lunes, 20 de febrero de 2017

EL PODER DE LA MENTE

Descargar pdf
¿Si al estar en Cristo, somos nuevas criaturas, todas las cosas pasaron y son hechas nuevas(2 Corintios 5:17), por qué el homosexual sigue siendo homosexual?  Es la pregunta que me han formulado.
Para empezar debo decir, que no solamente el homosexual sigue siendo homosexual, también el drogadicto sigue siendo drogadicto, el alcohólico sigue siendo alcohólico y muchos siguen siendo lo que eran.
Aunque tengan un nuevo nacimiento, seguirán siendo lo que eran hasta que dejen de ser esclavos de su mente.
Un alcohólico dice que no puede dejar de ser alcohólico, un drogadicto dice que no puede dejar la droga y un homosexual dice que nació homosexual y no puede dejar de serlo. Claro que se puede, “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” (Filipenses 4: 13), fuera de Cristo es otra cosa.
Somos lo que creemos para bien o para mal, es el tremendo poder de la mente. He conocido muchos homosexuales y una gran mayoría de ellos me confesaron que terminaron siendo homosexuales después de ser violados por otro hombre. Esa violación fue como una sombra que los perseguía, los acusaba, los señalaba, y se convirtió en una fortaleza mental que los convirtió en esclavos de su mente. Llegaron a creer que ellos eran homosexuales sin serlo.  
Otros nacen siendo homosexuales, atraídos por las personas del mismo sexto.  No es que tienen hormonas femeninas o algún problema en el ADN, eso está descartado por los médicos.  Nacieron con una atracción hacia las personas del mismo sexo y el problema está en sus mentes.
En el capítulo 1 de Romanos, del verso 19 al 32, se explica que la creación es una muestra visible de que existe un Dios creador, que no hay excusa para no creer  en Dios. Es evidente y lógico que un Dios  todopoderoso tiene que haber creado tanta perfección. Sin embargo, el hombre se negó a creer  en un dios que no veía. En lugar de glorificar a Dios y darle gracias por la creación, se envaneció, se creyó sabio y se hizo necio, y le dio la gloria a las criaturas creadas. Peor aún,  hizo imágenes de esas criaturas para darles toda honra ¿Muy sabio no?
El hombre cambió la realidad de Dios por la mentira de su mente, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador. Y ya que el hombre creó una mentira  en su mente  al darle la gloria a las imágenes, entonces Dios hizo que en su mente creyera que le gustaban las personas del mismo sexo, entregándolo a pasiones vergonzosas, haciendo que las mujeres tuvieran relaciones entre ellas y los hombres entre ellos, recibiendo de esa manera el pago a su extravío mental.
Como  no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen. Una mente reprobada es una mente esclava de sus propias mentiras, es una mente que cree que una mentira es su realidad.
Fueron atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;  murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,  necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;  quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Éxodo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,.

Dios lo dejó claro, si hacen imágenes y se inclinan ante ellas para darles honra, entonces yo visitaré la maldad sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación. En otras palabras, Dios haría que esas generaciones fuesen atestadas de maldad y nacieren con una mente reprobada.
Como vemos, la homosexualidad y muchas otras malas prácticas del hombre, son una esclavitud mental con la que muchos nacen por culpa de la idolatría de sus antecesores. Como quien dice, Dios castiga donde más duele. Pero pueden liberarse en Cristo Jesús.
Para entender un poco mejor las cosas, recordemos que el hombre es espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23), ese es el orden correcto, primero espíritu, luego alma y por último cuerpo. Están enumerados en ese orden porque Dios quiere que el espíritu domine el alma y que el alma domine el cuerpo. Si eso sucediera, nadie haría nada incorrecto.
Así era en el jardín del Edén, pero con la caída del hombre, las cosas cambiaron. Al comer del fruto prohibido, un espíritu de pecado se introdujo en el hombre  (Romanos 7:20) y lo indujo a pecar  e hizo que el orden se invirtiera: los deseos del cuerpo pasaron a dominar el alma y el alma  pasó a dominar el espíritu:

