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La palabra de
Dios dice “sed llenos del Espíritu Santo”. Algunos creen que ese mandato
era únicamente para los apóstoles y la gran mayoría de cristianos ni siquiera
saben lo que eso significa.
Para poder
entender este asunto, primero debemos preguntarnos ¿Qué es el Espíritu Santo? El
Espíritu Santo como su nombre lo dice es “un
espíritu” y no un poder, una sustancia o una influencia como piensan
algunos. Y no es cualquier espíritu, es el Espíritu
de Dios.
Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino
según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
El Espíritu
Santo es el espíritu de Dios que mora dentro de los hijos de Dios. Si alguno no
tiene el Espíritu Santo no es hijo de Dios, así de sencillo.
Juan 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
El que tiene al hijo de Dios tiene la vida
eterna, el que no tiene al hijo no tiene la vida eterna porque la vida eterna está en el hijo.
Tener al hijo significa tener al Espíritu Santo morando en nuestro espíritu,
porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios pero es también el Espíritu del
Hijo. ¿Cómo obtenemos esa vida? Al bautizarnos:
Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo. 2:39 Porque para vosotros es la promesa,
y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor
nuestro Dios llamare.
El apóstol
Pedro dijo claramente que para ser perdonados de nuestros pecados y recibir el Espíritu Santo, debíamos
bautizarnos. Lo que quiero que el lector entienda hasta este momento, es que el
Espíritu de Cristo no es para unos pocos, es
para todos aquellos que han sido llamados, han creído y se han bautizado (Marcos 16:16).
Juan 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 14:18 No
os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Juan 14:20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy
en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Jesús dijo que
no nos dejaría huérfanos, que él rogaría al Padre para que enviara al Espíritu Santo,
el cual el mundo no puede recibir,
porque no lo ve ni lo conoce, pero que nosotros, los hijos de Dios lo conocemos
porque mora en nosotros y está en
nosotros.
Lo más asombro
es que al final Jesús deja claro que el Espíritu Santo, que es el espíritu del
Padre, es también el espíritu de él
mismo. Por eso el apóstol Pablo declara “ya no vivo yo, sino que vive
Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Esto es algo que quizás no podemos comprender, pero no necesitamos
comprenderlo, lo que necesitamos es creerlo.
Para decirlo
con palabras claras, lo que le sucedió a la virgen María nos sucede a nosotros
pero un poco diferente. Dios engendró a María en su vientre, depositando en
ella el cuerpo de Jesús. De igual manera, Dios deposita a Jesús en nosotros,
pero no lo hace en nuestro vientre, sino en nuestro espíritu y no deposita su
cuerpo sino su espíritu con el propósito de que podamos andar en sus estatutos,
guardar sus preceptos y ponerlos por obra (Ezequiel 36:27). Y una cosa es recibir el Espíritu Santo y otra el ser llenos del Espíritu Santo.
Hechos 9:17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y
poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te
apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista
y seas lleno del Espíritu Santo. 9:18 Y al momento le cayeron de los ojos como
escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
Ananías fue
enviado por Dios donde Saulo de Tarso para que éste fuera lleno del Espíritu.
Note que Ananías puso las manos sobre él para que recobrara la vista e
inmediatamente lo bautizó para que
pudiera ser lleno del Espíritu
Santo. Pablo cuenta ese momento de la siguiente manera:
“Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía
buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano
Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha
escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su
boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y
oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus
pecados, invocando su nombre”.
Hechos 22:12-16
Pablo no fue
lleno del Espíritu Santo en ese momento, pero necesitaba ser bautizado para
recibir el Espíritu y posteriormente ser lleno. Sin bautismo no hay Espíritu y
sin Espíritu no hay llenura, pero la
llenura no es inmediata.
Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.
Si bien es
cierto que todos los que nos hemos bautizado somos hijos de Dios y tenemos el
Espíritu Santo morando en nuestro espíritu, eso no significa que todos estamos llenos del Espíritu. Si fuera así,
Pablo no nos haría la anterior exhortación. Entonces ¿Qué significa ser lleno
del Espíritu Santo?
Lucas 5:26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban
a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
En este pasaje
vemos que todos los presentes “se llenaron” de asombro cuando Jesús
sanó a un paralítico.
Lucas 6:11 6:11 Y ellos se llenaron
de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.
En este otro
pasaje vemos que los fariseos se “llenaron” de furor contra Cristo
porque sanó en el día de reposo a un hombre que tenía seca una mano.
Note usted que
la expresión “ser llenos de” es usada en estos casos para señalar la “condición” de alguien que está “siendo controlado” por su “carne”.
