miércoles, 16 de marzo de 2016

LOS DESCONOCIDOS


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LOS DESCONOCIDOS
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Hay pastores, evangelistas o maestros evangélicos que son muy conocidos por los hombres, ya sea por sus simpáticas charlas, por sus milagros, por echar demonios, o por profetizar, pero son desconocidos por Jesús (Mateo 7:22-23). Ese es el tema de la tercera epístola del apóstol Juan.

3 Juan 1 El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 2 Juan  Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

Esta epístola está dirigida a Gayo un discípulo a quien Juan amaba en Cristo y a quien le reconoce su crecimiento espiritual. Por eso le dice: “deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como ha prosperado tu alma". En otras palabras: “deseo que prosperes en tus necesidades materiales y en tus necesidades físicas, de la misma manera en que has prosperado en tus necesidades espirituales”.
Desdichadamente este versículo ha sido usado por los maestros de la “doctrina de la prosperidad” para enseñar mentiras disfrazadas de verdad.
Ellos enseñan que la voluntad de Dios es que “todos” los creyentes sean “prósperos”, dando a entender que “ser prósperos es “ser ricos”.  Uno de estos maestros es el pastor Kenneth Copeland, quien se fundamenta en el versículo en mención para afirmar que la “voluntad de Dios es la prosperidad del creyente”. Entonces manipula el significado de prosperidad para enseñar que  “ningún creyente tiene que ser pobre, que  Dios debe darle al creyente todo lo que necesita”, y que “la riqueza” es un “derecho divino” del creyente.
¿Es la voluntad de Dios que todos seamos ricos, tal y como lo afirma Copeland?  Que sea la misma palabra de Dios la que nos de la respuesta:

Mateo  6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Nuestro Señor Jesús nos mandó a hacer tesoros en el cielo, no nos mandó a hacer tesoros en tierra, en otras palabras nos mandó a “tener riquezas espirituales”, no a tener “riquezas materiales”.
En 1 de Timoteo 6:7-8, podemos ver que la voluntad de Dios es que estemos contentos con “sustento y abrigo”, no que nos enriquezcamos ¿Por qué? Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; (1 Timoteo 6:9).
Lo cierto es que las riquezas materiales nos pueden desviar del propósito de Dios para con nosotros. ¿Quién necesita riquezas para vivir feliz?
Las riquezas no dan  la felicidad, ésta llega a nosotros a través de la  justicia, la paz y  el gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Cuando tenemos esas tres cosas, podemos vivir contentos con  sustento y el abrigo.
El pastor Benny Hinn es bien conocido por los hombres, como lo  es el pastor Copeland. Ese señor también abraza también la falsa doctrina de la prosperidad para en enseñar que los creyentes deben “pactar con Dios”, para que Dios pague sus deudas y los llene de riquezas.
Sin embargo, ni los fieles de Copeland ni los fieles de Hinn se han enriquecido por esos pactos,  los que se han enriquecido son ellos dos con los dineros que reciben de ese engaño.
Los pastores de la doctrina de la prosperidad le cambian el significado a la palabra “prosperidad”, para enseñar que debemos hacer tesoros en la tierra, desviando con ello al creyente de lo que debe ser su verdadero propósito.
La persona cuyo propósito es hacer tesoros en la tierra vive para sí mismo, pero la persona cuyo propósito es hacer tesoros en el cielo vive para Cristo (2 Corintios 5:15), tal y como Dios lo manda.
En Jueces 18:5 leemos: “Pregunta pues ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar nuestro viaje que hacemos”.
¿Acaso prosperar aquí tiene que ver con hacerse rico? Claro que no, evidentemente “prosperar” es lo contrario de “tener dificultades ¿Por qué preguntarle a Dios? Porque si era la voluntad de Dios que hicieran el viaje, Dios los iba a prosperar y no iban a tener dificultades en el mismo.
Decir  Dios te bendiga” es lo mismo que decir “Dios te prospere”.
El deseo de prosperidad es el deseo de que las cosas vayan bien. Que seas prosperado en tu viaje, lo que significa es que te vaya bien en tu viaje.
Que seas prosperado en todo, y que tengas salud,  es: “que te vaya bien en todo lo que hagas y que no te enfermes”, ese era el deseo de Juan para Gayo.
La mayoría de los hombres se esfuerzan por acumular riquezas, poder y éxito para ser conocidos por los hombres ¿Y qué pasará cuando mueran? Jesús les dirá: “nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
Mejor ser conocidos por Jesús y desconocidos por los hombres, que ser conocidos por los hombres y conocidos por Jesús ¿No les parece? Nosotros podemos hacer tesoros en el cielo viviendo para Cristo y ser desconocidos por los hombres, pero conocidos por Dios. O podemos hacer tesoros en la tierra viviendo para nosotros mismos y ser conocidos por los hombres pero desconocidos por Dios.
Dios conoce a los suyos, y éstos son los que hacen su voluntad (Mateo 7:21), la cual se resume  en  enseñar su verdad, para que todos los hombres sean salvos (1 Timoteo 2:4) no en enseñar una media verdad o la mentira de los hombres.