Romanos 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Observe que aunque el hombre, en su espíritu quiere agradar a Dios, no puede porque son más poderosos los deseos del cuerpo y de la mente que los deseos del espíritu. Por algo Jesús dijo: “el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil(Mateo 26:41).
En el jardín del Edén, Dios tenía comunicación con el hombre a través de su espíritu. Esa comunicación era con el espíritu y no en el alma. Pero cuando el hombre cayó, esa comunicación se perdió porque el alma que era dominada por el espíritu pasó a ser dominante y el espíritu pasó a ser dominado o anulado.
El diablo le dijo a Eva que si comía del fruto prohibido, serían abiertos sus ojos y sería como Dios sabiendo el bien y el mal (Génesis 3:5). No era que iba a convertirse en Dios, que quizás fue lo que entendió Eva, sino que le serían abiertos los ojos de su alma, y que tendría su propio concepto de lo que era el bien y el mal. Es decir, sería su propio dios y haría su voluntad y no la voluntad de Dios.
Al comer del fruto prohibido, el alma tomó el control del espíritu y cortó todo contacto espiritual con Dios. De allí en adelante, el hombre viviría conforme a su voluntad y a su justicia.
Por otro lado, ya el hombre no tendría los alimentos en su mano como en el jardín del Edén, esos beneficios fueron cancelados, ahora sería expulsado y se ganaría la comida con el sudor de su frente (Génesis 3:19).
Cuando la Biblia dice que “busquemos el reino de Dios y su justicia y que las cosas que necesitamos serán añadidas (Mateo 6:33), lo que nos está diciendo es que dejemos  que el espíritu de Dios que mora en nuestro espíritu tome el control sobre el alma y el cuerpo, para que hagamos la voluntad de Dios y no la nuestra. Al hacerlo,  Dios se encargará de nuestras necesidades, tal y como sucedía en el Edén.

Ezequiel 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Dios prometió poner su Espíritu en nuestro espíritu. Esta promesa se cumple el día de nuestro bautismo. Ese día, Dios nos cambia el corazón y el espíritu y pone su Espíritu en nuestro espíritu, nos convertimos en la morada de Dios, y restablecemos la comunicación con Él. De esa manera podemos andar en sus estatutos y guardar sus preceptos.
Pero note usted, que Dios no nos cambia el alma, porque el alma, además de contener la mente, contiene la voluntad y Dios no quiere que hagamos algo contra nuestra voluntad.
Ahora, mientras no estábamos en Cristo, el alma que es como un disco duro almacenó ideas, tradiciones, mañas y quizás traía el malware del homosexualismo.
Aunque estemos en Cristo, todo eso continúa allí, por eso Dios nos dice que tenemos que renovar voluntariamente nuestra mente (Romanos 12:2, Efesios 4:23), y cambiar la mentira por la realidad.
Dios dijo en Génesis 6:3 que acortaría la edad del hombre, porque no iba a contender su espíritu con el hombre para siempre, ya que este es carne. Es decir, Dios no puede tener una relación con aquel que es dominado por la carne porque no se van a entender. Y es que después de la caída, la carne tomó el poder y subyugó a la mente y al espíritu.  
La palabra de Dios dice que las obras de la carne son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas (Gálatas 5:19-20), lo que nos está diciendo es que la carne siempre, de una y otra forma nos guía al pecado. Por eso la Biblia dice que el hombre tiene una naturaleza pecaminosa:

