jueves, 17 de marzo de 2016

EFESIOS, EN LUGARES CELETIALES

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a Epístola a los Efesios es considerada como la epístola que corona el Nuevo Testamento. En ella se detalla la naturaleza de la iglesia o en otras palabras se define lo que es un creyente en Cristo Jesús, sus responsabilidades y el lugar que ocupa por encima de todo principado demoniaco.

Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.

Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo Jesús. No nos va a bendecir, sino que ya nos bendijo y esa bendición no es material sino que es espiritual.
Al contrario de lo que enseñan los maestros de la doctrina de la prosperidad, debes entender que el actual reino de Dios en la tierra no es comida ni bebida (Romanos 14:17), en otras palabras no son cosas materiales, sino cosas espirituales como la justicia, la paz y gozo en el Espíritu Santo.
Por lo tanto, los lugares celestiales no se refieren a algún lugar material, ya sea en otro planeta o en el cielo,  sino que es la nueva realidad espiritual del creyente salvo. Los lugares celestiales son posiciones en donde el creyente recibe la autoridad y el poder de Cristo.

Efesios 6:10 Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernadores de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales.

Pero  en esos lugares, es también donde tenemos un enfrentamiento con   Satanás y sus demonios porque ellos nos quieren quitar esa autoridad y ese poder. Ellos usan la mentira y el engaño religioso como el legalismo, para hacernos caer de la gracia (Gálatas 5:4) y volvernos a los lugares terrenales.
Existen dos reinos espirituales: el reino de las tinieblas y el reino del Amado hijo de Dios (Colosenses 1:13). Es lo que no podemos ver, pero que afecta a toda la humanidad  y la influencia, ya sea para bien o para mal, dependiendo de su relación con uno de estos dos reinos. En otras palabras tienen  repercusión sobre  el mundo material.

Colosenses 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.

Todas las personas pertenecen al reino de las tinieblas. Pero a través del nuevo nacimiento son libradas de ese reino y trasladadas al Reino de Jesús. Es un cambio de posición espiritual, es un cambio de amo y es un cambio de circunstancias.

2 Pedro 1:3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.

En el reino de Dios, el más débil de los creyentes tiene en su poder todo lo que jamás tuvo el mayor profeta del Viejo Testamento. Allí recibe todo lo que precisa para vivir una vida de victoria.  No habrá una segunda, una tercera o una cuarta bendición, ya hemos sido bendecidos con “toda bendición” espiritual. Cualquier fracaso no es debido a que el creyente carezca de nada, sino a que no se ha apropiado de lo que ya ha  le pertenece.

Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Hemos sido sellados con el Espíritu Santo prometido. Dios ha puesto un sello en ti y en mí que dice: “prohibido tocar, es mi posesión adquirida”. El diablo no puede tocarte al menos que Dios lo permita y si lo permite es para disciplinarte o para darte alguna enseñanza.
Además de ser el sello, el Espíritu Santo simboliza las arras, o sea la garantía o el compromiso de Dios para contigo en el sentido  de que un día serás resucitado y tendrás un cuerpo inmortal como el de Cristo.

Efesios 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,

El apóstol Pablo dijo que oraba constantemente para que Dios le diera al creyente espíritu de sabiduría y revelación, para que alumbrara su entendimiento y pudiera ver las riquezas de su gloria, para que se diera cuenta del inmenso poder que le fue otorgado, no cualquier poder sino el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos. Es un poder sobrenatural que tal vez no lo usemos, pero que está a nuestra disposición.

Efesios 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,.

Dios sentó a Jesús en lugares celestiales, y todo principado, autoridad, poder y señorío, fueron sometidos y puestos a sus pies.  Y juntamente con Cristo nos resucitó a nosotros y nos sentó junto a él en esos lugares celestiales. ¿Cuándo nos resucitó? Luego de ser sepultados con Jesús en el bautismo (Romanos 6:3-4). 
Aquí nos debe de quedar muy en claro la importancia del bautismo. Las personas que no se han bautizado, no han sido sepultadas, tampoco resucitadas, ni sentadas en lugares celestiales con Cristo porque no han sido revestidas de Cristo (Gálatas 3:27).
Los que sí hemos sido bautizados somos la iglesia y como iglesia somos el cuerpo de Cristo, y Cristo  es la cabeza. Por eso, si Jesús está sentado en lugares celestiales, usted y yo también lo estamos. Si todos esos principados están bajo la autoridad de Jesús, entonces también lo están bajo tu autoridad y mi autoridad.
Todo lo que Jesús es, nosotros también lo somos porque somos el cuerpo de Cristo. En otras palabras, la iglesia es la expresión de la cabeza porque está unida a Cristo.

