos que ignoramos el poder del
enemigo. El que promueve las imágenes y su adoración es el diablo. Por muchos
años ha pedido que adoren santos y vírgenes, al final de los tiempos pedirá que
adoren la imagen del anticristo, le dará
aliento a esa imagen y hará que hable. Así que no se extrañe si una imagen
llora o sale sangre de ella. Satanás tiene el poder para hacerlo.
Nadie ha visto jamás a la verdadera María. De
hecho no existe una foto para saber cómo era María. Las imágenes de María son
una copia adaptada de Diana de los Efesios.
“En
efecto, con su asunción a los cielos, (María) no abandonó su misión salvadora,
sino que continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la
salvación eterna... Por su obediencia (María) fue causa de la salvación propia
y de la de todo el género humano” (Catecismo
católico 969 y 494).
La religión afirma que María, la madre de Jesús
se salvó a sí misma y es la causa de la salvación de todo el género humano.
Esta es la blasfemia más grande dicha por una religión. ¿Qué fue, que María
murió por todos los pecadores?
Hechos
4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos
La palabra de Dios dice, que no hay otro nombre
en el que podamos ser salvos, que no sea el nombre de Jesús.
Pablo dijo que no hay otro evangelio, sino que
algunos pervierten el evangelio de Cristo. (Gálatas 1:7). Pero si Pablo estuviese vivo, diría que sí hay otro
evangelio: el evangelio falso de María. Que se diga que María se procuró
su propia salvación y causó la salvación de todo el género humano, nos habla de
otro evangelio, diferente del que nos habla la palabra de Dios. Repito, es la
blasfemia más grande que se ha dicho por una religión.
Sin pretender desmeritar a María, podemos decir
que Dios la utilizó para llevar a cabo un propósito. El Espíritu Santo puso a
Jesús en el vientre de María para que ella lo diera a luz y pudiese ser humano.
Pero eso fue todo para María.
Jesús tuvo que hacerse hombre, para ello, Dios
uso a María. Luego ella siguió una vida normal como la de cualquiera de
nosotros. Ella fue un medio y nada más.
Cuando Jesús asistió a una boda en Caná, María
le hizo ver que se había acabado el vino. Jesús le dijo: “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora” (Juan 2:4). Jesús le recordó que ella no
era parte de su ministerio: Jesús no dijo: “¿No ha venido nuestra hora, sino mi hora” María no fue nunca parte
del ministerio de Jesús.
La religión toma este pasaje para decir que
debemos pedir a María para que interceda por nosotros ante Jesús. Esa es una
manipulación de la palabra de Dios. Lo que tenemos que entender del pasaje, es
que al
igual que María, tenemos que acudir a Jesús para que haga los milagros,
el intermediario es Jesús y n María.
Nadie acudió a María en esa ocasión para que
fuese intermediaria. Ella acudió por cuenta propia a Jesús, sin que nadie se lo pidiera.
No es mi intención desacreditar a María ni
negarle su importante papel en el plan de Dios. Pero tampoco podemos atribuirle
poderes y títulos que Dios no le ha concedido.
La diosa falsa se llamó Diana, hoy se llama
María, pero no es María la madre de Jesús. Satanás ha impulsado la adoración de
una diosa falsa para hacernos caer en idolatría y que muchos no alcancen la
salvación.
María fue una mujer única, bendita entre todas
las mujeres. Pero eso fue todo para ella. Ella no hace apariciones, no es
intermediaria entre Dios y los hombres, ni es la reina del Universo.
Juan 14:13
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. La palabra de Dios dice que toda la gloria es para el
padre.
Jesús enseño con toda claridad, que toda petición que hagamos debe dirigirse
al Padre en el nombre de Jesús. No
dijo que le pidiéramos a María, ni siquiera que le pidiéramos a él, lo que dijo
fue que le pidiéramos al Padre en su
nombre para que el Padre fuera glorificado.
En cuanto le hagas una petición a María, estarás
contradiciendo a Jesús y le estarás quitando la gloria al Padre de que te
conceda un milagro.
Por favor, deja a un lado todo fanatismo
religioso, despójate de las tradiciones y permite que el Espíritu Santo te
enseñe toda la verdad.
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