martes, 14 de noviembre de 2017

COMO PERMANECER FIRMES?

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Estamos viviendo una época en que desde niños y gracias a la tecnología somos estimulados a la pornografía, al homosexualismo, a la apostasía y hasta el suicidio. Esto no es nuevo, lo nuevo es la tecnología y el fácil acceso a esas cosas, ya que desde el principio, el diablo ha estado buscando la manera de corrompernos y de desviarnos de la verdad.  Todo lo que Dios ha prohibido, el diablo lo ha presentado como permitido ¿Cómo mantenernos firmes ante esas amenazas demoniacas?
El apóstol Pablo le escribió una carta a un discípulo llamado Timoteo, quien estaba viviendo en medio de una civilización que se estaba desmoronando, y esa carta puede servirnos de guía.
Timoteo tenía un espíritu temeroso, una manera un tanto tímida de enfocar la vida y se le presentaban desafíos a los cuales no podía hacerles frente con sus recursos naturales.
Esta palabra, de puño y letra del apóstol Pablo, es la última que tenemos de él  y viene a ser, por así decirlo, el canto del cisne, sus últimas palabras de exhortación, pero no solamente para Timoteo sino para todos nosotros los creyentes en general.

2 Timoteo 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús.

¿Se le ha ocurrido a usted pensar que el evangelio es "la promesa de vida en Cristo Jesús? Pues sí, el evangelio es la promesa de vida, no solamente la promesa de vida eterna, sino la promesa de vida en este mundo.
Hay un consenso religioso muy generalizado que nos hace creer que estar en Cristo significa renunciar a las cosas bellas de esta vida. Muchas personas que se convierten ya no escuchan música, tampoco ven televisión, ni se divierten de manera alguna porque creen que Cristo llegó a prohibir todo eso cuando dijo: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25).
Pero el Señor Jesús no quiso decir eso, lo que nos quiso decir es que al estar en Cristo nuestras prioridades cambian, ya no dedicamos nuestro mayor tiempo para acumular bienes materiales sino para traer a otros a Cristo, es decir, ya no vivimos para nosotros mismos sino que vivimos para Cristo, pero eso no significa para nada que no podamos divertirnos y disfrutar las cosas bellas de esta vida.
Jesús  también dijo que el vino a darnos vida y vida en abundancia (Juan 10:10), lo que se puede traducir como larga vida, plena y llena de gozo.
Estar en Cristo es más bien como el puente que nos ayuda a atravesar la autopista de la vida sin temor a ser atropellados, en otras palabras, nos ayuda a vivir la vida sin desviarnos del camino de la salvación.

2 Timoteo 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Alguien pregunta: ¿Qué va a pasar con Trump o con el nuevo orden mundial?  No tengo ni idea, nadie lo sabe, lo que sí sabemos es que no tenemos que estar ansiosos o acobardados, porque eso no es algo que procede de Dios. El Espíritu de Dios es un espíritu de poder, de amor y dominio propio y ese Espíritu ha sido depositado en nosotros para poder enfrentar esta vida.
Dios nos ha dado un espíritu de poder para caminar a paso firme, confiados en que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece (Filipenses 4:13). Nos ha dado un espíritu de amor que echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor (1 Juan 4:18).
Y también nos ha dado un espíritu de dominio propio que no es otra cosa que renunciar a nuestra voluntad, entregándole a Dios todo nuestro ser para que él haga que se cumpla en nosotros su voluntad agradable y perfecta  (Romanos 12:1-2).

2 Timoteo 1:13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 1:14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros..

Lo que sigue es guardar la sana doctrina que se nos ha revelado a través de las santas escrituras.  La sana doctrina es como un león que no necesita defensa, se defiende a sí mismo. Y eso es  precisamente lo que tenemos que hacer con la sana doctrina, no necesitamos argumentos humanos, la palabra de Dios se defiende por sí misma, solo dejemos que ella se propague libremente.
Hay muchos creyentes que se han apartado de la verdad, siguiendo las doctrinas que algún falso profeta  dominado por la ceguera y oscuridad de su propio corazón, les ha enseñado.
La falsa doctrina de la prosperidad, la falsa doctrina de aceptar a Cristo, la falsa doctrina de las dos naturalezas, la falsa doctrina del Reino ahora son algunas de ellas y califican como doctrinas de demonios porque nos desvían de la verdad ¿Por qué hay miles de denominaciones cristianas? ¿Es debido a que, en su ceguera, muchos se han negado a seguir la sana doctrina de las santas escrituras.