Efesios 5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 5:32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

Cristo y la iglesia son una sola carne, están unidos espiritualmente. Todo lo que era tuyo dejó de ser tuyo para ser de Cristo, eso incluye tu vida, tus hijos y tus bienes. Pero todo lo que es de Cristo pasó a ser tuyo. Eso es maravilloso y  no son simples palabras, son realidades espirituales que se han llevado a cabo en la nueva criatura en Cristo Jesús.

1 Corintios 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

Al estar en Cristo somos sabios, justos, santos y redimidos, estamos revestidos de Cristo, de tal manera que Dios no ve nuestros  pecados ni nuestros defectos, lo que ve es lo que nos cubre y eso que nos cubre es Cristo, que es puro y santo. Estamos revestidos de Cristo.

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Pero esa posición en Cristo no es algo que nos hemos ganado o merecido, es algo que hemos recibido por gracia, es un regalo de Dios para ti, no por obras de justicia para que nadie se gloríe. Así que si te vas a gloriar, hazlo en Cristo Jesús.

Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Otra cosa que debes de tomar en cuenta, es que una vez que estés allí debes llevar a cabo las obras que Dios preparó de antemano para que andes en ellas. Éstas no son obras de justicia sino obras de amor y de fe. Así como Dios te llenó de privilegios, de igual manera te dio responsabilidades y debes cumplir con ellas.
A eso se refiere Santiago cuando dice que probemos que tenemos fe a través de nuestras obras (Santiago 2:18). Nadie se salva por hacer obras de justicia, pero una vez salvos debemos hacer obras de fe. Dios preparó esas obras de antemano para que las llevemos a cabo, no para que descansemos en un sillón. Esas obras consisten en llevar el evangelio de la verdad a otras personas para que sean salvas (1 Timoteo 2:3-4).
Somos el cuerpo de Cristo y como tal  debemos llevar a cabo los deseos de la cabeza.  Usted mueve los brazos y hace esto y aquello con su cuerpo, porque la cabeza lo ordena. Un brazo jamás le ordena a la cabeza lo que tiene que hacer, es la cabeza la que le ordena al brazo. La única manera que un miembro del cuerpo no obedezca a la cabeza es porque hay algún daño en el cuerpo o algún daño en la cabeza.
De igual manera funciona el cuerpo de Cristo. La cabeza ordena y usted y yo que somos parte del cuerpo obedecemos. Si no obedecemos es porque hay algún daño espiritual que impide que las órdenes de la cabeza lleguen al cuerpo. Lógicamente que el daño está en el cuerpo porque la cabeza es perfecta.
Dios había escogido un pueblo para sí. Ese pueblo era el pueblo de Israel y los gentiles estábamos alejados de Dios, enemistados con él y sin posibilidades de salvación. Pero Jesús, en su carne abolió  esa enemistad y los mandamientos de la ley que nos condenaban para reconciliarnos con Dios y hacer de los judíos y los gentiles un solo pueblo (Efesios 2:15), ese pueblo es la iglesia y tú eres parte de ese pueblo.
Ya Dios no está enemistado contigo y no tienes que cumplir la ley porque ya Cristo la cumplió por ti.

Efesios 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

Ya no eres extranjero ni advenedizo que no tiene oficio ni hogar. Ya no eres de la familia Vargas o de la familia Barquero, ahora eres de las familia de Dios ¿Puedes imaginar lo que eso significa?

Efesios 3:5 misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 3:6 que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio

El misterio que estuvo escondido a los profetas del antiguo testamento, ahora es revelado, que a través del evangelio,  los gentiles somos coherederos y miembros de la familia de Dios.

Efesios 2:22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Has sido edificado para ser la morada de Dios. Dios en la persona del Espíritu Santo ha venido a morar en nuestro espíritu para guiarnos, para enseñarnos, para fortalecernos y para darnos poder. No tenemos por qué tener temor alguno, si Dios con nosotros, quien contra nosotros (Romanos 8:31).

Efesios 3:18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 3:19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

Generalmente dudamos del poder ilimitado de Dios,  porque no somos capaces de comprender la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de su amor y de su poder. Por eso Pablo dobla sus rodillas para que nuestro entendimiento se esclarezca y recordemos que Dios creo los cielos y la tierra, y que todo lo puede. Para él no hay imposibles. Si tan solo creyéramos, todo sería posible.