Colosenses 2:11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

Si una persona quiere tener comunicación con Dios y ser salvo por él, debe deshacerse inmediatamente de esa naturaleza pecaminosa. Esto sucede al bautizarse (Marcos 16:16, Hechos 2:38). El bautismo es una circuncisión espiritual mediante la cual nos deshacemos de esa naturaleza pecaminosa (lea también Romanos 3:3.5).
Solamente deshaciéndonos de la naturaleza pecaminosa y recibiendo el Espíritu Santo, es que el espíritu puede tomar nuevamente el control del alma y del cuerpo y hacer la voluntad de Dios.
Satanás usa el alma humana como un instrumento para sus actividades haciendo que ésta se sujete a la carne. También usa el poder la mente para esclavizar al hombre haciendo  que subyugue el espíritu. En muchos casos, el diablo usa el poder de la mente como una falsificación del poder del Espíritu Santo.
Los incrédulos no son incrédulos,  simplemente le creen las mentiras a su mente, en lugar de creer la verdad de Dios que se encuentra en su palabra. Ellos no pueden percibir a Dios porque el alma usa el razonamiento para impedírselos.
La mente es tan poderosa que no solamente puede hacer cosas negativas como impedir la comunicación con Dios, sino que también  puede curar enfermedades.
Tanto en el budismo, como en el taoísmo, y en el cristianismo, el poder de la mente está disponible en la cura de muchas dolencias.
No es de admirarse que muchas cosas milagrosas hayan acontecido, como en el caso de Gautama Sidharta mejor conocido como Buda que era un ateo milagroso.
En la religión budista, algunos monjes de alto grado pueden regresar al pasado desconocido y hasta predecir el futuro, gracias al poder de la mente.
La «Ciencia Cristiana» fue fundada por la señora Mary Baker Eddy, quien negaba la existencia de las enfermedades y del sufrimiento. Ella sólo necesitaba ejercitar su mente contra cualquier reconocimiento de dolor, y se daba la curación. Ella decía, que si creemos en nuestra mente que no existe la enfermedad, ésta desaparece y es cierto.
Yo llevé un curso de bio-programación para los animadores de vida, de hecho tengo un título de técnico en bio-programación.
Como su nombre lo dice, este curso enseña a programar la mente, sometiendo el cuerpo. Tuvimos que hacer algunas prácticas como el programar la mente para no sentir dolor y luego introducirnos una aguja como prueba de que el dolor es un problema mental. 
Muchas personas que llevaron este curso se salvaron de morir al programar su mente en momentos difíciles. Se dio el caso de un señor que le dio un infarto en un avión y no había ningún médico. El señor aplicó las enseñanzas y programó su mente para pensar en momentos bonitos de su vida y no en lo que estaba pasando. El infarto se detuvo porque su mente sometió al cuerpo.
Cuando surgió la enseñanza de la ciencia cristiana, muchas personas se opusieron, en especial los médicos, pues si eso era verdad, no habría más necesidad de ellos. Aun así, al proseguir sus exámenes en las personas que habían sido curadas, los médicos no pudieron repudiarla como falsa. Por consiguiente, más y más personas creen, y más médicos y científicos famosos abrazan esta enseñanza.
Muchos fenómenos milagrosos son obtenidos a través de la liberación del poder de la mente, sujetando a la carne. Si el poder del alma es activado, muchos otros fenómenos notables serían manifestados en nuestras vidas.
La telepatía es la comunicación entre mente y mente, ella capacita a una persona para usar su mente a fin de determinar el pensamiento de otros, sin necesidad de hablarse.
El Hipnotismo es una condición de sueño artificialmente inducido en la mente de un individuo que queda sensible y dispuesto a las sugestiones hechas por el hipnotizador. No sólo los hombres, sino también los animales pueden ser hipnotizados.
Para los practicantes de esa ciencia, estos fenómenos son bastante naturales. Para nosotros deben serlo, porque sabemos que son simplemente las consecuencias de la liberación del poder de la mente.
Los sicólogos afirman que en la mente del hombre existe un tremendo ejército de poderes: el poder de autocontrol, el poder creativo, el poder reconstructivo, el poder de la fe, el poder de estimular y el poder de revivificar, y es cierto, ya que la palabra de Dios dice que es necesario creer con la mente para ser salvos (Romanos 10:9) y para poder vivir una vida en abundancia.
La mente está involucrada en todos los milagros. Antes de creer con el corazón o con el espíritu, primero creemos con la mente, pero para los que estamos en Cristo, la mente debe sujetarse al espíritu.
Un sicólogo llegó a proclamar que todos los hombres son dioses, solamente que ese dios está aprisionado. Al ser liberado, todos nos volvemos dioses, en el sentido de que pueden ocurrir cosas que parecen sobrenaturales pero en realidad son naturales. A eso se refería satanás cuando dijo: serás como Dios porque la mente del hombre tomó el control.
Sea en China o en los países occidentales, todas las prácticas de respiración, hipnotismo y predicciones son la liberación del poder de la mente. Lo mismo sucede con los magos e ilusionistas. Aunque no faltan evidencias de engaño y satanismo en todo esto.
Lo que Dios quiere es que sea el espíritu el que se libere, eso sí, dirigido por el Espíritu Santo y únicamente para su propósito. Al liberase el espíritu, la mente se sujeta y obedece al espíritu.
Satanás ha dirigido a muchas personas para que descubran los poderes de la mente, y para que crean en sí mismos y no en Dios.
Ya hablamos de Buda, quien era ateo y sin embargo, en él sucedían muchos fenómenos extraordinarios, tan grandes que dio origen a una secta que lo venera como un dios.
El deseo de Satanás es desenvolver esta capacidad de liberar la mente, a fin de hacer que el hombre se sienta como Dios, así el hombre se adorará a mismo, aunque indirectamente sea una adoración a Satanás.
Por eso Satanás está detrás de muchas investigaciones síquicas. Él está haciendo su mejor esfuerzo para que el hombre sea controlado por la mente y alcanzar su objetivo.
Por esta razón, todos los que a base de mucho entrenamiento logran someter la carne a la mente, no pueden evitar la comunicación con el espíritu maligno, y  ser usados por él.

Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

No nos dejemos impresionar por los milagros, profecías y expulsiones de demonios que se están dando en muchos púlpitos, en el nombre de Jesús. Jesús dice que no los conoce, que él no los mandó, que no hacen su voluntad, porque lo que están haciendo es usando el poder de la mente y siendo sus propios dioses.
Los hombres pueden hacer todas estas cosas a través de dos métodos. El primero consiste en no pensar en otra cosa más que en lo que quieren hacer, sometiendo totalmente la carne a la mente, y por supuesto al espíritu.
El segundo método es por medio de una sumisión pasiva al control del diablo.
La razón por la cual, no todos podemos hacer milagros, es porque se necesita mucha práctica si lo que vamos a hacer es usar el poder de la mente, o porque no tenemos ninguna relación con el maligno. Lo otro sería nuestra falta de fe, es decir nuestro espíritu opacado por nuestra mente que dice: “no es posible”.
El otro método, el correcto, sería creerle a Dios y todo lo que pidamos será hecho (Marcos 11:23)
El Señor Wild, Pember, en su libro Dinámicas espirituales, por su propia experiencia, escribió que un practicante puede leer las mentes de los demás, obrar a través del poder de la mente sobre espíritus externos, acelerar el crecimiento de plantas, apagar el fuego, y someter animales salvajes y feroces y ordenar a cualquier objeto físico que venga a su presencia.
Estos fenómenos milagrosos en la religión y en la ciencia son sólo la manifestación del poder de la mente, el cual, a su vez, es usado por el diablo.
Dios  nunca opera con el poder de la mente, pues no es de utilidad para Él. Dios opera por nuestro espíritu renovado. Él no tiene ningún deseo de usar el poder de la mente. Por esa razón el Señor Jesús declaró que necesitamos perder nuestra vida (Mateo 16:25), es decir, renunciar a nuestra mente y a nuestra voluntad. Dios quiere que sometamos nuestra voluntad a la suya, así que tanto nuestra voluntad como nuestra mente deben someterse a su Espíritu.
No podemos decir que todas las maravillas realizadas en el mundo son falsas; hemos de admitir que muchas de ellas son reales. Sin embargo, muchos de estos fenómenos son producidos por el poder de la mente y por el mismo diablo.

LA SOLUCION

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Lo que Dios quiere es que el disco duro de tu mente sea formateado y le cambies el sistema operativo del mundo por el sistema operativo del cielo, para que compruebes cuál es su buena voluntad, agradable y perfecta.
Recuerda que la homosexualidad es un problema espiritual, que se cura espiritualmente. Tú naciste en un cuerpo de hombre para ser heterosexual, no para ser homosexual, no tienes ni un solo gen de mujer, y no existe el gen homosexual.  

Efesios 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

La palabra de Dios dice que debemos renovar el espíritu de nuestra mente y vestirnos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Desecha esa mentira de la homosexualidad y habla la verdad, es lo que Dios ordena.
Eso sí, para que  la renovación de la mente se lleve a cabo, tienes que hacer una cosa: introducir información nueva en la PC de tu mente que sustituya a la vieja información. Si antes pensabas: no lo voy a lograr, ahora debes pensar; todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Si antes pensabas “soy homosexual”, ahora piensa “ya no soy homosexual, soy una nueva criatura en Cristo, mi pasado quedó en las aguas del bautismo, he sido liberado.
Para ello, debes alimentarte diariamente de la palabra de Dios. Jesús dijo que no solamente de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4).
Si un niño no es alimentado no crece y morirá prematuramente. De igual manera, si un hijo de Dios no se alimenta de la palabra de Dios, la mente continuará teniendo el control de su vida y el espíritu no será liberado porque su mente no es renovada. Jesús le dijo al Padre: Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Juan 17:17).
Ser santificados es ser liberados de toda mentira que está en nuestra mente. Ser santificados es que la mente reprobada se vuelva aprobada. Pero, no podemos ser santificados al menos que nos alimentemos diariamente de la palabra de Dios.
Muchas personas creen el evangelio y se bautizan, pero no se alimentan debidamente, por eso la mentira, la lujuria, la drogadicción, el alcoholismo, el mal carácter y todas esas cosas negativas aún son parte de sus vidas.
Como ellos no se alimentan de la palabra de Dios, el Espíritu Santo no puede santificarlos y continúan esclavos de sus mentes.  
Jesús dijo: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32).
Ya conoces la verdad, aplícala a tu vida y libérate de toda mentira que ha sido sembrada en tu mente.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario