domingo, 14 de mayo de 2017

¿POR QUÉ?

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Tu matrimonio no funciona bien, entonces te preguntas ¿Por qué? El dinero no te rinde por más que trabajes, te preguntas ¿Por Qué? Tu hijo es un rebelde, está metido en drogas, y te cuestionas ¿Por qué? Todas las enfermedades se te pegan y te preguntas ¿Por qué? Los negocios que emprenden te salen mal y preguntas ¿Por qué? ¿Quieres saber la verdad? Abre tu Biblia, en el libro de Proverbios,  allí encontrarás todas las respuestas y no solamente las respuestas, también las soluciones a todo lo negativo que sucede en tu vida.

Proverbios 3:1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;

Dios nos dice que no nos olvidemos de su ley y que guardemos sus mandamientos en nuestro corazón ¿Por qué? Porque largura de días Y paz te aumentarán (verso 2).  
Pregúntale a Dios por qué debes guardar sus mandamientos en tu corazón y él te dirá que de esa manera vivirás muchos años más y en paz.
La inmensa mayoría de personas no viven en paz y su vida se acorta, por una sencilla razón: se olvidan de la ley de  Dios y no guardan sus mandamientos en su corazón.
Cuando el pasaje habla de  guardar los mandamientos no se refiere a cumplir los mandamientos de la ley de Moisés porque cuando el pasaje se escribió, Dios no le había dado la ley a Moisés. Por eso les pido que no veamos los mandamientos de Dios como una amenaza sino más bien como una advertencia.
Lo que el pasaje dice es que no nos olvidemos de los mandamientos de Dios y los guardemos en nuestro corazón ¿Por qué? Porque si seguimos sus consejos, vamos a vivir más años y esos años los vamos a vivir en paz, eso es lo que significa el árbol de la vida.
Dios no les dio una ley Adán y a Eva, solamente les dijo que no comieran del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal porque morirían. Ese fue su único mandamiento y tal vez no era mandamiento, más bien era un consejo o advertencia.
Entonces apareció el diablo disfrazado de serpiente y les aconsejó que comieran del fruto prohibido, que no morirían sino que más bien serían iguales a Dios. Ellos comieron del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, siguiendo el consejo del diablo e ignorando el consejo de Dios y por esa mala decisión el pecado entró en el mundo, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12).
Dios no le hizo ningún daño a Adán, fue Adán el que se ocasionó su propia muerte al no hacer caso al consejo de Dios. Lo que Dios quería era que Adán no solamente viviera muchos años sino que viviera eternamente. Eso habría sucedido si Adán hubiese comido del árbol de la vida.
Dios nos ha estado advirtiendo a través de su palabra lo que debemos y lo que no debemos hacer para nuestro bien y beneficio. Como los creyentes no guardan los consejos de Dios en su corazón, el Espíritu Santo no puede santificarlos porque es a través de la palabra de Dios que el Espíritu Santo nos santifica (Juan 17:17).
Santificar significa apartarnos para una vida de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17) mientras estemos en la tierra y gozar de la vida eterna cuando dejemos esta vida.

Salmo 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

Bienaventurado (dichoso) el varón que no anduvo con los malos ni sentó con los escarneceros, sino que su delicia está en la palabra de Dios, en la cual medita de día y de noche ¿Por qué?  Por qué seremos como árboles plantados junto a corrientes de aguas, que dan su fruto en su tiempo, Y su hojas no caen; Y todo lo que hagamos, prosperará (verso 3).
No sucede así  con los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.  El tamo es el polvo o paja muy menuda que queda en las eras después de trillar las semillas. Por tanto, los malos no se levantarán en el juicio, es decir, no saldrán absueltos, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá (versos 4 a6) a su tiempo.

Proverbios 3:3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón;

Sean misericordiosos y manténgase siempre en la verdad, es decir vivan sin engaño y sin hipocresía, y cuelguen esos consejos en sus cuellos como si fueran collares y escríbanlos en sus corazones.
¿Por qué? Porque  de esa manera hallarán gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y ante los ojos de los hombres (verso 4), lo que significa que serán reconocidos en todo lo que hacen, entonces serán promovidos. ¿Quieres ser promovido? Sea misericordioso y manténgase en la verdad.

Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Es decir, no confíen en sus propios pensamientos, mejor confíen en los consejos de Dios ¿Por qué? Porque si lo reconoces en todos tus caminos, es decir, si sigues sus consejos, entonces él  enderezará tus veredas (verso 6) y te llevará por el camino correcto y de bendición.

Proverbios 3:7 No seas sabio en tu propia opinión, Teme a Jehová, y apártate del mal;

No creas que lo sabes todo, no creas que sabes distinguir lo bueno de lo malo, mejor teme a Jehová y apártate del mal.
¿Por qué? Porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos (verso 8).  
Si quieres vivir en sanidad no debes dejar de comer esto o aquello, lo que necesitas es dejar de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. En otras palabras, lo que necesitas es dejar de ser sabio en tu propia opinión y atender el consejo divino, apartándote del mal, porque lo que hagas en la carne, ya sea bueno o malo, siempre te va a llevar al mal. Recuerda que el árbol del fruto prohibido no solamente es el árbol de la ciencia del bien, tan bien lo es del mal.
Romanos 8:1 dice que no hay ninguna condenación para los que no andan conforme a la carne sino que andan conforme al Espíritu, es decir para los que no andan conforme a su propia opinión sino guiados por el Espíritu Santo, porque los que andan conforme a la carne, siempre terminarán condenados. 
Por ejemplo, si alguien no te paga una deuda, no trates de cobrarte por tu propia cuenta, deja que Dios se encargue, usted solamente confíe en él, aplicando sus consejos. Entonces no te  enfermarás ¿Por qué? Porque la mayoría de las enfermedades del cuerpo ocurren cuando el alma está enferma. Volvamos al ejemplo, si quieres cobrar la deuda aunque sea  a través de los tribunales,  no vas a tener paz en todo el tiempo que dure el proceso, eso te enferma el alma y a la vez te estresa y te enferma el cuerpo. ¿Por qué nos enfermamos tanto? Porque  no atendemos los consejos de Dios.

Proverbios 3:9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;

¿Por qué? Porque serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto (verso 10).
Recordemos que los graneros se llenan de comida y los lagares se llenan de vino. El mosto es el jugo de uva exprimido destinado a la elaboración de vino que se tomaba como aperitivo en la época del escritor de proverbios.
Dirás que no tienes graneros ni lagares, entonces cambia “tus graneros y tus lagares” por “tu casa” y lee de esta forma: “Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todo lo que produces y en tu casa habrá abundancia de comida y de bebida”.
Observa que Dios dejó en Su Palabra la fórmula para que haya abundancia,  y para que alcancemos la provisión que Él tiene para nosotros. Esa fórmula es a través de las primicias. Si todos diésemos las primicias no habría necesidad en ningún hogar.
¿Qué son las primicias? Son las ofrendas. No existe antes de la ley de Moisés ningún versículo en la Biblia que diga que Dios ordenó a Adán y a Eva que le trajeran las primicias. Sin embargo ellos entendían que así debía ser, devolverle a Dios de lo que Dios les daba en agradecimiento.

Éxodo 22:29 No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.