2 Timoteo 1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,

No debemos avergonzarnos de dar testimonio de nuestro Señor sin importar las aflicciones que eso nos pueda traer, pues estás no son comparables con la gloria venidera que en nosotros habrá de manifestarse (Romanos 8:18)

2 Timoteo 2:1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

En cierta ocasión escuché a un predicador decir: “Cuando lo intento, fracaso, cuando confío, Él tiene éxito”. Eso es lo que significa esforzarse en la gracia,  es decir, no en nuestras propias fuerzas sino en el poder que recibimos de lo alto.
Muchas personas tratan de vencer el pecado y la tentación por sí mismas y fracasan, lo mismo al trabajar en la obra cristiana, y el fracaso se debe a que lo hacen en sus propias fuerzas.
Se necesita el Espíritu Santo, es el Espíritu Santo el que  vence por nosotros, es el Espíritu Santo que nos ha sido depositado en el día del bautismo (Hechos 2:38) el que puede hacer que andemos en los estatutos de Dios, guardemos sus preceptos y los pongamos por obra (Ezequiel 36:37).
Sin el Espíritu Santo, nuestra vida es una vida de fracaso, esa es la razón por la cual el diablo se ha encargado de que en las iglesias se enseñe que el  bautismo es una simple ordenanza y no una fuente de poder.
Entonces, el esforzarse en la gracia no se trata de hacer un esfuerzo físico sino en  descansar en Dios, aprendiendo cómo depositar nuestra confianza en la obra del Espíritu Santo.

2 Timoteo 2:2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

Transmite la palabra, enseña a otros para que esos otros enseñen a otros. No podemos guardarnos nada de lo que hemos aprendido, más bien debemos transmitir a otros lo que sabemos.
Recordemos la parábola de los talentos, el que no haga uso de los talentos que ha recibido, será llamado siervo inútil y echado en las tinieblas de afuera, donde es el lloro y el crujir de dientes (Mateo 25:30)

2 Timoteo  2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.

Y sufre como buen soldado de Cristo”, toda persona que está en Cristo ha sido llamada a sufrir por causa del evangelio. Esto es así porque cuando usted habla del evangelio le hace la guerra al infierno, y el diablo se vendrá con todo contra ti.
Hay creyentes que nunca sufren penalidades, todo está bien en sus vidas, entonces se creen muy puros y la verdad es otra. No sufren penalidades porque son siervos inútiles que no hacen nada por la causa de Cristo, y por supuesto que el diablo no se va a meter con ellos porque le conviene que sean así.
Y el sufrimiento del que se habla aquí no son necesariamente enfermedades o problemas económicos, sino más bien el sufrimiento que soportamos cuando somos despreciados por causa de nuestra fe.
Si ponemos en práctica la gracia, si sufrimos pacientemente, y seguimos la sana doctrina y entonces Dios nos guardará:

2 Timoteo 1:12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

Sabemos que hemos creído en un  Dios todopoderoso que protege su verdad en nuestras vidas y protege nuestras vidas en su verdad, eso es lo que nos mantiene firmes en la fe.

2 Timoteo 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.

El pensamiento en este caso, es una dedicación absoluta a la labor del soldado, sin desviarse para nada. Entréguese de lleno a ello, de forma que pueda usted complacer a Dios, que le ha llamado a ser soldado ¿Cómo puede usted agradar a Dios si tiene otros propósitos en su vida?

2 Timoteo 2:5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2:6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 2:7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

Un verdadero creyente es como un atleta. Eso significar ser disciplinado y luchador incansable por la causa. Nadie es coronado al menos que haya luchado y lo haya deseado con todos sus fuerzas.
La mayoría de cristianos no tienen nada de atletas, la mayoría son cristianos nominales que se paran a ver pasar los corredores pero no participan de la carrera; no esperen ser coronados.
Y el cristiano verdadero es también como un agricultor que no va esperar frutos sin haber sembrado. Escucho a muchos cristianos hablar del arrebato y de su participación en la Cena de Bodas del Cordero sin haber trabajado para ello; se están engañando a sí mismos. La salvación es un regalo de Dios, pero para estar en la Cena de Bodas del Cordero hay que haber trabajado.
La vida cristiana no es una en la que nos relajamos tranquilamente mientras sigue su propio camino, sino que exige una diligencia y una disciplina de nuestra parte.

2 Timoteo 2:7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. 2:8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 2:9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.

Hay algo que debemos recordar  acerca de Jesús, él es capaz de estar con usted en cualquier momento y en cualquier ocasión, no está limitado ni por espacio, ni por tiempo ni por geografía y está a su disposición ahora mismo porque ha resucitado.
Además,  es de la descendencia de David, o sea que es tan humano como usted, ha estado donde usted está y ha pasado por lo que usted está pasando y  tuvo los mismos temores que usted tiene.
Usted puede ser apresado por causa del evangelio, pero la palabra de Dios jamás porque Jesús ha resucitado y usted también lo será en el día postrero.