Efesios 4:8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. 4:9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 4:10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

Jesús descendió a los infiernos, tomó la  cautividad, aquello que nos tenía atados y cegados y la llevó a los cielos. De esa manera pudo constituir a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y a otros maestros para que la verdad sea revelada y todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento y ya no seamos niños espirituales que somos llevados fácilmente por cualquier doctrina engañosa.
Desdichadamente, ese objetivo no se ha logrado porque Satanás ha enviado a los falsos apóstoles que se disfrazan como apóstoles de Cristo y a sus ministros que se disfrazan como ministros de justicia (2 Corintios 11:13-15), los cuales han hecho bien su trabajo y han dado a luz a cientos de religiones y denominaciones cristianas que enseñan un evangelio pervertido  (Gálatas 1:7) para desviar a las masas.

Efesios 4:17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 4:19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 4:20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,

El problema de la mayoría de pastores, es que se dejan engañar por el diablo, quien usa la vanidad para hacerles caer. El diablo les habla al oído para darles falsas revelaciones y ellos creen que es Dios el que les habla. Su entendimiento se entenebrece y pierden toda sensibilidad, entonces se hinchan de vanidad, se auto denominan apóstoles y profetas y comienzan a esparcir falsas doctrinas que como gangrena enferman el cuerpo de Cristo.
Pero nosotros no hemos aprendido así de Cristo:

Juan 2:49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 12:50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

Nuestro Señor Jesús nunca habló por su propia cuenta como hacen la mayoría de los maestros de la Biblia, sino que habló únicamente lo que el Padre le dijo que hablara.

Efesios 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

La palabra de Dios nos ordena despojarnos del viejo hombre. Se supone que el viejo hombre fue sepultado en las aguas del bautismo, sin embargo una gran mayoría de creyentes siguen cargando con el muerto.
No se han dado cuenta del lugar que ocupan, del poder que poseen ni que han sido revestidos de Cristo. Entonces siguen viviendo su vida y no están viviendo para Cristo. No se han despojado del viejo hombre ni han renovado su mente, no han entendido que son nuevas criaturas con un nuevo propósito.

Efesios 4:7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

Lo otro es en cuanto a los dones. Todos los creyentes bautizados han recibido un don. Los dones no son para unos privilegiados sino para todos los nacidos de nuevo.  Tú tienes un don, que no lo uses es otra cosa. El gran fracaso de los creyentes se debe a que no han comprendido esta verdad.
Cuando Jesús vuelva, te pagará conforme a tus obras, su juicio se basará en lo que hizo usted con el don que él le dio. Acuérdate de la parábola de los talentos; para muchos esa es su realidad y ese  será el lloro y el crujir de dientes.

Efesios 5:15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 5:16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 5:17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Podemos ser sabios y entendidos aprovechando bien el tiempo  y hacer la voluntad de Dios, o podemos ser necios e insensatos y usar el tiempo en las cosas de este mundo.

Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.

Muchos se embriagan con vino. Embriagarse es llenarse hasta que rebalse.  No es malo beber vino, lo malo es beber hasta que rebalse porque eso trae disolución. Pero hay algo mejor que embriagarse con vino, es embriagarse con el Espíritu Santo. Eso lo logramos cuando bebemos la palabra de Dios hasta que rebalse en nosotros, de tal manera que solo de eso hablemos. Hay personas que quieren ser llenas del Espíritu, pero no beben la palabra ¿Cómo van a embriagarse?

Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Por último debes entender que la Iglesia va a ser la esposa de Cristo, y Cristo va a presentársela a sí mismo. Si puedes visualizar lo que eso significa, te darás cuenta que el Señor te está esperando para  que te encuentres con él en la nube (1 Tesalonicenses 4:17) como cuando un novio espera a su novia. Pero no debes tener arrugas ni manchas, éstas son del viejo hombre. Si no te conservas como un niño sin arrugas y sin manchas e insistes en vivir como el viejo hombre,  te puedes perder ese encuentro.

Efesios 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Debes tomar la armadura de Dios y resistir al diablo. Dios nos ha concedido el gran privilegio de ser el campo de batalla en el que gana sus grandes victorias.
Dios no promete que no pasarás por tribulaciones, la vida cristiana no es un camino de rosas. Pero ten presente que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse (Romanos 8:18).  Espero que hayas comprendido estas grandes verdades.



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