La ley, lo que vino fue a poner en letras lo que Dios le había revelado al hombre en su corazón. Las personas debían traer al sacerdote las primicias de todos los frutos que sacaran de la tierra, ponerlas en una canasta, y llevarlas al sacerdote para suplir sus necesidades (Deuteronomio 26:1-3).
En cuanto a los primogénitos, no era que tenían que entregárselos  al sacerdote, sino que los consagraban para Dios porque también hay un principio espiritual detrás de todo esto.  El apóstol Pablo lo enseña en Romanos 11:16 cuando escribe: “Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.”
Las primicias santifican el resto. Tú y yo somos santos ¿Por qué? Porque Jesús, la primicia de los resucitados fue aceptado como ofrenda agradable ante el Padre.
A todo se aplica el mismo principio, cuando das las primicias, éstas son santificadas y al ser santificadas las primicias es santificado el resto. Digámoslo en otras palabras: “Si lo que das de primicia es bendecido, bendecido será lo que te queda”.
Hay un poder enorme en las Primicias ¿Por qué? Porque Dios se ha comprometido a bendecir con abundancia a los que consagran sus primicias a Él.
¿De dónde sacamos las primicias hoy? De los salarios, de los aguinaldos o bonos, de los ingresos de cualquier negocio, las ofrendas son nuestras primicias.
El diablo viene y nos roba lo que tenemos, de pronto el dinero no nos rinde y nos preguntamos ¿Por qué? Porque no estamos honrando a Dios con las primicias.

2 Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

Dios ama al dador alegre, a aquel que se desprende con alegría para dar para la causa del evangelio. Dios hace que abunde en el dador alegre toda gracia para que tenga siempre lo suficiente y pueda andar en toda buena obra ¿Por qué? Porque si las primicias son santas, el resto también es santo.
¿Por qué tenemos problemas económicos? Porque no ofrendamos y cuando no ofrendamos Dios no puede santificar el resto, no puede bendecirlo ni ponerlo aparte para que el diablo no lo toque.

Proverbios 3:11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección;

¿Por qué?  Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere (verso12).
Los que promovieron la ley que prohíbe castigar a los hijos, no conocen la palabra de Dios, si la conocieran sabrían que esa prohibición va a afectar a los niños, los cuales llegarán a adultos sin saber lo que es la disciplina y la obediencia, y muchos terminarán siendo delincuentes.

Hebreos 12:5 Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

¿Por qué?  Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos (versos 6 a 8).
Si Dios no te disciplina es porque no has sido recibido como su hijo y eres un bastardo. Pero, si eres hijo, Dios te va a disciplinar para llevarte por el camino correcto.
Muchas personas pierden el trabajo, se enferman o pasan por diferentes pruebas, entonces se preguntan ¿Por qué? Porque están siendo disciplinados. Nunca menospreciemos la disciplina del  Señor porque de ella vamos a aprender la obediencia y ser perfeccionados:

Hebreos 5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

Dice la palabra de Dios que Jesús aprendió la obediencia y fue perfeccionado por lo que padeció. De igual manera, Dios quiere que aprendamos la obediencia y seamos perfeccionados a través de la disciplina.

Proverbios 3:13 Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia;

¿Por qué?  Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.  Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.  Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz  (versos 14-16).
Vea usted el valor de la sabiduría y de la inteligencia, con ella se obtiene algo más preciado que la plata y el oro fino, se obtiene algo que no se puede comprar con el oro, ese algo es larga vida, además se obtienen riquezas, honra y  paz.
¿Por qué tiene tanto valor la sabiduría? ¿Significa que debemos estudiar mucho y adquirir mucho conocimiento? No es nada de eso.

Proverbios 1:7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

La sabiduría no es tener mucho conocimiento intelectual, la sabiduría es el temor de Jehová ¿Y qué es el temor a Jehová?  La sabiduría que nos viene de Dios.

Job 28:28 Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.

El temor de Jehová es la sabiduría que aprendemos de Dios. Guardar los consejos de Dios en nuestro corazón, eso es sabiduría y es temor a Jehová. Y la inteligencia es apartarse del mal, mal que aprendemos a ver a través de esa sabiduría.

Salmo 111:10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;

El que tiene sabiduría es el que acepta los consejos de Dios. El sabio es el que practica la obediencia a los mandatos de Dios. El sabio es aquel que cree en la palabra de Dios y la obedece.
¿Por qué nos enfermamos? ¿Por qué no progresamos económicamente? Solamente hay una respuesta, y esa respuesta es que no atendemos los consejos de Dios. Muchos de los cristianos somos creyentes incrédulos ¿Por qué? Porque si creyéramos en la palabra de Dios, la obedeceríamos.