2 Timoteo 2:11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 2:12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.

Debemos recordar que si morimos vamos a vivir con él, así que no hay que temerle a la muerte. Si sufrimos por él, bendito sea Dios, reinaremos con él.
Pero si lo negamos, él también no negará. Si somos infieles, el consuelo es que él permanece fiel porque él no puede negarse a sí mismo.

2 Timoteo 2:14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2:16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 2:17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 2:18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.

Aquí Pablo nos está diciendo que evitemos las trampas y los engaños que pueda haber en el camino. La primera es acerca de las discusiones por las palabras, aquí se no refiere a las doctrinas sino a las opiniones más allá de lo que está escrito (1 Corintios 4:6).
Cuando alguien viene a nosotros con algún tema que no está en la Biblia,  simplemente tenemos preguntar “¿En qué versículo bíblico está escrito eso?” Te dirán que no está en la Biblia, entonces decimos “si no está en la Biblia, entonces no hablemos de eso” porque eso es lo que nos manda la Biblia.

Judas 3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

Como buenos soldados de Cristo tenemos que defender el evangelio, contender ardientemente por la fe contra las falsas doctrinas. Pero no debemos contender por palabras o por opiniones, y esto es principalmente  para con los débiles en la fe:

Romanos 14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 14:2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 14:3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.

Los débiles en la fe no tienen el conocimiento necesario para poder contender acerca de algunos temas, más bien no tienen la fe suficiente, creen que esto o aquello los condena. No debemos discutir acerca de esas cosas, debemos hacernos los tontos y esperar que maduren. Pero repito, sí debemos contender ardientemente contra aquellos que enseñan alguna apostasía, por causa de los oyentes.

2 Timoteo 2:23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 2:24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 2:26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

Debemos desechar las cuestiones necias que generan contiendas innecesarias, no estamos para ser contenciosos sino para enseñar y corregir con mansedumbre a los que se oponen a la verdad, para que quizás escapen de los lazos del diablo.

2 Timoteo 2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2:20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 2:21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Ahora se nos dice que el fundamento de Dios es firme y que él conoce a los suyos. Yo puedo aparentar lo que sea, pero solamente Dios conoce mi corazón, solamente él sabe si soy de él o no lo soy.
Luego viene un mandato: “apártese de la iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”. ¿Qué es la iniquidad? La iniquidad es la tendencia a pecar que se transmite de generación en generación como un castigo (Éxodo 20:4-5, Éxodo 34:6-7,  Números 14:34-35).
El mundo es como una casa grande, hay de todo, hay vasos para honra y vasos para deshonra, así que el que se limpie de la iniquidad por la obra del Espíritu Santo, será un vaso para honra dispuesto para toda buena obra.

2 Timoteo 2:22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

He aquí una palabra de consejo para un joven que sentía en su interior la excitación de la pasión, de los impulsos sexuales y otros anhelos, por vivir en una sociedad saturada de sexo como la nuestra. Esa es la segunda trampa que nos tiende el diablo,  la trampa de usar la gracia como libertinaje en donde la homosexualidad, por ejemplo, ya no es nada malo, es algo normal, y los que no estamos de acuerdo somos homofóbicos.
Y la tercera trampa o engaño que encontramos en el camino es la actitud de rebeldía:

2 Timoteo 3:1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

Los postreros días no se refiere a los tiempos del fin de la iglesia en la tierra, sino que incluyen todo el período de tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo.
Desde el día mismo en que nuestro Señor se levantó de entre los muertos han sido los "postreros días”. Y en estos días, habrá círculos repetitivos de aflicción, y ahora mismo estamos pasando por uno de ellos, en que los hombres están angustiados, en los que existen extrañas fuerzas demoniacas que actúan en la sociedad, creando terribles problemas y durante estos tiempos de aflicción veremos representadas ciertas características, de las cuales Pablo nos ofrece una lista:

"amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella, a estos evita” (2 Timoteo 3:2-5)

Nos encontramos ante las características de una rebelión ¿Cómo se puede evitar caer en esa trampa? Evitando esa clase de personas, apartándonos de los tales (1 Timoteo 6:5). No significa que no podemos convivir con ellos, significa que no caemos en la trampa de seguir sus falsas doctrinas y sus malos comportamientos.

2 Timoteo 3:6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 3:7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 3:8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 3:9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.

Este tipo de hombres se meten en las casas y arrastran a las mujeres en sus concupiscencias, siempre están aprendiendo pero nunca aprenden nada, como resultado de su debilidad en la fe. Resisten a la verdad, son corruptos de entendimiento como Janes y Jambre, los dos magos que se opusieron a Moisés ante la corte del faraón (Éxodo 7:11).  
Pero no llegarán muy lejos, su insensatez resultará evidente a todos, como sucedió en el caso de estos dos hombres, su falsedad será manifiesta.

Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, y por ello has recibido persecuciones y padecimientos, Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;  y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús, Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (2 Timoteo 3:10-16)

Es nuestra obligación enseñarles las escrituras a nuestros hijos desde pequeños para que les sirva de apoyo y los haga salvos para la salvación que es por fe en Cristo Jesús y puedan enfrentar todas esas cosas tal y como le sucedió a Timoteo, ellas están para enseñar para redargüir, para corregir y para instruir en justicia. Sin ellas estaremos perdidos.

2 Timoteo 4:1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Un último consejo para Timoteo y para todos los creyentes de nuestro tiempo, predica la palabra, distribúyela, proclámala. No te limites sencillamente a creer en la palabra, habla sobre ella, cuéntaselo a otras personas. Declara la gran verdad que Dios te ha dado.
Tres cosas: convence, reprende y exhorta; para contrarrestar las características de una época de decadencia los peligros que se nos presentan.

2 Timoteo 4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Esa es la realidad de nuestro tiempo, millones de personas no escuchan la sana doctrina, se dejan arrastrar por las religiones, tienen comezón de oír. Son montones los falsos maestros y montones las fábulas que enseñan. Si las personas no estudian las escrituras caerán en sus trampas.
Por eso Dios nos ha nombrado como embajadores de su reino (2 Corintios 5:20), para que llevemos la verdad  por todo el mundo y les hagamos la contra.
A continuación, el apóstol finaliza con esta maravillosa palabra de testimonio, relacionada con su propia experiencia:

"Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido en sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día. Y no solo a mí, sino también a todos los que han amado su venida." ( Timoteo. 4:6­8)

El apóstol se encuentra encerrado en una diminuta celda, confinado y pasando frío, casi en total oscuridad, escribiendo a la luz de una antorcha, sabiendo que su destino ya está decidido. Ya ha aparecido una vez ante Nerón, ese monstruoso emperador, y tiene que aparecer de nuevo ante su presencia, y sabe bien cuál será el resultado en esta ocasión. Será llevado fuera de las murallas de la ciudad y con un golpe de espada, le cortarán la cabeza, que rodará por el polvo, y ese será el fin.
Lucas cuenta en el libro de Los Hechos de los Apóstoles que, al final de su vida Pablo fue denunciado por los judíos y apresado en Jerusalén por revoltoso y agitador social (Hechos 21,27-40); que estuvo dos años preso en Palestina, y luego fue trasladado a Roma para ser juzgado por el emperador. Pero al llegar a la capital del Imperio, el libro de Los Hechos termina de golpe y deja a los lectores sin saber qué pasó con Pablo.
En el año 180 encontramos, por primera vez, la información que luego se convertirá en la tradición oficial de su muerte. Figura en un libro apócrifo, llamado Los Hechos de Pablo, y dice que a éste lo mató el emperador Nerón, en Roma, cortándole la cabeza.
Independientemente de la manera en que Pablo haya fallecido, es darnos cuenta de que  Pablo ve más allá de su muerte: “Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día”.  Que hermosa conclusión, la muerte no es más que un viaje a la presencia de Dios.  Pero mezclado con ese sentimiento hay otro elemento muy humano:

Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.1 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.  A Tíquico lo envié a Efeso.  Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.  Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.  Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta” (2 Timoteo 4:9-16).

Que soledad estaba viviendo el apóstol en aquel momento, se sentía abandonado por todos sus amigos e hijos en la fe. El diablo hará sus esfuerzos para que eso que le sucedió a Pablo te suceda a ti también. Te sentirás que estás solo, luchando sin apoyo de nadie, tal vez trabajando en vano, que triste realidad. Dichosamente hay un “pero”.

2 Timoteo 4:17  Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. 4:18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Aunque la familia y los amigos nos abandonen, debemos tener en claro que el Señor siempre estará con nosotros y nos liberará de toda obra mala para preservarnos para su reino celestial. A él sea la gloria, repítelo una y otra vez, a él sea la gloria, él siempre estará a nuestro lado hasta el final de nuestros días.
Esa maravillosa carta que debió estremecer el corazón de Timoteo, es también para  nosotros, para que nos mantengamos firmes, para que sigamos el ejemplo de las sanas doctrinas, para que participemos en los sufrimientos con gozo y con un espíritu de ecuanimidad por causa del evangelio, no devolviendo mal por mal, sino bien por mal, y recordando que él puede guardar lo que ha depositado en nosotros.





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