3 Juan 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.

Gayo había prosperado espiritualmente como ningún otro, su prosperidad se reflejaba porque andaba en la verdad. Su vida era un testimonio de la verdad, Gayo caminaba con la verdad absoluta de Dios que se encuentra en las Santas Escrituras sin dejarse desviar por las corrientes engañosas.
No hay mayor gozo para un pastor, el saber que sus hijos espirituales se mantienen en la verdad, que sus fundamentos son como un ancla y nadie los puede mover de la verdad, eso es lo que Juan resalta de Gayo.

Juan 5 Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, 6 los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor;

Lo otro que Juan enfatiza de Gayo, es su fidelidad y don de servicio para los hermanos en Cristo, en especial para los desconocidos.

Romanos 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Una de las señales de que una persona ha recibido el Espíritu Santo, es cuando el amor de Dios ha sido derramado en su corazón, y esto lo demuestra sirviendo a los demás, en especial a los  desconocidos” como lo  hacía Gayo.
¿Quiénes eran los desconocidos a quien Gayo ayudaba? No sabemos sus nombres porque eran desconocidos para los hombres, pero eran conocidos por Dios, porque llevaban el evangelio a todo lugar.  
Y éstos desconocidos daban testimonio en la iglesia del amor de Gayo. Es posible que Gayo les diera hospedaje como lo hizo con Pablo (Romanos 16:23) y les ayudara con alguna ofrenda o con alguna ayuda económica.

3 Juan 7 Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles.

Esos desconocidos a quien Gayo ayudaba, “salieron” por amor al nombre de Jesús, dejando atrás sus propósitos  para cumplir el propósito de Dios;  renunciaron a sus vidas para vivir para Cristo.  

Filipenses  2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

El amor por el nombre de Jesús era el motivo fundamental de la obra misionera de esos desconocidos. No eran pastores de ninguna congregación famosa, no se autodenominaban apóstoles o profetas, tampoco evangelistas, ellos vivían en el anonimato, eran maestros ambulantes, sus congregaciones eran las casas, no les interesaba hacerse un nombre, lo que les interesaba era que toda rodilla se doblara ante el nombre de Jesús y que toda lengua confesara que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.
No todos salían” en la iglesia primitiva y “no todos salen” actualmente, los desconocidos de la época de  Gayo eran muy pocos y los desconocidos  de nuestra época también son muy escasos, y la razón es porque los Gayos que les dan la mano, también son muy escasos.

3 Juan 8 Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad.

El mandato divino es  que acojamos a tales personas para que cooperemos con la verdad. “Los desconocidos” no van a recibir ninguna ayuda de los incrédulos, somos nosotros los creyentes, los que debemos acogerlos, darles sustento y que no les falte nada.

Efesios 6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

El que es enseñado en la palabra de Dios, debe hacer partícipe de toda cosa buena a quien lo enseñe. Lo que  siembras, eso siegas, no te engañes, Dios no puede ser burlado.

1 Corintios 9:4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?9:5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? 9:6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 9:10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? 9:12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

El apóstol Pablo se quejaba al respecto. ¿Acaso no tenemos derecho de comer y de beber? ¿Acaso no tenemos derecho a tener una esposa como los otros apóstoles? Si sembramos en lo espiritual es justo que seguemos en lo material dice Pablo. “No saben que el Señor ordenó, que los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”, ha agregado el apóstol Pablo.
Cuando no ayudamos a los desconocidos, le ponemos bozal al buey que trilla, ignorando que el obrero es digno de su salario (1 Corintios 5:18).
Recuerden que los desconocidos tienen derecho a llevar una vida digna, y que si no cooperamos con ellos, no cooperamos con la verdad.

DIÓFRETES

3 Juan 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.

Seguidamente Juan le escribe a Gayo acerca de Diófretes. Ese señor era el pastor de una congregación, que  no hospedaba ni ayudaba a nadie porque  veía a los desconocidos como una competencia.
Diófretes quería darse un nombre, en otras palabras quería ser conocido por los hombres y tener el primer lugar entre los pastores y maestros de la iglesia primitiva.
Aquí  tenemos el caso de un hombre que no solo no recibía a los apóstoles de Jesús, sino que además hablaba en su contra, diciendo cosas calumniosas y maliciosas contra ellos, para indisponer a la congregación. Y si alguien de la congregación quería recibirlos, Diófretes lo expulsaba de la misma.
Este caso me recuerda a un amigo pastor, al que le hice ver, que estaba mezclando la gracia con la ley en sus enseñanzas. Su reacción no fue examinar sus enseñanzas, lo que hizo fue cortar toda comunicación con nuestra congregación y decirle a la suya  que nuestras enseñanzas eran demoniacas y sectarias, para que no nos recibieran en ella. 
Existen muchos Diófretes a los que nadie puede señalarles un error doctrinal porque ellos se consideran los dueños de la verdad. Tal es así, que el apóstol Juan le escribió epístolas a la congregación de Diófretes, pero este señor las quemaba o las escondía, nunca le hizo llegar esas verdades a su iglesia.
El problema más grave que tenía Diótefres, es el problema de millones de pastores, les encanta ser los primeros, anteponen su verdad por encima de la palabra de Dios, arguyendo que fueron revelados por el Espíritu Santo acerca de las mentiras que enseñan.
Al actuar de ese modo, al igual que Diófretes, están privando al Señor de su derecho a ocupar el primer lugar, pues son ellos  quienes tienen derecho a la preeminencia.
Jesús debiera ocupar el primer lugar, pero ellos se colocan de primeros  y quitan a Jesús de su trono.
Por desgracia, en las congregaciones actuales hay demasiados hombres como Diótrefes y siempre se caracterizan por esta actitud, queriendo ser los primeros y deseando parte de la gloria, robando lo que solo le pertenece al Señor Jesús. Veamos ahora cuál es el consejo de Juan con respecto a esta situación:

3 Juan 11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.

Juan le dice a Gayo que  no imite lo malo de Diófretes, que no siga a este tipo de personas que no han visto a Dios, sus actitudes y enseñanzas lo confirman. Ellos no conocen a Dios, pero Dios tampoco los conoce.
Así que si tú mi querido hermano llegas a ocupar el cargo de Pastor o de maestro de una congregación, lo primero que tienes que hacer es deshacerte de tu “yo”, deshacerte de tu ego, debes negarte a ti mismo (Mateo 16:24). Si no haces eso, serás un servidor del diablo y no un servidor de Dios. Que no te conozcan a ti, que conozcan a Jesús y Jesús te reconocerá en aquel día.

DEMETRIO

3 Juan 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero.

Juan le aconseja a  Gayo que no imite lo malo de Diófretes. Y seguidamente le menciona a un pastor al que sí debe imitar. Este pastor es Demetrio, es un hombre de Dios  que no le interesa ocupar el primer lugar entre los hombres, no le interesa ser conocido por ellos, lo que le interesa es que los hombres conozcan el evangelio de Cristo. Demetrio andaba conforme a la verdad, y los mismos apóstoles daban testimonio de ello.
Este mensaje de Juan va dirigido a Gayo, pero aplica para todos los creyentes, especialmente para aquellos que están dispuestos a trabajar en la edificación del cuerpo de Cristo. Deben aprender a enseñar la verdad de Dios y no su verdad, no deben buscar ser conocidos por los hombres por sus falsas profecías sino  ser desconocidos por los hombres, pero ser  conocidos por Dios. Nunca debemos buscar ser conocidos por los hombres, sino buscar que el nombre de Cristo sea exaltado. Deben servir y no ser servidos. Al llegar a este punto, Juan finaliza esta epístola con unas palabras personales:

3 Juan 13 Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con tinta y pluma, 14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. 15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular.

Dice Juan que hay muchas cosas que escribir, son muchas las  cosas que Dios nos quiere transmitir, pero no cabrían los libros que se habrían de escribir (Juan 21:25).
Pero con lo que está escrito, tenemos el fundamento suficiente para entender los propósitos de Dios.
Si no tenemos algo claro, si algo no entendemos, sabemos que para eso están los “maestros” y “pastores”. Acudamos a ellos, esa es la razón por la cual debemos no debemos dejar de congregarnos (Hebreos 10:25).
Pero no solo acudamos a ellos en busca de ayuda, acudamos a ellos para darles apoyo económico y emocional. Y que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha.
Recuerda que es mejor ser reconocido por Dios y desconocido por los hombres, que ser desconocido por Dios y reconocido por los hombres.





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