Usted puede tener
temor pero no necesariamente tiene que
estar lleno de temor ni tiene por qué dejarse controlar por el temor. Usted
puede sentir ira, pero no tiene necesariamente que dejarse controlar por la
ira.
De igual
manera, todos los creyentes bautizados tienen el Espíritu Santo, pero no
todos se dejan controlar por el Espíritu, que es lo que Dios quiere, y
es lo que significa la llenura.
En Efesios 5:18 Pablo dice que no se
embriaguen con vino, en lo cual hay
disolución, que mejor se llenen del
Espíritu Santo. Lo que Pablo está diciendo es que no nos dejemos controlar
por el vino, en lo cual hay disolución, que mejor nos dejemos controlar por el Espíritu Santo.
Embriagarse es
llenarse hasta que rebalse. Cuando usted se llena de vino, se embriaga y pierde el control de sí mismo.
Usted también
puede llenarse de ira, de miedo, o de cualquier cosa en la carne, entonces pierde el control de sí mismo porque se llenó de cosas de la carne y la
carne tomó el control.
Y cuando usted
se llena de las cosas de la carne, usted
termina en las obras de la carne que
son adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas (Gálatas 5:19-21).
Gálatas 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne.
Anden en el Espíritu y no le den gusto a la carne, nos dice Pablo. Es decir, llénense
de cosas del Espíritu para que el Espíritu
Santo los controle y no la carne.
Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los
que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu.
Dice la
escritura que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo, los que
andan conforme al Espíritu. Solamente
los que están en Cristo (los hijos de Dios) pueden andar conforme al Espíritu porque los que no están en
Cristo no tienen su Espíritu.
Andar es caminar para
llegar a un lugar, usted puede intentar ir a un lugar pero si toma el camino
equivocado nunca va a llegar a ese lugar. Si usted va a andar conforme a la carne, o sea, controlado
por la carne, se irá por el camino equivocado. Pero si va andar conforme al Espíritu, o sea controlado por el Espíritu Santo,
entonces sí va a tomar el camino correcto.
Andar conforme
al Espíritu no significa andar “en una
nube” como piensan algunos, o andar “libres
de pecado”, como piensan otros. Andar conforme al Espíritu, es aprender a escuchar al Espíritu Santo.
Al hacer
eso, en lugar de terminar en las obras
de la carne, terminas en el fruto del
Espíritu que es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 5:23 mansedumbre, templanza. (Gálatas 5:22-23).
Pongamos un ejemplo para entenderlo. Suponga que
alguien te pide prestado y no te paga. Si actúas en la carne, es decir, por ti
mismo, es posible que te molestes, te llenes de ira y que le cobres a tu deudor
por las buenas o por las malas.
Pero si andas
conforme el Espíritu dejas las cosas en las manos de Cristo y confías en que él
tocará el corazón de aquella persona para que te pague o te proveerá por otro
lado lo que aquel te quitó.
El Espíritu
Santo te habla a través de la palabra
escrita y también te habla a tu
mente y a tu corazón. Solamente debemos aprender a hacer silencio y
escucharlo.
Así como la
bebida afecta nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad, así debemos
ser afectados en esas áreas por el Espíritu Santo. Esa es la similitud entre la borrachera y la llenura del
Espíritu Santo.
Hechos 2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
En este pasaje
vemos a los apóstoles llenos del
Espíritu Santo, ellos hablaban según el
Espíritu les daba que hablasen y no lo que ellos querían hablar porque el
Espíritu Santo tenía el control de sus bocas.
Hechos 4:8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les
dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:
En este otro
pasaje vemos a Pedro enfrentando a los escribas y fariseos, hablando con
denuedo y poder, porque estaba lleno
del Espíritu Santo.
No piense que
en el momento en que usted creyó y se bautizó, en ese momento fue lleno del
Espíritu, no sucede así, ni siquiera
sucedió así con los apóstoles. Ellos tuvieron que esperar un tiempo para que ser
llenos del Espíritu.
Juan 20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a
vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 20:22 Y habiendo
dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Aquí podemos
ver que los apóstoles recibieron el Espíritu Santo antes que Jesús fuera
ascendido a los cielos. Y no fueron llenos del Espíritu en ese momento sino
hasta el día de Pentecostés.
EL PROPÓSITO DE SER LLENOS
Somos llenos
del Espíritu Santo para que: 1) conozcamos la voluntad de Dios, 2)
lo escuchemos y 3) demos testimonio de Cristo
(Hechos 22:14-15, Marcos 16:15).
Esto nos deja
claro que si el propósito de Dios no es nuestro propósito, nunca seremos llenos del
Espíritu Santo. La voluntad prioritaria de Dios es y siempre será que las personas sean salvas llegando al conocimiento
de la verdad (1 Timoteo 2:3-4).
Debemos
aprender a escuchar al Espíritu Santo para saber cuándo y cómo debemos dar
testimonio de Cristo, para que se cumpla la voluntad de Dios. Cuando estas
cosas se conjugan en nosotros, sabemos que estamos llenos del Espíritu Santo.
Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Al ser llenos
del Espíritu Santo, Dios nos da poder para que podamos testimoniar de Cristo
sin temor y sin pudor. Si no vamos a testificar de Cristo no necesitamos la
llenura del Espíritu Santo.
CONDICIONES PARA SER LLENOS
Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional
El primer paso para que seamos llenos del
Espíritu es poner nuestros cuerpos
en sacrificio vivo sobre el altar de
Dios para que él haga uso de ellos. Eso es lo que se conoce como consagración y consiste en renunciar a nuestra vida y entregarle
esa vida al Espíritu Santo.
Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 9:24 Porque
todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, éste la salvará.
Si alguno
quiere venir en pos de mí, entonces niéguese a sí mismo, tome la cruz y
sígame. El que quiera seguir con su vida
la terminará perdiendo dijo Jesús. Si usted no está dispuesto a dejar su vida
nunca será lleno del Espíritu.
2 Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos
constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;
5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
Cristo
murió por nosotros para que nosotros vivamos
para él. Si vamos a vivir para Cristo, entonces seremos llenos de su
Espíritu, si no vamos a vivir para Cristo, entonces no seremos llenos de su
Espíritu porque no tiene sentido.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 5:19 que Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres
sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 5:20 Así
que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Si alguno
está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, es decir su vida quedó atrás y ahora tiene una nueva vida cuyo propósito es vivir para
Cristo. No se lo que qué hacía usted antes de convertirse en nueva
criatura, lo único que se es que sus prioridades deben cambiar. Ahora le corresponde cumplir su función de
embajador en el Ministerio de la reconciliación.
Si no va a
cumplir con su función entonces no
requiere de poder y no será lleno del Espíritu Santo porque lo
santo no es para los perros, ni las perlas para los cerdos no sea que las
despedacen (Mateo 7:6), es decir
Dios no le va a dar dones al que no va a hacer buen uso de ellos.
Que todos
vivamos para Cristo no significa que
todos vamos a ir a predicar, lo que
significa es que nuestros oídos
escucharán al Señor, nuestras manos trabajarán para El y nuestros pies correrán
por él, cuando él lo requiera, porque sus prioridades serán nuestras
prioridades.
Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
El segundo paso para ser
llenos del Espíritu consiste en
transformar nuestro entendimiento. Tenemos que formatear nuestra mente, el
sistema operativo humano debe ser cambiado por el sistema operativo Divino, porque
no son compatibles el uno con el otro, ya que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos ni sus caminos
son nuestros caminos (Isaías 55:8).
Es decir,
Dios no va a llenar del Espíritu Santo al que no conozca sus pensamientos ni
sus caminos.
Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres
Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4:4 Él respondió y
dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios.
Jesús
tenía hambre y el diablo lo tentó incitándolo a que convirtiera las piedras en
pan, pero Jesús le dijo que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios.
El cuerpo
va a morir sino lo alimentas diariamente, y lo mismo sucede con el espíritu, si
no lo alimentas diariamente con la palabra de Dios estará anémico y no podrá
dar testimonio.
No pienses
que serás lleno del Espíritu Santo si no te alimentas diariamente de la palabra
de Dios ¿Cómo vas a conocer la voluntad de Dios? Debes transformar tu
entendimiento y para ello necesitas el
estudio diario de la palabra de Dios para que de esa manera conozcas el
pensamiento divino.
Una
persona no se llena si no come, de igual manera si un creyente no se alimenta de la palabra de Dios no puede ser lleno
de su Espíritu.
Necesitas
conocer los pensamientos de Dios para que puedas aplicarlos en tu vida, dándole
el control de ella al Espíritu de Dios.
Una
persona que se embriaga con vino será controlada en todas las áreas de su vida
por el vino. El producto de ser
controlado por el alcohol es el descontrol y la disolución.
Como
contraste, aquella persona que se embriaga de la palabra de Dios, será saturada
del Espíritu Santo y será
entonces el Espíritu Santo quién controle su vida.
A
diferencia de los resultados que produce el alcohol, el creyente que es lleno
del Espíritu será un creyente que servirá
de edificación a la obra de la iglesia.
Al
bautizarnos tenemos una llenura inicial,
la evidencia más común de esa llenura
es que queremos compartir el mensaje
de Cristo con otras personas. Aunque sea, desearás decir: "Cristo te a ama” a alguien.
Algunos
creen que todos deben hablar en lenguas
como llenura inicial, pero esa teoría no
tiene respaldo bíblico. Lo que sí debe
ocurrir en todos es que deseemos hablar de Cristo. Esto no es producto de los sentimientos sino del
poder del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas.
El
Espíritu Santo quita el miedo y da poder, porque Dios no nos ha dado espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7)..
Aunque
esta llenura inicial es necesaria, puede pasar y dejar de tener su efecto
inicial, si la persona no se congrega ni se alimenta de la palabra de Dios
diariamente. Su crecimiento espiritual se paraliza y esa paralización evita la llenura.
Para
entenderlo mejor, suponga que usted compra un automóvil nuevo y la compañía que
le vende el automóvil le da el carro con el tanque de gasolina lleno. Usted
sale a pasear y lo lleva para que todos sus amigos y familiares lo vean, quiere que el mundo se entere de que usted
tiene un carro nuevo y se siente la
persona más feliz del mundo.
Eso mismo
sucede cuando recibimos el Espíritu Santo, Dios nos llena el tanque inicial y queremos compartir con todos a Cristo.
Pero, a
ese carro nuevo hay que seguir echándole
gasolina. De no ser así, llegará el momento en que se quedará sin gasolina y
dejará de funcionar.
Esa
gasolina es como la llenura del Espíritu
en nosotros. Dios nos llena el tanque inicial el día que nos convertimos en sus
hijos, pero requiere de nosotros que lo sigamos llenando para poder andar
conforme al Espíritu día tras día.
La mayoría
de los creyentes reciben la llenura inicial, pero no se preocupan por su vida
Espiritual y terminan vacíos. Aunque son creyentes y son salvos, son creyentes
que no son llenos del Espíritu Santo y son inservibles en la edificación del
cuerpo de Cristo. Estos son los niños en
la fe, tienen muchos años de ser creyentes pero ni siquiera se saben un
versículo de la Biblia.
El gran
problema es que al no madurar, terminan siendo creyentes carnales, es decir, controlados
por la carne.
Identificar a un
creyente carnal es muy fácil, son aquellos que viven estresados, se sienten
acusados y no justos, y viven sin paz y sin gozo en el Espíritu Santo.
Filipenses 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en
todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado
como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
En este
pasaje Pablo nos revela lo que es una persona llena del Espíritu. Es una
persona que sabe vivir en la abundancia como en la escasez, sin caer en la
depresión y sin perder la fe, porque el Espíritu de Cristo la fortalece.
Efesios 5:17 Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 5:18 No os embriaguéis con vino,
en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
Una persona
llena del Espíritu Santo es una persona que entiende cual es la voluntad de
Dios porque está lleno de su palabra.
La llenura del Espíritu está relacionada con la sabiduría. Lo contrario
de una persona llena del Espíritu Santo es una persona insensata que se embriaga con licor en lugar de embriagarse de la
palabra de Dios.
Vemos la llenura del Espíritu Santo en aquellos
creyentes que saben discernir las falsas
doctrinas. Los falsos profetas y maestros utilizan versículos aislados para
sus doctrinas erradas, presentan las
mentiras tan bien "envueltas" y tan bien "preparadas", que
solamente las personas llenas del Espíritu
Santo podrán discernir sus mentiras y enfrentar los falsos maestros con la verdad.
Efesios 5:19 hablando entre vosotros con salmos,
con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo.
El que está
lleno de la palabra de Dios alaba a Dios
con más frecuencia y le da gracias por todo, sea bueno o sea malo, esa es
otra evidencia de la llenura del Espíritu
en su persona. No hay término medio, o somos llenos del Espíritu o somos llenos de cosas de la carne.
Hebreos 2:1 Por tanto, es necesario que con más
diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2:2
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 2:3 ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 2:4
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos
milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
El apóstol
Pablo nos advierte al respecto. Dice que atendamos con más diligencias las
cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Eso es así, porque el que no se
llena de la palabra de Dios no se llena del Espíritu y corre el riesgo de ser
arrastrado por las doctrinas engañosas y puede terminar perdiendo su salvación ¿Cómo escaparemos si descuidamos
una salvación tan grande? Nos dice el Señor. No descuides tu salvación y
procura llenarte día a día con el Espíritu del Señor.
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