jueves, 17 de marzo de 2016

SE SALVARÁ ENGENDRANDO HIJOS

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La Biblia dice en 1 Timoteo 2:15: “Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”. ¿Significa esto que todas las madres son salvas?

Para poder entender este pasaje, debemos leer todo el contexto. En el mismo podemos leer que el apóstol Pablo le está girando instrucciones al pastor Timoteo en relación a la organización de la congregación.

1 Timoteo 1:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.

En el verso 11 le dice que “la mujer no puede enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre”. No es que la mujer no puede enseñar, claro que la mujer puede enseñar, todos hemos sido llamados a enseñar, ya seamos varones o hembras, lo que Pablo está diciendo es que la mujer no puede dedicarse” a la enseñanza ni ser la cabeza de la congregación. Entonces da las razones de parte de Dios:

1 Timoteo 2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva.

La primera razón es que el varón fue creado primero, “el varón no fue creado para la mujer”, sino quela mujer fue creada para el varón. Dios creo a la mujer para que fuese ayuda idónea para el varón, no para que el varón fuera su ayuda. Tampoco fue creada para que le quitara al varón su lugar como cabeza de familia.

1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

Hay un orden establecido por Dios. Cristo es la cabeza de todo varón y el varón es la cabeza de la mujer, así como Dios es la cabeza de Cristo. Cristo no puede ocupar el lugar de Dios, el varón no puede ocupar el lugar de Cristo y la mujer no puede ocupar el lugar del varón, así de sencillo. Es algo establecido por Dios y el hombre no puede cambiar lo que Dios ha establecido.
1 Timoteo 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.

La segunda razón es que fue la mujer la que fue engañada por Satanás, no fue el varón. El varón no se dejó engañar por Satanás sino la mujer. La mujer es más propensa a ser engañada por las corrientes religiosas.
Pero hay algo  más, la mujer no se sujetó a su marido, ella tomó la decisión de probar el fruto prohibido sin autorización de su marido. Ella olvidó que tenía una cabeza a la cual respetar y obedecer. Por eso la escritura deja claro que hay una cabeza que respetar. La mujer debe entender que ella no puede ser la cabeza como lo quiso ser Eva en aquel momento.
Y lo peor de todo es que la mujer sedujo al varón para que probara del fruto prohibido. Eva le dijo a Adán algo así:mira mi amor, yo probé del fruto prohibido y no me morí,  pronto seré como Dios, prueba tú también, no hay nada que perder”.

1 Timoteo 2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

¿Qué hará entonces la mujer? ¿Cuál es su labor? La respuesta es que se salvará, “no por ser madre” sino “ejerciendo su rol de madre debidamente”, si permanece en la fe, amor y santidad.
Para ser salva lo primero que la mujer necesita es creer y bautizarse como cualquier otra persona (Marcos 16-16). Pero debe permanecer en la fe y ejercer su rol de madre manteniéndose en sujeción.
Si se revela contra su autoridad, resiste a Dios y quien resiste a Dios acarrea condenación (Romanos 13:2).
Recordemos que la rebelión  es un principio satánico. ¿Qué fue lo que quiso hacer Lucero? Ocupar el lugar de autoridad que tenía Dios. Lucero quiso ser la cabeza de Dios. Si Dios no perdonó a Lucero ¿Por qué habría de perdonar a la mujer que se revela contra su marido?
Lo que se requiere con la prohibición de que la mujer sea la cabeza de la congregación, es que los matrimonios no se vean destruidos por causa de que la mujer viva metida en la iglesia y no atienda correctamente su hogar.
En todo el mundo se suceden miles de divorcios al día y una de las causas es que la mujer está más casada con el trabajo que con su marido, más casada con otras actividades que con el marido y más casada con la iglesia que con su marido.
Dios no va a permitir que eso suceda y  por ello ha decretado: “no permito a la mujer enseñar y ejercer dominio sobre el hombre”
Cuando este pasaje se escribió Dios no estaba viendo solamente el presente sino también el futuro. ¿Qué es lo que ha ocasionado la liberación femenina? Millones de matrimonios destruidos porque se perdió la autoridad.
En la actualidad, ya los niños ya no son creados por sus madres, sino por sus abuelas o por nanas. ¿Por qué le cuesta al varón conseguir trabajo? Porque millones de mujeres están llenando sus cupos. El hombre ha caído en la trampa del diablo y ha hecho leyes para que se contraten  la misma cantidad de hombres y mujeres. Eso parece justo a la vista del hombre, pero no es así a la vista de Dios: “Los pensamientos de los hombres y los caminos de los hombres no son los pensamientos ni los caminos de Dios” (Isaías 55:8).
La mujer no fue creada para competir con el varón ni para quitarle su trabajo o su lugar en la sociedad, sino para ser su ayuda idónea.
Lógicamente que la mayoría de los varones son culpables porque no cumplen con su rol de proveedores y la mujer debe ir a trabajar, pero esa no es la voluntad de Dios, su voluntad es que el marido provea lo suficiente para que la mujer ejerza su rol de madre y de esposa como debe ser. Los varones se están acabando, han dejado  de ser la cabeza porque han dejado de ser los proveedores que deben ser.
En la actualidad las mujeres ayudan con el pago de la casa, con el pago de los recibos, con la compra de los alimentos y esa no es obligación de la mujer. El hombre es el único obligado, pero se le ha hecho cómodo dejar que la mujer trabaje para que le ayude con sus obligaciones. ¿Cuál es el pago? La pérdida de autoridad.
En miles de casos, es el varón el que está atendiendo el hogar mientras que la mujer trabaja. Es la mujer la que mantiene el hogar, ella está ocupando el lugar de autoridad que le corresponde al varón. Tal vez a muchos varones no les guste lo que se está diciendo aquí, pero esa es la verdad y deben aceptarla como tal.
Lo mismo está sucediendo con los hijos. Ahora ya no solamente hay liberación femenina sino también  liberación infantil. El hombre ha hecho leyes mediante los cuales los padres no pueden disciplinar a sus hijos porque si lo hacen son acusados de abuso de autoridad.  Consecuentemente se ha perdido la autoridad en el hogar y ha aumentado la delincuencia.
Podemos resumir entonces, que la mujer no se va a salvar de la condenación por tener hijos. Se va a salvar si cree y se bautiza como todo creyente, pero debe permanecer en la fe, en el amor y bajo la autoridad de su marido para no acarrear condenación.




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