Proverbios 3:18 Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.

La sabiduría es el árbol de vida para los que echan mano de ella. Si tememos a Dios, muy sabiamente nos alimentados del árbol de la vida, siguiendo los consejos de Dios.
Si no tememos a Dios, al igual que Adán y Eva,  somos unos necios que nos alimentamos del  árbol de la ciencia del bien y del mal, guiándonos por nuestra propia opinión, o escuchando los consejos que vienen del hombre y hasta del diablo.

Proverbios 3:35 Los sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia.

Los sabios, aquellos que temen a Jehová y siguen sus consejos, heredarán la honra, más los necios, los que no le temen ni le obedecen serán deshonrados a su tiempo.

Proverbios 3:21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, 3:22 Y serán vida a tu alma, Y gracia a tu cuello.

¿Por qué? Porque entonces  andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará. Cuando te acuestes, no tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.  No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere,  Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar preso (versos 22-26).
Cuando meditamos en la palabra de Dios y la obedecemos haciendo caso al consejo de Jehová, podremos vivir confiadamente y sin nada que nos quite el sueño porque tenemos puesta la confianza en Dios y él nos mantendrá de pie y sin ataduras.
Usted tiene que tener mucho cuidado en que institución bancaria depositas tu dinero, no sea que mañana, esa institución desparezca y  te quedes en la ruina.
De igual manera, tienes que tener cuidado en donde depositas tu confianza. Si la depositas en Dios no tienes  que temer al nuevo orden mundial ni al anticristo ni a nada que se avecina, porque tu confianza está puesta en el inmortal y en el eterno.

Proverbios 3:27 No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. 3:28 No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.

¿Por qué? Porque eso es negar la fe,  eso es creer que Dios no te devolverá lo que diste:

Proverbios 19:17 A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.

Dice la palabra de Dios que darle al pobre es como prestarle a Dios y el bien que hagamos, el Señor nos lo devolverá.

Santiago 2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 2:16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

De qué aprovecha decir que tenemos fe sino la activamos, dice Santiago. ¿Podrá esa fe salvarnos? Se pregunta Santiago ¿Por qué? Porque la verdadera fe  actúa y si la fe no es verdadera no nos salvaremos.
Una fe muerta es una fe que no obra, es una clase de fe que no tiene confianza en Dios, es más bien una creencia que fe. Usted puede creer en algo con su mente, pero eso no es fe, la fe verdadera es aquella que está arraigada en el corazón, porque con el corazón se cree para justicia (Romanos 10:10) y por lo tanto actúa y no deja que el que tiene hambre se vaya sin comer.
Santiago va más allá y dice que “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17) ¿Por qué? Porque el pecado no es solamente hacer cosas malas o infringir la ley de Dios,  es también el abstenerse de hacer el bien cuando se puede,  porque al abstenernos nos convertimos en cómplices de los malos.

Proverbios 3:29 No intentes mal contra tu prójimo Que habita confiado junto a ti. 3:30 No tengas pleito con nadie sin razón, Si no te han hecho agravio. 3:31 No envidies al hombre injusto, Ni escojas ninguno de sus caminos.

Nunca le hagas mal a nadie ni lo lleves a pleito sin razón. Tampoco envidies al injusto ni escojas sus caminos. Por ejemplo, nunca envidies a un narcotraficante ni trates de ser como él ¿Por qué? Porque Jehová abomina al perverso; Mas su comunión íntima es con los justos. La maldición de Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los justos. Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia (versos 32 a 34).
Dios abomina al perverso y maldice al impío, pero bendice al justo, aquel que se apoya en su palabra. Dios humillará al que se enaltece y enaltecerá al que se humilla ¿Por qué? Porque solamente a los humildes les dará su gracia.

Concluimos entonces, que debemos seguir los consejos de Dios para que tengamos larga vida, para que no nos enfermemos, para que nada nos falte y para que podamos dormir en paz. Pero sobre todo para que podamos gozar de la vida eterna.

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